Partida Rol por web

-Coged cada uno un bokken, a excepción de Isawa Sun-san e Isawa hanako-san- Dijo en primera instancia

-Formad todos una línea, con la excepción de las dos estudiantes Shugenja, que os colocareis a la derecha de vuestros compañeros, dejando un par de metros de distancia-

-Ahora se realizará una prueba de exhibición y destreza con las armas así como las dos shugenja, nos deleitarán con  su dominio para con los kami-

-Espero que todos los aquí presentes realiceis una buena intervención-

-Empezad cuando querais-

Se colocó en el lugar que Daidoji Kato le había indicado y cogió el bokken para empezar la exhibición de katas. Comenzó haciendo un par de movimientos sencillos, para calentar los músculos. Después realizó una de las katas que más había practicado en el dojo, pero no le salió todo lo perfecta que le hubiera gustado. Probó con otra diferente, pero la postura tampoco quedó bien. El joven escorpión comenzó a ponerse nervioso. Se sabía esos movimientos de memoria, ¿por qué le estaban saliendo tan mal? ¿Sería por el bokken o por los nervios de actuar delante de tanta gente?

Al intentar realizar la siguiente kata directamente se equivocó de movimientos, lo cual hizo que su actuación fuera mala. No había sido un desastre como el tiro con arco, pero aun así fue un duro golpe para su ego. La katana era el arma con la que mejor se manejaba y ahora estaba deshonrándola con su mediocre actuación. Al terminar, hizo una reverencia al general Daidoji tanto como para mostrarle el respeto que se merecía como para disculparse por semejante espectáculo. El karma le había hecho pagar la humillación que había hecho sufrir a Doji Sora.

En su lugar de la fila, Sora sostuvo por segunda vez un bokken ese día. Afrontar un duelo de la mejor manera posible era una cosa pero una exhibición de katas era algo para lo que no estaba preparado. Si apenas era capaz de sostener la espada de madera de forma adecuada, ejecutar movimientos precisos que requerían el entrenamiento de toda una vida era un imposible. Aun así intentó recordar alguna cosa sencilla de las que había visto practicar. Por supuesto, el resultado no fue bueno.

Justo al terminar su duelo, contempla al escarnio público que somete el escorpión a Sora. Las gradas e incluso Hikari se jactan del pequeño cortesano, para sorpresa del ronin. ¿Cómo puede ser semejante humillación graciosa incluso para los miembros de su clan? Desde un primer momento no lo encuentra divertido, aunque le resulta inevitable mostrar cierta sonrisa al ver a la unicornio reír. Sorprendido por la voz de Kato, la sonrisa desaparece tal y como vino y se pone más tieso y firme que la muralla Kaiu.

Va a por el bokken y se coloca en la línea que indica el General. Bajo ningun concepto va a contrariar a aquel hombre.

 Llegado el momento, Rinji se mantiene unos segundos con los ojos cerrados cuando da un par de seguros pasos al frente, dejando tras de sí el brazo con el arma al caminar. Entonces, con cierto aplomo alzada voz, abriendo los ojos.

- ¡Yoi!

Su mirada luce agresiva y perdida. Adopta una posición pesada, baja y abierta de piernas, y con el bokken por encima de la cabeza, tiende una mano hacia su lado, proyectando a los espectadores su propia visión del adversario.

Separa las piernas y aún baja un poco más, llevando la mano libre a la empuñadura.

Se escucha como exhala el aire de forma brusca, y en lo que dura un parpadeo se desliza hacia el frente. Realiza una finta volteando por encima de la cabeza el arma, para acabar pasando la punta casi al ras del suelo, lanzando un potente golpe vertical ascendente mientras se posiciona erguido. Encadena con un paso al lado y un tajo al vientre agachándose como si rebasara al oponente.

Los diferentes movimientos se suceden de forma aparentemente tosca, pero potente y precisa. El estilo del ronin es un espectáculo, no por la calidad del mismo si no por la variedad y anarquía con la que enlaza ataques, movimientos y posiciones de forma efectiva. La ausencia de escuela es más evidente incluso que en su kyujutsu; aun así, se nota que tiene cierto talento natural.

Ojos atentos se percatarán de las fugaces miradas de Rinji al bokken y del movimiento instintivo del pulgar para encontrarse con la tsuba. Probablemente, con una katana en la mano y entrenamiento, aquel chico podría tener mucho futuro.

 La exhibición va llegando a su fin. Los hombros se le mueven al son de una respiración acelerada y exhala por la boca, llegando a hincharsele un poco los carrillos. A diferencia de aquellos que hayan realizado algún tipo de kata de manera ritual, él acaba de batirse con un oponente “real”, visualizando cada golpe, cada apertura y cada cambio de ritmo llevado acabo por ambos, él y su rival, resultando en algo completamente aleatorio pero con coherencia.

En un último movimiento explosivo, envolviendo la empuñadura con la mano diestra y empujándola con la siniestra, visualiza y contrarresta una estocada con otra ladeando el cuerpo y arqueando la espalda. Suelta un breve pero potente grito al liberar toda su energía en aquel golpe.

-¡Tseeiaa!

Queda mirando de forma oblicua hacia el graderío, aún con la mirada perdida. Gira el bokken mediante una torsión de muñeca y pega un fuerte tirón hacia atrás “liberando la hoja” del cuerpo enastado. Sujetándolo únicamente con la mano derecha, lo cruza sacudiéndolo con fuerza delante de él, como si fuese a salpicar la sangre. Echando una mano al interior del kimono, con naturalidad, recrea que saca un pañuelo y limpia la katana delante de él, a la altura de los ojos. “Guarda” el pañuelo y la “envaina” en la saya/obi. Tras este momento de calma, se le puede ver con el rostro colorado y un tanto brillante por el esfuerzo.

De nuevo vuelve a “ver”, contemplando al graderío frente a sí. Deja que transcurran unos segundos antes de inclinarse de forma respetuosa y relajada, en contraposición de la exhibición que acaba de hacer, enérgica y contundente. Tras la primera reverencia, le dedica otra al jurado allí presente antes de retirarse a la fila, perdiendo de nuevo la mirada y, con el bokken aún en el obi, acaricia la empuñadura con el pulgar.

Desde luego el ronin había dado un espectáculo interesante, no había sido ninguna maravilla, pero había dejado claro que tenía potencial con la espada.

Yumiko esperó con el bokken en las manos su turno pacientemente. La prueba del duelo no salió demasiado bien y esperaba que esta prueba saliese algo mejor, parecía serena y confiada en sus habilidades de combate.

Cuando llegó su momento se colocó en una posicion de combate y tras suspirar en un par de ocasiones colocó su bokken hacía delante y comenzó su exhibición, realizando todo tipo de movimientos con una destreza notable. Desde contraataques defensivos ágiles a brutales ataques. Se movia con agilidad en todo momento, el entrenamiento de la joven unicornio había dado sus frutos.

Acabo sofocada por el ejercicio, respirando agitada, pero no dudo en colocarse firme de nuevo y saludar a la grada, manteniendo un rostro serio y un silencio constante en todo momento para honrar a la primera de las doncellas de batalla.

Parecía bastante satisfecha pese a la seriedad, y sin cambiar su gesto ni por un segundo volvió junto al resto de sus compañeros.

Hanako avanzó unos pasos, cuando su turno había llegado, y se separó del resto de sus compañeros notablemente.

Había disfrutado las demostraciones de sus compañeros, en especial de Otaku Yumiko y el ronin. Parecía casi imposible que un despojo de ese nivel pudiese hacer gala de semejante habilidad... probablemente ese fuese el motivo por el que le habían hecho llamar.

Juntó las palmas de sus manos e hizo una breve y concisa reverencia a sus compañeros, y a continuación otra más marcada y extensa al jurado. Sin dilatar más la espera procedió a hacer gala de sus conocimientos.

"─Fuego que iluminas y ahuyentas las tinieblas de la noche y sus peligros. 

Fuego que calientas a nuestros pueblos y siempre ofreces tu lumbre como abrigo. 

Fuego que cocinas provisión infinita de alimento para todos los seres.─"

Isawa Hanako pronunció la frase con una voz firme y alta, haciendo llegar a todos los presentes su voluntad y petición para que los Kami de fuego la ayudasen en aquella prueba. Los efectos no tardaron en dar resultado.

El kimono de la muchacha, anaranjado y de seda con motivos tribales bordados en un amarillo dorado, comenzó a agitarse furiosamente. Hanako separó las palmas de sus manos, una vez había terminado de citar sus plegarias, y emergió de la misma una luz radiante y fatua, roja y viva, que desprendía llamas ascendentes. Con movimientos suaves y gráciles, la muchacha extendió las llamas por el aire, como si dibujase sobre el mismo, creando un símbolo que flotaba frente a ella. El símbolo consistía en un círculo de llamas vivas el cual albergaba en su interior el rostro de un ave de perfil.

Las juguetonas llamas que formaron aquel símbolo parpadearon unos instantes, amenazando con apagarse. Pero lejos de disiparse en el aire lo que hicieron fue brillar con más intensidad una vez la shugenja había finalizado de trazar el símbolo. Como si estuviesen satisfechas con la ofrenda que se había hecho, rodearon a la joven como si fuesen a engullirla, crearon un tornado de iracundas llamas, que desprendían un calor fácilmente apreciable para los presentes. 

Hanako desapareció por unos pocos segundos de la vista de todos los presentes tras la flamígera cortina, la cual empezaba a crear una columna de fuego que cada vez crecía más y más, extendiéndose hacia los cielos. 

Fue entonces cuando aquella torre de llameante poder comenzó a elevarse del suelo, mostrando poco a poco la figura de Hanako, rodeada por humo y llamas. La muchacha se encontraba con los brazos extendidos, los ojos cerrados y la cabeza erguida y mirando al cielo, con las palmas abiertas. Un simple gesto que realizó finalizó con su espectáculo, cerró los puños con fuerza y subió levemente los brazos. El tubo llameante se retorció  y encogió en el cielo, vibrando, y de los costados unas llamas se extendieron hacia ambos lados, majestuosas y enormes, formando la figura de un fénix vivo y ardiendo que aleteó un par de veces, pocos segundos después explotó violentamente, sin sonido alguno, en una nube de humo grisáceo que el viento arrastró sin piedad.

La muchacha juntó rápidamente sus manos, tomado la misma posición inicial con la que hizo la reverencia, y volvió a ejecutar una para sus compañeros, y otra para el jurado. Volvió entonces con paso firme y satisfecha con su demostración a su puesto inicial.

Uno a uno fueron realizando sus exhibiciónes, algunas de bella manufactura, como kiyomasa e Hikari, que deleitaron a los presentes con sus katas realizadas a la perfección. Hubo otros, como Giichi e hidetora que no se arriesgaron demasiado, pero completaron la exhibición con éxito.

Ikoma Tenbo hizo el rídiculo, todo el mundo se rió de el, seguramente estaba más a gusto con el samisen en la mano que con aquel bokken.

Luego realizó su intervención Isawa Sun. Si el espectáculo de Hanako con el fuego fué digno de ver, su compañera, estudiante en concreto de dicho elemento, fué apoteósico. No se limitó a crear un símbolo, si no que empezó por hacer crecer unas alas de fénix a su espalda, vibrantes y de gran intensidad, parecían un apéndice vivo, moviendose a voluntad.

Sun se elevó un par de metros del suelo, gracias a sus alas de fuego, y trazó una figura de un dragón, de un par de metros de envergadura, enorme y majestuoso, el cual, comenzó a soltar columnas de humo inocuo por sus fauces, "atacando a Sun", esta gracias a sus alas hizo como que esquivaba el ataque, y protagonizó una actuación en forma de pelea contra la bestia, "derrotándola" finalmente. Una vez terminó, se posó en el suelo de nuevo, y las alas parecieron resguardarse en la espalda de Sun. Su interpretación había finalizado, y con ella, la prueba.

El general volvió a hablar una vez terminada la prueba.

-Buena exhibición en general- dijo con mirada reprobatoria a Ujio

-Ahora la prueba final, id hacia las pistas de obstáculos, allí os espera Bayushi Sanosuke-sama, que os explicará todo y dará inicio a la misma, y por ende, el telón se cerrará sobre este evento-
 

Una vez en la zona de la carrera de obstáculos, el magistrado esmeralda les aguardaba, con pose tranquila.

-Bien, esta es la última prueba, una carrera de obstáculos-

-Como podeis observar, hay dos modalidades, una para bushis, más entrenados en actividades físicas, y otra para cortesanos y shugenjas, de menor dificultad-

-Ni que decir tiene, que la pista de menor dificultad otorgará menos puntuación-

-Las dos pistas cuentan con varios tramos-

-La pista bushi está compuesta por, una recta larga, finalizada en cuesta, desde ahí tendreis que sobrepasar una cahrca de agua, avanzando usando vuestra fuerza y brazos por un una escalerilla horizontal, montada sobre 2 postes, y por último, escalar un muro con una cuerda y saltar un foso de barro, para llegar a la recta final y cruzar la meta-

-Por otra parte, la pista de los no bushi, constará de una recta con rampa, seguido de un trazado llano algo largo, para finalizar saltando un murete pequeño con su respectiva última recta para llegar al final-

Tras esto, indicó a cada niño que se preparase

-Colocaros cada uno en vuestra respectiva pista, al inicio-

Una vez todos colocados dio la salida

-YA!-

Los participantes de la carrera paralela a la de los bushi, salieron corriendo a toda la velocidad que podían y que sus kimonos le permitieron.

En la salida, el ruin Tenbo zancadilleó a Sora, e Hidetora por su parte hizo lo propio con Sun, pero sus artimañas no tuvieron resultado, ya que tanto el grulla como la fénix se recompusieron rápido para alcanzar al león y al escorpión. Unicamente la fénix hanako quedó atras.

Luego llegó el tramo largo de resistencia, sobre un camino de tierra batida. Los cortesanos intentaron conservar sus fuerzas para el final, economizando energias, pero solo Sun e Hidetora lo  consiguieron, Sora y Tenbo se fueron quedando atrás lentamente.

Ante ellos apareció el pequeño muro, pero su entrenamiento no les había preparado para ello, y a pesar de que tardaron bastante en saltarlo, las posiciones siguieron sin alterarse.

Por último, se enfrentaron en el sprint final, donde por la mínima, Hidetora logró imponerse a Sun, en un final agónico y extenuante para ellos. Tenbo y Sora se disputaron la tercera plaza, pero a pesar de que el león iba renqueando, el pequeño y frágil Sora no logró aguantarle el sprint, a distancia por detrás de ellos, llegó la fénix hanako, andando casi.

La prueba había finalizado

Los bushi salieron en tromba por aquella recta cubierta de césped, rápidamente, se vió la potencia física de Giichi, el cual sacó una distancia considerable a todos, y detrás de él, Kiyomasa se colocaba en segunda posición, con también ventaja sobre los demás.

Tras la cabeza, iba la unicornio Yumiko, concentrada en su carrera únicamente, esperando la oportunidad. El pelotón de cola lo conformó Rinji e Hikari, sumidos en su constante roce, y el escorpión Ujio, bastante desafortunado en todo el Gempukku.

Tras subir la rampa elevada, Giichi continuó desplegando toda su potencia, pasando rápidamente la escalerilla horizontal. No pudo decirse lo mismo de los demás, ya que pareció costarles bastantes esfuerzos en pasarla.

Cuando fueron bajando el terraplén, llegaron todos al gran muro, hecho de madera, y con una cuerda recolgando, para subir ayudados de ella. Fué una tarea durísima, que ni siquiera el potente Giichi pudo completar lo más rápido posible.

Una vez estuvo el gigante cangrejo en lo alto, tras mirar al otro lado, sintió miedo. Se asomaba al borde con escepticismo, con pensamientos sobre si se iba a caer o no.

Mientras tanto, Kiyomasa perdió todo el fuelle ganado en la salida, y fué alcanzado por el trio conformado por Rinji, Hikari y Ujio.

Fué en ese momento, cuando Giichi se debatía entre saltar o no, que una inspirada Yumiko, haciendo gala de una resistencia y una convicción en sus posibilidades totalmente absoluta, alcanzó al cangrejo, el cual seguía a lo suyo, y haciendo gala de unos reflejos extraordinarios, saltó para coger impulso con un pie sobre Giichi, logrando cruzar el tramo de barro y empujando por la inercia al cangrejo, el cual calló con estruendo al barro.

Mientras el cangrejo intentaba salir del barro, dando manotazos como un perro en una charca, todos le fueron sobrepasando, incluido el escorpión, el cual había bajado el ritmo, sabedor de que no iba a adelantar a nadie, su sorpresa fué grande cuando vió a giichi intentando salir del barro, totalmente cubierto de cieno apestoso.

Yumiko entró agotada por el esfuerzo en la meta, había conseguido alzarse con la victoria a base de creer en sí misma.

Luego vino el turno de resolver posiciones en el grupo de Rinji, Hikari y Kiyomasa.

Hikari pareció flaquear, y el ronin y el dragón aprovechándose de ello, esprintaron a todo lo que daban sus piernas y pulmones, siendo el dragón vencedor, ya que sus piernas estaban mejor musculadas que las del ronin, al vivir en las montañas escarpadas de su clan.

Ujio terminó penúltimo, a un trote tranquilo. Por último entró andando y furioso el cangrejo cubierto de cieno.

La prueba había terminado