- Esta claro que hemos llegado a una calle sin salida, creo que lo mejor será investigar al músico, podemos ir al bar y preguntar allí mismo si tienen alguna manera de contactar con él.
No le gustaba el cementerio, y tenía ganas de abandonarlo cuanto antes.
-Tiene usted razón -dijo el médico-. Vayámonos de aquí. Habrán sido imaginaciones mías, como si alguien nos siguiese. Este lugar tiene algo que me disgusta.
Ya rondaban las cuatro de la tarde cuando los tres investigadores salen del cementerio. ¡Cómo pasa el tiempo! Un rugido en el estómago os recuerda que no habéis almorzado y vuestro aparato digestivo se queja y gorgotea. Tenéis que pensar en vuestro próximo paso.
Cambio de Escena