-Sí, de acuerdo, todos juntos. Ya diversificaremos el registro una vez sepamos qué tanto trabajo tenemos por delante, como hemos hecho en el apartamento. YDe todos modos, Kamaroff, aquí tienes mi número, por si quieres que estemos todos comunicados si llegamos a separarnos.
Aquellas tres horas de coche habían sido eternas con todo el peso del entierro aún en su cabeza, y tras otro tanto de repasar documento tras documento. El lugar era hermoso, y la noche clara, pero no estaba de humor para disfrutarlo. Así que tras estirar las piernas al salir del vehículo inspiró profundamente y sacudió las manos agarrotadas, mientras proponía los siguientes pasos.
-Bien, empecemos por echar un ojo por fuera, a ver qué clase de cobertizo es eso de ahí atrás, y luego entramos en la choza. ¿Os parece? Vamos.
Propuesta: Vuelta por fuera y luego entramos según lo que veamos.
-Buena conducción, James -levantó un pulgar hacia Cornwell.
La noche era gélida y el lugar propio para una peli de terror. Eso no amedrentó a los cuatro agentes, con la experiencia acumulada y las diferentes y peligrosas misiones pasadas.
-Seguro que de día tiene su encanto.
Avanzó unos pasos hacia la cabaña, observando el lugar con ojos atentos, agudizando el oído y la vista. Olió el aire nocturno.
Buscando señales. Algo.
-De acuerdo. Mejor juntos, nunca se sabe.
Encendió su linterna. La oscuridad era intensa y no creía que nadie estuviese en la cabaña. De cualquier forma, los fsros del coche y el ruido del motor hubiesen alertado a cualquiera. Además que no se veía ni torta sin algo de luz.