Partida Rol por web

Tras el saludo a Ume, Pagumon sonríe algo más travieso, aunque la chica puede ver el afecto en su sonrisa pícara. Justo cuando van a hablar, del digivice de Himari surge la voz robótica de antes, diciendo que ha aceptado la memoria. Y surge el destello de luz. Tras este, frente a ella, hay una bolita peluda, con orejas como de conejo, con un flequillo que le tapa los ojos. 

Parece que observa detenidamente a Himari. Y veis una sonrisa tímida. 

- Ho... hola ¿Tu eres quién me ha liberado? Entonces, se supone que eres mi compañera. Yo soy Bosamon, encantado de conocerte. 

- ¡Ey Bosamon, mi conejito preferido! - dice Pagumon, a la vez que lo saluda con la otra oreja. Bosamon se sonroja un poco y le saluda con una inclinación de cabeza. 

- Oh, ya veo que estamos casi todos. Hola Kyaromon. 

Este último saluda con una de sus patitas. Pero, ante vuestras preguntas, los tres se ponen serios. 

- ¿De verdad nos llamáis hologramas fantasma? ¡Menuda estupidez! ¿No crees, Ume? - interpela Pagumon, mirando de reojo a la chica, sin perder ni un segundo la sonrisa. 

- No somos hologramas. Somos digimon, seres vivos del mundo digital. Aquellos a los que llamáis hologramas fantasma también son digimon, pero muuuuucho más grandes - dice Kyaromon - Pero no debéis preocuparos ¡nosotros podemos con todo! 

Al escucharos mencionar quién los metió en las tarjetas y porqué eraís compañeros, Bosamon es el que contesta. 

- Nos metió alguien que nos dijo que debíamos "proteger el mundo de los humanos". Y que sólo podíamos hacerlo con unos compañeros humanos. Somos compañeros porque nuestras DIM Cards han reaccionado a vuestros digivice - Bosamon termina mirando a Himari, con una tímida sonrisa. Cuando Itto les dice lo de la amenaza, Pagumon se empieza a partir de risa. 

- ¡Jajajajajaja, sí, él dijo que reaccionaríais de ese modo! Supongo que os amenazó en plan "¡Soy un hacker muy malo! Si no recogéis los regalos, os haré algo en vuestras cuentas!" ¡Tranqui, tío! No somos virus - y termina con un guiño a los dos chicos. Después, se gira hacia Ume - ¡Eh Ume! El señor ese me dijo que aquí en el mundo humano había una cosa llamada Wikipedia donde puedes encontrar de todo ¿Me la enseñas luego? 

Del dispositivo de Ume sale primero un "digimon" como Kyaromon, aunque este tenía un aspecto completamente diferente. Era un poco más..."siniestro" aunque a su manera también era adorable. Este se presentó como Pagumon y se acerca contento a su nueva compañera.

Itto estaba flipando en colores y no le culpaba, hasta a mí me costaba mantener la calma ante todo esto. Aunque parecía que no había ningún hackeo en el digivice de Ume. Parecía más bien salido de un sueño. Al nuevo digimon no le hizo mucha gracia que lo llamásemos hologramas fantasmas. Aunque los hologramas fantasma parecían ser digimon más hostiles. -¿Sabéis cuando esos digimon hostiles van a atacarnos?-les pregunto a ambos digimon algo nerviosa.

Cuando introduje la tarjeta salió otro de esos digimon, aunque para mi era el más adorable de los tres. Al verlo no pude evitar una sonrisa y que mis ojos se iluminasen un poco. -Si, eso parece. Yo me llamo Himari-digo presentándome mientras me acerco a Bosamon y le acaricio un poco. Como Kyaromon antes había tocado las tarjetas, eso debía significar que Bosamon también era sólido y no un holograma. Una parte de mi quería comprobar lo blandito que era. Cuando este me sonríe con timidez, le devuelvo la sonrisa. Parecían realmente amigables e inofensivos. 

-¿Así que lo del hackeo era un farol al final?-pregunté sorprendida pero aliviada al mismo tiempo de saber que nuestras cuentas estaban a salvo. La pregunta de Itto tenía sentido. -¿Tenéis alguna idea de porque esa persona nos escogió para esto?-pregunto al trío de digimon. 

Itto no entendía nada, por un lado esos digimon o como se quisieran llamar decían que eran nuestros compañeros y que tenían que defendernos de otros digimon más grandes, tampoco entendía porque el resto metía tan feliz la tarjeta en su digivice.

Y además él nunca había sido atacado por ningún holograma. Y si eran tan grandes como decía aquél con mirada maligna estaba claro que se acordaría o incluso que las noticias que hablaban de ellos no se podían quedar en solo rumores...

- Pero si sois más pequeños que nosotros, ¿como de grandes son esos que decís? Porque si ya son del tamaño de un coche dudo que podáis hacer nada...- comentó acusadoramente aun apartado de ellos y con la tarjeta de memoria apretada en su puño, sin saber muy bien porque aún no la había tirado. él había venido para saber si esto tenía que ver con su hermana y a cada momento le quedaba más claro que no era el caso, además si lo del hackeo era un bulo bien se podía ir a casa...

Después de darle la "mano" a Pagumon, me quedo mirándolo en silencio unos segundos. Es físico... ¿Habrá algún tipo de minidrones? ¿Tal vez hayan desarrollado algún tipo de holograma a partir de la densidad de la luz? ¿Algún concentrado de partículas como si fuera humo? Eso explicaría por qué no brillan tanto pero...

Aún teorizando, cierro los ojos algo más preparada al ver cómo otro de esos digimon a aparecido en otro fogonazo. Miro a unos y a otros y asiento pensativa cuando Pagumon me pregunta. Hologramas no son exactamente... Me mantengo en silencio durante su explicación y bajo los hombros algo más aliviada al saber que de verdad no es un hacker. Pero esto genera muchas más preguntas. 

- No parece que nada haya cambiado... - comento al niño que había preguntado algo distraída, antes de volver a agacharme frente a Pagumon - Hm, sí que existe. Pero si sois digitales, ¿no tenéis vuestro propio acceso a la red? Entiendo que antes no estabais dentro de estas tarjetas, así que ¿sabéis dónde estabais? 

Mientras pregunto esto, me mantengo con los ojos atentos a todos los detalles de Pagumon. Tengo que comprobar cómo está hecho. Sin previo aviso, alargo las manos y le sujeto por ambos lados de la cabeza, apretando un poco lo que son sus mejillas para comprobar la consistencia y finalmente lo levanto y lo abrazo intentando cubrirlo del todo con los brazos, la cara y el pelo. Si es un holograma, debería de tener algún problema si pierde el ángulo de proyección y... ¿Tal vez debería deformarse?

¡Y surgió un tercero de esos bichos extraños! Éste era peludo y con largas orejas, parecía que todos eran diferentes. Satoru observaba a aquellas criaturitas con curiosidad infantil, tentado de usar su propia tarjeta para ver cómo sería el bicho que muy probablemente surgiría de ella. Pero no era un inconsciente, esperaría al momento en que la chica de gafas confirmase que no había nada cambiado en su digivice. Y parecía que realmente así era, pero... ¡no estaba seguro todavía de todo aquello!

- ¡No tiene sentido! - declaró Satoru, cruzándose de brazos. - ¡Las cosas digitales no tienen forma física, como mucho pueden ser hologramas! ¿Y qué es eso del mundo digital? ¿La nube? - preguntó. Simplemente estaba lanzando términos al aire...

No entendía nada, y eso le daba mucha rabia. Y también le daba envidia porque aquellas chicas tenían ahora un "compañero" a su lado, aquellos seres tan curiosos. Satoru miró su tarjeta fijamente y...

- ¡Bah! Parece que no le ocurre nada a los digivice, así que... esto me servirá para entender mejor lo que sucede. - dijo, poniendo la cara que pondría alguien que le está haciendo un favor a otra persona pero sin ganas, al meter la tarjeta en su propio digivice. ¡Nunca admitiría que quería hacerlo él mismo!

Kyaromon se para al lado de Maria y hace un movimiento como de bajar los hombros, como expresión de duda antes de contestar a Himari.

- No tenemos ni idea ¡Pero estando junto a vosotros, no os pasará nada, ya veréis!

Cuando Himari acaricia a Bosamon, este parece sonrojarse un poco, pero sonríe complacido por haberle gustado a su compañera. Por otro lado, Pagumon se parte de risa cuando Ume le aprieta las mejillas. Le había hecho cosquillas. Pero, cuando lo acerca hacia ella, envolviéndolo en un "abrazo", Pagumon se agita.

- ¡Ey Ume, no puedo respirar!

Kyaromon contiene la risa. Bosamon simplemente sonríe, divertido. 

Ante la duda de Itto, todos (excepto Pagumon porque está atrapado en el abrazo de Ume) niegan, con sonrisas en el rostro.

- No pasa nada. Podremos con ellos, de verdad. Tenemos mucho potencial. No sabemos cómo desbloquearlo, pero lo sabemos - le contesta Bosamon, con mezcla de seriedad y una sonrisa, mientras Kyaromon asiente y se sube al regazo de Maria, a la cual le dirige una sonrisa. 

Pagumon intenta hablar desde el abrazo de Ume.

- Somos digimon, pero no podemos acceder a la web así como así. Necesitamos de un ordenador o algo que se pueda conectar a la red. 

- Tampoco sabemos cómo conectarnos nosotros a Internet, pero creemos que con vuestra ayuda podremos averiguarlo - comenta Bosamon.

Ante la pregunta de Ume, Kyaromon se gira y responde. 

- En el mundo digital. Íbamos juntos un día y un señor metálico se nos presentó. No sabemos porque, pero sentimos algo importante. Nos dijo que debíamos venir a este mundo a proteger a unos niños en concreto.

Bosamon y Pagumon asienten a la vez. Pero la duda de Satoru les genera algunas dudas.

- No, el mundo digital es como vuestro mundo pero... Distinto - responde Bosamon - Y... ¿Qué es la nube? El señor metálico nos habló por encima de ella.

- ¡Además de la Wikipedia! - añade Pagumon.

Y, cuando Satoru introduce la tarjeta en su digivice, se produce una pausa de duración idéntica hasta que el digivice le dice que acepta la memoria. Surge otro fogonazo de luz y, frente a él, hay una bolita con pelo marrón y el "rostro" un poquito más clarito, con un enorme cuerno en la parte superior.

- Ho... hola, buenas noches. Me... me llamo Tsunomon ¿Cu...cuál es tu nombre? - mira a Satoru, con una mirada adorable y tímida. Está muy sonrojado.

- ¡Eh Tsunomon, bienvenido! - grita el resto mientras el llamado Tsunomon se pone aún más rojo y les sonríe.

Nos dijo que debíamos venir a este mundo a proteger a unos niños en concreto.

- ¡Oye! - replicó Satoru al instante, como si se hubiera tomado aquellas palabras a lo personal. - ¡Que no somos niños! Somos... somos adolescentes. - dijo el más joven de todos los presentes mientras introducía la tarjeta en su dispositivo digital.

No tardó en aparecer en aquel fogonazo de luz que ya había sucedido antes, y pronto Tsunomon apareció frente a todos. Satoru se agachó para ver más de cerca a aquella nueva criatura que había surgido precisamente de su Digivice, y lo examinó con el ceño fruncido como si lo estuviera valorándolo. Ese cuerno... hmmm... El chico observó al resto de Digimon y luego miró al suyo, como quien compara el premio que le ha tocado en una rifa con los de sus amigos. Lo observó más de cerca. Supongo que no está mal... ¡No, está genial!

- ¡Yo soy Satoru Ichiyanagi! - dijo el chico, señalándose a sí mismo con un gesto orgulloso. - ¡Y supongo que tú eres mi compañero! - añadió, mirándolo y asintiendo más satisfecho. Después miró a Itto. - ¿A qué esperas? A ver el tuyo.

Ante la queja de Satoru, Itto le miró y sonrió por un segundo con cierta pena. Tantas ganas en ser adulto era algo que conocía desde hacía tiempo pero eso no le distraía de la situación. Todos habían metido la tarjeta y no parecía que pasara nada más que el que aparecieran esas criaturas.

Lo que contaban no tenía sentido alguno, ¿un hombre metálico que les dice que tiene que proteger niños y que simplemente sintieron que era importante? Realmente quería irse cada vez más a casa, sin embargo no parecía que le fueran a dejar sin que metiera la tarjeta.

- Vale, vale... no sé que ganas tienes de ver otro más que nos dirá lo mismo...- protesta a media voz mientras termina por introducir la tarjeta no muy convencido. 

Tiene una contextura blanda y suave... Casi recuerda a una especie de peluche. Y pesa... Además tampoco parece que se haya disuelto, ni haya desaparecido en parte al ocultar todos sus ángulos, así que no es ni un holograma ni un efecto de humo o de luz, incluso tiene un olor propio... 

- Eres de verdad, físico... - murmuro, después de sacar la cabeza de mi medición anatómica de Pagumon.

Cojo aire con las mejillas un poco sonrojadas tras haberlo abrazado tanto, sacudo el pelo para colocármelo mejor y me recoloco las gafas. Después miro a unos y otros, escuchando las respuestas de todos.

- Es decir... Existís en otro lugar que no es nuestro mundo pero tampoco es un ordenador, porque si no lo asociaríais a la red, ¿correcto? Pero tampoco tengo claro cómo podéis ser digitales, si tenéis un cuerpo real en este lugar. Claro, suponiendo que toda esta información sea de verdad, pero aún así seguiría quedando la incógnita de qué sois y de dónde habéis salido... - comienzo a razonar en voz alta sin mirar a nadie en concreto, aún con Pagumon entre los brazos y frunciendo el ceño un poco y bajando la mirada hacia Pagumon - Necesito investigar más... ¿Solo puedes hablar? Tienes una boca muy grande... ¿También puedes comer? ¿Y si es así, por dónde salen los restos? - ensimismada en mis investigaciones, levanto a Pagumon un poco por encima de mi cabeza, intentando mirar debajo de él y dándole vueltas entre mis manos para comprobar toda su estructura.

Sigo acariciando la cabeza de Bosamon. La verdad es que era super suave y mono y parecía muy agradable. Escucho en silencio la historia de como acabaron en esas tarjetas de memoria y alzo una ceja ante la mención del "hombre metálico". -A lo mejor ese hombre usaba un avatar en el mundo digital-comenté pensativa. Ya que en Eden podíamos cambiar nuestro aspecto en línea, a lo mejor en el mundo digital que habían mencionado se podía hacer lo mismo...

Las preguntas de Ume eran muy interesantes. ¿Podían comer los digimon? ¿Si es así, que comían? ¿Datos? ¿O valdría comida de verdad? Miro a mi nuevo compañero con mucha curiosidad.

Finalmente Itto decide introducir la tarjeta en su dispositivo tras la aparición de Tsunomon. Me preguntaba que clase de digimon saldría de su tarjeta.

Tsunomon se sonroja aún más ante la afirmación de Satoru, pero ves como sonríe con orgullo.

- En... entonces te protegeré.

Mientras, Ume está "investigando" a Pagumon, el cual se tapa lo que era su culo con sus "manos"

- ¡Pues claro que podemos pasar hambre! ¡¿Qué te has creído?! ¡Y sí, la comida sale por ahí en forma de caca! - los demás digimon se ríen segundos antes de que Itto introduzca su tarjeta. La voz del digivice le avisa tras unos segundos de que ha aceptado la memoria. El destello surge y... A sus pies hay un... ¿perrito? con una gran sonrisa.

- ¡Guaaaaau, qué grande eres! ¡Seguro que eres mi compi, estoy seguro! - el perrito parecía animado y hace como los cachorros normales (y por normal quiero decir del mundo real): intenta subirse a su dueño, escalando por la pierna.

- ¡Soy Xiamon! ¿Tu como te llamas?

- ¡Xiamon, ya estamos todos! Ahora... ¿podrías bajarme de los brazos de Ume? - dice Pagumon, apurado. Xiamon gira la "cara" hacia el resto y les ladra sonriente, como saludando.

- Bueno, pues ya que estamos todos... - empieza Kyaromon, pero es interrumpido por un sonido, procedente del solar. El sonido de una lata cayéndose. Y, si os giráis, os dais cuenta de algo. En el solar no hay ninguna lata. Vuestros compañeros se ponen en tensión, mirando hacia el solar, como si os fuera a... atacar algo. Entonces escucháis una risa infantil. Muy siniestra. Tras ella, otra. Y tras esta, otras tres.

Oh, compañeros de juego.

¿Queréis jugar con nosotros?

Sí, sí ¿Os apetece jugar?

Más bien... ¿Estáis ricos?

¡Sí, sí! ¿Por dónde os empezaríais a comer?

Entonces suenan las cinco risas a la vez. Suenan latas cayendo por todo el solar. 

- ¡Cuidado! - dice Kyaromon.

- Son digimon. Ponte tras de mi, Himari - dice a su vez Bosamon.

- Defenderé a Ume, aunque suponga estropearme el cutis - añade Pagumon.

- A... atrás, Satoru - tartamudea Tsunomon.

-  ¡Guau, guau! - ladra Xiaomon.

Aún concentrada, sigo dando vueltas a Pagumon, incluso cuando intenta taparse. Hmmmm... Me pregunto de qué forma tendrá dispuestos sus órganos para poder hacer ca... Desvío la mirada ante el último destello y el último de los digimon que termina por aparecer. Está claro que todos son seres totalmente distintos y aún así parece que han salido del mismo lugar. ¿Pero cómo?

Todavía con Pagumon entre los brazos pero ya colocado de forma algo más normal, levanto la cabeza con curiosidad al escuchar la lata. No recuerdo que hubiera ninguna por aquí... Antes de encontrar el origen del sonido, suenan más voces, esta vez risas de niños. N-no me dan miedo, esto es... es un truco. ¡Un truco muy cliché! Encogiéndome un poco sobre mí misma, miro a un lado y a otro nerviosa, esperando poder ver de dónde viene el sonido. 

- Pero... pero eres muy pequeño... - murmuro, mirando a Pagumon y esta vez abrazándolo con gesto protector. No puedo perder este espécimen...

Y otro destello más y otra de esas cosas, ¿era una especie de perro? Itto tampoco sabía muy bien como reaccionar a ello. Realmente se comportaba como uno al apoyarse en su pierna. El adolescente se queda mirándolo un momento hasta que se pone de cuclillas para estar más cerca.

- Itto, me llamo Itto...- dijo sin más a la vez que el tal Xiamon se ponía a ladrar. Por otro lado terminó por mirar al resto con una cara de "¿ya está?" al momento que se escucharon las latas y risas.-  Sasabía que esto era un trampa, no podía ser simplemente unas tarjetas, mosmostraoos.- dijo con una voz tan valiente que le temblaba e incluso tartamudeaba y sin parar de mirar hacia todas direcciones.

- En... entonces te protegeré.

- ¡Así me gusta! - respondió Satoru con una sonrisa. No sabía muy bien de qué tendría que protegerle aquel pequeño con un cuerno en la cabeza, pero le hacía cierta ilusión.

Itto también hizo aparecer a su... ¿cómo era? Digimon, y todo iba bien hasta el momento en que se empezaron a escuchar aquellas risas infantiles después del sonido de la lata. A Satoru le recorrió un escalofrío por la espalda, de hecho el cuerpo entero, y apretó los dientes mientras miraba a lado y lado.

- ¡E-Eh! ¡¿Quién... quién anda ahí?! - preguntó el niño, en voz alta. Tenía miedo y era evidente, pero su sentido del ridículo le incitaba a hacerse el valiente.

- A... atrás, Satoru - 

- ¡Vale! - dijo, pese a estar haciendo como que no tenía miedo...

Observo a todos los digimon una vez aparece Xiamon, el cual era realmente adorable como el resto. Como los demás, tenía muchas preguntas, pero de repente oímos un ruido extraño como el de una lata...

Luego oímos un siniestro cantico junto a varias risas macabras. Debían ser los digimon hostiles que habían mencionado nuestros nuevos compañeros. Bosamon se pone delante mía para protegerme, todavía estaba sorprendida por el cántico repentino como para reaccionar, pero las palabras de Ume me traen de vuelta a la realidad. Ella tenía razón...eran tan pequeños y no quería que se acabasen heridos por protegernos...

Empiezo a buscar con la mirada de donde vendrían los digimon hostiles...

Cuando miráis al descampado, os dais cuenta de que algo no estaba "correcto". Sí, era de noche, las farolas daban luz. Pero notabais unas ondulaciones en e aire. Breves, pero a la vez intensas. Y cada vez las veis más cerca. Todos los compañeros digimon están cada vez más agresivos. Pero no es hacia vosotros, sino hacia el "vacío" ¿O no estaba tan vacío?

A pesar de la actitud agresiva de vuestros compañeros hacia el solar abandonado, no veis nada y seguís sin ver nada, a pesar de que seguís escuchando las risas siniestras, cada vez más cerca.

- ¡Alejaos de Maria! Seáis quienes seáis... - tercia Kyaromon.

- ¡Eso! ¡Alejaos de Ume o iré haciendo así! - dice Pagumon mientras hace helicópteros verticales con las orejas, referenciando a cierto personaje de dibujos - Y si os pillo en mi camino será solo culpa vuestra.

- ¡A... atrás! - Tsunomon amenaza, con el cuerno por delante.

El tiempo pasaba y nada ocurría, Itto seguía vigilante mientras intentaba, y dejemos claro que intentaba, mantener la calma sin mucho éxito. Por otro lado todas criaturas parlantes parecían ponerse cada vez más agresivas, en ese momento el chico se centro hacia donde gruñía y le pareció moverse algo en el aire.

- Es...es..está por ahí. Esas cosas vuelan.- gritó señalando hacia las farolas donde se podía notar algún tipo de movimiento.

Al ver que Pagumon comienza a mover las "orejas" de forma frenética, no me queda más remedio que alejarlo un poco de mí y dejar que se quede en el suelo. Es mi especímen, pero... mejor si no me hace daño. 

- Espera... ¿E-entonces vosotros tampoco s-sabéis qué son? - pregunto preocupada al escuchar a Kyaromon, girándome después a Itto - ¿En el a-aire?

Levanto la mirada, intentando buscar alguna de esas cosas... Sean lo que sean. Si vuelan será más complicado dejarlos atrás... Echo un rápido vistazo a las calles de esta zona, intentando recordar lo poco que sé de ellas y finalmente niego con la cabeza. Yo no... no estoy preparada para esto.

- ¡Vamos! - grito, cogiendo una de las orejas-brazo de Pagumon y echando a correr en dirección contraria a las farolas que ha señalado Itto.

- ¡E-Eso... atrás! - gritó Satoru... al aire, básicamente. Porque era incapaz de ver exactamente de dónde venían aquellas risas tan siniestras. Escuchó a Itto a su lado decir que habían algunas cosas volando, señalando cerca de las farolas. Instintivamente Satoru dio un paso hacia atrás para alejarse de esa dirección, aunque... ¡Céntrate, Satoru! ¡No querrás parecer un cobarde!, se dijo a sí mismo mientras las piernas le temblaban ligeramente. - ¡Si no os... marcháis... pues...!

Y entonces fue cuando Ume recogió a su Digimon y echó a correr en dirección contraria a las farolas. Aquello fue como una validación implícita para Satoru: ¡huir era una opción! ¡Y no era el primero que iba a hacerlo! Por lo tanto...

- ¡V-Vámonos, Tsunomon! - le dijo Satoru al Digimon con cuerno, esperando que lo siguiera para ir corriendo tras Ume. ¡Aquellas risas le ponían los pelos de punta...!