Partida Rol por web

El pequeño jefe (Mr Perl) y el gran jefe (Mr Li)

Mr Perl no estaba al tanto de los detalles, Mr Li nunca los daba. Una de las muchas razones por las que Mr Li había llegado a la cima del crimen organizado era su asombrosa habilidad para distribuir y compartimentar responsabilidades e información.

Mr Perl tenía un talento natural para los negocios clandestinos y su ascenso fue meteórico. Siempre pensó que llegaría a lo más alto... hasta que conoció a Mr Li el cual, sencillamente estaba a otro nivel. Desde entonces se había conformado con estar en segunda línea en la organización. Lo sabía todo de su distrito de Gran Madrid, pero nunca llegaría a tener una visión de los "Grandes planes" del jefe. Solo conocería fragmentos, lo justo e imprescindible para hacer su parte.

Mr Perl sabía que aquel implante era una pieza de uno de esos "Grandes planes" y que debía asegurarse personalmente de recogerlo y entregarlo. Se trataba de un dispositivo cerebral en la frontera del conocimiento (estado del arte) sustraída de la división de biónica de Haas Bioroid e iba a ser entregada a un científico renegado de la división de genómica de Jinteki cuya muerte había sido simulada y ahora trabajaba en un laboratorio clandestino. La rivalidad entre las megacorporaciones limitaba enormemente su colaboración y Mr Li pretendía lograr la combinación de lo mejor de ambas para beneficio propio.

Asalto en el festival de Realidad Aumentada.

Mr Perl acudió al punto de entrega con seis de sus mejores hombres. No conocía al correo y sólo podría identificarlo cuando este activase su baliza de localización.

El punto de entrega era antiguo polígono industrial abandonado y reconvertido en punto de encuentro y ocio. Varias de las naves estaban reformadas y los jóvenes acudían a conciertos de realidad aumentada. Cambiando de nave y resintonizando de TAP, asistían a otro concierto.

Desconectando el TAP se veía a jóvenes (y no tan jóvenes) saltando y apretujándose unos contra otros, ante escenarios vacíos al son frenético de un espectáculo que solo se percibía con el TAP conectado al servidor adecuado.

En el mundo físico había barras que servían bebidas alcohólicas y estimulantes de todo tipo, incluso de curso legal.

También había naves con reservados acogedores e íntimos para estar con amigos charlando, compartiendo una cachimba o disfrutando del contacto físico real.

El polígono se estaba llenando rápidamente y estaba concurrido en los alrededores, donde ocurriría la entrega. A la hora señalada se activó la baliza. Al instante siguiente se escuchó un grito a poca distancia.

¡Un médico! Este chico se ha desplomado. Rápido, ¡¡Un dron de primeros auxilios y un ambulancia!!

Simultáneamente la señal de la baliza indicó que esta se alejaba rápidamente. Mr Perl intercambió una mirada con sus hombres. No necesitaron decirse nada, la experiencia les decía que el desplomado era el transportista y el ladrón se daba a la fuga con su botín.

Michael Evans (Curufun)

Un destello parpadeante rojo en el margen del campo de visión indicaba que el TAP estaba recibiendo una llamada urgente de Mr Perl y, en este negocio uno sabe que no puede hacer esperar a Mr Perl.

- Cambio de planes con prioridad máxima. Alguien ha tomado algo que pertenece a Mr Li y escapa en vuestra dirección. Dejad lo que estáis haciendo y pon a tu equipo a interceptar a ese cabrón antes de que se borre. Tengo un teleco siguiendo la señal, te mandará coordenadas hasta que lo pierda- Doble o nada... AHORA!.

"Doble o nada" significaba que si atrapaban al sustractor, Mr Perl les pagaría el doble de lo que habían estipulado por el trabajo que tenían entre manos, pero no recibirían ni un crédito si fallaban. "Ahora" significaba que no habría más explicaciones y que debían mover el culo inmediatamente.

Pero ¿qué era ese trabajo que se traían entre manos y tenían que interrumpir?

Michael Evans había reunido un equipo para infiltrarse en Park-Space-Teruel (PST) el parkin/depósito/cementerio de aviones y mechas de Teruel que evolucionó desde el parking de aviones de principios de siglo. En 2095 estaba dividido en sectores especializados en distintos vehículos y funciones, habiendo sectores de desguace, de almacenamiento y de desarrollo de nuevos prototipos. Las compañías desarrolladoras mantenían fuertemente custodiados sus subsectores.

El equipo debía infiltrarse en el subsector de Bastion Industries y sabotear el mecha prototipo para el Departamento de Policía de Gran Madrid. El objetivo era que la demostración prevista el día siguiente fuese un fracaso y así retrasar el contrato de adquisición de Mechas policiales.

Empezaba a oscurecer y algunos sistemas de seguridad delicados se habían desconectado ante el riesgo de tormenta. Otros habían sido hackeados para la ocasión. El equipo se estaba colando por el punto ciego creado y ya habían pasado la alambrada. Michael Evans aguardaba fuera cuando recibió la llamada de Mr Perl. Tenían que abortar la operación e iniciar la caza.

Diego-Jason-Juan-Xu

Habéis pasado la alambrada por un punto ciego y tenéis intención de infiltraros en un hangar para sabotear la caja negra de un mecha.

Michael Evans

Te has quedado fuera. Estás a 100 metros del resto. Es entonces cuando recibes la llamada de Mr. Perl

- Cambio de planes...

— Puta lluvia... — maldecía Evans mientras intentaba encenderse un cigarrillo bajo un pequeño techado del Park-Space-Teruel.

El arreglador esperaba fuera a aquellos tipos que eran su nuevos compañeros desde hace unos cuantos encargos terminaran de saquear un mecha. Nada complicado, nada difícil. Al menos, no tanto como encenderse un simple cigarro con este mal tiempo. Michael desistió y lo tiró al suelo, totalmente empapado.

— Qué mierda, y me queda aquí un buen rato — decía en voz baja mientras se resguardaba y se apoyaba en el muro más cercano, viendo como los relámpagos partían el cielo.

Pero, de repente, su TAP se iluminó y una pequeña vibración activó los sensores de su lóbulo temporal para notificarle una llamada entrante. Aquel nombre, Mr. Perl, no debía de sonar en aquel momento. Michael no tenía mucho estima por aquel tipo, pero era uno de sus contactos fuertes, así que tenía que llevarse bien con él.

— ¿Qué coño pasa...? — dijo pensando unos segundos antes de formalizar la conexión — Aquí, Evans, ¿qué ocurre?

Malas noticias. 

— Voy a avisarlos y cambiamos de destino, de acuerdo.

Evans suspiró, sabía que aquello no se trataba de cualquier gilipollez.

— ¿Doble o nada, eh cabronazo? — decía mientras contactaba vía TAP con los demás —. Señores, creo que vamos a tener que dejar el juego de los espías para más tarde, así que moved el culo de vuelta: Mr. Perl se ha puesto en contacto conmigo. Me ha contado que...

No me gusta dejar a medias los trabajos, da mala reputación, pero aquí solo soy un mandao.  Pienso mientras busco las miradas de mis "compañeros de aventura" al tiempo que hago el gesto universal de salir por patas.

Recibido, respondo a Michael. 

Bueno parece que se acabó el "guateque" volvamos ¿no? . Susurro a mis compañeros, me encanta usar palabras de la vieja jerga del siglo XX.

Me doy la vuelta y comienzo a desandar lo andado buscando fundirme con el entorno. El echo de que tuviéramos una ventana de acceso no es óbice para cualquier imprevisto , un guardia fumando fuera o meando , este en la zona y nos pueda ver. Soy un profesional si bien esta no es mi especialidad quiero mantener mi reputación y no quiero cagarla .  Pienso para mí.  

Un trabajo más, no era de los más sencillos, últimamente pocos lo eran. Entrar en un lugar así siempre era arriesgado, la tormenta les había dado la oportunidad de infiltrarse por lo que pensaban que era un punto ciego. 

Ya estaban dentro, pero tendrían que llegar hasta el mecha, sabotearlo y salir de allí. No, este tampoco iba a ser un trabajo sencillo.

El agua resbalaba por su cara, cuando escucho la llamada de Michael, trabajo abortado.

-¡Joder! Este curro ya será imposible de terminar, y por lo tanto de cobrar.- Al día siguiente sería la demostración, no tendrían tiempo de volver a intentarlo. Un fallo, alguna mala cara y nada como compensación.

-Venga, movamos el culo, que seguro que es por una buena razón.- Les dijo al resto mientras regresaban, pensando en que seguro que era un trabajo bien jodido pero por el que podrían sacar un buen beneficio, siempre y cuando pudiesen realizarlo.

Ya conocía de memoria el camino de vuelta, así que aprovecho para darle un repaso a las noticias en en TAP, y también miro las previsiones del tiempo. Siempre que podía, trataba de estar lo mejor informado posible del mundo que le rodeaba. Esta costumbre le había evitado más de una sorpresa.

Desanda el camino y vuelve al exterior, a reunirse con Michael y esperar al resto del equipo. El estar más pendiente del TAP que del mundo real, hace que Juan no sea demasiado sigiloso. 

Al igual que a los demás a Jason no le hacia nada de gracia el que tuvieran que dejar aquel trabajo a medias, sobretodo estando ya tan cerca. Y de hecho si no hubiese sido Mr.Perl quien lo ordenase no lo habría hecho. Pero no era su primer trabajo para aquel hombre, y sabía cómo se las gastaba. Por lo que ni siquiera hizo ningún comentario.
Allí bajo la lluvia, con la mirada estoica, se encogió de hombros y deshizo el camino de entrada. El acceso ya estaba hecho, sólo era volver sobre sus pasos. Podría hacerlo hasta dormido. Por lo que salió sin que se notara que había estado siquiera.

Claro que otros de sus compañeros no parecían tan hábiles. Cada cuál tenía sus habilidades.

Desgraciadamente lo que ha pisado  Juan parezco haberlo pisado yo, porque ambos parecemos que vamos borrachos por medio de una tienda de Svaroski. 

Confiando en que el ruido de la propia tormenta oculte nuestra juerga Flamenca, parecía que estábamos encima de un tablao taconeando, continuo rezando porque nadie nos descubra. 

—詛咒！有沒有專業的西班牙語? —maldijo Xu cuando se enteró después de chasquear la lengua. Estaban lejos de completar su encargo, pero ya le tenia puesto el ojo a un par de mechas MKX 95. Aquellos modelos no se habían comercializado aun porque tenían un defecto de fabrica en el firmware de la tarjeta de red que permitía copiar los archivos del software sin mucho problema. No es que costara mucho encontrar algo así pero en aquel caso podría suponerle un pequeño extra.

Xu salió al ultimo, y esto le permitió evitar aquella chapa de latón tan ruidosa que habían pisado los dos. El chico caminaba con las manos dentro del bolsillo central de la chaqueta. 

—Seguro no los oyeron. Su seguridad es pésima. No vi sensores de sonido en ningún lado. Y si tienen, posiblemente tengan una frecuencia de más de 80dB. 

Iriarte y Valiente Santamaría resbalaron, tropezaron, cayeron, se levantaron al instante.

Vaya, el suplantador de identidad había recibido un buen golpe, de hecho Valiente Santamaría había caído sobre el suyo y lo había aplastado contra una piedra. Mientras no le entrase agua, todo iría bien. El caso es que la lluvia comenzaba a apretar y si le estaba entrando agua.

En ese momento al TAP le debían estar entrando llamadas pidiendo que se identificase como empleado de Bastion Industries o personal autorizado. El TAP estaba en modo incógnito. 

El sistema de seguridad estaba detectando algo o alguien no autorizado y tras el tercer intento de contacto fallido, el programa de seguridad activo el protocolo e inyectó una dosis de adrenalina (entre otras sustancias) a los cibersabuesos. Estos, que se encontraban dormitando, abrieron los ojos como platos ante el torrente de estimulantes e iniciaron una carrera desbocada hacia el objetivo intruso señalado por el ordenador.

Vamos amigo ya hemos hecho el payaso un rato. Digo manteniendo la sonrisa al tiempo que me levanto y comienzo a correr como alma que lleva el diablo.

No quiero que esos perros de lata me muerdan mi bonito culo, sería un desperdicio para la vista de las señoras. Pienso para mí mientras le dóy brío a mis piernas y en un sprint me pongo a lugar seguro, pero em mantengo a la espera por si tengo que volver a ayudar a Juan.

Junto a la valla saco mi arma y comienzo a cubrir a mi compañero.

Se había confiado, y eso pocas veces es bueno. Tan centrado estaba en las noticias que resbalo, no tardo en levantarse. Les habían localizado, y ya había varios malditos sabuesos que corrían hacia ellos. 

-Si, salgamos de aquí antes de que nos den unos mordiscos.- Comentó mientras se largaba a gran velocidad. 

-Gracias Diego, vamos a saltar ya, que vienen varios y son rápidos.- Le dijo, y luego ambos saltaron la valla, justo a tiempo. Un instante más tarde llegaron aquellos perros metálicos.

-¡Vámonos! No hay que llamar la atención, ya lo hemos hecho bastante.- Y para nada, no habían podido completar el trabajo, el mecha no estaba saboteado. Mala reputación, no cobrarían y hasta puede que tuviesen represalias. Y todo por un trabajo urgente de última hora. A ver que tal les iba, de momento no estaba siendo un buen día. 

Os alejáis del cementerio de gigantes sin más complicaciones y pisando a fondo para interceptar al sustractor. La señal de la baliza os llega con dificultad, sin duda están usando un dispositivo para distorsionar/bloquear la señal en la medida de lo posible.

¿Qué vehículos lleváis?¿Cómo os repartís en los vehículos? Los que no conducen ¿hacen algo?

Jason había sacado sus pistolas de sus cartucheras ocultas en cuanto escuchó los "ladridos" de los cibersabuesos. Esperaba no tener que usarlas, pero mejor eso que no esperar a que les llegaran cuerpo a cuerpo.
Cuando finalmente llegaron los tardones antes que los chuchos las volvió a guardar.

-Bueno. Supongo que eso tira por tierra cualquier posibilidad de volver más tarde a acabar el trabajo. Sin duda aumentarán la seguridad después de esto.-

No quiso añadir nada más, pues tampoco quería hacerles sentir peor a Diego y Juan.

-En fin. Vamos a ver qué es eso tan importante para Mr.Perl como para hacernos salir de aquí.-

Xu chasqueo la lengua nuevamente.

—Dudo que esos idiotas puedan impedirnos entrar si quiero. En todo caso lo hará más interesante.

El joven tenia una furgoneta del tamaño de un cuarto pequeño. Cada vez que podía le invertía dinero, era su bebe.

—¿Alguno viene conmigo? —preguntó mientras liberaba los seguros del vehículo.

Juan subió a la furgoneta que les habían proporcionado para aquel trabajo, era una buena máquina, con muchas modificaciones. Y lo más importante, no se tenían que preocupar de que la pudiesen identificar, nada podrían sacar por ahí de ellos. Y tras el trabajo, la devolverían y volverían a modificarla para que continuase siendo imposible de identificar.

-¡Vamos! Que ese tipo se esta largando a toda velocidad. No podemos perderle, o no cobraremos nada. Y no se a vosotros, pero a mi me hace mucha falta la pasta.- Comentó mientras subía y arrancaba la furbo, esperando a que subieran el resto, para salir disparado tras el ladrón.

— ¿Qué coño pasa? — intentó comunica Michael por el TAP cuando escuchó que algo no iba bien —. Genial, primero Mr. Perl y mis queridos chicos se meten en problemas — dijo mientras arrancaba la furgoneta¹ — ¡Y encima la puta lluvia, joder!

El arreglador se lo pensó dos veces antes de salir de su pequeño techado para dirigirse hacia la furgoneta para dejarla lo más accesible posible para cuando salieran. Dios tres pasos grandes esquivando los charcos y se subió a la misma cuando vio como los demás salían de aquel lugar.

Michael aceleró con fuerza para ponerse a la altura de ellos y que fueran subiendo poco a poco.

— ¡Vamos, vamos! ¿Qué coño ha pasado? ¿Queréis que Mr. Li me cuelgue de las pelotas? — preguntó con cierta indignación — Tenemos que coger a esos tipos.

Volvió a acelerar.

Xu subió al asiento del copiloto quitándose la chaqueta mojada.

—No pasa nada, compañero. Ya volveremos. Voy a secarme.

Y sin esperar permiso se conecto con el TAP a la camioneta para redirigir el aire acondicionado a su ventanilla, ponerlo caliente y proceder a secar la chaqueta.

—Maldita lluvia. En esta zona no bombardean las nubes con ozono y hay una alta posibilidad de perder pelo a los 30 si te bañas mucho tiempo en ella.