Partida Rol por web

Kaori sintió la presencia de Katsuki a su lado mientras el hombre le ajustaba el HoloStrap a la muñeca. No necesitó mucho para saber que un comentario suyo estaba al caer, y cuando lo escuchó, dejó escapar un leve suspiro. Giró la cabeza lentamente hacia él, con una expresión que mezclaba paciencia agotada y una chispa de desafío.

-Vaya, Nakamura, ¿la primera vez que hablas de ti mismo con humildad?

Respondió con una sonrisa ladeada, mirando de reojo el dispositivo en su muñeca antes de añadir

-No esperaba que te refirieses a ti mismo como "estudiante común"

Kaori lo sostuvo con la mirada por un segundo más antes de centrarse de nuevo en el huevo que flotaba frente a ella, su expresión cambiando a una más seria, pero no menos decidida.

-Aunque, claro, dudo que alguien como tú se considere común. Eso te haría... no sé, humano.

Su voz tenía un tono casual, como si el comentario hubiera salido sin esfuerzo, pero había intención detrás de cada palabra.

Kaori no le dio tiempo a responder, enfocándose de lleno en el huevo digital que giraba lentamente frente a ella. Sentía que el momento era demasiado importante como para dejar que Katsuki la distrajera, pero no iba a perder la oportunidad de devolverle un golpe cuando la situación lo pedía.

"Si cree que puede hacerme sentir menos, está soñando."

Me había quedado atrapada en la multitud sin poder salir, no debería haberme aceptado tendría que haber ido directamente a descansar bajo el árbol. En fin hoy no era mi Dios estaba claro. Resignada me quedé a ver el evento aunque no me interesaba especialmente. 

Un tío trajeado subió al escenario y empezó a contar cómo iba a ir el proceso y lo que iban a recibir los afortunados. Me quedé en silencio escuchando los nombres de los elegidos hasta que ...

¿Perdón? ¿Que ha dicho? Mis ojos se abrieron como platos. ¿Acaba de decir mi nombre? ¿Por qué? 

Me quedé paralizada y me habría quedado ahí si no hubiera montado un empujoncito de la multitud que me hizo ir hacia adelante. Subi al escenario con los demás me pusiera el dispositivo, casi sin darme cuenta. Estaba como en piloto automático sin saber qué hacer ahora. 

Yo no... No debería tener esto... Seguro que hay gente mejor que yo...

Miré a mis compañeros a ver si alguno estaba tan asustado como yo ahora mismo, pero la mayoría parecían encantados. Me aparte un poco avergonzada de toda la situación.

Kaori, aún enfocada en su huevo flotante, notó la actitud retraída de Hoshi a su lado. Sus palabras llenas de duda la hicieron girarse, aunque mantuvo una expresión firme mientras hablaba.

-Hoshi, sí, fue un sorteo, y puede que haya sido cuestión de suerte... pero ahora está en tus manos.

Su voz era clara, con un toque de dureza amable

-No importa cómo llegaste aquí. Lo que importa es lo que hagas con esto.

Kaori señaló el huevo que giraba frente a Hoshi, dejando que sus palabras calaran.

-Ese Digibuddie no necesita al mejor del mundo. Te necesita a ti, con todas tus decisiones y todo lo que eres. Eso es lo que lo hará único.

Volvió a mirar su propio huevo, su expresión endureciéndose un poco mientras añadía en voz baja, más para sí misma:

-La suerte te trajo hasta aquí, pero el resto depende de ti.

Kaori regresó su atención al holograma, dejando a Hoshi con esas palabras. Era su forma de apoyo, directa y sin adornos, pero sincera.

Tetsuya se sobresaltó al escuchar su nombre pronunciado con tanta seguridad. Alzó la mirada para encontrarse con Katsuki Nakamura, quien se acercaba con una sonrisa altiva y una postura que dejaba claro que estaba acostumbrado a llamar la atención. Por un momento, Tetsuya no supo qué decir, solo se limitó a mirar el HoloStrap que el otro chico exhibía, brillante y reluciente, como si fuera un trofeo.

-¿Pasar el día... juntos?- repitió Tetsuya, desconcertado.

La idea lo puso un poco nervioso. No es que fuera antisocial, pero no estaba acostumbrado a que la gente se le acercara con tanta energía, y mucho menos alguien como Nakamura, quien parecía irradiar confianza por cada poro. Consciente de que no podía quedarse en silencio mucho más tiempo, Tetsuya decidió intentar seguirle el ritmo.

-Sí, soy Ueda- respondió, algo titubeante. -Pero... no sé si eso de 'doblemente afortunado' es algo que debería preocuparme.

Por dentro, Tetsuya se sentía como si estuviera caminando en una cuerda floja. Nakamura parecía de esos tipos que siempre tenían un plan, y aunque Tetsuya no era alguien que juzgara rápido, tampoco podía evitar preguntarse qué buscaba el otro al acercarse.

Katsuki sonrió confiado cuando escuchaba la replica de Kaori. -Pero claro, la humildad siempre ha sido parte de -Pero luego su gesto se desencajó al escuchar el resto, cuando usaba su propia intento de ofensiva como su propia arma-. Tsk. Es claro que estás celosa de que no eres alguien tan especial como yo.

Pero lo que verdaderamente picó al chico como una daga fue lo siguiente que Kaori comentó, sobre como solo pensar que por algo ser común lo hacía malo, le quitaba no solo humildad, sino humanidad.

-¡Argh! Yo no necesito ser humano, soy mejor que eso. Soy un campeón -Soltó con la cara roja y voz furiosa, perdiendo los estribos-. ¡¿Me escuchas, Saito?! ¡Un campeón! -Por supuesto, que lo ignorara, dándole entendible prioridad al huevo que ahora estaba a su cuidado, lo hacía enfurecer más.

Sin embargo, pronto trató de calmarse, acomodándose la pulsera, de a poco recuperando la compostura. -La suerte te sonrió esta vez cuando te eligieron, Saito. Solo cuida de no depender mucho de la suerte, porque no te servirá contra mi y mi digibuddie -Dejó el asunto por terminado para concentrarse en su propio huevo de vista informática. 

Por lo menos hasta que escuchó las palabras de Hoshi, en las que disimuló no por atención, pero se mantenía atento por si era posible que se pudiera transferir su digibuddie a alguien más, poder reclamarlo. Cual ave de rapiña volteando a ver a ese otro huevo de soslayo.

Aún si chasqueó la lengua al escuchar a Kaori motivando a la chica con que un digibuddie "no necesitaba al mejor."

Pero no tenía ganas de discutir, menos cuando Tetsuya respondía a su "generoso" ofrecimiento.

-¿Preocuparte? Ja ja ja, buena broma, Ueda -Le pareció gracioso el comentario, que tomaba como broma, a pesar que probablemente no lo era-. Pero la preocupación es lo de menos. Nada puede malir sal mientras tengamos una estrategia de juego temprano -Explicó con amplia sonrisa-. Podemos ajustar nuestro horario para ir a las mismas clases, y a tu club de después de la escuela, ¿estás en algún club? -Empezó a hablar de manera apabullante, como si ahí mismo se planteara el plan de todo el día sin consultarle-. Y claro, ir juntos a mi casa. Debo tener suficiente equipo para planear nuestros siguientes pasos allá.

Luego levantó el dedo con actitud confiada. -Pero más importante aún, trabajando juntos, tendremos acceso a una ventaja que ninguno de los otros podrá tener, y desde el principio -Tenía tanta emoción pensando en ello que parecía querer escapar su risa, aunque luego volteó a ver a donde estaban sus otras compañeras, entrecerrando los ojos-. ¿Por que no hablamos de esto en otro lugar?

Nerea kaori sin estar muy convencida de sus palabras, aunque me noté algo mejor aún estaba algo asustada y seguí mirando está cosa con dudas. 

Gracias Saori. No sé... No sé cómo lo haré o si lo haré bien pero lo intentaré... 

MIre al huevo flotante que había ante mi. Esa cosa me asustaba más de lo que debería. Era la manifestación de que mi vida había cambiado para siempre y no sé hasta qué punto estaba preparada.

El recreo continuó con una energía renovada. Los nuevos entrenadores pasaron los minutos explorando sus dispositivos, cuando la pantalla de sus pulseras era pulsada se proyectaba una o varias ventanas de opciones y configuración, seguramente se ampliarían a medida que creciesen sus Digibuddies. Quedaban unos minutos antes que sonara la campana, anunciando el final del descanso, interrumpiendo la magia del momento. A regañadientes, los estudiantes volverían en breve a sus aulas, aunque la atención en las siguientes clases sería aún menor que antes.

¿Qué harían con su precioso tiempo?

¿Cómo se supone que deben interactuar con un.. huevo?

¿Cuál sería la siguiente clase? Y más importante aún, ¿qué harían cuando finalizara el colegio?

Kaori se alejó ligeramente de la multitud, buscando un rincón tranquilo en el patio mientras sus dedos recorrían la pantalla de su HoloStrap. El cosquilleo en su muñeca ya era una sensación normal, como si su cuerpo se estuviera acostumbrando rápidamente a la presencia del dispositivo.

Observó el huevo flotante que se mantenía cerca de ella, vibrando de vez en cuando con pequeños destellos de luz digital. ¿Cómo se suponía que debía interactuar con él? La idea de un Digibuddie formándose a partir de su personalidad tenía sentido, pero no estaba segura de cómo empezar.

-Si esto va a funcionar, lo mejor será que haga lo que siempre hago.

Murmuró para sí misma mientras navegaba por las opciones de la interfaz del HoloStrap.

-¿Así que solo tengo que seguir con mi vida y esperar?

Kaori suspiró, cerrando la interfaz y cruzándose de brazos mientras miraba el huevo. Decidió que si su Digibuddie iba a formarse a partir de su personalidad, lo mejor que podía hacer era ser ella misma.

Así que hizo lo que cualquier persona lógica haría en su situación: hablarle.

Kaori miró el huevo flotante frente a ella con los brazos cruzados y una sonrisa ladeada. Se sentía un poco tonta hablando con algo que aún no tenía forma, pero si este Digibuddie iba a formarse a partir de su personalidad, entonces tenía que saber quién era ella.

-Supongo que si vas a ser mi compañero, lo mejor es que sepas con quién te ha tocado

Dijo, ajustándose la correa de la mochila.

Respiró hondo y empezó a hablar, con un tono más natural, casi como si estuviera presentándose a un amigo nuevo.

-Soy Kaori Saito, tengo 16 años y vivo en esta ciudad desde que nací. No soy del tipo de persona que espera que la suerte le sonría, así que cuando vi mi nombre en esa pantalla… bueno, digamos que no me lo esperaba. Pero eso no significa que vaya a desperdiciar esta oportunidad.

Se inclinó un poco hacia adelante, observando el huevo con curiosidad, y luego sonrió.

-Me gustan los torneos de Digibuddies. Siempre he seguido las competiciones y me he metido en todo tipo de juegos, desde cartas hasta videojuegos y simuladores. He estudiado estrategias, probado combinaciones y mejorado mis reflejos en cada partida. No porque quiera ganar siempre…

Hizo una pausa y soltó una risa breve

-Bueno, vale, sí quiero ganar siempre. Pero también quiero demostrarme a mí misma que soy capaz de estar a la altura de los mejores.

Miró hacia el cielo por un momento, recordando las veces que pasó noches enteras perfeccionando tácticas y analizando partidas de jugadores profesionales.

-También dibujo, aunque no sé si llamarlo un hobby o simplemente una forma de plasmar lo que tengo en la cabeza. Desde que era pequeña, he imaginado cómo serían los Digibuddies si existieran de verdad, cómo se moverían, cómo lucharían. Mi cuaderno está lleno de bocetos, y quién sabe, tal vez tú termines pareciéndote a uno de ellos.

Se llevó las manos a la cadera y ladeó la cabeza, observando el huevo con una expresión pensativa.

-No soy de las que creen que las cosas buenas llegan solas. Siempre he tenido que esforzarme por conseguir lo que quiero. No crecí con lujos ni con facilidades, y aprendí rápido que si quieres algo, tienes que luchar por ello. Por eso trabajo después del colegio. No es que me encante, pero si quiero pagar mis cosas y no depender de nadie, es lo que toca.

Hizo una breve pausa, sin apartar la mirada del huevo, como si esperara alguna señal, algún indicio de que este estaba absorbiendo todo lo que le decía.

-Así que, ya ves, no tengo tiempo para compañeros débiles.

Su tono no era cruel, sino sincero

-Si vas a formar parte de mi vida, más te vale ser alguien en quien pueda confiar. No importa cómo termines viéndote, solo quiero que seas fuerte, decidido y capaz de seguir mi ritmo.

Se enderezó, sacudiéndose un poco el uniforme.

-Ahora, prepárate, porque mi vida no es tranquila, y tú vas a formar parte de ella.

Si este Digibuddie realmente iba a formarse con base en su personalidad, entonces estaba segura de que sería el mejor.

Kaori le explicaria las cosas que fuesen ocurriendo alrededor para que el Digihuevo las entendiese, como se hacia con los bebes.

-Y cuando las clases acaben sera hora de trabajar.

No importaba cuán emocionante fuera la idea de su Digibuddie, ella tenía responsabilidades que cumplir. Sabía que su jefe no iba a aceptar como excusa "es que gané un concurso de Bandai".

Su nuevo compañero digital tendría que acostumbrarse a su ritmo de vida desde el primer día.

Una vez nos dejaron ir me aleje del gentío corriendo y me fui a un lugar apartada. Mire al huevo con duda e incertidumbre.

Maldita sea, ¿Que rayos hago yo ahora? No sé nada de digihevos ni de estas cosas. ¿Como voy a cuidar algo que "dependa" de mi?

La verdad es que estaba asustada, ¿Por qué me habían elegido a mí? No era más que una chica normal y bastante retraída, seguro que había mil opciones mejores. Miré al huevo una vez más.

Mmmm ¿Hola?... Un placer huevito... Creo... Aggg ero que hago. No creo que esto funcione como los embarazos...

Tras hablar un poco a solas con Tetsuya, Katsuki se convirtió en la sombra del muchacho. Yendo hasta a su salón para acompañarlo a las clases, con casi todo el tiempo el cuerpo informático del huevo pegado al de Tetsuya, mientras sin poner atención a las clases, veía las opciones que desplegaba la pulsera, buscando si ya había alguna función que pudiera afectar al huevo, a pesar de ser una etapa tan temprana.

Además de lanzarle algún avión de papel a Hoshi, que tuviera una foto del propio Katsuki, firmada, por supuesto, con la leyenda. "Para Bijutsu. Para que siempre recuerdes quien es el campeón."

Tetsuya observaba el huevo flotante frente a él con una mezcla de curiosidad y aprehensión. El brillo pulsante de la cáscara digital parecía tener vida propia, como si esperara algo de él. Pero mientras los demás se emocionaban o se dejaban llevar por las emociones del momento, él se mantenía en silencio, reflexionando.

Había algo extraño en todo esto, algo que no terminaba de encajar en su mente lógica. Él no era alguien que se considerara especial, y ciertamente no se veía como el tipo de persona que encajaría en un "juego" tan peculiar. Y aun así, allí estaba, con un Digihuevo asignado como si fuera parte de un destino que no recordaba haber elegido.

Cuando Katsuki se le acercó y comenzó a hablar con esa energía casi abrumadora, Tetsuya hizo un esfuerzo por seguirle el ritmo. Escuchó con atención, aunque a veces tenía que reprimir una pequeña sonrisa ante la forma en que Nakamura hablaba con tanta confianza sobre posibilidades infinitas y tiburones con metralletas.

-¿Potencial infinito? -repitió, arqueando una ceja mientras cruzaba los brazos.

Había algo en las palabras de Katsuki que, aunque extravagantes, tenían cierto sentido. La idea de que este Digibuddie pudiera convertirse en algo único, algo que representara más que un simple conjunto de datos, era intrigante. Pero Tetsuya no era alguien que se dejara llevar tan fácilmente por sueños grandilocuentes.

-No sé, Nakamura... -respondió finalmente, con un tono más sereno- Todo eso suena genial en teoría, pero creo que no es tan simple como "exponerlo a potencial infinito". -Se inclinó ligeramente hacia adelante, mirando su huevo con detenimiento. -Creo que, más que intentar forzar algo, hay que encontrar lo que este Digibuddie puede ser. Si se trata de adaptación, entonces tiene que ser un reflejo de quiénes somos, ¿no?

Volvió a mirar a Katsuki, dejando escapar un suspiro.

-No me malinterpretes, tu entusiasmo es... contagioso -dijo con una pequeña sonrisa- pero no sé si meter dos huevos en la misma proyección va a hacer que algo cambie.

A pesar de sus dudas, no rechazó del todo la idea. Tetsuya era pragmático, y si había algo que podía aprender de Nakamura, era su determinación inquebrantable.

-Está bien, probemos tu teoría. Pero, si esto no funciona, quiero que me ayudes con algo a cambio -añadió, señalándolo con un dedo- No esta mal comprobar una hipótesis, por muy absurda que sea...

Con eso, Tetsuya se preparó para lo que fuera que Nakamura tuviera en mente, aunque en el fondo no podía evitar pensar que, al final, el verdadero desafío no era entender al Digibuddie, sino a las personas que ahora estaban conectadas por este peculiar experimento.