Partida Rol por web

[DM 24/01] Dragonlance - En Busca del Portal Huldre

Capítulo II - El Límite del Glaciar

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12/01/2024, 02:20
Dungeon Master

25 Reorxmont  434 AC

Durante los últimos casi seis meses habéis estado trabajando sin descanso en la construcción de vuestro nuevo hogar, cada uno con sus propios talentos y la mejor de las voluntades. Algunos yendo y viniendo a Palanthas con materias primas o mobiliario. Otros cavando cimientos, o acarreando materiales allí donde se necesitaban; o cazando, o manteniendo el campamento sembrado de tiendas de campaña que habéis montado en las inmediaciones...

Incluso los elfos que rescatasteis de Nueva Ciénaga y el mudo Agapanto han venido hasta aquí para ayudaros en la medida de sus posibilidades, junto con una cuadrilla de gruñones pero laboriosos enanos de las Garnet que Markham puso a vuestro servicio.

Y poco a poco, un proyecto que solo existía en vuestra imaginación y en los bocetos del llorado Ulfgar, ha ido tomando forma bajo las directrices de Ailaserenth. Directrices, la verdad sea dicha, no siempre seguidas de buen grado por todos los operarios.

Sin embargo, lo que es indudable incluso para los más cínicos es que, sin el férreo control presupuestario y la ubicua labor del mago silvanesti, hace tiempo que la obra se habría quedado paralizada por falta de recursos.

A lo largo de este medio año, Ailas ha parecido estar en todas partes. Supervisando el cumplimiento de los planos, levantando muros y cimientos de la nada, transportando con su magia herramientas y equipos de trabajo a alturas imposibles allí donde se necesitaban, dando forma en segundos a los materiales en bruto para transformarlos en muebles de hermosa manufactura...

Todo esto ha tenido un importante coste en su salud y, ha menudo, lo habéis visto desmayarse a causa del admirable esfuerzo arcano. Pero ninguna penalidad le ha hecho desistir y ahora, gracias al esfuerzo colaborativo de todos vosotros, vuestro torreón está terminado y listo para ser inaugurado.

Estaba previsto que el emperador acudiera personalmente a esta inauguración pero el recrudecimiento del conflicto en las fronteras orientales de Solamnia le ha obligado a acudir allí en persona para liderar al ejército.

En su lugar, ha sido lady Coryn quien ha aceptado vuestra invitación y ahora, sentados en vuestro nuevo comedor, os disponéis a disfrutar del merecido festín que Agapanto ha preparado con media docena de cabras montesas cazadas por Enrielle en las inmediaciones y varios barriles de vino y cerveza comprados en Palanthas.

Notas de juego

Os dejo el mapa del torreón terminado. Lo que no existe todavía es la muralla perimetral, ni el cuerpo de guardia para entrar en ella.

Sin la magia de Ailas, el torreón os hubiera costado un 124% del presupuesto total (es decir, hubierais tenido que poner mucho dinero de vuestro bolsillo. Dinero que no tenéis en efectivo, así que habríais tenido que hacer recortes o vender buena parte de vuestro equipo mágico).
Gracias a la magia de Ailas, habéis consumido "solo" el 62% del presupuesto total en la construcción del torreón.

Sin la magia de Ailas, podéis tener la muralla y la entrada construidas en 2 meses y el coste será del 34% del presupuesto total (tenéis suficiente, pero seguramente os toque poner dinero de vuestro propio bolsillo para hacer que vuele llegado el momento).
Con la magia de Ailas, no tendréis construida la muralla hasta dentro de 2 años de trabajo ininterrumpido en ella, pero el coste será "solo" del 16% del presupuesto total (y con suerte el dinero sobrante será suficiente para hacer que vuele llegado el momento).

Vosotros elegís.

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12/01/2024, 21:47
Ailaserenth Sëlanar

Aunque todavía soy joven de acuerdo con los parámetros de mi raza, tengo la sensación de haber logrado el mayor hito que alcanzaré en toda mi vida.

Este lugar será mi legado. Lo que me sobrevivirá mucho después de que yo me haya ido. Y no solo por lo que es, materialmente hablando, sino por la promesa que supone para la Alta Hechicería. Ahora que la Torre de Palanthas ya no existe, este lugar puede convertirse en la primera escuela de magia para los palanthinos con talento para el Arte. Quizá incluso la primera de todo el Imperio Solámnico.

Y eso es precisamente lo que quiero ofrecerle a lady Coryn en esta velada, la oportunidad de enviar a estudiar aquí a estudiantes prometedores. Aunque ya he tenido ocasión de adelantarle mis pretensiones en conversaciones anteriores.

No me engaño. Lo más probable es que la mayor parte de estos estudiantes no sean más que los hijos segundones o tercerones de algún noble solámnico con ganas de pagar por librarse temporalmente de su vástago sin sentir remordimientos. Pero la magia arcana no es solo un don innato con el que uno es bendecido, es una profesión apasionante y agotadora que requiere dedicación y esfuerzo continuado. La práctica hace al maestro y ni el mago más portentoso llega a serlo sin sacrificio.

Y sobre sacrificio personal sé tanto como puede saberse a mi edad, del mismo modo que soy una eminencia en otros saberes.

Sin embargo, todos estos proyectos de futuro están todavía lejos de materializarse. Queda mucho por hacer y no me engaño. Tenemos un laboratorio de magia poco equipado, una biblioteca con estanterías vacías que debe ser llenadas de volúmenes y un dormitorio comunal cuyas literas aguardan a sus ocupantes.

—Sed bienvenida al Torreón del Vendaval, lady Coryn. Todavía no puede considerarse totalmente terminado, pero es un honor para nosotros que vos seáis nuestra primera invitada. Estamos deseando escuchar las noticias que nos traéis sobre los Portales. Pero antes, por favor, permitidme que os muestre la planta que hemos preparado para las jóvenes promesas que vendrán aquí formarse.

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12/01/2024, 22:29
Ailaserenth Sëlanar

Si bien es cierto que me enorgullezco enormemente de toda la Torre del Vendaval, no lo es menos que la planta destinada a mis aposentos privados es en la que he invertido más dedicación.

Y, no obstante, hay algo en ella que permanece inacabado. Un proyecto que ideé cuando todavía estábamos aposentados en la fortaleza de Mem y que nunca llegó a materializarse por falta de oportunidad.

He elaborado una preciosa y carísima bañera de acero para mi aseo personal pero que, como cualquier otra de naturaleza mundana, requiere que el agua sea calentada en la chimenea. Una tarea indigna de mí y que tampoco deseo delegar en otros, pues soy muy celoso de mi privacidad.

Y es por ello que he proyectado encantarla para que el acero se ponga al rojo vivo y, al hacerlo, caliente el agua que haya en su interior. Se suponía que Klunurig me ayudaría a llevar a cabo tal encantamiento, pero realmente nunca llegué a albergar la esperanza de que el indisciplinado y loco enano colaborase conmigo en modo alguno.

Ahora que está muerto, no he tenido más remedio que contratar los servicios de un sacerdote de Sirrion, en Palanthas, para conseguir un pergamino con el último conjuro que requiere mi proyecto. Invitarlo a acudir a mis aposentos es algo que estaba para mí fuera de cualquier consideración.

Lo que me causa desasosiego es reconocer que yo carezco de los conocimientos necesarios para conjurar el sortilegio escrito en dicho pergamino. En cambio, Wylas ha demostrado estos meses ser una persona extraordinariamente talentosa a la hora de forzar a la magia de toda clase a doblegarse a su voluntad y yo tengo la esperanza de que esté dispuesto a ayudarme con este asunto de importancia capital para mí.

Notas de juego

Pues eso, que necesito de tu habilidad para "usar objetos mágicos", si estás dispuesto a echarme un cable ;)

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12/01/2024, 23:24
Wylas

La conversación con la jefa de Wayreth y el emperador de todas las Solamnias había resultado interesante, reveladora, incluso. Si Wylas lo había entendido bien el grupo había liberado a un “huldre” (fuera lo que fuera eso), con capacidad para viajar entre planos. O al menos conocimientos sobre ellos. Ese huldre estaba atado a un lugar concreto, un lugar que habían invadido los minotauros ayudados por los zeboimitas. Los zeboimitas buscan la manera de acceder al Abismo para conseguir la reliquia esa corazón, así que… ¿nadie ve las conexiones o se las imaginaba él solito?

Más allá de eso, desvanecido ese momento de revelación, las cosas se calmaron sobremanera, aunque se llenaron de actividad. Del día a la noche se habían convertido, de facto, en los gobernadores de aquel lugar apartado. No habían conocido el lugar en el mejor momento del año, pero estaba muy bien situado: A 15 millas al oeste de Palanthas y 20 al sureste de Daron. El cerro dominaba el angosto y escabroso paso entre la capital solámnica y un puerto, lo que explicaba la necesidad de controlarlo de alguna manera. Si los minotauros tomaran al asalto la pequeña ciudad portuaria podrían mandar un contingente de cierta entidad hacia Palanthas, a pie, y sólo tardarían una o dos jornadas en llegar hasta allí. Puede que no fuera a ser un ejército, pero un grupo militar de élite podría reducir a cenizas la ciudad si se les daba la oportunidad, oportunidad que podían tener si se les sorprendía con un ataque inesperado por tierra.

Así que erigirían una torre. Y no una cualquiera. Los planes que Ailas llevaría de los esbozos a la realidad, previo paso por el uso de grandes cantidades de magia, tendría un portentoso número de pisos, con una enorme capacidad interior.

El trabajo y esfuerzo que hubo que destinar a la construcción fue abrumador. Durante nada menos que medio año Wylas se vio forzado a ser los ojos para Ailas en la zona de construcción y descanso para los obreros, así como su asesor para materia laboral y su mediador de conflictos. Cuando no andaba resolviendo alguno de los asuntos que irremediablemente se le escapaban al elfo y que se veía obligado a delegar en su “aprendiz”, estaba encaramado en los andamios para revisar de primera mano cómo iban las cosas. O incluso, ugh, colaborar activamente. Sus manos no estaban hechas para eso e incluso llegó a desarrollar algún callo, cosa de la que se quejó y proclamó a los cuatro vientos. Tampoco estaban hechas para aguantar a personas que caían inconscientes al suelo por un uso excesivo de hechizos de alto nivel y ahí sí que no le sabía mal utilizarlas. Identificado el problema, Ailas siempre tenía a Wylas de sombra cuando se disponía a lanzar sus hechizos. Y esgrimía la excusa de que de alguna forma tenía que aprender a hacer magia (y de momento carecían de volúmenes sobre magia en la biblioteca). Otros hubieran desistido de invertir tanto esfuerzo en algo, pero el túnica blanca poseía un tesón envidiable, uno del que poco a poco Wylas se hizo partícipe, enorgulleciéndose de la capacidad de su maestro.

Pero no todo era trabajo, claro. O al menos no con las manos. Cada cierto tiempo había que ir a encargar más material a la ciudad, a hablar con los artesanos y proveedores, a asegurar los suministros de las más variadas herramientas, útiles y viandas. Así que alguien de confianza debía encargarse. No pudiendo ir siempre Enrielle, a menudo le tocaba a Wylas. Y fruto de su ir y venir el pícaro acabó echándose novia. Brynhild, se llamaba. Una tabernera pelirroja y pechugona de armas tomar que trabajaba en El Grifo Rampante de Daron (hay otro El Grifo Rampante en Palanthas) y que se las apañó para echar el lazo al aventurero. Hasta que, según dicen, la abandonó al enterarse de que llevaba un hijo suyo en su vientre. ¡Habladurías! Aunque el desinhibido y dicharachero Wylas parecía ser de todo menos una persona responsable, en realidad había preferido mantenerla al margen de su peligrosa vida y sus andanzas, aprovechando para verla a cada oportunidad y enviándole pequeñas cantidades de dinero para asegurar su manutención y que no le faltara de nada en su ausencia. Pero peleas también era cierto que había habido, Bryn ya tenía mucho carácter antes de quedar embarazada y las hormonas no le hacían bien en ese sentido. Se podría considerar afortunado que Wylas fuera tan buen esquivando cosas lanzadas hacia él…

Tras la construcción de la torre tocaría ir al Abismo. Una idea aterradora a la par que irresistible. ¿Cómo podía negarse a ir a un lugar como aquel, aunque fuera para decir que había estado allí? Y, si lograban recuperar la reliquia, sería para frustrar los planes de los seguidores de una malvada deidad muerta y aquellos que querían revivirla. ¡Eso sería épico! No se lo perdería por nada del mundo. Y para anunciar dicho viaje acudiría la mismísima Lady Coryn a la inauguración de la torre.

Notas de juego

Me gustaría que Wylas conociera no sólo tanto Palanthas como Daron, sino también visitar la mina, aunque fuera para anunciarles que los PJs están ahí para protegerles y que les hagan visitas. Tal vez podrían abastecerse, al menos en parte, del mineral de la mina. Incluso podría sondearse a las personas relevantes de la mina para ver qué pie calzan.

Respecto a la construcción de la torre, yo abogaría por que la torra se construya con ayuda de Ailas (creo que se da por hecho) (62% de los fondos gracias a ello) pero la muralla y entrada se construyeran en 2 meses (consumiendo el 34% del presupuesto). Eso nos colocaría en un 96% del presupuesto. Y ya pondríamos dinero de nuestro propio bolsillo para hacer que vuele la torre llegado el momento.

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12/01/2024, 23:55
Wylas

─¿Torre del Vendaval, maestro? ¿En serio? ¿No podría ser algo como Torre de las Tormentas o Torre de Daranthas (medio Daron, medio Palanthas). Torre de Ailaserenth o Torre Sëlanar tampoco suena nada mal... ─el pícaro iba a añadir un "o Torre de Ailas-Wylas", pero no tuvo fuerza de ánimo suficiente como para decirlo en voz alta ante la mirada escrutinadora de Ailas. Una mirada a la que, por otro lado, empezaba a acostumbrarse.

Wylas, por otro lado, más allá de su verborrea, estaba demostrando tener buen carácter y mucha más discreción y sentido común de lo que se le atribuiría sin conocerle. Respetaba las manías de su maestro, apenas le molestaba con tonterías o pequeñeces y procuraba no invadir su espacio, su sancta sanctorum, sus habitaciones, en las que entraba únicamente en las escasas ocasiones en las que Ailas así se lo requería.

Convocado para hablar sobre sus capacidades para manejar objetos mágicos y pergaminos, tuvo una productiva conversación en la que desveló sin tapujos los hechizos que había llegado a leer, aunque no el contexto (o no gran cosa de él) en el que se lanzaron.

Notas de juego

Puedo escoger 10 en las tiradas de Usar objetos, lo que me coloca en el nada desdeñable total de 25 sin tener que tirar. Si no me equivoco eso me daría para lanzar hasta un hechizo de NL5. O sea, un hechizo de tercer nivel "pelado". Si es un hechizo que entre dentro de este estrecho margen, ningún problema... salvo que la bañera cueste encantarla más de 1.000 monedas, en cuyo caso entiendo que se tendría que lanzar el hechizo más de 1 vez (una vez al día), por lo que harían falta varios pergaminos... Y si es de más nivel, pues tendría que intentar hacer una tirada.

Como habilidad creo que no la tengo nada mal, pero claro, es que la TR es complicadilla.

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13/01/2024, 15:08
Dungeon Master

Con excepción del dormitorio que ahora ocupa ese advenedizo de Wylas, la segunda planta de la torre te pertenece por entero. Has dejado al estirado silvanesti trabajar para ti en tabiques y paredes, y también en una parte del elegante mobiliario de tu despacho y tu dormitorio. Sin embargo, en lo tocante a la estancia situada en lo más profundo de tus aposentos, has sido extraordinariamente celosa.

Para llegar hasta ella, hasta la secreta capilla dedicada al dios de la muertos vivientes, es preciso atravesar tres puertas con sus respectivas cerraduras y solo tú guardas la llave de cada una. Fue el mismísimo Chemosh quien se te apareció en sueños reclamándote que la construyeras y consagraras para él.

Tu Señor está complacido con tu reciente conversión y el modo en que estás abrazando el culto a la muerte. Y le agrada que estés instando a tus compañeros hacia el Abismo. Es por ello que ha decidido otorgarte el más oculto deseo de tu corazón a cambio de que le sacrifiques tu cristal bebedor de vida: el regreso de Valev.

Sin embargo, como ya sucediera con la resurrección de Enrielle, tu antiguo amante no ha vuelto a la vida tal cual lo recordabas. Ahora es un no-muerto hambriento de carne humana, que vive oculto en un estrecho nicho bajo el altar de la capilla y cuya ansia voraz parece no saciarse jamás. Sus recuerdos y parte de su personalidad, en cambio, sí que los conserva y se ha convertido no solo en el guardián de tu sacrílego santuario, sino también en tu confidente.

Incluso a pesar de que en ocasiones ha tratado de devorarte impelido por su hambre atroz, no lo has destruido porque tu dios parece hablar a través de sus labios cuando sea comunicarse contigo.

Notas de juego

Valev es ahora un necrófago que vive en la capilla de Chemosh y al que puedes someter por medio de tu aptitud "reprender/comandar muertos vivientes".

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14/01/2024, 08:16
Enrielle "Flechas de Muerte"

Al contrario de lo que Enrielle había pensado inicialmente, los meses de la construcción de la torre le habían sentado extraordinariamente bien. La vida de aventurera que tanto había deseado llevaba consigo la tensión de estar bailando continuamente con la muerte, y ya había probado de ese plato. Necesitaba alejarse un tiempo de eso. Incluso había delegado en Bugambilia mantener el contacto con Sombra Silente a través de la piedra de recado, pidiéndole de vez en cuando a la kender que la pusiese al día respecto a la situación de la Legión de Acero.

Había intentado participar activamente en la construcción de la torre en la medida de lo que había podido, que fue acarreando cosas de un lado a otro o trayendo materiales desde Palanthas, pues no tenía talento alguno para construir una choza siquiera. 

Pero cuando consideraba que no era tan necesaria, bastante frecuentemente, la joven montaba en su lobo gigante y se alejaba del campamento en dirección a las montañas negras que rodeaban el lugar. En ocasiones regresaba al caer la noche; otras, en uno o dos días, teniendo Wylas que ser él quien se encargase de ir a Palanthas -cosa que, al parecer, tampoco había desaprovechado-. Enrielle y Bruma Gris regresaban con alguna pieza de caza, embarrados y con el pelo revuelto. Dejaba el animal cazado a disposición de Agapanto y se preparaba un baño de agua caliente en un tonel al aire libre junto a su tienda de campaña. Dejaba su cuerpo lleno de cicatrices en remojo hasta que el agua se quedaba helada, sumergida hasta la nariz y con los ojos cerrados. Después, cuando salía, solía estar de buen humor.

Entonces era cuando proponía a Freya practicar la destreza con la espada. Había disparado tantas veces con su viejo arco encantado que ya era para ella algo tan natural como respirar, pero en el combate cuerpo a cuerpo se sentía lenta e imprecisa. Freya danzaba ágilmente a su alrededor, haciendo espectaculares piruetas y lanzando ráfagas de golpes y estocadas tan rápidas que Enrielle era incapaz de detener, mucho menos tratar de atacar de forma efectiva. En los descansos, jadeante y con el sudor perlando su frente, escuchaba los consejos que Freya le daba. Cuando lo hacía, la elfa adoptaba una actitud de instructora militar profesional que no agradaba demasiado a Enrielle, pero sin duda era útil y, pese a sus diferencias, sentía que estrechaba lazos con ella.

El día de la inauguración de la torre, Enrielle, aún con el cabello húmedo tras el baño, acompañaba a los demás en el salón.

—Te damos las gracias por haber intercedido entre nosotros y el emperador, Lady Coryn. — dijo Enrielle — Soy consciente de que has tenido que intervenir más de una vez para salvar nuestras pequeñas diferencias, y gracias a eso Ailaserenth y Kyliana han podido hacer que esta torre sea una realidad.

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14/01/2024, 15:21
Coryn Brinefolk

La líder de los Túnicas Blancas se muestra muy impresionada con la magnífica torre de más de veinte metros de altura que habéis construido aquí. Y especialmente complacida también al conocer las aspiraciones académicas que Ailaserenth ha proyectado para este lugar.

Durante casi cuarenta años, la magia arcana fue desapareciendo de forma paulatina del mundo cuando las tres lunas se desvanecieron de los cielos de Krynn. Ahora éstas han regresado y, con ellas, la magia. En la última década el Cónclave ha hecho enormes esfuerzos para restaurar un legado desvanecido en las cuatro décadas anteriores, pero todavía queda mucho por hacer. Sobre todo porque hay muy pocos magos verdaderamente poderosos o con los conocimientos suficientes como para preparar convenientemente a las próximas generaciones para enfrentarse a la Prueba.

La supervivencia misma de las tres Órdenes está en juego y vosotros estáis haciendo una apuesta decidida por ayudar a su restauración. Así que lady Coryn se compromete a encauzar a las jóvenes promesas de Palanthas hasta aquí para que puedan aprender de dos magos elfos consagrados a la Alta Hechicería.

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14/01/2024, 20:00
Kyliana de Mem

Estaba muy orgullosa de la capilla que había creado. El diseño había sido enteramente suyo, la única parte de la torre en la que no había contribuido demasiado el elfo. Si bien era cierto que éste había diseñado la estructura principal, ella había estado retocando aquí y allá y en más de una ocasión acabaron discutiendo y postergando la construcción de aquella zona para más adelante. No por nada, la capilla había sido el último reducto de la fortaleza en concluirse. Fuera como fuera, una vez la estructura principal estuvo terminada, fue Kyliana quien depositó la mayor parte de su tiempo en consturir los detalles. Para ello las plegarias hacia Chemosh, tuvieron mucho que ver a la hora de moldear la piedra y levantar paredes.

- Es una maravilla. - Se dijo a si misma complacida al ver terminada su obra. - No tiene nada que envidiar a los salones creados íntgramente por Ailas... ¿verdad que no? - Lanzó la pregunta al aire.

Claro que no... - Respondió una voz cavernosa, procedente de algún lugar oculto en las sombras de la capilla.

No, claro que no... - Repitió ella.


Había llegado el día de la inauguración y Lady Coryn había sido invitada a la misma. Pese a que todavía le guardaba algo de rencor, por lo sucedido con Thorwyn años atrás, había aprendido a apreciar a aquella mujer. Siempre les defendía ante su verdadero enemigo, aunque fuera por mero interés, lo cierto era que le tenían que estar agradecidos. Tanto era así, que a punto estaba de borrarla de su lista de personas contra las que deseaba venganza. 

El mérito es de maese Ailaserenth. - Intervino la goblin para corregir a Enrielle. - Él es el verdero y único arquitecto de este lugar. Es cierto que puede que mis plegarias hayan ayudado a laventar algún que otro muro y a doblegar algún que otro metal, pero siempre bajo las estrictas instrucciones del jinete arcano. - Dio un paso atrás dejando al verdadero protagonista de la obra arquitectónica, bajo el foco de todas las miradas.

Aquel gesto no era egoísta. Sentía realmente lo que decía, pues nunca había querido atribuirse nada que no le correspondiera. Cierto era que había colaborado en la construcción, aportando lo que buenamente había podido, pero el resto había hecho lo mismo. Unos trayendo caza, otros siguiendo las instrucciones del elfo y hasta Agapando, cocinando para todos. Por ello, no creía que ella tuviera mayor relevancia que el resto, salvo que el del verdadero creador de su nuevo hogar.

Y en realidad, Kyliana le estaba agradecida al elfo, pues desde que la fortaleza de Mem les fuera robada por su verdadero enemigo, el malvado Emperador Solámnico, no había vuleto a tener un lugar al que pudiera llamar hogar. De nuevo estaba en casa y junto a quienes consideraba su familia. Incluso el estúpido elfo era para ella un miembro de su extraña comunidad, aunque como en todas las familias, había miembros que se llevaban mejor y otros que se llevaban peor. En definitiva, aquellos meses trabajando codo con codo en el elfo, habían servido para limar asperezas entre ambos, o al menos así lo sentía ella.

- Perdone que cambie de tema, pero... - Chasqueó la lengua. - ¿Cómo está el tema del Averno? Aunque parezca una temeraria, lo cierto es que me muero de ganas por explorar ese lugar...

 

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14/01/2024, 20:43
Ailaserenth Sëlanar

Me enorgullece el reconocimiento, por otro lado justo y bien merecido, que recibo por parte de todos. Y especialmente de lady Coryn por entender, como muy pocos humanos son capaces de hacer, la potencial trascendencia de este lugar.

Es una mujer extraordinaria y también muy ocupada, y por eso tengo la sospecha de que su presencia aquí no responde únicamente a la mera cortesía. Por extraño que parezca, no puedo evitar coincidir con Kyliana en cuanto al interés por los progresos que atañen al viaje interplanario. Yo no diría que me muero de ganas, ni mucho menos, pero es cierto también que dedicar los próximos dos años a construir un muro perimetral no es precisamente una actividad estimulante y gratificante.

Notas de juego

Mi intención es ayudar a construir con mi magia la barbacana y después, como ha indicado la mayoría, dejar que los enanos se ocupen de levantar la muralla mientras nosotros estamos fuera.

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14/01/2024, 21:53
Freya Adamiel

Durante los meses que duraron los trabajos, Freya se consagró a la tarea de no decepcionar a su señor una vez más, sin poder evitar sentir que aquella tarea era un castigo por su incompetencia. Al fin y al cabo, por importante que fuese aquella mina, ella era una de sus mejores agentes. O eso se había repetido durante años. ¿Era realmente tan necesaria? Por el tipo de trabajo que le habían asignado, no podía sentir sino todo lo contrario. Sin embargo, no rechistó. Al menos no la habían degradado ni humillado públicamente. Aferrándose a esa vaga esperanza, invertía largos ratos en las mañanas ayudando a los operarios en las tareas más pesadas con su magia, ya fuera convocando corceles arcanos para que tirasen de los bultos más pesados, ayudando con sus hechizos a engrasar los materiales para facilitar su encaje, o aumentando de tamaño a los trabajadores o a sí misma para efectuar tareas pesadas o que pudiesen beneficiarse del tamaño. Con su impresionante despliegue de poder arcano, Ailas ensamblaba la estructura de aquella enorme torre, pero la tediosa tarea de vestir su interior requería un trabajo mucho más manual, y allí la magia sutil de la qualinesti resultaba de cierta ayuda. 

Aparte de estas tareas, Freya había entrenado con frecuencia con Enrielle. La humana compartía su faceta marcial, y Freya disfrutaba apaleándola con los floretes embotados, al tiempo que intentaba instruirla en la posición del cuerpo, la guardia, o gestos naturales de parada que le permitiesen sobrevivir a las peores estocadas enemigas. Enrielle era muy ágil, pero combatía con una torpe espada larga, y eso sin duda ralentizaba sus gestos. Pese a todo, la elfa pudo notar una importante mejoría en sus movimientos, aunque la propia Enrielle no lo notase. Ella misma aprovechó para observar de cerca su técnica de tiro con arco. Aunque Freya era hábil con ese arma, no podía igualar la velocidad de disparo de Enrielle, y eso era algo que la impresionaba.

Con el resto de la comitiva no congenió en exceso. El tal Wylas iba y venía, al parecer empantanado en correrías amorosas. Ella misma había bajado a Daron en más de una ocasión, compartiendo alguna cerveza con el contramaestre, pero, al margen de colarse en alguna cama furtiva con algún marino fornido, no había encontrado nada de su interés. Podía aliviar los calores ardientes de su cuerpo una noche, pero al poco las ansias nerviosas le volvían, y se encontraba a sí misma pensando en Markham, reviviendo la amargura de haber sido relegada a aquel rincón ajeno a sus destrezas, y buscando alguna distracción en la esgrima, o, incluso, en momentáneas incursiones en el reino del estudio arcano, al cual dedicó algún tiempo, pues en verdad se daba cuenta de que su falta de dedicación podía acabar por pasarle factura.


Cuando llegó el día grande, Freya recibió a lady Coryn con un breve saludo, dejando que Ailas llevase la voz cantante. Él había sido el arquitecto y creador de todo aquello, y se merecía el reconocimiento que recibía. Para ella, por otra parte, la aceptación de lady Coryn tenía cierto valor simbólico, pero aquello se mezclaba con los celos mezquinos que sentía hacia ella. Arrancó la velada con gesto sombrío, escuchando las palabras de aquella goblin que ahora se hacía llamar Kyliana, cuyos oscuros poderes habían contribuido también en aquella tarea. Freya seguía sin comprender qué hacía aquella extraña criatura entre ellos, qué cometido tenía, o cuáles podían ser sus motivaciones. Había escuchado la historia sobre sus supuestos orígenes, pero, por más que lo intentaba, no podía imaginarse a la criatura como un sabio y sosegado sacerdote de Gilean.

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14/01/2024, 22:52
Wylas
- Tiradas (1)

Notas de juego

TIRADAS PARA LA FABRICACIÓN DE LA BAÑERA MÁGICA DE AILAS

Resumen: el pergamino está mal, le han timado a Ailas. El bueno e inocente de Wylas pone todo su empeño en convocar los efectos del pergamino, cosa que consigue, aunque en realidad se convocaba otra cosa...

Pifia en la primera de 3 tiradas. Soy un crack...

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15/01/2024, 00:46
Dungeon Master

El comedor de la fortaleza carece de grandes lujos, de maderas nobles, de vajillas y cristalerías refinadas y de cuberterías de plata. Es un espacio funcional, más parecido al salón de un taberna respetable, que al de una mansión noble como Villa Rosad.

Los manteles y unos pocos tapices escogidos son la única nota de color hasta que lady Coryn, por medio de su magia, crea una ilusión más animada y acorde con esta velada de celebración. E incluso una música alegre y suave salida de ninguna parte suena como telón de fondo a vuestras conversaciones.

El orgulloso Apaganto entra y sale continuamente, cargado de bandejas y ollas que llegan llenas y regresan vacías a una cocina tan carente de lujos como el comedor, pero igualmente práctica para el tamaño de la torre y el volumen de comensales.

No faltan ni la cerveza, ni el vino, servidos de pequeños toneles y no de refinadas botellas cuidadosamente etiquetadas.

En numerosos aspectos, especialmente en las zonas de uso común, puede verse que la sobriedad ha primado a la hora de construir este lugar. En su papel como arquitecto y administrador de los fondos recibidos, Ailaserenth ha sido incluso tacaño de acuerdo con la estirada concepción silvanesti del mundo. Y esto ha sido así, para dejar claro al emperador que los impuestos de Palanthas invertidos aquí no han sido un despilfarro para vuestro enriquecimiento y disfrute personal.

Sin embargo, comparada con la ruinosa fortaleza volante de Mem, la Torre del Vendaval supone una mejoría notable para todos vosotros. Tanto en así que los los cuatro elfos silvanesti y Jilhazhí se han trasladado ya desde Palanthas a sus respectivos dormitorios a pesar de que todavía faltaba casi un mes para que venciera el contrato de arrendamiento.

Los cuatro camaradas beben, charlan y comparten una mesa con Bugambilia, mientras los demás estáis sentados en la otra con vuestra invitada. Bruma Gris, tendido a los pies de su ama, se contenta con los restos que ella le va dejando caer discretamente; aunque su atenta mirada lobuna no se aparta de la comadreja de Freya, que corretea despreocupadamente por ahí.

Nadie habla del sarcófago de ámbar que hay tres pisos más arriba, ni del cachorro de léon que lo custodia ferozmente haciendo caso omiso de la algarabía que reina en la planta baja.

Hasta el momento, lady Coryn ha ido posponiendo a lo largo de la velada vuestras preguntas sobre su investigación. Pero ahora que habéis llegado a los postres y que Agapanto acaba de sacar una garrafa de licor de hierbas hecho por él mismo, la Señora de Wayreth alza las manos para silenciar la música y las conversaciones que reinan en el comedor.

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15/01/2024, 00:46
Coryn Brinefolk

Asiente agradecida cuando constata que todas las miradas están posadas en ella y que se ha hecho un silencio expectante, solo roto por el sonido que proviene de la cocina. El sonido de Agapanto frotando las sartenes.

—Seguramente no lo sepáis, porque no muchos lo saben, pero yo provengo del gélido límite meridional del continente —comienza la archimaga con una sonrisa algo avergonzada—. De una aldea muy pequeña de cazadores y pescadores Arktos, que se encuentra más allá del Muro de Hielo, llamada Two Forks.

»Entre mi pueblo existen muchas leyendas, que pasan de generación en generación de forma oral. Y una de estas leyendas habla de algo llamado Kri-Sekt. Un arco de diamante cuya superficie nada puede rayar, que fue utilizado durante la Era de los Sueños por seres celestiales para entrar y salir de Krynn.

»Después de haber investigado mucho sobre ello y trabajado estrechamente con Fisura, pensamos que esa historia podría tener visos de realidad y ser uno de los Portales ancestrales de los huldre. Uno situado en el Valle del Hielo Negro, en la costa sur de la Bahía de la Montaña de Hielo, muy cerca de mi aldea natal.

»Por medio de poderosos conjuros de adivinación, pude confirmar que en esa zona existe una estructura con forma de arcada, pero se encontraba enterrada bajo incontables capas de nieve, hielo y permafrost. El Cónclave envió hace semanas a un representante de cada una de las tres órdenes para abrir un túnel hasta allí, pero ninguno de ellos ha regresado con vida.

»Kri-Sekt puede ser la puerta que buscamos para entrar en el Abismo pero, tras nuestro reciente fracaso de llegar hasta ella, necesitamos que seáis vosotros quienes despejéis el camino. Dudo que nadie más pueda hacerlo. Sabemos que en las inmediaciones habita desde hace siglos una tribu de violentos thanoi y que un clan ursoi se ha establecido hace pocos años también en la región. Ambas son razas temibles y, por lo que sabemos, están enfrentadas entre sí. Puede que alguno de estos asentamientos, o los dos, estén detrás de la desaparición de nuestros hermanos en la magia. Si los encontráis con vida y podéis traerlos de vuelta, os estaremos profundamente agradecidos.

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15/01/2024, 14:01
Ailaserenth Sëlanar

Resulta para mí una enorme sorpresa y decepción descubrir por boca de Wylas que me han estafado con el pergamino. Por lo visto, en estos tiempo locos uno ya no puede fiarse ni de los clérigos, aunque eso no debería sobresaltarme después de haber tratado de forma continuada con la sacerdotisa goblin.

Ando tan escaso de recursos económicos, que no puedo permitirme adquirir un nuevo pergamino, ni sabría dónde hacerlo si no es la capilla de Sirrion que hay en Palanthas, donde ya me han estafado una vez.

He esperado casi un año e invertido mucho dinero para disponer de una bañera encantada y me frustra este inesperado revés del destino. Estoy acostumbrado a que las cosas no salgan como quiero, pero es agotador tener que sufrir las maldades o incompetencias ajenas una y otra vez.

—Gracias por haberlo intentado —le digo a Wylas, guardándome mis verdaderos sentimientos de frustración, rabia y vergüenza por haber sido engañado—. Puedes quedártelo si quieres o arrojarlo al fuego. Si no hace lo que se suponía, si no sirve para calentar metal, para mí no vale nada.

Tendré que seguir recurriendo a sirvientes invisibles para que realicen por mí esta tediosa pero imprescindible labor.

Notas de juego

Pues eso, le regalo el pergamino a Wylas. Quizá algún día lo lea otra vez y diga: "esto... que al final sí parece que servía para lo que dijiste".

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15/01/2024, 14:15
Bugambilia

Sin haber comido demasiado y sin hablar más que para contestar, Bugambilia miraba a los altos y esbeltos elfos que la rodeaban, pues de algún modo había acabado sentada en medio de todos ellos y ahora le daba reparo cambiarse de sitio. Alargó el cuello para mirar a la maga que mandaba a todos los magos cuando empezó a hablar.

Oh, no. Ahora tocaba ir a un lugar helado. Estos meses había estado triste, pero tranquila y caliente, ocupándose de hablar con una piedra y acompañar silenciosamente. En el sur iba a estar triste, nada tranquila con esos violentos "loquefuesen", y, sobre todo, sobre todo, con mucho frío.

Suspiró y se hundió en el asiento. Entonces vio el vasito del licor que había preparado Agapanto y se lo bebió de un trago. Estaba fuerte, pero se sirvió otro, y después otro. Empezó a notar un calorcillo en la barriga y en los mofletes. Cuando llenaba el quinto vasito se dio cuenta de que las penurias que tenía de antes y las que todavía no habían llegado eran un poco más ligeras. Tan ligeras como su cabeza, que ahora parecía darle vueltas. Se le escapó un pequeño eructo. Sí, definitivamente necesitaba llevarse un pellejo lleno de eso para estar calentita durante el viaje.

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15/01/2024, 14:28
Enrielle "Flechas de Muerte"

Enrielle, que había estado disfrutando genuinamente de la velada, dejó de sonreír y se quedó con la mirada perdida, como si estuviera muy lejos de allí. Concretamente en un volcán rodeado de muerte y destrucción.

—Una vez conocí a un guerrero arktos. Era muy valiente. Me salvó la vida, pero él murió en Desolación. —suspiró entristecida mientras tocaba la cabeza peluda de su lobo. Volvió en sí con un escalofrío y miró a la Túnica Blanca la determinación en sus ojos afilados. —Lady Coryn, puedes contar con nosotros para ir al lejano sur. Háblanos de vuestros representantes, por favor. Si nos das detalles nos será más fácil hallar pistas que nos lleven a ellos. Haremos todo lo posible para traerlos de vuelta si están vivos. También quisiera saber más acerca de esos "thanoi" y los "ursoi" que puedan estar detrás para saber a qué nos enfrentaremos.

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15/01/2024, 16:51
Ailaserenth Sëlanar

Tengo que reconocer que la velada ha sido de lo más agradable y el mérito de ello es, debe reconocer, compartido. Una parte le corresponde, sin lugar a dudas, a nuestra invitada. Otra parte no menor le corresponde al emperador, por haber decidido ausentarse y, de ese modo, no ensombrecer la cena con su presencia. Y, posiblemente la mayor de ellas, le pertenece a Agapanto por el sencillo pero abundante banquete y sabroso banquete que ha preparado esta noche para nosotros.

Yo no soy de mucho comer, ni un individuo particularmente agradecido, pero sí soy justo. Y es de justicia reconocerle a nuestro cheff de gran corazón el esfuerzo que ha realizado para que todos estuviéramos felices esta noche. Es por eso que, llegados los postres, me acerco a la cocina para felicitarle personalmente y conjurar un par de sirvientes invisibles que le ayuden en la ingrata tarea de recoger y limpiar.

No es habitual que yo le coja cariño a nadie, pero este pequeño y asustadizo kender despierta en mí las mismas simpatías que la aventurera Bugambilia. Los dos han sufrido mucho y saben, como lo sé yo, lo que es perder tu hogar.

Intenté convencerle en su día de que debía tener su propio dormitorio en la torre, como lo teníamos todos los demás, pero no hubo manera de persuadirle de que abandonara la despensa. Un hábito desconcertante que ya tenía cuando vivíamos en la fortaleza de Mem.

Los recuerdos de la fortaleza volante me llevan a preguntarme por los progresos del grupo de estudio encargado de analizar su capacidad de vuelo, pero parece que la intención de lady Coryn es llevarnos por otros derroteros.

Escucho con atención su relato, dándome cuenta de lo mucho que todavía desconozco de ella y de lo poco que me he molestado en conocerla a nivel personal. Ni a ella, ni a la mayoría de mis compañeros, si tengo que ser sincero. Pero lo que más preocupación me causa es descubrir que hemos perdido a otros tres Magos de Alta Hechicería. Ya perdimos a uno la última vez que, en compañía de Freya, traté de entrar en Silvanesti.

Dudo que vayamos a encontrarlos con vida pero, si todavía no han muerto, cada día que pasa corre en su contra. Esto frustra mis planes de avanzar aquí los trabajos de construcción de la muralla perimetral y me obliga a delegarla en la cuadrilla de enanos que Markham ha puesto temporalmente a nuestras órdenes. Un grupo de trabajadores competentes en su oficio, pero maleducados y recelosos de la magia, que se han negado sistemáticamente a seguir mis directrices durante toda la construcción de la torre y que hubieran abandonado los trabajos si Wylas no hubiera intermediado una y otra vez entre ellos y yo.

Me gustaría sentirme optimista en cuanto a nuestras probabilidades de éxito, tanto en lo tocante al hallazgo del portal, como al rescate de los tres magos desaparecidos, pero lo cierto es que no sé casi nada de las tierras del Límite del Glaciar y de las gentes que lo habitan. Cuanta más información nos de lady Coryn, mayores serán nuestras posibilidades de éxito.

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15/01/2024, 21:52
Wylas

Wylas encajó nuevamente en la posición de aprendiz de cierta edad, discretamente posicionado tras su maestro, el majestuoso elfo túnica blanca y una vez más guardó silencio mientras la líder de la Torre de Wayreth hablaba. De hecho, en general, guardó silencio. Pero su inquieta mente no dejaba de cavilar.

El Muro de Hielo, por supuesto, le sonaba, como le sonaba a todo el mundo con un mínimo de interés en geografía. Pero la sola mención de "de Hielo" hacía que alguien acostumbrado a las temperaturas templadas como él le recorriera un escalofrío por la espalda. Nunca se había ni pensado irse de viaje para allá. Y por lo visto tendrían que encaminarse al culo meridional del mundo.

El pícaro fue anotando mentalmente: Muro de Hielo, Costa sur de la Bahía de la Montaña de Hielo, Valle del Hielo Negro, estructura de forma de arcada (Kri-Sekt). Cuatro nombres de lugar, tres veces que aparecía la palabra "hielo". Habría que abrigarse. Mucho.

Con una sonrisa en la boca y buenos modos, le arrebató de forma amable pero firme el quinto vasito licor a Bugambilia.

─Sería buena idea que fueras a dormir. Si sigues bebiendo mañana tendrás un dolor de cabeza atroz. Créeme, soy la voz de la experiencia... ─y, para asegurarse de que no había una segunda oportunidad, se bebió el vasito. Vaya, estaba bueno. Puso cara de apreciarlo.

En cualquier caso estaba claro que el grupo se iba a tirar de cabeza a aquello de irse al fin del mundo para encontrar un portal a otro mundo. O plano. Eso de los mundos y los planos todavía lo tenía confuso, se lo tendría que preguntar a su maestro. Fuera como fuera, Wylas sonrió para sí, sabedor de que se había ganado un viaje impagable, en el que conocería cosas fabulosas, o aterradoras, o puede que ambas cosas a la vez. ¿Aterrabulosas? Algo así. Oh, qué gran idea le asaltó de repente, podría hacer un diario y relatar sus andanzas, tal vez algún día sus aventuras se harían famosas. ¿Cómo llamaría al grupo? ¿Los Defensores de Daranthas? ¿Los valientes de la Torre del Vendaval? ¡Los héroes de Sëlanar! Sí, estupendo, así sería...

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿Qué se puede tirar para haber oído hablar de los thanoi y los ursoi?

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15/01/2024, 22:02
Freya Adamiel

Freya mordisqueaba algunos trozos de carne con poco apetito, agradeciendo al mudo kender los esfuerzos por mantener lleno un plato que no terminaba de vaciarse. Lo que sí se vaciaba con más frecuencia era su copa, que visitaba sus labios a cada instante, en pequeños pero continuados sorbos. Al cabo de un rato, su vista se nublaba ligeramente, y los sonidos de su alrededor sonaban como amplificados. Una sonrisa torpe se dibujaba en su rostro, mientras miraba a Tsilme corretear de acá para allá. Al cabo de un rato, viendo cómo el lobo de Enrielle la observaba con excesivo interés, la elfa llamó a su comadreja.

- ¡Tsilme, aquí!

La sintió subir por su brazo, y la acarició con complacencia, alegrándose de tener algo de contacto, aunque solo fuese con su familiar. Por desgracia para ella, la torre no ofrecía mucho más.

Las historias de lady Coryn se sucedían. Al parecer, varios de sus magos habían desaparecido en una misión suicida en una región inhóspita, y ella esperaba que siguieran sus pasos. Chasqueó la lengua.

- Si vamos a irnos al... - se reprimió de decir culo - fin del mundo a buscar a nuestros hermanos de la magia - dijo con la voz excesivamente arrastrada por el exceso de vino - tendremos que buscar una guarnición que vigile este sitio. - hizo un gesto torpe con la copa de vino que aún sostenía en la mano derecha - Mi señor fue claro, lady Coryn: la prioridad era defender este paso de... - se reprimió de decir "mierda" - cualquier incursión que pudiera venir del mar. 

Dio otro sorbo, terminando de vaciar la copa, y la soltó sobre la mesa, reclinándose en la silla. Había perdido la compostura por completo, y sabía que lo lamentaría cuando se pasase el efecto del vino, pero, por el momento disfrutó de la breve euforia que le proporcionaba. Un paupérrimo alivio para la amargura del encierro en aquella torre infame, apartada de cualquier tarea digna de la consideración de su señor. Por más que le hablasen de otros magos como sus hermanos (y por más que ella tratase de repetírselo a sí misma), para ella la única hermandad estaba en Palanthas, junto a sus compañeros de armas.