La joven parece dudar por unos instantes, incapaz de imaginar que no pudiera ser su esposo con quién se reuniría una dama tal y como lo había hecho la señora que le habías encomendado seguir.
-Mi tía me dijo que eran marido y mujer sí, mi señora.
Parece mirarte interrogante, incapaz de seguir el hilo de tus pensamientos.
-Bien. ¿Se quedaron allí, o se fueron a algún sitio cercano? Imagino que ya no les seguiste después de eso. Pero, ¿supones su intención, algo te hace pensar lo que hicieron entonces?
Lo pregunta mientras está ya iniciando el camino de regreso a su casa, pues tras las compras y los encargos, sólo resta un buen paseo y disfrutar del buen tiempo.