Partida Rol por web

- Tienes toda la razón Rodrigo... -dice pensativo mirando al suelo -ese Jonás no ha ido a ninguna parte y puede que tampoco Damián aunque esto último lo dudo más, pero es posible aunque improbable. Nosotros hemos encontrado en su celda restos de un extraño polvo negro que no hemos sabido identificar, pero creo que ese Jonás practica la brujería y es un componente de sus malas artes, además había pepitas de oro... aunque no de gran tamaño, vamos que no tienen mucho valor, lo que reafirma mi creencia de que también el oro lo usara para algún mal fin.

-¿Polvo negro? ¿Pepitas de oro? -repitió Rodrigo a modo de eco, pues Nicasio había despertado bastante su interés con su descubrimiento-. Es muy interesante... más tarde, si tengo ocasión, iré a contárselo al hermano Timoteo; tal vez él, que está siempre entre montañas de libros, haya leído algo al respecto.

Cuando quieras puedes hacer la tirada, Jimeno.

Máster, ¿podría hacer alguna tirada para ver si, por casualidad, puedo relacionar esos componentes con algún hechizo?

Si, si. Obviamente, de hecho te lo iba a proponer yo.

No logras discernir qué puede ser o para qué.

Jimeno, esperamos tu tirada.

PNJOTIZADO.

Tanto Jimeno como Herman intentaron forzar el mecanismo para ayudar al resto, pero ni aún así. Durante la misa, ninguno de vosotros logró mover aquella mole, que se mostraba impenetrabal, infranqueable y majestuosa. Esperásteis, y poco a poco dejábais de oir los cantos de la misa. Son las 16.55 horas, y los monjes están a punto de salir.

Pero, en esos momentos, Jimeno saca de debajo de sus ropas un papel como doblado un par de veces, se agacha y lo introduce por la fina abertura inferior de la gran puerta del torreón. Al principio incluso le costó, pues apenas había hueco, pero luego, justo antes de que los frailes salieran, lo introdujo y se levantó enseguida.

Nada. Dios no quería que ninguno de ellos entrara en aquella torre, al menos por el momento. Por algo sería. Ya apenas tendrían unas horas para buscar a Jonás y a Damián, si es que estaban allí; aunque gracias a la idea que habían tenido de que Nicasio se escondiera, iban  poder seguir investigando por la noche; era entonces cuando Rodrigo esperaba avanzar en la investigación de forma decisiva. La noche es el momento elegido por los enemigos de Dios para hacer el mal, y no quedaba más remedio que andar en medio de la oscuridad para poder descubrirlos.

Una vez que los frailes pasaron, Rodrigo se acercó a Jimeno para preguntarle en voz baja.

-¿Qué es eso que has metido por debajo de la puerta?

Algo que nos puede salvar el pellejo. respondió Jimeno a las inquisitorias de Don Rodrigo. Es mejor que no sepais nada más. Me temo que lo unico que nos queda por hacer es intentar buscar la llave que abre esa puerta. Debe tenerla Don Cosme a buen seguro.

- Tanto secreto me intriga Jimeno. Hace un momento querías irte de aquí y ahora ayudas como el que más ... -no entendía lo más mínimo a ese hombre, Rodrigo y él mismo eran más o menos normales pero ¿Ese Jimeno? parecía tener dos personas en el mismo cuerpo. Se andaría con ojo...

- ¿Y cómo le quitamos la llave a Don Cosme?

No tengo ni idea -decía Herman a la pregunta de Nicasio-, perrro el casso efffsss que tenermos que tenerrrr mucho cuidado; parrrrece que no todo va bien en este monasterrrrio...

Fue en ésta que estuvísteis merodeando el resto de ese día por el monasterio, observando a los monjes desde la distancia, preguntándoles en la medida de lo posible (ya estaban un poco hartos de tanta cuestión) e inspeccionando de nuevo todas las salas (casi todas) sin encontrar nada nuevo en absoluto, a lo cuál seguísteis las horas de cena y vuelta a las celdas.

Fue entonces cuando os metísteis en vuestras celdas, y esa noche...

... esa noche no ocurrió nada. Dormísteis plácidamente.

Escena cerrada.