Partida Rol por web

El encargo de Aina

En la ciudad del fango

Cargando editor
16/11/2022, 20:17
Director

Decir "Enric" o "muchacho" ciertamente parece atraer su atención hacia cada persona que lo dice. Pero todavía no va hacia Joanot, ni hace ademán de seguirlo. Aunque se ha tranquilizado un poco tras reanudar Lucía su actuación, empieza a mirar a un lado y a otro por encima de vuestros hombros, y hacia las puertas, como si estuviera buscando a algo o alguien. O quizá esperando a que aparezca de repente. 

Mientras tanto, al frío que lleváis notando desde que entrasteis en el barrio, se ha ido uniendo poco a poco una especie de incomodidad extraña, difícil de describir. Una sensación a medio camino entre lo físico y lo mental, casi sobrenatural. 

 

Notas de juego

Am, ¿debo entender que Joanot simplemente pregunta o se levanta y va a buscar una manta?

¿Miguel hace algo más?

Cargando editor
17/11/2022, 03:53
Joanot Martorelli

Notas de juego

Joanot ya se ha levantado para robar un poco de azúcar.

Si encuentra una manta sin alejarse mucho, la usará para cubrir a la cosa esa en caso de que nos siga. Y si no, pues se irá de allí lo más pronto posible, que ya tenemos el azúcar.

Cargando editor
17/11/2022, 07:46
Lucía

Lucía era de las personas a las que le gusta ayudar a los demás, resolver problemas, no una samaritana, qué va, pero sí echar una mano. Por eso ayudó a Aina.

Lo que pasa es que esta situación y lugar ya le superaba y angustiaba. Joanot insistía para marcharse, ya tenían el azúcar, claro. Ella también quería irse. Casi le daba igual este misterio.

-Va a sé lo mejor largarse de aquí. Vámono.

Pero, cuando empezó a deslizarse hacia la salida, pensó otra cosa.

-Esperá un momento. Si no resolvemo esto, al igual roban otra ve el azúcar. Esta…esta criatura, no ha hecho nah cuando lo has cogido. Puede ser alguien máh. Mirá como se fija en las puerta.

 

Cargando editor
30/11/2022, 02:38
Director

Cada átomo de su cuerpo le dice que Joanot tenía razón,  no tenían nada que hacer en aquel lugar. Pero algo le resulta muy familiar a Alejandro en aquel comportamiento...

-Ay mierda, no me jodas. - interrumpió de repente. -Claro

Por desgracia tiene todo el sentido del mundo. Lo ha visto antes: gente desesperada por ayudar a los suyos, a cualquier precio y sin importar lo jodido que estuviera el receptor. El viejo debe de haber sido igual. El Enric mutado y deformado seguía siendo el nieto querido y eso...eso es una casa. Un lugar al que volver, o en el que esperar a que alguien vuelva. 

-Creo que está esperando al Pimentoner. Debe de creerse que va a aparecer de un momento a otro o algo. ...¿Enric? Tú...abuelo...

Cuando por fin conseguís hacerle comprender que el viejo Ximo, el Pimentoner, el abuelo, está muerto,  Enric enloquece: con un alarido desgarrador, tumba de un brutal zarpazo a la persona más cercana. Acto seguido se detiene, se mira la enorme garra o mano, luego a vosotros plantados a su alrededor, y antes de que podáis reaccionar, se lanza por la ventana más cercana con una explosión de cristales, extrañamente amortiguada. Cuando corréis a asomaros, contempláis atónitos que el amasijo de miembros sobre el fango se vuelve a levantar como quien simplemente ha saltado un par de escalones, para a continuación salir corriendo a saltos y desaparecer por una de las callejuelas que nacen de la plaza.

Allí ya no tenéis nada que hacer. Os marcháis con el azúcar bien sujeto en el macuto de Miguel por el mismo  camino por el que vinisteis, a paso ligero, sin que vuelva a aparecer ninguna silueta por las alturas. Cuando por fin ponéis un pie fuera de las torres de Quart, el sol y el color os deslumbran al volver al mundo normal.  Retorno al bullicio, a la gente, a la vida de la Valencia a la que estáis acostumbrados. Pronto dejáis de notar esa sensación extraña que invadió vuestro ser, aunque en algún caso tendréis mal cuerpo hasta mañana

Entregáis el azúcar a Aina, y le comunicáis vuestra firme intención de volver a por buñuelos al día siguiente, y/o de mandarla un poquito a la mierda, según lo que cada un@ prefiera. Aina al día siguiente reanuda su actividad y abre su ventana de nuevo. 

Durante unos días os parece que los buñuelos, si vais a por ellos, saben un poco raros, pero a lo mejor es vuestra imaginación. La vida sigue, a trancas y barrancas. 

Muchos, muchos años después, cuando se descubra la increíble procedencia de lo que pasaba en el Barri del Carme y la naturaleza de la distorsión que lo envolvía, es posible que alguno de vosotros que haya llegado a la vejez se acuerde de la pobre criatura y se pregunte qué fue del que debió de ser Enric Colomer.

FIN.

 

 

 

 

- Tiradas (1)

Motivo: Alejandro dándole al magin

Tirada: 2d6

Resultado: 8 [5, 3]