Partida Rol por web

Las vampiras chillan cuando la luz las golpea y sus cuerpos se prenden fuego.
Salis corriendo y subis por las escaleras hasta llegar a la habitación del rey que está en lo más alto de la torre. Todas las cortinas están corridas pero a pesar de eso las descorreis esperando encontrar vampiros... pero no hay rastro de nadie.

No podemos haber llegado tarde...
Se asoma por las ventanas para tener una panorámica de los que está sucediendo abajo en la ciudad.
¡Vamos! ¡Pensemos!

Cuando te asomas por las ventanas (todas hanchas y espaciadas) ves que al apartar la cortina que una de ellas no da al vacío, sino que da a un pequeño balcón del que nace una bella escalera de caracol, hecha de plata, que sube hacia arriba.

Se escuchan infinidad de sonidos y gritos a vuestras espaldas, provenientes del castillo, el elfo cierra la puerta tras vosotros y arrastra la cama hasta cruzarla delante de la misma. Las cortinas ya estaban abirtas y la habitación despejada.

Aquí podré resistir y darte algo de tiempo, el rey gris no puede haber caido aún, es imposible. Deben de estar arriba.

Bien, me apresuraré. Aguanta. Fuera será imposible que haya vampiros, pero igual tienen algún tipo de ayuda o aliados, gente hechizada o lo que sea. ¿Cómo si no explicar éste asalto?

Se apresta al balcón y mira hacia abajo para tener una mejor visión de lo que sucede abajo. Luego mira hacia arriba y sube.

Subes por la escalera hasta llevar a la terraza de la torre, está tan algo que el circulo que es la ciudad parece un simple charco a vuestros pies.

Allí, en aquella terraza ves al errante, su piel está cruzada por líneas rojas, como si fuera una estáta quebrada, respira entrecortadamente mientras su piel desprende líneas de humo. Parece que es un vampiro lo suficientemente poderoso como para que la luz del sol no sea mortal, se le nota cansado pero si lleva a la noche disfrutará de pleno poder. Frente a él está el Rey Gris, vestido con una armadura de plata con su insignia en el pecho, lleva una lanza y su pelo blanco se mece por el viento. También parece cansado.

Te parece increible que hayan llegado a esa situación, habiendos sido el niño gris como un hijo para el Errante, y este mismo uno de los más acérrimos seguidores del bien.

¡Pero qué locura es esta!

El Errante se gira hacia ti, aunque su rostro tiene rasgos más jovenes de cuando lo viste la última vez, la textura de su piel y las líneas que surcan su rostro lo hacen parecer mucho mayor.

Es la única posibilidad, lo he pensado largamente y nisiquiera es necesario acabar con mi hijo. Simplemente con convertirlo en un vampiro, en un no muerto, para ello su cuerpo estará muerto durante un instante en el que el lazo se romperá y los elementales del bosque desaparecerán.

El rey Gris mostraba un gesto de ira en su bello rostro. Padre la locura te ha embargado, la maldad de los de tu especie te ha embargado como ya lo hizo una vez... pero esta vez si me obligas acabaré contigo. Vete por donde viniste... por favor. Durante un momento su rostro se volvió casi suplicante para luego volver a mostrar su ira o te atravesaré el corazón. le dijo señalándole con la lanza.
Sin girarse te habló, ven mi leal aliado y combate junto a mi, se ha vuelto muy poderoso y cuanto más se acerca la noche y la oscuridad más fuerte se vuelve.

Noah envaina la espada, que con el paso del tiempo ya se había vuelto visible de nuevo y, sacando su arco especial, prepara una flecha.

Mis señor, a vuestras órdenes estoy.