Partida Rol por web

Con la aldea y el campo de batalla en vuestro poder, podéis descansar y dedicaros a saquear un poco...

La formación se había roto ya y la aldea era pasto de las tropas romanas. Quintus fue uno de los últimos en romper filas, pero en cuanto reflexionó un poco más sobre la situación echó a correr. No esperaba encontrar nada de mucho valor y se conformaba con una buena espada perdida en aquel mar de sangre.

Y por fin la batalla había terminado, habían ganado y era hora de obtener su botín. Fuscus se apresuró a rebuscar algo que le pudiese ser de utilidad de los restos del combate.

Se quitó el casco y envainó el arma, y contempló la masacre que acaba de ocurrir. No estaba orgulloso, pero tampoco sentía piedad alguna por los bárbaros. No iba a violar a ninguna bárbara, pero tampoco a ser un salvador de almas paganas. Y no iba a quemar las casas, pero sí a llevarse botín.

Bajó junto a los demás a buscar su trofeo, esperanzado en que sus heridas pagarían bien.

Antiocus acabó con su enemigo y vio como los que quedaban con vida huían hacia las montañas, un grupo hacia el pueblo. Observó como sus compañeros entraban a la aldea con intención de conseguir algún botín como premio por la batalla.
Antiocus se dirigió hacia la parte central de la aldea, donde parecía que estaban las mejores viviendas. Típica distribución donde las casas más importantes estaban en el centro, más resguardadas de un ataque directo.
A ver que hay por aquí pensaba para sí Antiocus mientras entraba en una casa.

Era el momento de descansar, por lo que me senté en el suelo, y pegue un largo trago de vino. Mientras, miré a mi alrededor a ver si encontraba algo interesante.

Miré a mi alrededor. No me apetecía violar paganas. Más bien buscar comida, bebida o armas. Empecé a mirar por todos lados detenidamente...

Terminados los horrores del combate, y una vez atendidos los heridos, reunidos los prisioneros y repartido el botín, la cohorte se instala en el poblado para descansar la dura jornada. Mientras los centuriones preparan el siguiente movimiento. Se distribuyen puestos de centinela para prevenir contraataques del enemigo.

Hago mi tirada.