Partida Rol por web

En respuesta a la pregunta de Gallind simplemente le hago gestos (discretos) para decirle que se esconda mientras sigo bailando y cantando de forma estruendosa en mitad de la plaza.  

Si puedo terminaré por acercarme al seto y susurraré -Gláin y Rilwen estan rompiendo los barrotes, tenemos que desviar la atención de los vecinos de la prisión-

Y volveré a alejarme del seto y seguiré haciendo el ridículo en la plaza del mercado Callow. 

Estoy desconcertada y todo a mi alrededor me parece un caos absoluto: los vecinos despertandose, el plan improvisado de Lily, el ruido de la maniobra de Glaind. Estoy abrumada y un poco fuera de lugar.

Esto es una locura.¿Como algo aparentemente sencillo se ha podido complicar tanto?

Intento seguir el rollo de Lily

Upsssss ¡ El aguardiente enano creo que se me ha subido a la cabeza!

Bailo torpemente alrededor de Lily,echando vistazos al progreso de Glaind y Rilwen.

No tengo ni idea de lo que hace Gallind ni en que esta ayudando.

Tolman está totalmente abrumado por un instante, primero queda completamente desconcertado con ese huracán que acaba de llegar a hacer tanto escándalo, luego se enfrenta profundamente indignado y furioso con el enano: «Por Erú, ¿se puede saber que idiotez estás haciendo Glaín?» -Le espeta con furia (pero en voz baja) al enano, haciéndole gestos sobre el ruido que hace, mientras se aleja de la ventana hacia la cama, con la cabeza baja y los hombros hundidos, y con una profunda tristeza, enojo y desesperación prosigue «...se suponía que tenía que ser un trabajo sigiloso y que nos concediera un margen para actuar por sorpresa, averiguar que tramaban y desbaratar sus planes, con suerte, antes de que se dieran cuenta...pero en vez de eso vienes como ese troll salvaje que me pareció haber visto, a embestir todo, sin detenerte a pensar en las consecuencias» -continua mientras se sienta en la cama y alza las manos en actitud de impotencia-«...haber te agradezco el gesto...eres un gran amigo y quieres ayudarme,....pero esta actitud es típica de alguien insensato más tozudo que una mula, ¿De que crees que me servirá escapar si todo el mundo se da cuenta? Eso pondrá todo en nuestra contra, nuestros enemigos estarán avisados y moverán ficha antes de que podamos hacer cualquier cosa...sería como darles la razón y la prueba suficiente para que ellos pudieran salirse limpiamente con la suya y yo quedara como el pérfido criminal que dicen que soy» -suspira profunda y audiblemente y termina diciendo «mejor escóndete como ha hecho Rilwen...tenemos que esperar a que las cosas se calmen....», luego, unos cuantos segundos después...parándose enérgicamente y como si la luz de una nueva idea encendiera su rostro, levanta su mano hacia adelante con el índice extendido dice en voz baja como si pensara en voz alta «uuuuhhmm tal vez podamos sacar algo bueno de todo esto, ya que si sigo acá cuando vengan a revisar el alboroto, no sospecharán de mi y podremos hacer otro plan cuando todo se calme...aunque perderemos mucho tiempo quien sabe cómo cambien las cosas» y si ve todavía por ahí a Glaín le hace señas de que se esconda rápido.

Todo lo anterior lo dice si no hay nadie más que Rilwen y Glaín cerca, si siente u oye que otros pasos se acercan, lo susurraría o en caso de mayor peligro solo lo pensaría. Si pasado un tiempo prudencial, ve que nadie se acerca y todo sigue en calma y el desastre no se produce y es más no parecierá que hubiera moros en la costa...especialmente desde la casa del zapatero o la plaza...entonces aprovechará para huir con el enano, eso si lo más sigilosamente posible.

El zapatero se metió para dentro de su casa, quedando solo el ruido que escuchabais.

-"¡JI JU JI JU ... JI JU JI JU ... JI JU JI JU JI JU ... JI JU JI JU!" (Activar audio de arriba)

Los vecinos que estaban de mirones, esperaron expectantes a ver qué hacía el señor zapatero. Parecía que era el que mandaba sobre la platea y solía dar bastante espectáculo. Pero mientras, se contentaron con observar a las dos mujeres que había, supuestamente borrachas, en la plaza. Las dos empezaron a bailar como si estuvieran poseídas por ese ruido metálico, danzando al compás de una música que solo ellas oían melodiosa. Os acercáis un poco al seto de la casa de los Dittany, donde se oía la voz del elfo, y visteis la sombra de Gallind, que preocupado, os preguntaba qué pasaba con el rescate. ¿Era esto parte de vuestro plan? Lily le respondió y regresásteis al lado de la prisión, haciendo alguna que otra cabriola. Alguna luz más empezó a aparecer en las ventanas abiertas de las primeras plantas de las viviendas.

-"¡JI JU JI JU ... JI JU JI JU ... JI JU JI JU JI JU ... JI JU JI JU!" El sonido no paraba.

En un minuto, que os pareció una hora, visteis asomarse al zapatero por una ventana de su casa, que daba al este. Justo al patio de la prisión, y desde donde se vería a los compañeros que allí se encontraban. Oísteis cómo empezó a gritar:

-"¡Alto! ¡Para ahora mismo lo que estés haciendo o llamo a la guardia! ¡Más te vale hacer caso! ¿Qué haces ahí? ¿Quién eres?"

Un murmullo se oía entre los vecinos despiertos al oír lo que decía el zapatero. Unido a todo esto, se seguía escuchando de fondo:

-"¡JI JU JI JU ... JI JU JI JU ... ... ... ... ... ... JI JU JI JU JI JU ... JI JU JI JU!" Hubo un momento que parecía que iba a parar, pero siguió con el mismo ritmo constante de antes.

Estaba claro que el zapatero había visto a Rilwen y a Gláin haciendo ese ruido. ¿O quizá a solo uno de los dos? Había hablado en singular, puede que alguno se hubiera escondido. Lo que sí sabíais era que os habían pillado, sabían quienes eráis vosotras, que más y más vecinos se estaban despertando, y que el plan se había ido a la mierda por alguna causa desconocida... o no tan desconocida. ¿Qué haréis?

Los barrotes de hierro temblaban ante la poderosa maña del enano al serrar, como si fuera una furia de la naturaleza, iba de uno a otro sin parar. Un chillido metálico se oía al serrar el metal, mientras el enano discutía con el hobbit. Por sus oídos entraba esta música:

Mientras que los demás, oían esta otra:

Ni siquiera se había percatado de la perorata que había hecho el zapatero hace escasos minutos en el marco de su ventana, ni lo que decía la semielfa, de tan concentrado estaba en su labor. El hobbit, mientras tanto, seguía importunándole con su diatriba. Por el rabillo del ojo vio como Rilwen dejaba de desatornillar. Giró la cabeza para ver cómo se lanzaba de cabeza al seto que había enfrente. En un segundo ya no se la veía, tirada en el suelo como estaba y oculta por la maleza. Ahí se dio cuenta de que había, justo enfrente, otra ventana. La ventana no solo no estaba enrejada, sino que el cristal inferior estaba un poco levantado para que pasara el aire. Gláin volvió al trabajo de serrar, pero al momento, un atisbo de luz le llamó la atención a su izquierda, por lo que miró hacia allí.

Remarcado por el cuadrado de su ventana, por el cuál salía la luz de una vela, estaba el zapatero. Se quedó mirando en la dirección donde estaba el enano y gritó:

-"¡Alto! ¡Para ahora mismo lo que estés haciendo o llamo a la guardia! ¡Más te vale hacer caso! ¿Qué haces ahí? ¿Quién eres?"

El enano seguía serrando por inercia, pero con la vista puesta ahora en su interlocutor. La semielfa, tumbada detrás del seto, espiaba lo que acontecía a escasos metros de ella. El hobbit, detrás de los barrotes que le tenían aprisionado, echaba humo por las orejas por el plan tan desastroso que habían ideado sus amigos. En su carta había dicho explícitamente que le sacaran SIGILOSAMANTE de la celda, ¿si no, para qué pedir un destornillador? Daba vueltas por la celda, exprimiéndose el cerebro, para pensar rápidamente en las opciones que tenía ante si. De vez en cuando, se acercaba a la reja de la celda para escuchar, por si oía acercarse a su tío o a su tía. Estaba claro que Holfast iba a tener problemas por su culpa...

Tolman, sentado en su cama ha dejado de hablar con esa mula que tiene de amigo.

-No tiene caso, está como loco con la cara roja como un tomate, serrando esos barrotes y no pone atención a nadie más, es muy probable que ni siquiera me haya oído todo lo que le he dicho, con ayuda de Erú, puede que Rilwen sí. En todo caso, parece que mis tíos no se han despertado de milagro.

Con sigilo, se acerca varias veces a escuchar si hay sonidos hacia la casa de su tío y también a escuchar si el zapatero sigue con su diatriba y vuelve rápidamente a su cama y toma la determinación de que si sale con tanto escándalo su tío verá comprometida su situación, pues sospecharán como mínimo que su tío no puso suficiente seguridad. 

Su mente está abrumada y se siente paranoico:

- Escapar ahora, no es una opción que le interese a Tolman porque no solo complicaría las cosas sino que haría quedar a sus tíos como cómplices y que hicieron la vista gorda con su sobrino criminal por eso explícitamente había dicho con sigilo, así ellos quedarían con coartada, ahora con tanto escándalo se complica que ellos puedan decir que no oyeron nada, además si no escapa eso posiblemente redundará en su beneficio pues verán que es hobbit cumplidor de la ley, o al menos eso piensa y seguro bajarán la guardia y será más fácil asestarles el golpe de gracia. ¡Decidido, me quedaré aquí y no saldré!, así verán que soy honorable y cuando en la mañana vengan a revisar, me encontrarán aquí mismo»

Y luego de pensar esto, Tolman se siente más tranquilo como si se hubiera quitado un peso de encima, pero esa tranquilidad no le dura demasiado porque le llega con claridad la certeza de otra idea que le aplasta como un mazo contra un yunque: 

« ...Correcto, pero sino sales ahora, puede q no salgas en varios días. Y eso no puedes permitirlo. ¿Y si el troll se come a un niño hobbit?...además la culpa fue tuya porque ya sabes cómo suelen ser los enanos y como se vuelven de salvajes cuando están preocupados...son tan delicados como una mula en una cristalería...así que hay cambiar de táctica porque es imperativo escapar pero a la vez que mis tíos y mis seres queridos no se vean afectados, Cuando estemos seguros en el claro del bosque, será el momento de hablar y ver porque se ha torcido todo y el enano hay llegado hecho una tromba».

Cuando por fin ha tomado una decisión, descubre que el enano ha terminado de segar todos los barrotes y haciendo el sonido de la lechuza, que suele hacer con Rilwen y Gláin cuando hay un cambio de planes, les llama la atención, y cuando lo mira el enano le hace una seña para susurrarle su nuevo plan, y quiera Erú que su amigo tenga algo de seso en esa cabezota y le entienda.

Su nuevo plan consiste en hacer un montaje lo más convincente posible de que en vez de haber escapado impunemente ha sido secuestrado contra su voluntad...y así salvar a su tio d posibles represalias, como perder su trabajo, y uniendo la palabra a la acción se pone a hacer algunos ruidos sordos mientras le hace un gesto al enano de que quiebre algunas cosas, genere un rastro de destrozos mientras escapan y se oyen algunos ahogados gritos y un cállese y unos buenos y sonoros golpes (obviamente no dirigidos a mi) y como es pareciera ser arrastrado un bulto semejante a un cuerpo (aunque solo es una apariencia para que vean su silueta y quedé un rastro claro que se pierde en dirección contraria al bosque, mientras ellos huyen hacia el bosque mismo ...la radionovela del secuestro del pobre Tolman

Así pues, con todo ese barullo nocturno importunando el descanso de los vecinos del pueblo de Bree, Gláin sabía que el trabajo debía completarse aunque le encerraran inmediatamente después. Sino, que clase de enano sería para sus congéneres, incapaz de serrar una manufactura tan torpe. ¡No! Ya casi esta, si Tolman dejara de estorbar acabaría incluso antes. No lo recordaba tan cenizo. Parece que no es capaz de soportar unos minutos de estrés... sin duda los hobbits están hechos para quedarse en sus casas y poco mas. 

JI JU JI JU seguía el serrucho. Pasados unos minutos que a todos se les hicieron eternos excepto a Gláin los barrotes estaban a punto de caramelo. El enano sudaba profusamente pero no parecía cansado. Para Tolman era evidente que una sonrisa se estaba dibujando en su rostro. La vida de mercader ofrece pocas oportunidades de meterse en problemas así que esta ocasión la estaba disfrutando. Y por fin, un momento de silencio. Aprovecho para tomar aire y darse cuenta de la situación que le rodeaba, el zapatero gritando, Rilwen desaparecida por completo y Tolman diciéndole que le secuestrara a la fuerza. Exhaló todo el aire de sus pulmones y dijo: De acuerdo amigo, si ahora quieres que te lleve arrastras por la plaza, seguiré tus deseos con tal de que dejes de lloriquear. Ahora apártate un poco que tengo que rematar mi obra. 

*CHAS CHAS CHAS CHAS*, los barrotes salían despedidos por los aires uno tras otro, con tal facilidad que parecían estar hechos de madera antes que de metal. ¡Já! No hay metal que se pueda interponer a mi hacha. ¡Buf! Ahora si que he entrado en calor. - Y subiendo incluso mas el tono de voz - ¡Venga pequeñajo, ven conmigo, estas siendo oficialmente secuestrado!

Agachada, Rilwen observa alrededor. Hacia el norte esperando que tarde en aparecer el alguacil y hacia su espalda, comprobando que la ruta de escape hacia el sur está libre.

Mientras vigila desde esta posición como salen Gláin y Tolman, habla en voz baja pero audible por sus amigos - Gláin,  hacia el mercado hay demasiada gente y si alguien se envalentona puede salir dañado. Hacia el sur podríais perdeos en cuanto salgais de la vista del zapatero y los hobbits del mercado.

Rilwen esperará en el seto el curso de los acontecimientos,

Mientras tanto piensa en lo que va a hacer ella -Si vienen hacia el sur me adelantaré corriendo en las sombras cruzando la huerta hacia el seto que bordea Bree y esperaré allí por si tengo que hacer alguna maniobra de distracción antes de ir al punto de encuentro, pero si van hacia la plaza del mercado esperaré escondida unos segundos y luego me añadiré a la turba que persigue al secuestrador del pobre Tolman, seguro que puedo retrasarlos de alguna forma. La cara de Gallind viene a su memoria -Quizá preguntando si han visto algún elfo en la taberna.
 

-Esto se está poniendo realmente muy, muy feo. Sin Tolman no sabemos que tenemos que hacer y no está nada claro que Gláin consiga sacarle de ahí antes de que se despierte medio pueblo-. 

Tengo ganas de salir corriendo, pero voy a hacer un último esfuerzo por distraer al vecindario de lo que está pasando en la prisión. Así que en un susurro le diré a Tatharina -Sígueme el juego, voy a hacer como que me golpeo fuerte en la cabeza. Pide auxilio si ves que es necesario para montar aún más bulla, y recuerda que estamos muy borrachas-

Y acto seguido empezaré a hacer algunas cabriolas y piruetas hasta acabar simulando golpearme en la cabeza contra algún obstáculo de la plaza bien alejado de la prisión y quedaré tendida en el suelo. 

Desde el ceto y sin mucho reparo Gallind para sus orejas para intentar delimitar en la cacofonía estruendosa qué clase de sonido es ese. - Si tan solo supiese que hacer... Si me mostrase, quizás no sirviera de nada. Pero... Quizás si... -

Espero que Glaind acabe pronto. Esto esta durando una eternidad.

Le sigo el rollo a Lily ya que no tengo ningun otro plan. Miro a Gallin con la esperanza que tenga un plan de fuga o algo parecido.

Acabaremos nosotros entre rejas al final.

Me hago la borracha y digo. ¡Por todos los dioses Lily! ¿Estas bien? Ese chichon no tiene muy buena pinta. Y hago como si la estuviera examinando. ¡Socorro!¡Auxilio! grito cual damisela en apuros.

Esto no va a funcionar ni de coña.

Rilwen, pensativa y expectante detrás del seto, da miradas furtivas hacia el sur, donde ve la ruta de escape más directa y evasiva. A través de los campos de detrás de la prisión, vislumbra levemente la oscura masa del seto que protege el perímetro de Bree. Unas pocas ovejas pacen en los pastos cercados. A escasos metros, observa cómo Gláin termina de serrar el último barrote de la reja y, con unos golpes secos de su hacha, acaba por quitarlos. De fondo, escucha la voz del furioso zapatero, que grita llamando a Holfast y a la guardia. En unos segundos, la figura del hobbit aparece por el hueco, ayudado por Gláin.

Gláin, cansado de escuchar los lloriqueos de su amigo, se concentra en su trabajo, culminándolo con una caricia de su hacha. No escucha más que el chocar de metal contra metal. Aparta un poco las virutas y algún cacho de hierro y ayuda al hobbit a salir por el hueco.

Tolman, inmerso en una plática interior consigo mismo, empieza a destrozar el poco mobiliario de su celda, con la intención de que parezca que ha sido secuestrado. Sabe que su tío no es tonto, ¿morderá el anzuelo? Al terminar, ve cómo Gláin termina su cometido y se dirige a la ventana. El cristal inferior puede subirse fácilmente utilizando las asas de bronce que tiene en el extremo, así que lo sube todo lo máximo que puede y de un salto se encarama al marco de la ventana para salir. Un ruido dentro del smial de los Bunce, indica que Holfast se ha despertado, o alguien de su familia. Es consciente de que tiene tan solo unos segundos para huir de la prisión y salir corriendo. El enano le ayuda desde el otro lado. ¡El hobbit está libre!

Lily y Tatharina no paran de dar piruetas y cabriolas, gritos y memeces, para intentar atraer toda la atención sobre ellas. Hasta se tiran de cabeza al suelo. ¡Estas chicas no tienen vergüenza alguna! Aunque tienen una gran audiencia en la plaza, el zapatero sigue gritando desde la ventana hacia donde se encuentran Gláin y Rilwen. Esta vez, está haciendo un llamamiento a la guardia y a Holfast, con toda la potencia de sus pulmones. Los demás vecinos empiezan también a gritar, llamando a la guardia. Nuevas luces se encienden en otras casas. ¡Prácticamente se ha despertado todo el vecindario!

Gallind, escondido tras el seto, duda en salir y unirse a la comparsa o seguir escondido como le indicó Lily. No sabe muy bien qué planes tienen, solo lo que le ha comentado la hobbit. Aunque viendo cómo se mueven las mujeres, bien podría salir y montar una buena chirigota con ellas.

Como si un rayo os hubiera alcanzado a los seis a la vez, todos os ponéis tiesos al ver cómo una vaga luz empieza a hacer acto de presencia en la prisión. ¡Alguien ha ido a comprobar las celdas! En ese momento, todos veis que Tolman está fuera, junto a la esquina sur de la prisión.

Rilwen, poniéndose ahora en pie, llama la atención de los que están a su lado y echa a correr como alma que lleva el diablo hacia el sur, campo a través. El enano y el hobbit la siguen sin dudarlo. ¡Pies, para qué os quiero! El plan, llegar lo más rápido posible a la Puerta Oeste y salir de Bree. Y de ahí, a través del campo, hasta el claro del Bosque de Chet. La semielfa debe frenar un poco para esperar a Gláin y Tolman, cosa que aprobecha para mirar hacia la prisión y ver si alguien los sigue.

Las casas, los jardines con sus vallas de madera, las baldosas del camino y las ventanas redondas de los smials hobbit pasan borrosas a vuestro lado. Milagrosamente, el tronar de vuestros pasos acelerados no atrae la atención de ningún durmiente medio despierto. O si lo ha hecho, habéis continuado corriendo antes de que llegaran a las ventanas o a las puertas.

En la plaza, los tres compañeros que quedan, ven como los otros huyen a través del campo que hay al sur de la prisión. Lily agarra a Tatharina del brazo y la arrastra a una frenética carrera por la calle que lleva a la Puerta Oeste. Gallind sale de su escondite y las sigue a toda velocidad, teniendo que adecuarse al paso de la hobbit, que marcha más despacio. Aceleráis el paso y os dais cuenta de que el cielo nocturno está muy nublado ahora. Mientras pasáis entre las casas que flanquean vuestra ruta de escape, de la prisión emerge un gran griterío. ¡Han descubierto la celda vacía! De pronto, la luz de la luna es tapada por una nube y la oscuridad desciende para cubrir vuestra huida.
Los seis compañeros, en su alocada carrera, no van sin rumbo fijo. Tolman va guiando a un grupo y Lily al otro, con lo que antes de llegar a la Puerta Oeste os juntáis de sopetón al confluir en una misma calle. Os miráis unos a otros, pero sobre todo miráis a Tolman. ¿En qué lío os ha metido? A lo largo de la calle cercana a la Puerta Oeste, las casas se apoyan unas en las otras como las ovejas para mantenerse calientes en invierno. Más lejos, las casas se erigen sobre pequeños pedazos de huerto, sus ventanas mirándose las unas a las otras por encima de coles, zanahorias y espárragos. Un poco más adelante, la Puerta Oeste y más allá los campos aledaños a Bree. Los jadeos del enano resuenan más que su tintineo metálico, haciéndoos sacar una sonrisa incluso en estos momentos tan tensos. Justo cuando vais a pasar por la arcada de la puerta, una sombra aparece de la nada y os corta el paso, haciéndoos frenar de golpe. Un pequeño candil se enciende y os alumbra a todos, incluido a su portador. ¡ES HOLFAST!

El alguacil ha salido de una garita que hay al lado de la puerta. Os alumbra con el candil de uno en uno, mirándoos con ojos severos.

-"Debí de habérmelo imaginado." Gruñe. "Ese atolondrado sobrino mío protestó demasiado poco para que se tratara del despertar de la sabiduría en su dura mollera." Una sonrisa reluctante levanta los extremos de su boca, que intenta mantenerla recta.

-"Así, ¿qué tenéis que decir? ¡No hace falta que contestéis! Ya veo que estáis dispuestos a cazar un troll o algo por el estilo guiados por Tolman. Discutir no hubiese servido para nada, pero esta incursión nocturna en la prisión me ha convencido." Saca una llave del bolsillo de sus pantalones y la mira. Después os mira a vosotros.

-"No quiero preguntaros cómo demonios le habéis liberado, pero escuchando el jaleo que se oye hasta aquí, no habéis sido silenciosos." Dice con esa reluctante sonrisa. "No puedes esperar cabezas viejas en cuerpos jóvenes." Comenta el hobbit para sí, con la cara seria pero con una sonrisa asomándole a los ojos.

-"Será mejor que regreséis con un troll bajo el brazo, jovenzuelos, o seréis apresados y juzgados, y a mí me relevarán de mis obligaciones para siempre. Id a por ello y tened cuidado. ¡Habéis sido demasiado ruidosos aquí!"

Echándose a un lado, os indica con la mano que abandonéis la ciudad, cosa que hacéis presto.

Os hayáis fuera del perímetro de la ciudad. Avanzáis y veis cómo los campos van haciéndose más extensos, hasta que se confunden con las granjas que rodean Bree. Os dirigís hacia el noreste por los campos y pasáis por un vado del río. Seguís avanzando sin prisa pero sin pausa. Cuanto antes lleguéis al claro, antes descansaréis, comeréis algo y podréis poneros al día de todo. Hay mucho de qué hablar, pero por ahora vais callados para no atraer miradas indiscretas. La oscura masa del Bosque de Chet se extiende ante vosotros. Su silueta, negra como la tinta, contrasta enormemente con los reflejos plateados de los campos y los prados que se extienden por ambos lados. Cuando os acercáis al bosque, se hacen visibles los árboles de sus márgenes. La rama retorcida de un viejo nogal captura los rayos de luna como el brazo de una bruja, levantado para echar un malvado hechizo.

Justo antes de pasar bajo la sombra del nogal, miráis hacia atrás. Detrás vuestro, el saliente de la colina de Bree oculta muchas de las casas de la ciudad. Algunas granjas de las afueras de Entibo son todavía visibles. Entráis en el bosque y lo atravesáis para llegar al claro frecuentado por Rilwen. Manchas, motas y charcos de luz de luna salpican el lecho del bosque y dan forma a los troncos y las ramas de los árboles. Encontrar un camino entre la maleza es trabajoso, pero no imposible. Las ramas colgantes se aferran a las capuchas y a los sombreros, mientras que las raíces hacen presa de los pies tanteantes. No obstante, después de mucho hacer crujir las hojas viejas y las ramas caídas, os abrís paso hasta el claro.

FIN DE LA ESCENA 1. AHORA VAMOS A LA ESCENA 2: Escena 2: El Bosque de Chet