Partida Rol por web

Observa a Helie  un momento, sentado, disfrutando de la perspectiva. Deja el plato que le acaba de pasar Eodriel, se pone en pie y ayuda a Helie a acabar de quitarse ese horror del torso.

- Seguro que tus pobres pechos agradecerían un masaje después de esta tortura. ¿Qué me quieres pedir?

Se deja ayudar, aunque no lo necesite realmente.

-Es por Iris. Dice que si van a desaparecer, le gustaría despedirse de Jaroslav como toca. Yo había pensado en concederles un rato a solas, para que se digan lo que tengan que decirse y hagan lo que tengan que hacer.- Se encoge de hombros, volviendo a ponerse la camisa una vez se libra de semejante tortura pañueril. -Si estuviera en su lugar, también me gustaría despedirme.-

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Gracias

-Yigs, ¡no me las des!

La coge de la cintura, por debajo de la camisa, por supuesto, para acercarla a él. Apoya suavemente su frente en la de ella.

- Los deseos de Iris son órdenes para Lúcer... As you wish.

Te quedas rezagado y pillas cacerolas y utensílios que te puedan servir, así como pequeñas cadenas y cuerdas, das un rodeo por el castillo y en total hay cinco puertas "secundarias" y solo una principal (la que da a la sala del trono donde teneis el campamento) Cuando estás montando una trampa en una de las entradas (que da a una escalera que lleva hacia la planta de arriba) ves a alguien caminar sin rumbo aparente a tus espaldas (es decir, fuera del castillo). Es el Oráculo.

Como en la "Princesa Prometida"

-¿Qué?

Una película... Un cuento.

-Nunca osaría darte una orden, papi- Le agarra de la cintura y lo atrae, tal como hizo él, de forma chulesca, alzando la barbilla para mirarle a los ojos. -Es... Una proposición indecente y absolutamente incestuosa.- Sonríe y le guiña un ojo.

¡Qué vergüenza...!

-Atente a las consecuencias.

¿No tienes hambre?

-Eso, eso, ahora cambiando de tema...

Mmm ¡Eh, oiga, señor, cuidado! Venga por aquí por favor. Se acerca a él y le agarra del brazo para llevarlo por el buen camino. ¿Qué hace por aquí vagando solo?

El viejo se gira hacia ti... sus ojos, antes blancos por su ceguera, ahora son de un rojo intenso, y destilan unas gotas de sangre que le atraviesan la cara verticalmente.

He visto...lo que nos va a acontecer... lo he visto...

El anciano cae al suelo de rodillas.

...y es aún peor que nuestro presente. Nunca debí sacarles de su sueño...

Cuando ve su rostro se lleva instintivamente se lleva su mano a la daga.

¡Explícate, anciano!

Cuando ve su rostro se lleva instintivamente se lleva su mano a la daga.

¡Explícate, anciano!

¡¡Os veo enfrentandoos al rey de Lancelot!! la nueva Camelot... y despertando el principio del Fin. Vais a lidiar con fuerzas que escapan a nuestra comprensión...
Yo ahora debo marchar, quizás aún se pueda hacer algo.

El anciano empieza a alejarse con pasos torpes y cansados. Tardará aun unos minutos en salir de tu campo de vista.