La fauna que se ha adaptado al entorno glacial es muy característica y conocida a veces por el nombre de «megafauna», debido al impresionante tamaño de sus representantes más célebres, entre los que destacan mamuts, osos de las cavernas y ciervos gigantes. Tal vez el clima glacial sea indirectamente responsable de las proporciones de esta fauna, por el aspecto del paisaje abierto típico del período, que favorece las grandes dimensiones, o por el efecto de los ricos elementos nutritivos concentrados en el permagel que recubre la mayor parte del territorio, que podría contribuir a fortalecer el crecimiento óseo. Los animales encontrados más frecuentemente se detallan a continuación en orden alfabético. Se indican ciertas informaciones relativas a sus hábitos sociales y su comportamiento, que todo buen cazador del Paleolítico debería conocer. Mamíferos pequeños, Mamíferos marinos y Criaturas raras, que a priori se utilizan menos en juego, completan este bestiario.
En la Era Glacial hay muchas especies de aves diferentes. Las hay pequeñas, como las avutardas, las becadas, los faisanes, las gaviotas, los lagópodos, los mirlos, los patos, las perdices y los zorzales. También las hay de gran tamaño, como los cisnes, los gansos, las garzas reales o los urogallos. En el caso de los pájaros grandes, el peso varía mucho, de los dos kilos de la garza a los más de diez del cisne (a veces hasta veinte).
Las aves miden entre 0,10 y 0,60 metros, y pesan entre 0,1 y 1 kilo. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 70 kilómetros por hora (en vuelo).
Las aves grandes miden entre 0,60 y 1,50 metros, con una envergadura de entre 1,20 y 2,50 metros, y pesan entre 2 y 20 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora (en vuelo).
Las aves de presa de la Era Glacial son muy diversas. Las hay pequeñas, como el azor, el búho, el búho chico, el gavilán, el halcón o la lechuza. También las hay grandes, como el águila real, el búho real, el buitre leonado, el busardo o el quebrantahuesos. También pueden incluir ciertos córvidos, como el cuervo o el grajo. Las rapaces más pesadas son los buitres, que pueden superar los diez kilos.
Las aves de presa miden entre 0,30 y 0,60 metros, con una envergadura de entre 0,80 y 1,20 metros, y pesan entre 0,2 y 1 kilo. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 70 kilómetros por hora (en vuelo).
Las aves de presa grandes miden entre 0,60 y 1 metro, con una envergadura de entre 1,20 y 2,70 metros, y pesan entre 1 y 10 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora (en vuelo).
Los bisontes prehistóricos (Bison priscus) poseen un pelaje muy tupido que muda dos veces al año, así como unos largos cuernos negros. Los bisontes aprecian la estepa abierta, donde se alimentan principalmente de gramíneas. Fuera de los períodos de celo que tienen lugar durante el otoño, los bisontes viven en rebaños mixtos y en grupos de machos. Los rebaños mixtos cuentan con varias decenas o incluso centenares de individuos liderados por una matriarca. Los machos adultos viven en bandas pequeñas hasta los seis años. Los bisontes más viejos son solitarios. La gestación dura nueve lunas, y cada hembra da a luz a una cría al año, o en muy raras ocasiones a dos. La madurez sexual les llega a los tres años. Algunos bisontes se vuelven blancos a la edad adulta, sin que ello implique que sean albinos.
Los bisontes miden entre 1,70 y 2,10 metros a la cruz, y pesan entre 800 y 1200 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora.
Los bueyes almizcleros son animales enormes, protegidos por un manto lanudo, espeso y de largos mechones. Viven en bandas de entre veinte y treinta individuos, que se reagrupan durante la estación fría en grandes rebaños de más de cien individuos. Carecen de una estructura social muy rígida: los adultos dominan a los jóvenes y los machos dominan a las hembras. Algunos machos demasiado jóvenes o viejos se reúnen en bandas separadas del resto del rebaño, excepto en invierno. El período del celo tiene lugar en verano. El macho vencedor de los enfrentamientos se acopla con todas las hembras. Cada una de ellas da a luz una cría, llamada ternero, en primavera, generalmente un año de cada dos o tres. En caso de ser atacados, los bueyes almizcleros forman un círculo defensivo, flanco contra flanco, con sus cuernos apuntando hacia los asaltantes.
Los bueyes almizcleros miden entre 1,30 y 1,50 metros a la cruz, y pesan entre 180 y 380 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora.
Los caballos prehistóricos son a menudo rechonchos y poseen un pelaje de color leonado, castaño, negro, gris o moteado. Viven en pequeños clanes llamados yeguadas, que constan de entre tres y diez yeguas bajo la autoridad de un semental. Varias yeguadas pueden reunirse en una gran manada de varios centenares de individuos. Este grupo se reúne con la llegada del buen tiempo y se desbanda en invierno. El semental dominante protege su manada y asegura la cohesión. A menudo una vieja yegua dominante puede también controlar la manada. El período del apareamiento ocurre durante la primavera. Después de la monta, la gestación dura un año, y la yegua no acostumbra a parir más de un potro, que será adulto a los dos años.
Los caballos miden entre 1,30 y 1,70 metros a la cruz, y pesan entre 250 y 500 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 70 kilómetros por hora.
Las cabras monteses viven en las montañas, donde su gran agilidad les permite desplazarse sin riesgo por los abruptos parajes. Viven en grupos de varias decenas de individuos, que se reagrupan a comienzos del invierno para el apareamiento. Un macho dominante se impone en cada grupo, después de un combate de cuernos. Las hembras paren una sola cría al final de la primavera, en un lugar inaccesible. Los machos alcanzan la madurez sexual al año y medio, y las hembras a los dos años. Las cabras monteses se alimentan de gramíneas, de musgo y de pequeños brotes que crecen bajo los arbustos. En invierno pueden bajar de las alturas para pacer las agujas de los pinos.
Las cabras monteses miden entre 0,70 y 0,90 metros a la cruz, y pesan entre 50 y 120 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora.
Los ciervos aprecian las zonas boscosas, las estepas y los lugares húmedos. Viven en grupos separados: rebaños de ciervas de treinta a ochenta individuos, liderados por matriarcas, y clanes de machos de tres o más años. Los grupos de machos se desbandan en el momento del celo, la berrea, a comienzos del otoño. Un macho puede cubrir de diez a treinta ciervas. Dichas ciervas paren un cervato, o dos en muy raras ocasiones, en primavera. Antes de cumplir el año de edad, los jóvenes ciervos de ambos sexos reciben el nombre de gabatos. Al cumplir un año, al macho se lo llama vareto. Cada año, al final del invierno, los ciervos pierden su cornamenta, que regresa cada vez más grande y majestuosa durante la primavera.
Los ciervos miden entre 1,20 y 1,50 metros a la cruz, y pesan entre 90 y 300 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 65 kilómetros por hora.
Los corzos viven en pequeños grupos de una decena de individuos, liderados por viejas matriarcas. Les gustan los bosques, típicamente aquellos que combinan frondosas y coníferas, pero también las praderas. El celo tiene lugar durante el verano, fuera del cual los corzos machos son bastante solitarios. Estos tienen unas astas cortas que pierden cada año poco después de la llegada del invierno. La hembra da a luz un promedio de dos gabatos cada año, tras una gestación de diez lunas. La madurez sexual llega aproximadamente al año y medio.
Los corzos miden entre 0,60 y 0,80 metros a la cruz, y pesan entre 10 y 30 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 95 kilómetros por hora.
Los doles son cánidos salvajes, un poco más pequeños y sobre todo ligeros que los lobos, y poseen un pelaje leonado, amarillo o rojo. Viven en jaurías muy organizadas de varias decenas de individuos. El territorio de una jauría puede superar los dos mil kilómetros cuadrados. Los viejos y los que sufren discapacidades siempre son cuidados por el grupo. Solo el macho y la hembra alfas se reproducen. El período de reproducción dura todo el verano, y la gestación de los cachorros dura setenta días. Las crías, que pueden ser hasta una decena, nacen y se crían en madrigueras. Alcanzan la madurez al año.
Los doles miden 0,60 metros a la cruz y pesan entre 10 y 20 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora.
Los gamos son cérvidos de tamaño mediano, de pelaje pardo rojizo moteado de blanco, aunque a veces también puede ser completamente negro o blanco. Viven en pequeños grupos separados, y los machos solo se unen al grupo de hembras y los jóvenes, llamados gabatos, para la brama, que ocurre durante el otoño. Cada hembra pare únicamente un gabato, a comienzos del verano, cuando abunda el alimento. Los machos pierden sus astas bellamente palmeadas en primavera. A los gamos les gusta la hierba, pero también las cortezas, los frutos, las bellotas y las setas.
Los gamos miden entre 1 y 1,10 metros a la cruz, y pesan entre 40 y 100 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora.
Los glotones son carnívoros de la tundra y de la taiga, tanto depredadores como carroñeros, que pueden cubrir inmensas distancias para alimentarse, y que son capaces de atacar a presas descomunales en comparación a su propio peso. Los glotones son animales solitarios, que pueden resultar extremadamente feroces si se sienten amenazados. Se refugian en tocones, en cuevas o incluso en el interior de cadáveres vaciados, pero hay pocas posibilidades de encontrarlos mientras descansan, ya que cazan tanto de día como de noche. Los acoplamientos tienen lugar a comienzos del verano, y la hembra pare de una a cinco crías entre treinta y cuarenta días más tarde.
Los glotones miden entre 75 y 110 centímetros de longitud, y pesan entre 8 y 30 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 40 kilómetros por hora.
Las hienas de las cavernas reciben su nombre de su afición por refugiarse dentro de cuevas, a las que arrastran las presas que cobran. Son carroñeras, pero más de las dos terceras partes de su alimentación provienen de la caza, siempre nocturna. Pueden practicar la caza en solitario, en pequeños grupos de entre dos y siete individuos, o en grandes jaurías de varias decenas de individuos. No obstante, la conducta fuertemente competitiva de las hienas no las empuja a llevar a cabo tácticas solidarias. Las hienas son lideradas por una hembra dominante, cuya posición es hereditaria. Las hembras son sexualmente indistinguibles de los machos, aunque acostumbran a ser más grandes y pesadas que estos. La mordedura de la hiena es dos veces más fuerte que la de los leones; son las únicas criaturas capaces de romper los huesos de los mamuts.
Las hienas de las cavernas miden entre 0,90 y 1,10 metros a la cruz, y pesan entre 80 y 130 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora.
Los jabalíes de la Era Glacial son bestias imponentes. Frecuentan preferentemente las zonas húmedas, como bosques, pantanos o estepas, donde viven en piaras que por lo general cuentan con entre seis y veinte individuos, número que en ocasiones puede alcanzar el centenar. Una piara siempre es dirigida por una hembra vieja, una jabalina, y se compone de hembras, cachorros y machos menores de cuatro años. Los machos mayores viven en solitario. Los jabalíes son animales muy sociales que vocalizan mucho, con gruñidos, resoplidos y chillidos estridentes. El período del apareamiento ocurre durante el invierno, y entre dos y diez crías nacen unas cuatro lunas más tarde. Las crías menores de seis meses reciben el nombre de jabatos, y después se los llama bermejos hasta que cumplen un año. Los adultos son conocidos como verracos. La cabeza del jabalí está dotada de dientes acerados: los caninos superiores, o amoladeras, y los inferiores, o defensas, se afilan con cada apertura de la mandíbula. Las defensas pueden alcanzar los treinta centímetros. Los jabalíes son omnívoros y fosoriales, y adoran los tubérculos, las bellotas, las setas y los animales muertos o vivos. Cuando están hambrientos, pueden atacar presas de gran tamaño.
Los jabalíes miden entre 0,70 y 1,20 metros a la cruz, y pesan entre 50 y 350 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de 65 kilómetros por hora.
Los leones grises son enormes felinos de pelaje gris, leonado o blanco. Los machos de esta especie no poseen apenas melena. Viven en grupos sociales formados por entre tres y trece hembras, todas emparentadas; entre dos y siete machos, todos también parientes; y numerosos cachorros. Algunos viejos leones separados de la manada rondan a menudo por sus inmediaciones. Las leonas cazan y aportan alrededor del ochenta por ciento del alimento; la caza suele tener lugar de noche, al acecho, tras rodear a la presa y llevar a cabo un acercamiento rampante. Los leones defienden y protegen a las hembras y las crías, especialmente de otros leones; sus rugidos sirven para afirmar su predominancia sobre la manada y su territorio. Los combates acostumbran a ser mortales, pues los leones no conocen el miedo. Estos felinos no tienen período de apareamiento, sino que se acoplan cuando las leonas están en celo, lo que puede suceder cada tres lunas. Entre dos y seis cachorros frágiles y ciegos nacen al cabo de cuatro lunas. Serán adultos a los tres años.
Los leones grises miden entre 1,10 y 1,40 metros a la cruz, y pesan entre 160 y 360 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora.
Los linces son felinos que aprecian las zonas boscosas y montañosas. Son solitarios, excepto en el período de reproducción, a finales de invierno, durante el cual el macho sigue a la hembra por todas partes; o cuando la hembra se desplaza con sus crías, entre uno y cuatro jóvenes nacidos a comienzos de verano, que la abandonarán la siguiente primavera. Los linces son extremadamente discretos y difíciles de avistar. Son especialmente activos al amanecer y durante el crepúsculo.
Los linces miden entre 0,60 y 0,70 metros a la cruz, y pesan entre 10 y 35 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 70 kilómetros por hora.
Los lobos grises pueden encontrarse en cualquier entorno, pero los lobos blancos solo se hallan en el norte, en los alrededores de los glaciares. Los lobos viven en manadas compuestas por entre cinco y once lobos: una pareja reproductora, llamada alfa, su progenie adulta y los lobatos. Excepcionalmente, las manadas pueden reunir varias de estas familias, llegando a tener hasta cuarenta individuos. Los lobos son animales muy territoriales que se desplazan distancias enormes, entre treinta y cuarenta kilómetros diarios, para vigilar su territorio y cazar. Durante la caza, los lobos rastrean a su presa. Si esta última escapa al asalto, la persiguen hasta agotarla. La reproducción tiene lugar a finales de invierno, y entre cuatro y seis lobatos nacen durante el verano, tras una gestación de aproximadamente dos lunas y media. Se crían en una guarida.
Los lobos grises y los lobos blancos miden entre 0,70 y 1 metro a la cruz, y pesan entre 30 y 80 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora.
Los mamuts, animales emblemáticos de la Era Glacial, son elefántidos enormes. Sus colmillos, que se curvan sobre sí mismos, pueden llegar a medir cuatro metros en el caso de los machos. Adaptados al frío, los mamuts tienen orejas pequeñas, y su espeso manto lanudo constituye una protección insuperable, compuesta de dos capas superpuestas: una primera fina y muy densa, y una segunda que desaparece en verano, mucho más larga, con algunos pelos que pueden llegar a medir cerca de un metro. La mayor parte del tiempo, los mamuts viven en pequeños grupos dispersos de entre tres y quince individuos, pero también pueden reunirse en una gran manada de varios centenares de individuos, especialmente durante las migraciones. Tales manadas son siempre lideradas por una matriarca. Comprende de grupos de hembras emparentadas, acompañadas de crías y mamuts jóvenes, así como de grupos de machos y algunos individuos solitarios. La matriarca dirige la manada, pero la vida en su seno se basa en la armonía y la solidaridad. Los conflictos son muy infrecuentes, excepto durante el celo, que acostumbra a tener lugar en primavera. En ese momento, los grandes machos, especialmente los de cuarenta a cincuenta años, que son los más fuertes, se vuelven agresivos, capaces de cargar contra árboles para desahogarse o de pisotear cualquier cosa que se ponga en su camino. El período de acoplamiento puede durar varios días, y la gestación casi dos años. Una hembra puede parir una sola cría cada cinco años. Las crías recién nacidas son objeto de muchos cuidados y del cariño de todas las hembras de la manada. La pubertad llega entre los diez y los doce años.
Los mamuts juegan mucho, y pasan el setenta por ciento de su tiempo comiendo. Duermen de tres a cuatro horas cada noche. Si son atacados, los adultos y los jóvenes adultos se disponen en círculo o en semicírculo y esconden a las crías detrás de ellos. Los mamuts tienen una consciencia real de la muerte. Velan a sus parientes moribundos durante días, cubren de nieve a los muertos y acarician los huesos de sus ancestros.
Los mamuts miden entre 3 y 3,50 metros a la cruz, y pesan entre 5 y 7 toneladas. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 40 kilómetros por hora.
Los megaloceros son los cérvidos de mayor tamaño de la Era Glacial, sobrepasando a menudo los dos metros de altura a la cruz. La extraordinaria cornamenta del macho puede alcanzar los cuatro metros de envergadura y sirve tanto de ornamento de cortejo como de arma de combate. Los megaloceros pueblan las grandes llanuras frías, las turberas y los bosques boreales. Al igual que otros cérvidos, son polígamos. En la temporada de la berrea, durante el otoño, los machos se vuelven muy agresivos y se enzarzan en combates mortales. Los vencedores constituyen un harén de hembras que conservan todo el invierno. Al final del invierno, los megaloceros pierden sus astas. Estas les vuelven a salir a lo largo de la primavera y el verano, durante los cuales los machos recorren la estepa y la tundra a fin de encontrar los nutrientes necesarios para el crecimiento de sus titánicas cornamentas. Desde el final del invierno, las hembras se reagrupan en manadas junto a los jóvenes menores de dos años. Tras una gestación de nueve lunas, las ciervas paren un cervato a finales de la primavera. Las ciervas pueden ser muy peligrosas mientras crían a sus pequeños, sin dejar que ninguna criatura ajena a la manada se acerque a menos de treinta metros.
Los megaloceros miden entre 2 y 2,20 metros a la cruz, y pesan entre 400 y 800 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 55 kilómetros por hora.
Estos osos no son todos pardos: algunos tienen pelaje rubio y otros grisáceo. Se encuentran en todos los entornos, o casi. Son solitarios, y pueden librar feroces combates para defender o conquistar su territorio. Siendo omnívoros, la proporción de carne de su alimentación depende mucho de su entorno, según lo rico o pobre que sea en vegetales nutritivos. Durante el otoño, los osos comen más carne y grasa en previsión del invierno, y les encanta el salmón. De hecho, son animales hibernantes: pasan todo el invierno en el interior de una caverna o grieta, aunque se despiertan fácilmente en caso de peligro. Los acoplamientos tienen lugar a comienzos del verano. Durante este período, los osos machos son muy agresivos, incluso con las hembras y sus crías. Las hembras traen al mundo un promedio de entre uno y cuatro oseznos cada dos años, a finales del invierno. Los crían solas, protegiéndolos ferozmente.
Los osos pardos miden entre 0,80 y 1,20 metros a la cruz, y pesan entre 100 y 600 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 65 kilómetros por hora.
Los osos rojos son también llamados osos de las cavernas. Su pelaje es pardo rojizo. Son más grandes y pesados que los osos pardos, pero comen menos carne que estos últimos, gustando más de las raíces, las bayas, las setas y los frutos. Son solitarios y territoriales, y se reproducen igualmente a comienzos del verano. Son hibernantes, como los osos pardos. A finales del invierno, las hembras paren entre uno y tres oseznos, que no pesan más que medio kilo.
Los osos blancos son también llamados osos polares. Su pelaje es blanco, y su piel negra. Se encuentran principalmente en la banquisa y en los glaciares continentales, aunque algunos se atreven a aventurarse a la tundra. Los osos blancos son en esencia carnívoros, y su dieta consiste en peces, focas o cualquier otro tipo de mamífero. Las hembras alumbran únicamente cada tres años, y protegen a sus crías con el mismo cuidado que las otras osas.
Los osos rojos y los osos blancos miden entre 1,10 y 1,60 metros a la cruz, y pesan entre 400 y 1000 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora.
Las panteras están presentes en todos los entornos, aunque les gustan especialmente la estepa y los bosques. Las panteras de las nieves se encuentran únicamente en las montañas, incluidas las zonas nevadas. Ambas especies son cazadoras crepusculares, especialistas en el acecho, y emplean la niebla y la nieve para ocultarse o camuflarse. Sus territorios pueden ser realmente vastos, cubriendo zonas de entre treinta y cuatrocientos kilómetros cuadrados. Las panteras acostumbran a comer entre kilo y medio y dos kilos y medio de carne diarios. Son animales solitarios, excepto durante el período de acoplamiento, que tiene lugar a finales del invierno, y durante la crianza de los cachorros. Por lo general, entre dos y cuatro cachorros nacen a comienzos del verano, en una madriguera, y viven con su madre hasta los dos años.
Las panteras y las panteras de las nieves miden entre 0,50 y 0,70 metros a la cruz, y pesan entre 40 y 80 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 65 kilómetros por hora.
Los rebecos habitan en las montañas escarpadas, donde viven en rebaños que pueden ir de un puñado de individuos a varias decenas. Los machos, llamados chivos, se aíslan durante el verano. El rebaño es liderado por una machorra, una vieja hembra estéril, que conoce todos los caminos y es la primera en pasar por los puntos difíciles. El celo, que tiene lugar a comienzos del invierno, vuelve muy agresivos a los chivos. Las hembras, llamadas cabras, paren después de seis lunas, dando a luz por lo general a una sola cría, llamada cabrito o choto. Los machos jóvenes, llamados chivatos, permanecen en el rebaño durante un año. Los rebecos y las cabras monteses cohabitan bastante bien en los mismos macizos.
Los rebecos o gamuzas miden entre 0,70 y 0,80 metros a la cruz, y pesan entre 30 y 60 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora.
Los renos son animales emblemáticos de la Era Glacial. Viven en inmensas manadas que pueden llegar a tener varios miles de individuos. Tanto los machos como las hembras tienen astas, que alcanzan su pleno desarrollo a los tres años y siguen creciendo hasta los ocho años. Los machos pierden sus astas en invierno, y las hembras a comienzos de verano. Un asta completamente desarrollada de reno posee tres candiles: el candil de ojo, el candil de hielo y el candil posterior. La temporada del apareamiento ocurre en otoño, y la gestación de las crías dura de siete a ocho lunas. La hembra da a luz una cría, a veces dos, de entre cuatro y ocho kilos cada una. Durante sus desplazamientos, los renos se colocan instintivamente en fila india para franquear los pasos peligrosos.
Los renos miden entre 1 y 1,40 metros a la cruz, y pesan entre 120 y 280 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 70 kilómetros por hora.
Los rinocerontes lanudos deben su nombre a su espeso pelaje negro, pardo o blanco. Poseen dos cuernos, el más grande de los cuales, curvado como un sable, puede llegar a medir metro y medio. Pueden vivir en pequeñas manadas que reúnen varias hembras y sus crías. Los machos siempre son solitarios, a menos que una hembra sea fecunda. Los acoplamientos pueden tener lugar en cualquier momento del año desde que una hembra haya terminado de criar a su retoño, lo que se produce cada cinco o seis años. La gestación dura dieciocho lunas, tras la cual nace una única cría pesando ya cincuenta kilos. La madurez sexual llega a los seis años, pero los machos no tienen ninguna posibilidad de plantar cara a los dominantes antes de los diez años.
Los rinocerontes lanudos miden entre 1,60 y 2 metros a la cruz, y pesan entre 2 y 4 toneladas. Pueden alcanzar una velocidad de 45 kilómetros por hora.
Los saigas son pequeños antílopes provistos de un grueso hocico arqueado en forma de trompa corta, así como de cuernos anillados en el caso de los machos. Los saigas aprecian los paisajes abiertos de la estepa y la tundra. Viven en harenes de hembras que se agrupan en torno a los machos dominantes, reunidos en grandes manadas que pueden constar de hasta un millar de individuos. El período del apareamiento tiene lugar a comienzos del invierno, y la gestación dura cinco lunas. Todas las hembras paren a la vez, normalmente la segunda luna de primavera.
Los saigas miden entre 0,70 y 1 metro a la cruz, y pesan entre 20 y 50 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de 95 kilómetros por hora.
El uro es un bóvido salvaje de pelaje negro o leonado, con largos cuernos en forma de lira. Los uros aprecian las regiones húmedas, las estepas, los pantanos y los bosques claros. Viven en rebaños de entre treinta a cien individuos que generalmente cuentan con un toro por cada dos vacas y con numerosos terneros, dirigidos por un patriarca. Durante la estación del apareamiento o celo, que tiene lugar entre finales del verano y comienzos del otoño, los toros se enfrentan violentamente por la posesión de las hembras. El período de gestación de las vacas dura nueve lunas, y las crías nacen en primavera. Se convierten en adultos a los tres años. Algunos toros viejos se mantienen aislados. Los uros y los bisontes se llevan mal y pueden intentar intimidarse unos a otros o enfrentarse.
Los uros miden entre 1,80 y 2 metros a la cruz, y pesan entre 700 y 1000 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora.
Mientras que los zorros rojos se hallan prácticamente en todos los medios, solo se encuentra a los zorros azules en las zonas más frías. El pelaje de los zorros azules cambia de color con las estaciones, pasando del pardo al blanco azulado. Son más pequeños que los zorros rojos. Los individuos de ambas especies viven en solitario, aunque los machos y las hembras viven en pareja durante el invierno, que es la época del apareamiento, y durante la crianza de los zorruelos. Estos nacen después de dos lunas de gestación, y pueden ser de dos a diez.
Los zorros rojos y los zorros azules miden entre 60 y 70 centímetros de longitud, y pesan entre 5 y 15 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora.
Hay una gran variedad de pequeños mamíferos carnívoros, como la comadreja, el gato salvaje, la mofeta, la nutria o el tejón. Su peso puede variar en gran medida de una especie a otra, desde los dos kilos de la mofeta o la comadreja a los casi veinte del tejón y la nutria. La mayoría son solitarios, pero algunos pueden vivir en grupo, como la mofeta o la nutria. Normalmente paren entre dos y siete crías, salvo las nutrias, que solo tienen entre uno y tres cachorros.
Los carnívoros pequeños miden entre 50 y 80 centímetros de longitud, y pesan entre 2 y 20 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de entre 30 y 50 kilómetros por hora.
Hay muchas especies distintas de pequeños mamíferos herbívoros, como las ardillas, los castores, los conejos y las liebres o las marmotas. Algunos son muy ligeros (medio kilo para la ardilla, entre un kilo y dos y medio para el conejo), otros son más pesados (entre dos y siete kilos para las liebres, hasta nueve para las marmotas), y los castores son mucho más grandes, pudiendo superar los treinta kilos. Las liebres son muy rápidas, pero las marmotas y los castores lo son mucho menos. A excepción de la liebre, la mayor parte de estos animales viven en grupos familiares, en madrigueras o nidos. Los castores construyen cobertizos y diques, talando para ello principalmente árboles de madera blanda como el abedul, el sauce o el álamo. Algunos de estos diques pueden alcanzar varios cientos de metros de longitud.
Los herbívoros pequeños miden entre 25 y 135 centímetros de longitud, y pesan entre 0,5 y 30 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de entre 20 y 70 kilómetros por hora.
Estos gigantescos cetáceos se distinguen por el hecho de no tener aleta dorsal. Las ballenas negras tienen conductas sociales diversas: pueden vivir en solitario o en pareja, pero a veces también pueden reunirse en pequeños grupos de varias decenas de individuos. Son animales migratorios, y solo se las puede encontrar cerca de las costas en primavera o verano, alimentándose de plancton y krill. El verano es también la estación del apareamiento. La gestación dura unas trece lunas, y la hembra pare un único ballenato cada dos o tres años. Los nacimientos siempre tienen lugar en aguas cálidas, lejos de los territorios de los PJ. Es posible encontrarse ballenas varadas, pero la ballena negra también es cazada activamente por ser una presa dócil, con mucha grasa, por lo que su cadáver tiene tendencia a flotar.
Las ballenas negras miden entre 13 y 18 metros de longitud, y pesan entre 40 y 80 toneladas. Pueden alcanzar una velocidad de 10 kilómetros por hora (nadando).
Igual de gigantescos que las ballenas negras, los cachalotes son en cambio depredadores. Son animales sociales: solo los machos viejos son solitarios. Los demás viven en manadas que reúnen entre veinte y cuarenta individuos, compuestas de hembras, crías y machos jóvenes. También existen pequeñas manadas de entre diez y veinte machos. Los cachalotes son más raros de ver que las ballenas negras, y mucho más peligrosos de cazar, aunque algunos quedan varados de vez en cuando, especialmente en las grandes playas occidentales. La reproducción transcurre durante la primavera, pero tiene lugar en aguas lejanas y más cálidas. A lo largo de las costas frecuentadas por los PJ solo se hallan adultos en manadas o en solitario. Los cachalotes pueden mostrarse amistosos si no se los caza. Los dientes de cachalote, que pueden llegar a medir veinte centímetros y pesar hasta un kilo, son muy preciados.
Los cachalotes miden entre 12 y 26 metros, y pesan entre 15 y 60 toneladas. Pueden alcanzar una velocidad de 30 kilómetros por hora (nadando).
Los delfines mulares son animales sociables y muy inteligentes que se encuentran frecuentemente a lo largo de las costas. Viven en pequeños grupos de entre dos y seis individuos, formados principalmente po hembras y sus crías, a los que los machos se unen regularmente. Estos grupos pueden reunirse para formar manadas de entre veinte y cuarenta individuos. La reproducción tiene lugar durante el verano, y la gestación dura alrededor de un año. Las hembras paren una sola cría cada dos o tres años. Los delfines son oportunistas y comen toda clase de peces, crustáceos y cefalópodos. No es raro que se coordinen para atrapar sus presas. Una de sus técnicas de caza consiste en empujar a los peces fuera del agua para poder comérselos y volver rápidamente al agua. Esta técnica es peligrosa para los delfines, pero se practica de forma hereditaria. Algunos pescadores se aprovechan de esta técnica para aliarse con los delfines. Los pescadores llaman a los delfines golpeando el agua, estos empujan a los peces hacia los pescadores y todos comparten las presas. A veces los delfines salvan a personas de ahogarse devolviéndolos a la orilla.
Los delfines miden entre 2 y 4 metros de longitud, y pesan entre 200 y 600 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de 70 kilómetros por hora (nadando).
Las focas grises viven en todas las zonas costeras, ya sean arenosas o rocosas. Son muy apreciadas por su magnífica piel sedosa y por su grasa. Viven en colonias de entre varias decenas de individuos a cientos de ellos, y se alimentan de moluscos, crustáceos y pequeños peces. El período de reproducción tiene lugar durante el otoño, y las crías nacen después de doce lunas, al final del invierno. La madurez sexual llega a los seis años.
Las focas grises miden entre 2 y 3 metros de longitud, y pesan entre 170 y 330 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de 10 kilómetros por hora (35 kilómetros por hora nadando).
Las morsas son enormes criaturas reconocibles por sus duros bigotes y sus colmillos. Son animales muy preciados por su grasa. Viven en las costas de los mares más fríos, en las zonas donde el agua es poco profunda, donde se reúnen en grupos de varios centenares de individuos llamados colonias. El macho más grande y con los colmillos más largos permanece en el centro, mientras que los otros machos acostumbran a estar por la periferia. Los miembros de una colonia pueden unirse para hacer frente a los depredadores. Las morsas se alimentan de moluscos, crustáceos y peces pequeños. Es en invierno cuando tienen lugar los acoplamientos, tras unos fieros combates. La gestación dura dieciséis lunas, y las crías nacen a comienzos de la primavera. Las hembras dan a luz a un promedio de una sola cría cada tres años.
Las morsas miden entre 2,30 y 3,60 metros de longitud, y pesan entre 800 y 1800 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de 7 kilómetros por hora (35 kilómetros por hora nadando).
Las orcas son grandes cetáceos especialmente sociables, pero también temibles. Se dividen en dos grandes culturas, cada una con sus propios cantos y códigos sociales: las orcas nómadas solo se encuentran en alta mar y cazan preferentemente a los grandes mamíferos marinos, como focas, morsas, delfines o ballenas, en pequeños grupos de entre dos y siete individuos; las orcas residentes viven más cercas de las costas en manadas de entre cinco y cincuenta individuos lideradas por la hembra de mayor edad. Comen peces como los salmones, así como algunos mamíferos marinos. La reproducción tiene lugar sobre todo en verano, pero no es sistemática. La gestación dura entre dieciséis y veinte lunas. Las hembras paren un promedio de una única cría cada cinco años.
Las orcas miden entre 6 y 9 metros de longitud, y pesan entre 3 y 10 toneladas. Pueden alcanzar una velocidad de 60 kilómetros por hora (nadando).
En esta sección se reúnen aquellas criaturas que los personajes de los jugadores no deberían cruzarse, a priori, más que de forma excepcional, y que no tienen ninguna posibilidad de encontrarse de manera fortuita. Las criaturas raras nunca deberían introducirse en el transcurso de una aventura por azar; su presencia debería tener siempre un significado particular dentro de la campaña, ya sea como adversarios, presas o aliados. A menudo son muy peligrosas y pueden suponer un desafío mortal para los PJ.
El elasmoterio es una criatura parecida a un gigantesco rinoceronte que posee un único cuerno en la frente. Esta criatura, también llamada unicornio, vive en las estepas y las tundras, en pequeñas manadas que reúnen varias hembras y sus crías. Los machos siempre son solitarios, a menos que una hembra sea fecunda. Los acoplamientos pueden tener lugar en cualquier momento del año desde que una hembra haya terminado de criar a su retoño, lo que se produce cada siete años. Los unicornios son criaturas bastante pacíficas. Se dice que algunos de ellos poseen grandes poderes mágicos. En ocasiones, cazarlos puede ser tabú.
Los elasmoterios miden 2,50 metros a la cruz, y pesan entre 4 y 5 toneladas. Pueden alcanzar una velocidad de 55 kilómetros por hora.
Los entelodones son enormes criaturas emparentadas con los jabalíes, de largas patas y dotadas de mandíbulas monstruosas. Viven en estepas remotas, en piaras de entre seis y veinte individuos como los jabalíes, pudiendo llegar a veces al centenar de individuos. Una piara siempre es dirigida por una matriarca, y se compone de hembras, cachorros y machos menores de cuatro años. Los machos mayores viven en solitario y son especialmente malhumorados. La reproducción ocurre durante el otoño, y entre una y cuatro crías nacen unas seis lunas más tarde. Los entelodones son omnívoros, comiendo hierba y raíces, pero tienen un gusto particular por la carne y pueden formar terroríficos grupos de caza. Se enfrentan frecuentemente entre ellos, y son caníbales: devoran a los miembros enfermos o viejos de su piara, así como todos los cadáveres a su alcance.
Los entelodones miden 2,20 metros a la cruz, y pesan entre 1,5 y 2 toneladas. Pueden alcanzar una velocidad de 60 kilómetros por hora.
Los homoterios son felinos de dientes de sable. Son cazadores crepusculares o nocturnos, especialistas en el acecho. Buenos nadadores, pueden adaptarse fácilmente a las zonas pantanosas. Los homoterios comen de media entre diez y quince kilos de carne al día, lo que hace que necesiten cazar una presa de gran tamaño cada diez días aproximadamente. Su territorio puede cubrir desde cuatrocientos kilómetros cuadrados para ciertas hembras hasta más de mil para algunos machos. Son animales solitarios, excepto durante el período de acoplamiento, que tiene lugar a finales del invierno, y durante la crianza de los cachorros. Generalmente, entre dos y cuatro crías nacen a comienzos del verano, y viven con su madre hasta cerca de los dos años. La madre es muy protectora y deja que sus crías se alimenten antes que ella.
Los homoterios miden entre 1,20 y 1,30 metros a la cruz, y pesan entre 190 y 320 kilos. Pueden alcanzar una velocidad de 50 kilómetros por hora.
Los loxodones (de su nombre completo, paleoloxodón) son elefántidos titánicos, con colmillos largos y rectos, que viven en las estepas orientales y en las lejanas tierras del sur. Son mucho más grandes que los mamuts lanudos, pero están peor adaptados a la vida en el clima glacial; la mayor parte de ellos no posee ningún pelaje en su cuerpo. Los loxodones viven en pequeñas manadas de entre quince y veinte individuos, con una estructura social muy próxima a la de los mamuts.
Los loxodones miden entre 4,50 y 5,20 metros a la cruz, y pesan entre 12 y 20 toneladas. Pueden alcanzar una velocidad de 30 kilómetros por hora.