Boris había perdido la carrera, incluso con el cambio en Glavro de Rafael, la forma Hispo era realmente rápida.
Frunció el ceño mientras tomaba aliento cuando le reto a una carrera de vuelta con las tornas invertidas.
Y miro a su compañero divertido.
- Vale, dame un minuto y corremos de nuevo.-
Lo que estaba claro es que se habían alejado de la zona de entrenamiento muy rápido, y solo el olor les guiaría de vuelta.
Boris hizo un intento de transformarse, en Hispo, pero la cosa no cuajo.
- Tio, me tomo un break de un minuto, esa forma no me sale de momento.-
Se sentó en el suelo, llenándose el culo de hojas, y sintiendo el frio de la tierra y le dieron ganas de orinarse, pero se contuvo. Puede que fuera mitad lobo, pero seguía teniendo algo de pudor.
Tras un minuto, se puso a cuatro patas y ladro, o voceo un gruñido. En menos de los que cantaba un gallo, estaba transformando en un lobo gigantesco de puro pelaje blanco. Y gruño para indicar a Rafael que ya era el momento de la revancha.
Motivo: Resistencia + I.Primario
Dificultad: 7
Tirada (4 dados): 7, 1, 5, 2
Éxitos: 0 Fallo
Motivo: Resistencia + I.Primario
Dificultad: 7
Tirada (4 dados): 9, 10, 4, 10
Éxitos: 3
Exhaló un pequeño "pff" y se acabó encogiendo de hombros, virando los labios lo suficiente como para mantener una sonrisa más divertida.
—Que os lo paséis bien —espetó con veneno—. Espero que no le reviente una vena a alguien en mi ausencia, no me lo querría perder.
Se alzó y giró sobre sus talones, dando media vuelta y marchándose de allí a buen paso con las manos en los bolsillos. Acabó saliendo del claro, internándose en el bosque en dirección a ninguna parte.
Rafael sabía que no podría ganar, puede que a un lobo, pero a aquella cosa monstruosa no, además, la cosa monstruosa que resultó boris, era acorde a él.
Sonrió cuando le indicó que estaba listo. Rafael sonrió e hizo como que iba a decirle algo "..." pero salió corriento, tomando la delantera. Delante de él trato de conservar la ventaja todo lo que pudo cortándole el paso, explotando todo lo que podía aquella forma.
Se sentía diferente, pero tan humano coo para sentirse cómodo. Al final pasó lo que tenía que pasar, Boris le adelanto y fue incapaz de recuperar la ventaja.
-... aaah ... aaah... - Trataba de mantener el control de su respiración al acabar la carrera, pues en ningún momento había desistido de intentar ganar, "solo cuando uno se esforzaba al máximo veía de que era capaz" o eso decía el entrenador. - ¿A que es una pasada? - Le preguntó.
Se volvió a doblar sobre si mismo para apoyarse sobre sus rodillas sin sentarse. Al incorporarse, ahí despelotado pero peludo, sudado y mas ciclado de lo habitual, entre los demás, se sintió algo violento. Pero parecían discutir. Todos se llevaban genial.
Se dejo caer hacia adelante para acabar aterrizando en forma de lobo, pero acto seguido dijo con voz humana:
-¿Por que estais tan tensos?...- Sonó raro, no parecía su voz, de hecho la voz sonaba turbia y grutural aún, necesitaba mucha práctica. Pero se alegró de conseguirlo, tal como había hecho Cassandra antes. De hecho no sabía del todo como lo había hecho. Solo se había centrado en su garganta mientras cambiaba. - ¿Ha ocurrido algo?
Motivo: cambio a lobo con ¿cuerdas vocales humanas?
Dificultad: 7
Tirada (5 dados): 10, 7, 9, 3, 6
Éxitos: 3
un 10 y un 9.... digo yo que lo que pretendo lo consigo
Me giré hacia el centro del claro al oír la voz lobuna de Rafael. Adam se marchaba enfadado a mi espalda y Cristine estaba tumbada junto a mí. También Erik estaba tumbado. Había vuelto a su forma humana. Parecía exhausto. Samantha se imponía en aquel momento en el centro de la escena en forma Crinos (todo lo que podía imponerse a Joe). Alexis y Boris, en Hispo, no parecían menos terribles. Traté de contemplarlos con tranquilidad. Yo también ocultaba esos monstruos en mi interior. Solo era difícil asimilarlo todo en una noche. Tsintah seguía en su mundo interior, también como loba.
—Nada importante —respondí a Rafael—. Un pequeño malentendido, supongo —añadí, y miré al suelo—.
Rafael era un Hijo de Gaia al igual que yo. No hablaba mucho, pero cuando lo hacía sonaba tranquilo y natural. En cambio, yo parecía enfadada y demasiado seria la mayoría de las veces. Uno de los cometidos principales de la Tribu de Unicornio era buscar la distensión y el entendimiento en toda la Nación Garou. Sospechaba que él lo haría mejor.
Ella miró al suelo y eso le llamó la atención.
- Bueno... todos estamos algo confundidos - El lenguaje corporal del lobo que era rafael era amistoso y relajado, su cola se movió a un lado y a otro. - Nadie está en su terreno, creo. -
Luego carraspeó, pues escuchaba su voz aún rara, pero el carraspeo no podía arreglarlo.
- Nadie ha preguntado una cosa básica, no se si te has dado cuenta - Dijo a Brenda con picardía - ¿Por que ellos se llevan la ropa a las diferentes formas que adoptan y nosotros no? ¿Y por que no han empezado por ahi? - Dijo con picardía
Acto seguido susurró solo para brenda.
- Esta panda de salidos quieren ver carne - Rió en confidencia con Brenda. - Oye - Dijo como si encontrara al final la ocasión para decir aquello. -¿Me cuentas cosas de nuestra tribu? Yo solo sé 4 cosas que me han dicho las personas con las que vivo desde... desde el cambio. Y no me han contestando gran cosa aludiendo que estas noches me responderían.
Rafael habló conmigo en forma lobuna. Otra de las cosas a las que tenía que acostumbrarme. Su tono, en cualquier caso, era conciliador.
—Creo que hay un Rito con el que se puede conseguir eso. Hay muchos Dones, Ritos y Fetiches, cada cual más sorprendente que el anterior. Aprenderlos lleva tiempo. —Fijé mi mirada en Samantha—. De todas formas, la desnudez es algo que los miembros de una manada aceptarán como natural —dije al tiempo que me aseguraba de que mis ropas cubrieran mi regazo.
Conté a Rafael mi versión de Unicornio. Le hablé de su nacimiento como oposición a las prácticas abusivas de los Garou en tiempos pretéritos, del inmenso amor de nuestro espíritu hacia sus hijos, que en realidad eran todos los Garou con independencia de Raza o Tribu, del respeto y cuidado de nuestra Parentela y la Humanidad en general, de nuestro esfuerzo por hacer de mediadores en los conflictos tribales, de nuestro anhelo por lograr la unión de toda la Nación, del bien ganado prestigio como sanadores...
—Nos llaman pacifistas casi con desprecio. —Contuve la respiración un momento—. No saben nada. No han visto a Unicornio combatir.
Yo sí lo había visto. En mi sueños, el espléndido animal cambiaba su color de blanco a rojo y cruzaba las filas de horrendos enemigos con la ferocidad de un escuadrón de centauros. Su mítico cuerno acababa hundido en las entrañas de los enormes engendros que dirigían a sus siervos. Y yo me despertaba en calma, con el corazón apesadumbrado del héroe que se mantiene en pie en un campo de caídos.
Rafael escuchó a Brenda, escucho de los ritos, de lunicornio, un espíritu. Imaginaba que el espíritu guía de la tribu.
- Bueno... habrá que aprender esos ritos... - Dijo Rafael - No es que me averguence o me moleste, pero si dejamos aqui las ropas para salir corriendo, cuando volvamos a nuestra forma, allí, estaremos en un apuro, eso si nadie se lleva la ropa. - Explicó sus recelos con una risilla.
- Veo que sabes mucho y que es importante para ti, seguro que serás un orgullo para los... los nuestros - Lo último lo dijo como sino lo hubiera dicho así nunca - Para nosotros - Afianzó sus palabras una vez más
El lobo en que estaba transformado empujó con la cabeza una de sus piernas por el lateral. A Rafael le hubiera gustado que le dijera mas cosas de la tribu, menos de su fama o de su espíritu, sino de cómo eran entre ellos. Pero había obtenido de Brenda que le transmitiera ese enorme orgullo y respeto.
- Un placer conocerte Brenda.- Era la vez que más había hablado con ella. -
—Eso espero —dije, con sincera incertidumbre, cuando Rafael me auguró una buena reputación—. También para ti. Debemos aprender de los mejores y esforzarnos muchísimo.
—Lo mismo digo, Rafael. —Relajé mi semblante y sonreí.
Boris estaba algo cansado, si se lo proponía podía aguantar toda la noche echando carreras, pero calmarse un poco y tomar aliento era buena cosa.
Rafael estaba “consolando” a Brenda, podía ser eso. Desde cuando aquel animal era capaz de dar consejos. Se pregunto, y se sintió avergonzado de aquel pensamiento, puesto que su colega ya había echo algo parecido con él.
De forma cuasi instantánea, volvió a su forma humana. Al parecer, volver a tu forma “original” era mucho más sencillo de lo que parecía.
De momento, estaba satisfecho con haber estado en cuatro de las cinco formas. Y aunque tenia curiosidad, la forma de batalla, esperaba usarla cuando fuera una batalla. Como él dicho ese de la película. Solo desenvaino la katana para que pruebe la sangre. O algo así.
Ya con su cara habitual se dejo caer en el suelo y miro las copas de los arboles y las estrellas de la noche, no sentía para nada incomodidad. Para su propio regocijo.