-Podéis ocupar vuestro camastro que los asuntos del alma tengo ya cubiertos, Herman- Dijo con tono cansado mientras aún se quitaba la incomoda armadura, sin reparar demasiado en que con quien iba a compartir habitación no sólo era plebeyo sino además judío.
Ya dentro de la celda, Herman símplemente se deslcalzó y sacó las calzas al pasillo que daba al patio, y sin desvestirse, se metió en la cama.
-Sepa vuesa merrced que a no mucho tarrdar espero enfío de un hierro excelente de las Gerrmanias. Gustoso le harré un prrecio de amigo si quisierra nuefos remates o refuerzos de mamposterría u hojas parra espadas, placas parra arrmadurras, chapas parra escudos, soporrtes parra felas o lamparras... si le seo sincerro, mejorr parra arrmas y arrmadurras, es un hierro muy tenáz y no serrá fácil moldearrlo...
Mientras decía todo esto, se giró para dar la espalda a Rodrigo y su voz se fué apagando poco a poco hasta casi dormirse.
Herman durmió con Rodrigo de Lara esa noche, mientras que Jimeno hizo lo mismo con el joven Junvenal. Lo cierto es que poca disputa habría de darse en estos casos, pues no había mujer por medio por eso de las "parejas" y el cansancio agudizaba en vuestros tensos músculos.
Cada uno en sus habitaciones, dormís... dormís plácidamente.
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Cabe decir que en cada habitación está el camastro, un arcón vacío y una palangana por cama.
Motivo: ¿¿¿¿????
Tirada: 1d2
Resultado: 1
Aguardad hasta nuevo aviso.
Mientras dormís y descansáis, algo altera vuestro sueño. Pese a que recordáis perfectamente las palabras de don Cosme "No hagáis ruido de noche", unos golpes os despertaron de repente, a media noche. Abrís los ojos y os situáis, y entonces notáis que el ruido son golpes a la puerta de acero.
¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM!
Son seguidos y constantes. Os levantáis y os acercáis a la puerta sin abrirla. Comprobáis que alguien la ha cerrado por fuera, sin daros explicación ninguna. Entonces oís una voz desde el otro lado.
Abrid la mirilla... -susurraron.
Postead para vosotros, que no se os olvide.
Rodrigo se desperto pesadamente y tiempo necesitó para darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Aún con una lentitud no acostumbrada, amarró su espada y se acercó con cuidado a la puerta tras cerciorarse de que su compañero de celda también se hallaba despierto.
-¿Qué está pasando aquí?-Susurró con ira contenida al darse cuenta de que habían echado la cerradura, al mismo tiempo que habría la mirilla.
No he respondido antes a tu mensaje por que lo leí con el móvil Togashi, y ahora ya crearía una especie de salto espacio temporal, pero vaya un judío que está hecho el amigo con los enfios de hierro jeje
Girásteis la mirilla y vísteis a través de ella a una figura encapuchada, reflejada únicamente por las tenues luces de las velas que aún colgaban en los pasillos. Iba bien ataviada de prendas, con lo que su identificación se hacía imposible.
Debéis investigar lo que ocurre en el monasterio -dijo la figura- pero no perdáis tiempo, porque sólo tenéis tres días.
Acto seguido, el misterioso personaje miró a un lado y a otro, y en cuestión de segundos, sin decir nada más, huyó camuflado entre la oscuridad casi total del pasillo.
Herman oyó lo que afuera se dijo, a pesar de que permaneció dos pasos tras de Rodrigo y su espada.
-¿No podeis abrrir?- Preguntó el cambista sobresaltado a su compañero de celda. Trató de recordar entonces cómo se cerraba la puerta, si por casualidad recordaba si era de cerrojo o de llave, aunque trató de aplacar su nerviosismo pues no quería parecer descortes al desconfiar de la situación.
-¿Quién era ese frraile?, ¿don Cosme, quizás?, desde aquí no pude verrlos.
-No lo sé, Herman. No he podido distinguir la voz, y desde luego la cara la llevaba bien tapada.
Rodrigo volvió ensimismado en sus pensamientos a la cama, donde se sentó inclinado hacia delante con la espada todavía en la mano.
-Situación extraña esta-Dijo Rodrigo tomándose su tiempo, se había desvelado y ahora se encontraba pensando en el siniestro mensaje del encapuchado- En cualquier caso poco nos importa, partiremos de este lugar por la mañana si nada nos lo impide... y bien tiene pinta de ser un hombre tocado de la cabeza este que despierta a las buenas gentes en plena noche con palabras misteriosas-Dijo encogiéndose de hombros- El aislamiento y el pasar tanto tiempo sin ver a una mujer bien puede trastocar el espiritu de algunos hombres... ¿no estáis de acuerdo, Herman?