A-A-A-A-A-A-A-A-A-A-A-A-A-A-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAALLRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIGHT!!!
Müller se puso en pie de inmediato. Una sonrisa iluminaba su rostro. Por fin pasaban a la acción y se dejaban de palabras. Las palabras se las lleva el viento y sólo las acciones prevalecen. Eso lo tenía muy claro aquel soldado. Era el momento de la verdad, el momento de demostrar de lo que eran capaces. Para eso habían sido enviados a ese agujero infecto llamado Chescoslovaquia.
- Nos volveremos a ver, se lo aseguro. - Comentó muy seguro de sus palabras. Tenía una deuda con aquel arrogante que se hacía llamar rey. Disfrutaría acabando con su vida y librando al mundo de un tipo tan presuntuoso. - Vamos a por esa ropa. - Determinó mientras recogía sus armas. Estaba claro que iba a necesitarlas más pronto que tarde.
Eleanor elevó una ceja visiblemente ante la propuesta del incombustible Klaus. - Me parece razonable ser su médico, pero querido Klaus solo accedería a ser su masajista personal en caso de que sus calcetines no parecieran quesos de gruyere... - Con una media sonrisa la doctora empezó a ver las posibilidades de aquel plan. Podía funcionar...
- Nos veremos al otro lado, Majestad... - contestó la joven con tono sarcástico ante el regio apelativo y salió de la habitación dispuesta para la misión.