Partida Rol por web

Arrastrando al desconocido por el brazo, lo sacas del laberinto de tela y postigos en que se ha convertido tu jaima y os dirigís hacia la zona de cuadras. Tomas un camello ya ensillado de uno de los guardias de tu padre, que no opone resistencia pese a lo violento de la situación. El camello no tarda en estar galopando desgarbadamente por las dunas mientras esquiváis los rayos que los hombres cobra os disparan. Te diriges a toda prisa hacia el lugar en el que se encontraba la nave estrellada.

De repente escuchas un creciente zumbido a tu espalda. ¡Es la nave Cobra! Os están persiguiendo y un rápido vistazo de reojo te indica que la nave posee potentes fuentes de luz que dirige en su búsqueda por el oscuro desierto. No tardarán en dar con vosotros antes de que lleguéis al lugar del siniestro de la nave. ¿Qué hacéis?

Nos daban alcance, muy probablemente nos alcanzasen los rayos de luz de la nave y estaríamos muertos. Empujé el cuerpo de Akash y lo tiré del camello para inmediatamente saltar yo, tratando de no golpearme demasiado fuerte y poder esconderme en las arenas del desierto mientras la nave enemiga nos busca.

A este paso os van a alcanzar sin remedio. Sin pensarlo dos veces agarras al hombre misterioso y juntos os lanzáis hacia el suelo. El impacto es tremendo. Rodáis por la arena, chocáis entre vosotros y contra el suelo, hasta que finalmente os detenéis semienterrados en un montículo de arena. El infeliz del camello, por su parte, continúa cabalgando a toda velocidad hasta que finalmente es alcanzado por los haces de luz de la nave Cobra, que desde que lo tuvo a alcance no dudó en disparar sus armas de rayos vaporizándolo al instante. De no haber saltado ahora mismo vosotros formaríais parte de esa mancha negruzca sobre la arena. La nave Cobra da otra pasada rasa para asegurarse antes de retirarse hacia la zona de la bahía. Una vez dejas de ver las luces de la nave, te atreves a levantar la cabeza y sacudirte la arena.

Decides buscar un refugio cercano para pasar la noche. Te alejas de las dunas y te diriges arrastrando como puedes al extraño hacia una zona pedregosa en donde poder descansar a salvo de serpientes y escorpiones que se ocultan bajo la arena. Mañana, cuando los hombres cobra se hayan ido, volverás a Vendha en busca de ayuda.

-"¿Y ahora me vas a explicar por qué eres tan importante para ellos?" Le dices al extraño, que está desperezándose sobre la arena.

El hombre intenta hablar, pero ves que está muy débil y susurra algo. Te acercas para escucharlo y percibes su olor. Es extraño y embriagador, mezclado con el olor a sudor de un esclavo. Por un momento te sientes muy atraída por él. Una atracción magnética, casi mágica. El hombre se percata de ello y cuando te tiene cerca te besa. Sin lógica ni razón, os fundís en un abrazo que por un momento os convierte en un único ser. Te despiertas y te levantas, incómoda. Lamentas no haber cogido un odre con agua antes de salir, pero tendréis que aguantar hasta el día siguiente. Tampoco estáis muy lejos del campamento como para que el agua suponga un riesgo para vuestras vidas.

Habéis pasado la noche sobre las rocas sin ningún tipo de percance. Los primeros rayos del sol os despiertan en el desierto. ¿Hacia dónde vais?

La caida no fue como esperaba pues debido a la velocidad del caballo saltar nos hizo rodar por la arena golpeándonos hasta llegar a un montículo de arena. Pobre camello, tal y como había intuido fue alcanzado con el rayo y desintegrado al igual que lo estaríamos nosotros de no habernos tirado. La nave paso aun un tiempo por la zona y luego se marchó dejando el peligro momentáneamente a un lado.

Traté de entender por que mni acompañante era tan valioso para los hombres cobra y por qué le querían muerto, pero no obtuve respuesta, estaba muy débil lo que casi no le permitía hablar y tan solo un susurro se escapaba de sus labios. Me acerqué para tratar de entenderle y su olor me atrajo, mo podría describir claramente el por qué de la atracción, pero sin darme cuenta casi, acabámos fundiéndonos en un abrazo y un beso inesperado. Tan pronto volví del enueño me aparté como si algo malo hubiese pasado y traté de componer lo que había pasado. Decidi que debíamos pasar la noche allí, pues nadie estaría buscandole por esta zona y debíamos descansar algo antes de decidir que hacer al día siguiente.

Nada mas despertar y sopesando las opciones decidí volver a la aldea, quizás los hombre serpiente ya se hubiesen ido y quizás allí encontrase alguna ayuda y las respuestas que necesitaba obtener del fugitivo.

Ayudas al extraño a incorporarse y, apoyados el uno en el otro, comenzáis la lenta travesía por el desierto hacia la bahía. En realidad solo os habéis alejado la carrera de un camello, que tratándose de los camellos albinos del hâkem de Vendha, podía ser una distancia considerable. A medio camino ya os encontráis gente del campamento que ha salido a buscaros. Por suerte también traen agua y algunos dátiles para reponer fuerzas. Os suben a sendos camellos para hacer el transporte más rápido. En cuanto llegas al campamento te llevas una desagradable sorpresa: la nave Cobra continúa allí posada.

-"¡Gracias a los dioses!" Grita tu padre, Boulus, al verte. "Los hombres cobra habían dicho que os habían abatido."

Tu padre lanza una mirada furibunda a los dos hombres cobra que se hallan de pie junto a su infame vehículo.

-"De haberos hecho daño alguno iba a forrar mi silla de montar con la piel de cada uno de ellos." Dice sin apartarles la mirada.

-"A punto estuvieron de darnos muerte." Replicas.

-"Pero hija, ¿quieres explicarme por qué huisteis con ese prisionero?"

-"Quiero saber por qué es tan importante." Repones.

-"¿Acaso lo es? ¿Es tan importante como para poner en peligro nuestro pacto con el Imperio Cobra? No pienso dejar que la política del reino se base en el capricho de mi hija o la curiosidad por los prisioneros de los reinos aliados. ¿Lo entiendes?"

-"Pero…"

-"Pero nada. ¡No hay más que hablar! El prisionero les pertenece. Y no solo eso. No descartes que en el futuro tengamos que hacer más sacrificios para afianzar aún más nuestra alianza con el Imperio. Se acerca una guerra y hay que elegir bien de qué bando se está."

Los hombres cobra embarcan en su nave al prisionero, que te lanza una mirada de agradecimiento. Escupes al suelo en señal de desprecio a los hombres cobra, a lo que tu padre te reprende.

-"¡Idrîs! ¡Un gobernante debe pensar primero en su reino y sus súbditos, no en curiosidades ni preferencias arbitrarias y caprichosas!"

-"¡La alianza con el Imperio Cobra será nuestra perdición!" Gritas.

-"No si controlan el Mar de la Niebla."

-"No si controlan nuestros corazones." Le corriges.

Tu padre pone custodia en tu tienda y te encierra allí hasta que los hombres cobra por fin se van. Después de lo que ha pasado sabes que no puedes continuar con tu vida anterior. Todo ha cambiado. Quieres a tu padre, pero no soportas a sus nuevos aliados. No estás dispuesta a hacer sacrificios y en la política de los hâkem ya sabes lo que eso significa.

Preparas un equipaje ligero con víveres y armas para una vida asceta en el desierto y te retiras de la vida pública. A partir de ahora has renunciado a tus derechos de cuna, ya no eres más una princesa. Ahora eres Idrîs, tan solo Idrîs. Te retirarás al desierto y vivirás de forma libre. Darás a luz a la hija que llevas en tus entrañas. Y tu hija se llamará Zayn. Y no tardará en demostrar ciertas "habilidades especiales". Sin duda heredadas de su padre. Y también será libre.

- TU AVENTURA TERMINA AQUÍ -

Cada decisión lleva a un final, es insufrible este libro juego.