- Morr les acoja a todos en sus salones y dé paz a sus espíritus -dijo con un suspiro cargado de nerviosismo, consciente como padre de lo cerca que estuvo de la locura cuando su hijo mediano Meyer murió mientras él estaba en la guerra y se encontró su tumba al volver a su hogar; si algo como lo que le había acontecido a Wilda le pasase a Saskia o a Anton no creía tener la entereza para no actuar como lo había hecho Hlüger- Qué podemos hacer más que seguir viviendo para que lo mismo no le ocurra a otros- admitió resignado mirando hacia su amigo Hans, ahora quizás entendiéndole un poco mejor- ¿Querríais venir con nosotros al frente? -les dijo a Eldillor y Luís- Estaliano y elfo, ambos tenéis arrestos y buen brazo, estaré encantado de hablar bien de vosotros ante cualquier oficial que frunza el ceño o tuerza el bigote.