Partida Rol por web

¿Qué si estuve? Sí, claro que estuve. Como he dicho estuve por breve tiempo, pdro una hora larga antes de la muerte. Y todos aquí estuvieron antes o despues. Sin embargo, cuando yo estuve pedí permiso, Sir Roger me lo concedió y accedí por la puerta. Estaba bastante confuso y adormilado y desde luego hay un mundo de diferencia entre mantener una charla y realizar un ritual mágico o de hipnosis. ¿Quiere que le diga de dónde sacó la idea? Pues bien, como todos saben, estoy trabajando en mi próximo libro, y aunque me cueste confesar el final o su trama principal, me veo obligada. En mi libro exploro la opción de la hipnosis como método de asesinato. Lamentablemente, cometí el error de dejar en mi máquina de escribir un pasaje que hablaba de este tema. No contaba con que hubiese gente tan indiscreta en esta casa, pero sabiendo ahora que el señor Astird es un impostor que fingía alta cuna, no me extrañaría que él mismo hubiese fisgoneado mis pertenencias y leído o incluso robado esa hoja. Es posible que de ahí hubiera sacado la idea para intentar desviar balones.

Suspiro. Parecía que Astird y la escritora no iban a dejar de incriminarse, en fin, ya no tenía muy claro que pensar. Si de verdad Astird era un impostor podiae ser el asesino, pero no, no quería pensar en esa posiblidad pues eso implicaría que había traicionado mi confianza.

Finamente decido intentar desviar la atención hacia otro hecho que yo consideraba importante.

- Acabo de recordar algo importante, el señor Roger me comentó que Donny, cuando de niño residía en la Mansión Watersdown, conocía los pasadizos secretos que atraviesan la casa pero que, sin embargo ahora, están cerrados. Disculpadme pero considero que el inspector debería saberlo.

- No me sorprendería enterarme que Donny siguiera conociendo pasadizos útiles en la actualidad.- dijo Rog tranquilamente, como si no hubiera estado a punto de apuñalar a nadie hace unos segundos atrás.- Recuerdo haber visto al banquero en el vestidor de Sir Roger a las 4:45. Eso por sí solo es sospechoso, pero lo más interesante de todo es que a la misma hora, su mujer, Flo, estaba en la sala de Sir Roger. Cualquiera que conozca un poco la mansión sabe que ambas están rodeando el dormitorio. Como si se estuvieran preparando para cometer un asesinato en conjunto-reveló e hizo un ademán de inclinación, pero no estaba de humor, por lo que terminó en un simple intento. 

" Ojalá alguno dijera más pistas acerca de la escritora. Quiero atacarla, que la declaren culpable solo por su insolencia. " pensó aún un poco colorado por la discusión previa. 

¡Que conveniente la visión que va y viene! En cualquier caso, si eso fuera cierto, ¿cuál sugiere que fuera el modus operandi? ¿Por qué las tablas, el baul, las pisadas en el cemento, su lentilla en el balcón, las cortinas...?

Donald se mantuvo expectante tras escuchar la sentencia de la escritora a ver qué sucedía a continuación, él tenía otra teoría diferente, quizá más plausible pero aún le quedaban algunos cabos sueltos que atar y prefería mantenerse con el oído agudizado hasta tener más información.

Sin embargo, la voz de la secretaria lo sacó de su ensimismamiento y luego la posterior afirmación de Astird de haberlo visto en el vestidor de Sir Roger. El banquero los miró a ambos tan sólo cuando hablaron, sin embargo, sus ojos se posaron de nuevo en el inspector y exclamó con el ceño fruncido:

-Señor Smythe, hay algo que no acabo de enlazar, estaré encantado de contestar tanto al señor Astird como a su concubina, la señorita Aminmund, pero hay algo que no me ha quedado claro.- ,al decir esto se giró hacia el heredero, -Usted señor Astird ha afirmado que el bueno del abogado estaba dentro de la habitación a las 4:30, según usted para llevarse el vaso de agua, aunque este fue encontrado allí mismo, luego entonces, querría saber exactamente qué es lo que vio hacer al señor Bates dentro de la habitación y confirmar que estuvo a esa hora dentro de la misma, dando por supuesto que usted no nos dirá nada, ¿no es así señor Bates?-

El detective mira en todas direcciones, pero en realidad, solo está intentando ordenar en su cabeza la ingente cantidad de datos que ha conseguido reunir. Aquellos hombres y mujeres que estaban allí sabían, efectivamente, mucho más de lo que pensaban.
Ahora solo quedaba, descubrir al asesino... o a los asesinos.