Partida Rol por web

Lil era bastante inteligente y capaz, pero también ingenua. Sus afirmaciones no hacían más que confirmarlo y, a la vez, poner mi voz de la razón en un plano en el que no pintaba absolutamente nada. Si ella quería ir, yo tenía que ir.

Fue quizá por ello que me dejé llevar hacia las dos chicas que habían estado minutos antes hablando y en una situación que parecía un tanto tensa. Lo primero en que me fijé, antes incluso que en su apariencia, fue en sus alias: ShiroNeko y M-A-I-K-O, guardándome bien de juzgarlas. De hecho me preguntaba qué clase de personas serían. La respuesta no se hizo esperar, en cuanto la primera abrió la boca lo dejó bastante claro.

Mis labios se afilaron a medida que hablaba mientras mi rostro se endurecía y contenía el aliento para, finalmente, suspirar y sonreír con amabilidad, aunque cualquiera un poco ducho podría saber que era un gesto más protocolario que sentido.

Como diría Yoh Asakura: Recibes lo que das.

No quise entrar en más detalles, pero mi postura corporal dejaba claro que no estaba precisamente cómodo con la actitud y un ligero chasquido también expresaba resignación. Miré a mi amiga.

Hasta donde sabemos, ella tiene razón. No tiene por qué ser una hacker, podría tratarse de un friki cuarentón friki de ciento veinte kilos comiendo doritos en su habitación mientras caza lolis.

Me encogí de hombros, desde luego sus habilidades sociales estaban al nivel de lo citado, también su inteligencia emocional. No tenía muchas ganas de enzarzarme en discusiones infantiles, así que fui yo quien tiró un poco de su mano.

Vamos a hacer algo divertido, merezco un dulce si voy a volver a jugármela por ti ¿no?

¿Y si la cumplen?- le pregunté a Chika como respuesta, para luego escuchar como ella decía que "no podrían hacerlo con ella", básicamente diciendo que ella si que iba a ir -Aaaaah no. Tu no vas sola a un sitio donde un hacker tal vez te quiera robar las cositas de tu cuenta. No no y no... ¿qué clase de hermana mayor sería si te dejo ir a un callejón oscuro tu sola? Nah ah, si vas a ir yo voy contigo y así a ninguna de las dos nos hackean y te puedo proteger. Y no hay peros que valgan señorita- dije con los brazos en jarra ya con más seriedad y estricta con ella pese a mi preocupación... Ni idea de si ese sitio que dijo el Sr.Navit era peligroso o no, ¡pero si nos ha citado ahí seguro que no es un sitio agradable! Cuando volvió a preguntarme por el ciber-café -¿Cual es la palabra mágica...?- le pregunté a mi hermanita... pues a esa pregunta le faltaba un "por favor".

Entonces una chica nos miró y se acercó algo hacia nosotras, preguntando si habíamos visto todo aquello de Mr. Navit, ante lo cual asentí con la cabeza pues si... Joe, ¡pues no éramos pocos los que habíamos visto aquello! Luego de eso se centró en mirar a mi hermana, preguntando si era una hacker o similar -¿Ella? ¡Que va, es solo que ella es muy lista y tiene mucha práctica de todo el tiempo que pasa aquí, y claro que es buena persona!- dije negando la cabeza tratando de recuperar la sonrisa después del susto.

Aunque... mi hermana se puso bastante borde al pedirle a la chica que se apartase de malas formas mientras se justificaba. Y por el otro lado el chico debido a esa actitud de mi hermana, directamente la llamó "obeso cuarentón de ciento veinte kilos caza-lolis". Me quedé completamente callada con los brazos cruzados con el rostro serio incluso cuando mi hermana dijo de nuevo con malas formas que estaba esperando que le dijera algo sobre ese ciber-café... Y mi hermana sabía bien que cuando estaba así NO iba a actuar como la hermanita buenaza de siempre.

Y entonces... fue cuando cogí de las orejas tanto a mi hermana como al chico al que ni siquiera conocía, tirándoles del lóbulo con cara de madre enfurruñada -Vamos a ver que aquí van a tener que caer unas buenas disculpas por parte de ambos- dije a ambos con seriedad y cierta autoridad -A ti no te he educado para que les hables así de mal a los demás Imouto-chan, es de mala educación decirle "Aparta" a una chica que no ha hecho nada malo y hablar de esa forma; y si el sitio es tan peligroso como dices desde luego no pienso dejarte ir sola, y ella es muy amable proponiendo ir en un grupo grande. Disculpate con la chica- le dije a mi hermana antes de centrarme en el otro -Y a mi hermanita no la llamas "obeso cuarentón de ciento veinte kilos caza-lolis" en mi presencia de forma tan gratuita encima, por mi maleducada que te haya parecido ella no te da derecho a insultarla así. Disculpate con ella- terminé diciéndole al chico... Y yo era perfectamente capaz de quedarme así hasta que todos se portasen bien y se disculparan, incluso pasarme así todo el día, y mi hermana lo sabía... ¡La amabilidad y la buena educación por encima de todo, la mala educación se castiga!

Al parecer mis sospechas se confirmaron al ver como la chica pelirroja y otro chico se acercan a nosotros, pues parece que ellos también habían recibido ese mensaje. Entonces vino el Mr. Navit de verdad, y me pongo un poco tensa. Sabía que no era el mismo del mensaje...pero con lo que acababa de pasar, que viniese aquí no era el mejor momento.

El grandullón se puso algo nervioso tras la pregunta del programa informático, lo cual hizo que mucha gente se fijase en nosotros. -Ahora mismo todo va bien Mr. Navit, si le necesitamos volveremos a llamarle-digo educadamente para que se vaya rápido. Entonces el tal 1sk4nd4r vuelve a mencionar a la chica desaparecida...y explica su relación con ella.

-Dios mío...siento mucho oír eso...-digo horrorizada y sintiéndome mal. Normal que lo estuviese pasando mal, si alguno de mis hermanos desapareciese, yo también estaría sufriendo preocupada por su bienestar. Pongo una mano sobre su hombro para ofrecerle algo de consuelo. 

Volvemos a mencionar el mensaje del hacker y la otra chica menciona a la joven enérgica que se chocó con nosotros. -Podría ser...pero ella no se chocó con él-dije señalando al otro chico, no recordaba que aquella chica se topase con el recién llegado, aunque claro estaba ocupada hablando con 1sk4nd4r y con Umeshurodincat. -Además creo que hace falta más que un simple choque para el hackeo de una cuenta...todavía no sé porque nos han escogido como objetivos...y por desgracia no sé muy bien que hacer ahora...-dije preocupada. Esto era bastante serio...¿qué podíamos hacer ante semejante situación?

Así que la Ayaka a la que habían mencionado era la misma que se mencionaba en las noticias, hablando de su desaparición. Y por si fuera poco era la hermana de aquel gigantón... Satoru se arrepintió rápidamente de haber preguntado: probablemente el chico no querría hablar del tema. Ah, ¿pero cómo podía cambiar de tema? Frunció el ceño y su labio tembló, incómodo. Ah... cómo me arrepiento de haber preguntado eso... ¡Pero por suerte una de las chicas presentes acudió al rescate con un cambio de tema!

- ¿Una chica se chocó con vosotros? - preguntó con curiosidad, mirando las caras de los presentes. - A mí me empujaron, también una chica. Hace unos minutos, de hecho. - explicó. - ¿Pero qué tiene que ver eso? ¿De verdad creéis que se puede hackear con solo un toque? - el chico sacudió con la cabeza, incrédulo. - De todas formas lo que hay que hacer está claro, ¿no? Hay que ir al descampado.

Rodé los ojos ante su insistente negación y el tema de acompañarme a todos lados... No era una criaja y sabía lo que hacía... Sin embargo sabía lo cabezona que podía llegar a ser Maiko y por ello rodé los ojos y simplemente ignoré el tema para otro momento... No era tan importante y podía disuadirla... de alguna manera. ¿Quizás llorandole? ... No se me daba bien fingir el llanto... ¿Engañandola? No sería capaz... es mi hermana... Ya se me ocurriría alguna forma.

Lo que si es que la miré con una mirada seria y profunda... Aunque no cambiara mucho. Al decir lo de la palabrita mágica - Por dios... ¿En serio? Sigue tratándome como una cría, y no lo soy... Me he hecho fuerte y soy más inteligente que la media de una clase de preparatoria. Además de explicarle cien veces que aquí soy otra persona... ¿Como es posible? - Así que solo pude hacer una cosa - Venga ya... Dimelo... De una vez... - Pero de nuevo, sabía lo terca que podía ser... - ^{_{P-por favor...}} - Así que en voz muy baja y mirando al suelo, dije aquella palabra medio avergonzada por tener que rebajarme a seguir pareciendo una niña.

Al escuchar al chico me fijé por un segundo en el pensativa, incluso cual gato como parecía mi avatar, incliné un poco la cabeza - ¿Shaman King? - me pregunté a mi misma al escucharle dicha referencia. Casi me había generado curiosidad hasta que entonces escuché lo que decía sobre quien o que podría ser. Ni reaccioné, si se suponía que aquello era un insulto, muy bueno no era, y ya estaba tan acostumbrada a ello que me resbaló, aunque si pensé - Ya sabemos quien es ese friki... - Por la referencia anterior.

Pero entonces sentí un tirón en mi oreja y mis ojos se abrireron más que nunca, o más bien reaccioné con una expresiva cara de dolor, al tirón de orejas de mi hermana - AY, AY, AY - Me quejé sintiendo dicho dolor. Las únicas veces donde no podía ocultar mis emociones, eran cuando se hacían tan extremas y naturales como esta. - Pero... Ella se acercó a mi primero, mucho, sin permiso y tomandose confianza - Señalandola, entre gruñiditos de dolor y el tono neutro de antes, traté de decirlo todo sin más quejidos de dolor. Sin embargo cedí al dolor - Valeeeeeeee... P-perdón - Intentando pues así que me soltara de la oreja.

Tampoco es que tuviese demasiadas ganas de seguir por allí, hasta que la usuaria M-A-I-K-O tuvo un arranque de mala leche y de asertividad que sólo demostraban que posiblemente era la más inteligente de los tres. Al sentir cómo me cogía de la oreja me planteé si desconectarme, sin embargo no sería lo mejor si íbamos a vernos al día siguiente en aquel sitio y, además, sólo quería unas disculpas.

Gruñí, pero agradecí tener la sensibilidad relativamente baja por defecto, y miré a los ojos de la chica. Y luego a la más joven pidiendo disculpas que tampoco es que convencieran demasiado, pero debía reconocer que al menos había tenido el coraje de decirlo.

Era una sátira para mostrar que puede haber cualquier persona detrás de estos avatares... -suspiré, cediendo un poco- Lo siento si se ha podido tomar como algo personal.

Y ahora ¿me devuelves la oreja, MAIKO?

Pregunté, antes de regresar mi atención a ShiroNeko.

Tienes suerte de que alguien como ella esté contigo.

Me esforcé en sonreír, tanto si me soltaba la oreja como si no... aunque si no me devolvía la libertad, tendría que terminar desconectándome pese a que fuese algo maleducado. No había que olvidar que aunque una estuviese defendiendo a la otra, yo estaba defendiendo a mi amiga.

Otro día más. La vida te ha castigado a estar "postrada" en una silla de ruedas. Pero es fin de semana, y eso significa una cosa: podrías conectarte a EDEN, sentir de nuevo el suelo entrando en contacto con tus pies. No era real, pero se sentía "real". EDEN se desarrollo con una tecnología capaz de hacer que la gente pudiese sentir todo, incluso los discapacitados ¿Quién sabe lo que las industrias Kamishiro estarían desarrollando? Porque tienen una división médica, como no. Son la empresa más rica del mundo. Quién sabe, a lo mejor podrían hacerte caminar cualquier día de estos.

Pero centrándonos en el presente, estás en tu cuarto, en tu silla de ruedas plegable. La pones en posición semi tumbada, te colocas las gafas de realidad virtual, introduces tu nombre de usuario y contraseña...

¡Bienvenida a EDEN!

La voz de Mr. Navit, la mascota corporativa de EDEN te da la bienvenida. "Vuelas" por encima de todo ese "mundo" digital, lleno de color, entretenimiento, conocimiento, videos de gatitos... Era maravilloso lo que habían conseguido con tan solo un equipo de programadores expertos. El presidente y fundador de Kamishiro enterprises debía estar forrado si se podía permitir los servicios de personas que creasen esa maravilla. 

Ahora se te presentan varias opciones: ir al menú de EDEN, donde podrías elegir si querías crear un chat, ver vídeos relajada, revisar las acciones, etc; seleccionar entre los múltiples espacios libres, que no eran nada más y nada menos que servidores para pasar el rato. O ir a la entrada de EDEN, un maravilloso espacio donde podrías comprar cosas para tu avatar, preguntar a Mr. Navit sobre lo que quieras, buscar a algunas de tus amistades...

De mientras vuelas, escuchas una noticia bastante terrible:

- Una joven llamada Ayaka Asakura lleva unos días desaparecida. La policía está a punto de cerrar el caso, ya que llevan bastantes meses investigando, sin dar con ella por ningún sitio. Buscaron en EDEN una patrulla especializada, pero no dieron con su paradero.

- En otro orden de cosas, los casos conocidos como “hologramas fantasma” en el mundo real están creciendo. Muchos dicen que son solo leyendas urbanas. Aunque se han recibido informes de todo Japón de gente a la cual le pasaban cosas extrañas, siguen siendo casos aislados. Por ejemplo, una trabajadora del acuario de Osaka que dijo haber visto una especie de “serpiente” marina en uno de los tanques. Pero, como decimos, seguramente sean leyendas urbanas o bromas de hackers para molestar a la población.

Y de repente pasan a dar publicidad de una posada llamada Posada Sawaizumi (patrocinada por Empresas Kamishiro). Como muchas otras empresas, también promocionadas por Industrias Kamishiro.

Tras una corta estadía en el hospital y clases con el tutor, por fin llegaban los días de relajo y tranquilidad, sin duda para aprovechar parte tenía que entrar a EDEN, ya era casi como una rutina. La sensación de poder caminar o incluso volar, nunca dejaría de ser extraña, pero si había aprendido a apreciarlo sin llegar a sentirse mal por su situación en el mundo real.

A sabiendas de que solían pasar varias noticias importantes en la zona de carga, esperó para escucharlas, sorprendiéndose ante la primera, entendía las distintas situaciones de la gente para tal vez desaparecer de manera premeditada, pero esa joven no parecía ser de ese tipo y la policía ya se estaba dando por vencida. La segunda pasó mas desapercibida mientras tomaba la opción del menú.

Dentro ya de la zona designada, abrió de antemano un chat público para cualquiera que quisiera hablar un rato, gustaba de hacer eso de vez en cuando, después de todo era la mejor manera para conocer a gente nueva o que algún conocido volviera a contactar. Dejando en segundo plano eso, abrió una ventana para leer por completo la noticia de Ayaka Asakura y una segunda con música de fondo lofi. Quería enterarse bien de la situación, qué habían decidido y por qué para cerrar el caso, después de todo confiaba en que no fuera sólo porque había pasado algo de tiempo, pues podría haber uno o varios casos mas urgentes.

En lo que revisaba varios artículos, para no quedarse con información incompleta, jugueteaba con el cabello, pese a ser un avatar, se sentía sumamente real, desde la última vez que había entrado incluso se había teñido el cabello del mismo color, pues le gustaba ese pequeño toque de color en su vida.

En lo que revisas los anuncios, que no parecen revelar mucho más que las noticias que habías oído, de pronto, delante tuya se abre una pantalla, mostrando al simpático Mr. Navit. Pero, hay algo raro con él. Su habitual rostro sonriente es rojo, a diferencia de su habitual verde. Pero su expresión sigue sonriente. 

- ¡Hola, soy Mr. Navit, el hacker! Hola Maria Fukui ¿Quieres un regalo? Pues ve esta noche al descampado de las afueras de Tokyo, el que dicen que está encantado, a las doce en punto. Si no vas ¡Te hackearé! ¿Qué podría salir mal? 

Y la pantalla se desvanece, haciendo que la sonrisa roja de Mr. Navit desaparezca. 

Ese extraño mensaje la tomó por sorpresa, no le dio tiempo a nada mas que leerlo y después procesarlo. Inmediatamente cerró el chat que tenía abierto y las pestañas de música y noticias, quedándose un par de minutos ahí tranquila para poder procesar lo que acababa de suceder.

Se supone que EDEN es seguro, o al menos si no te metes donde no te llaman, por eso no llegaba a una posible causa de que un hacker se metiera con ella, tampoco daba su información personal, por lo que no podían saber quien es. Tras no llegar a nada, decidió desconectarse y quedarse en su cuarto un rato más, pensando y dándole vueltas por lo que fueron unos treinta minutos. No podía arriesgarse a que la hackearan, tal vez incluso ya estaban dentro y podían meterse con el trabajo de sus padres, a su vez no era seguro ir a un sitio tan alejado a esa hora.
Con la idea de despejarse un poco, fue hacia la cocina, tomando algo de zumo de naranja y quedando al lado de una de las ventanas que dan a la ciudad, no podía ver por los edificios de en frente, pero era lo mismo, mirar hacia fuera. Mentiría si no le resultaba interesante hacer eso, escaparse e ir a ese encuentro, pero tampoco tenía tanta libertad como pudiera desear... Hasta que recordó que hoy le tocaba a uno de los guardias mas permisivos que su padre había puesto para llevarla a distintos sitios.

Sin demorar mucho, tocó el botón con el que llamaba a los guardias para que subieran al piso, mientras se dirigía a su cuarto y comenzaba a escribir una nota con todo lo que sucedía y el lugar al que se dirigía. No era tan tonta como para irse sin mas, y si llegaba a pasar algo, como que se perdía y no podía encontrar la vuelta a casa por sus medios, podrían dar con ella rápido. La puso dentro de su diario, el cual no tenía ningún tipo de cerradura y dejaba sin problemas en su mesa, pues sus padres nunca lo revisaban, pero dejó sobresaliendo lo suficiente de la hoja como para que lo vieran si buscaban en su cuarto.

En cuanto llegó el guarda, ya había llegado a una excusa creíble- Acabo de quedar con un amigo de EDEN, mis padres me han dado el visto bueno para que me quede todo lo que quiera y llame cuando terminemos ¿Podrías llevarme y recogerme luego? -Lo bueno de no haber mentido de esa manera antes, es que la creerían fácilmente, por lo que la dirección que dio fue de un barrio cercano al descampado, para poder ir por si misma hasta allí, tal vez tendría que esperar en algún sitio hasta la hora, pero no le importaba, seguramente daría con alguna cafetería para tomar algo mientras. 

Me giro algo sorprendida hacia el niño que también se ha acercado a preguntar por lo del hacker. Espera, ¿un niño? La gente que usa niños de avatares es... "poco confiable", como diría mi madre. De todas formas, parece que es otra víctima más. Asiento ligeramente y luego me giro hacia el hombre grande, esperando una explicación por su parte. Aunque tal vez no esté muy acostumbrado a darlas.

Pero en cuanto la da, alzo las cejas sorprendida. Miro a Mr. Navit mientras muestra las noticias, aunque ya he leído la mayoría de ellas. Bajo la cabeza, sin saber muy bien qué decir, excepto pensar en la única forma de que nos hayan podido enviar este mensaje. 

- Es posible que no nos haya hackeado como tal al empujarnos, sino que simplemente haya sido la forma de dejarnos el mensaje, por lo que es posible que aún no nos haya llegado a hackear y esto solo sea una forma de ganar tiempo, o que ya lo haya hecho y por el contrario esta sea una forma de obtener algo más de nosotros... - me quedo en silencio un momento, al darme cuenta de que todo mi razonamiento ha ido en voz alta y me cruzo de brazos, bajando la voz - E-es solo u-una teoría... Pero... - me giro hacia el niño - ¿D-de verdad piensas ir a ese sitio solo? - Tampoco es que yo quiera perder mi cuenta pero ir allí... - Tampoco es que pareciera un hacker m-muy profesional... No dijo nada sobre avisar a las autoridades, pero i-imagino que el resultado será el mismo...

Los cuatro recibís un mensaje en los Digivice. Cuando lo abrís, veis de quién es: Mr. Navit, el hacker. No el simpático Mr.Navit que se está alejando de vosotros, sino del Mr. Navit del rostro rojo. El mensaje dice así:

Ah, ahora que menciona Ume a las autoridades: no las aviséis. Porque entonces ¡os hackearé! :D Da igual dónde estéis, vuestra cuenta será hackeada. Supongo que no hace falta decir más sobre ello ¿verdad? Cada uno tiene asuntos personales de los cuales yo me enteraré. Y si hay datos comprometidos, podré jugar con vosotros :3 ¡Id solos al descampado, ya veréis que divertido!

Eso os hace plantearos si realmente es Mr. Navit el hacker de verdad ¡Pero solo es una IA de búsqueda! Este se expresaba como una persona. Cruel y con tono robótico... Pero los robots no podían hacer daño al ser humano* ¿Qué podíais hacer? A voz de pronto, obedecer. Al fin y al cabo, dijo que os estaría esperando un "regalo". Nada podía salir mal... ¿O sí?

Nada más recibir el mensaje, me llevo ambas manos a la boca, abriendo más los ojos y bastante sonrojada, si es que se puede ver eso en mi avatar. ¡¿Ha... ha sido por mi culpa?! ¡¿Y cómo sabe mi nombre de verdad?! Bueno, tampoco es que fuera muy difícil... Pero eso significa que es posible que ya tenga nuestros datos y ya sepa suficiente información sobre nosotros y... su investigación... Poco a poco me voy escurriendo de rodillas al suelo, sin ver ninguna opción que no nos ponga en peligro a nosotros ni a nuestros datos. 

- L-l-l-lo siento... - murmuro aún tapándome la boca - ¿Qué... q-qué hacemos?

Metido en la conversación como estaba, Satoru se sobresaltó un poco cuando un nuevo mensaje de Mr. Navit, el rojo, les alcanzó a los cuatro al mismo tiempo. Lo abrió, leyó y suspiró mientras la chica se disculpaba. ¡Acababa de darle una pista al hacker sobre qué hacer! Aunque bueno, siendo honestos...

- Seguramente sólo se le había olvidado decirlo, y si hubiéramos llamado a la policía nos hubiera hackeado igualmente. - dijo Satoru, encogiéndose de hombros. - Y como he dicho antes, deberíamos ir al descampado ese. Todos juntos. - añadió, ya que la tal Ume había sugerido si pretendía ir allí él solito. - No sé vosotros, pero yo le tengo aprecio a mi cuenta y no me gustaría perderla. - dijo con un tono bastante firme para alguien con aspecto de niño pequeño, mirándolos intensamente desde abajo.

No era que tuviera miedo de ir él solo y estuviera intentando convencerlos ni nada... N-No, claro que no, se intentó convencer a si mismo. Era por el bien de todos.

Aunque mi hermana obviamente no le haría gracia tener que decirme por favor para que le diera la información, mi hermana tenía que aprender a ser educada y amable. Era una chica muy muy lista que seguro haría unas cosas geniales cuando creciera... Pero de momento tenía solo catorce años, y como su hermana mayor era mi obligación enseñarle las mejores cosas posibles. Por lo que cuando me lo dijo sonreí y estaba lista para contarle... aunque nos interrumpieron y ocurrió lo que ocurrió.

Miré levemente a mi hermana cuando fue justiificando sus malas palabras con que la chica se acercó con confianza... como si eso fuera malo, entonces a mi me dirían "Aparta" muchas veces en mi vida. De todas formas, al final mi hermana se disculpó, por lo que cumpliendo mi palabra le solté la oreja una vez la dijo.

Por otro lado, miré con más seriedad al chico -Ya, una sati-loquesea... Pero justamente tuviste que usar una descripción tan detallada...- dije con seriedad... Pero al final el chico también se disculpó, por lo que con eso también le solté la oreja. Ya con ambos sueltos de mis garras, volví a sonreír -¿Lo veis? Mucho mejor cuando nos llevamos bien y nos disculpamos- dije ya más contenta de que se hubieran disculpado... También dejando claro de forma implícita que mejor no volver a cometer los mismos errores frente a mi si querían conservar sus orejas, jiji.

Itto se sorprende a notar la mano de la mujer en su hombro y por poco salta nervioso. No estaba acostumbrado a relacionarse y ahora le estaban rodeando tres desconocidos. Era más que obvio que no le querían ningún mal pero no era capaz de tranquilizarse, debido a ello sigue callado mientras el resto discute hasta que finalmente suspira cuando el hacker vuelve a comunicarse, era como si algo dentro de él se hubiera roto y por un momento su expresión si que cuadraba con el gigantón de su avatar.

- Yo también voy a ir, si sabe tu nombre es que sabe ya bien quienes somos y puede que tenga razones distintas para cada uno pero si es un hacker quizás pueda llegar a sitios donde no llega la policía. La cosa es que si vamos allí es el mundo real y no se vosotros pero yo no me parezco en nada al avatar así que si vamos a ir y reunirnos lo mínimo es que digamos que aspecto tenemos, para no sospechar más que nada...- durante un momento su voz sonaba mucho más confiada y firme hasta que se da cuenta de que casi parecía estar dando una "orden" y vuelve a titubear.- Bueno... si os parece bien claro...- añade ya menos confiado e incluso mirando al suelo algo nervioso.

Escucho al otro chico y me preocupo. ¿Así que la chica era una hacker o una posible cómplice del hacker? Cuando la otra chica menciona a la policía, recibimos otro mensaje igual de agradable que el anterior. Ella se disculpa pero niego con la cabeza. -Tranquila, ha sido un accidente...pero esto supone que el hacker nos está vigilando ahora mismo...-comento preocupada. ¿Estaría en este mismo espacio de EDEN con nosotros, o nos estaría vigilando a distancia? La idea daba bastante miedo.

Escucho al grandullón y asiento. El hacker debía saber nuestras verdaderas identidades, eso significa que podía tener más información sobre nosotros. No nos quedaba otra que asistir a la reunión a medianoche. -Tienes razón, deberíamos asegurarnos de como somos en el mundo real para no confundirnos...si eso puedo empezar yo-digo asintiendo con la cabeza. -Yo tengo un aspecto similar al de mi avatar, pero fuera de EDEN soy algo más joven-digo mientras me describo. -Tal vez podríamos intercambiar correos, por si acaso surge alguna emergencia y poder avisar al resto-sugiero al grupo.

La pobre Lil'Pichu se queda mirando la situación de las orejas, con cara de no entender que está pasando, aunque empieza a hilar y su rostro pasa por varios estadios: comprensión, arrepentimiento... Y ganas de partirse de risa muy fuerte.

- En fin... Ay por Dios, que me parto... Entonces ¿Quedamos mañana por la noche en el Parque chatarra de Kowloon? Se supone que es la parte menos peligrosa de Kowloon. Dicen que hay una capa más abajo llamada Sub-Kowloon o algo así, que está AÚN más plagada de hackers ¡Yo soy Lil'Pichu, encantada de conoceros! Este es Yuudai. Vamos Yuudi, saluda a nuestras nuevas amigas.

Mientras dice esto, alza la mano rápidamente y saca a relucir el pulgar, en un gesto de camaradería extrema, mientras os guiña el ojo.

- Bueno Yuudi ¿Nos quedamos con nuestras nuevas amigas o nos vamos por ahí? ¿Qué te apetece hacer en el segundo caso? ¿Laser tag? Ah no, que podría dejarte ciego, como aquella vez, jeje.

Tras intercambiar vuestros correos*, con aíre dubitativo e intranquilo, cada uno se va por su lado, ya sea a quedarse en EDEN o a desconectarse. El hacker os tenía controlados. Posiblemente, ya supiese vuestras identidades y era bastante probable que supiese dónde vivís. Pero ¿por qué suplantar a la simpática mascota corporativa de Kamishiro? El tono en el que os habló era extrañamente tranquilo.

Pasadas unas horas, volvéis al mundo real. Aún así, pudiendo sentir la realidad que os rodea, seguís intranquilos. Y más sabiendo que "algo" os está esperando. Podía ser una trampa. Pero teníais que ir u os hackearía la cuenta. Y, el hecho de que pueda acceder a los datos de vuestra cuenta no se quedaba ahí. Podía acceder a prácticamente todos vuestros datos, desde el día en el que nacisteis hasta toda vuestra vida. Todos los datos estaban almacenados en Internet. Era un arma de doble filo.

Satoru desvió la mirada lentamente hacia Himari cuando ésta mencionó que en el mundo real ellos no eran iguales a sus avatares. Se la quedó mirando unos segundos y esperó a que todos describieran más o menos cómo eran en la realidad, y él simplemente dijo que "le reconocerían" y que "era muy parecido" a su avatar, entre murmullos. De repente se sentía un poco tonto por tener un avatar con su mismo nombre y apariencia reales... ¡Agh, seguro que aquello le había facilitado mucho la tarea al hacker! ¡¿Se estaría riendo de él al darse cuenta de aquello?!

El joven intercambió su correo con el de los demás afectados por el hacker, y tras despedirse de ellos se desconectó de EDEN, se quitó el dispositivo de realidad virtual y se quedó en silencio un rato, encogido sobre sí mismo y mirando directamente a una de las paredes blancas de su habitación. ¡No podía creer que había accedido a encontrarse con gente del mundo virtual en el mundo real! ¡No sólo eso sino que él había sido el primero en aceptar la petición de aquel hacker! ¡Eso le pasaba por hacerse el valiente y el sabelotodo delante de la gente! ¡Tonto, tonto!, se dijo a sí mismo. Luego intentó convencerse de que no era para tanto. ¡Todo saldrá bien, eres genial!, se dijo.

Sí, todo iría bien, estaba claro. Probablemente.