Partida Rol por web

El encargo de Aina

En la ciudad del fango

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17/02/2022, 15:41
Director

Esta mañana en Valencia hace un bonito día de...bueno...no sabríais cómo llamar a esta estación. Entre el calentamiento global cambiando el ritmo de las mismas y toda el agua extra alrededor alterando las temperaturas, últimamente es difícil determinar cuándo empieza y termina cada momento del año, climáticamente hablando. Pero está bien. Hace sol, es cálido pero sin achicharrar, la humedad es soportable; no está nada mal.   

Cada uno de vosotros está caminando por una ruta probablemente distinta, a un paso más o menos ligero según la cantidad de barro que ese día os estéis encontrando, pero todos con el mismo destino: La casa/puesto de vuestra conocida Aina Flechina, la bunyolera. 

Hay mucha gente yendo y viniendo por las calles de Abastos hoy, y los alrededores del bloque de Aina no son una excepción. Cuando llegáis allí, podéis ver la habitual cola delante de su ventana abierta con coloridas cortinas, oír el murmullo de la gente que pasa el rato esperando para comprar sus deliciosos bunyols de carabassa, oler el aroma a fritanga que emana de su enorme sartén. 

Todo parece muy normal. ¿A qué venía tanta urgencia? El mensaje que recibisteis en vuestros respectivos móviles era conciso; sólo decía que le habían hecho una putada enorme y necesitaba encargarte algo a ti que eras de fiar. Que vinieras hoy mismo lo antes posible y que pagaría bien. 

¿Qué hacéis? 

Notas de juego

Empezamos la partida. Este primer turno es sobre todo para ponernos en situación y dar un poco de color. Autodescribíos un poco, mencionad de qué conocéis a Aina y alguna cosa más. ¿Os quedáis mirando desde lejos? ¿Os ponéis en la cola? ¿Os la saltáis para ir a hablar con Aina a la ventana o buscáis su puerta?

En principio cada uno de los PJ ha venido por su cuenta. Dejo a vuestra elección si os conocéis de antes y si os reconocéis entre el gentío. 

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17/02/2022, 20:11
Joanot Martorelli

Joanot andaba con caminar alegre esa mañana, el bolso de herramientas colgando del hombro izquierdo, las mangas de la camisa arrolladas hasta el codo y la mano derecha dentro del amplio bolsillo del pantalón. Siempre andaba así cuando caminaba por calles y callejones de la ciudad. Nadie sabía a ciencia cierta si era verdad que llevara alguna clase de arma en ese bolsillo o si era puro alarde. Y por suerte nunca nadie había intentado averiguarlo.

La sonrisa habitual en su cara era más amplia esa mañana, un poco por el buen clima y otro poco porque un trabajo para Aina era promesa de buena mercadería para Isabel, más cuando era Aina la que lo había llamado con urgencia y no él quien había venido a ofrecerse.

Se acercó hasta un lado de la ventana procurando no incomodar demasiado a los clientes.

—Buen día Aina, mi cocinera favorita. ¿Me abres la puerta para pasar? Tu arregla todo ha llegado, que nunca se detenga esa cocina.

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18/02/2022, 18:35
Lucía

Pues para allá que se fue Lucía, al puesto de venta de Aina. En cuanto leyó el mensaje le faltó tiempo. Se puso las botas ligeramente gastadas y salió medio corriendo.

Aina era una gran mujer, eso pensaba la cantaora, las dos se hicieron amigas desde el primer día en el que Lucía se presentó hambrienta con esos ojos enormes que se comerían media docena de bunyols de carabassa en una sentada. Conectaron pronto, y la chica solía acudir a comer allí, pagando casi siempre con una de sus sentidas o alegres canciones.

La gente se arremolinaba en la cola, Lucía ni corta ni perezosa la esquivó y se presentó deprisa en la ventana. En su cara una enorme sonrisa y en sus ojos la luz del sol andaluz. 

-Con permiso. Usté disculpe. Estoy agotá de la carrera y del barro. ¿Qué ha pasao, guapa?

Notas de juego

Pues deberíamos saber si nos conocemos un poco o qué... no se, ¿qué decís? Lo hablamos en el off ¿?

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20/02/2022, 01:18
Miguel Arrubal

En algún callejón enlodado (De los tantos que hay en Valencia) se hallaba Miguel Arrubal, bajo su bota de estilo vaquero se encontraba el pecho de un pobre hombre que suplicaba que no le hicieran daño.

-No me hagas dispararte en una rodilla, me enoja cuando me hacen correr. -Dijo Miguel mientras tocaba su revolver, que aun no desenfundaba. -Ahora, voy a revisar todo lo que traes, espero y tengas lo que busco o te haré un agujero en la cabeza.

-Por favor, no lo hagas, me costo mucho tiempo encontrarla. -Decia el hombre al borde de las lagrimas mientras el pistolero le revisaba cada uno de sus bolsillos.

Cuando Miguel encontró lo que necesitaba solo sonrió y empezó a revisar el artilugio. Era una pequeña caja de metal cromado de unos 10 cm de largo por 5 cm de ancho, tenia unos 2 cm de grosor y por uno de sus costados tenia un botón, Miguel presiono el botón, la pequeña tapa metálica se abrió de la forma en la que lo haría un libro. -Joder, es hermoso. -Ante el  se encontraba uno de los últimos cromos de Superman, antes del desastre ya estaba catalogado como raro, ahora lo era mas, por suerte aun había gente que a pesar de todo mantenía sus pasatiempos.

-No te lo lleves, pagare el doble de lo que te dieron por encontrarlo. -Dijo el hombre que aun estaba en el suelo.

-Agradece que no te parta en dos, se que robaste esto cerca de mi barrio, no vuelvas a robarle a nadie de ahí, ahora, si me disculpas, tengo que irme.

Al llegar a la tienda de Aina, se dio cuenta que había mucha gente, pero ya que el mensaje que le mando tenia carácter de urgente, se salto por completo la fila, no sin saludar a un par de conocidos en el camino hasta que llego a la ventana. Miguel se encargaba de vez en cuando en conseguirle levadura o harina en perfecto estado, con el clima que reina la zona eso era muy difícil, pero casi siempre se las arreglaba, pero esto en definitiva era diferente.

-Aina, perdón la demora cariño, aquí me tienes.

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20/02/2022, 21:51
Alejandro Martínez

Alejando era un chico alto, moreno y de barba. Sin embargo, lo que más destacaba de él era sus profundos ojos negros, que miraban con tanta profundidad que asustaba.

Estaba en la cola para adquirir los famosos bunyols de carabassa de Aína, aunque a Alejandro no le entusiasmaban, si bien advertía el éxito de esa pequeño local. No estaba allí por eso, sino porque Aína le había enviado un mensaje: era conciso, pero lo suficiente como para advertir que era urgente.

Había ayudado a Aína en el pasado, y no le parecía extraño que reclamase de nuevo su ayuda. Pero no quería dejarse en evidencia, así que se puso a la cola, y esperó pacientemente su turno.

Cuando llegó tu turno, miró fijamente a Aína y dijo:

- Aquí estoy, cuéntamente qué ha pasado y en qué te puedo ayudar.

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25/02/2022, 15:31
Director

Uno a uno, os acercáis a la ventana de Aina, con sus alegres cortinas naranjas y amarillas, su reja blanca y el tosco letrero plastificado con "BUNYOLS DE CARABASSA / BUÑUELOS DE CALABAZA" colgado encima. Ella destaca contra la cocina en penumbra, envuelta en una humareda. 

—Buen día Aina, mi cocinera favorita. ¿Me abres la puerta para pasar? Tu arregla todo ha llegado, que nunca se detenga esa cocina.

Con los ojos fijos en su sartén enorme mientras revuelve buñuelos sobre el fogón que Joanot ha reparado más de una vez, suspira y contesta:

-Hooola Joanot. Ojalá fuera tan sencillo. Mira, ve entrando por donde siempre y enseguida te explico, la puerta ya está abierta. 

Resulta una conducta peculiar por parte de Aina. No es normal que deje la puerta de su casa abierta mientras trabaja, ni siquiera cuando está esperando a alguien. Siempre ha sido una mujer muy cuidadosa.

 

-Con permiso. Usté disculpe. Estoy agotá de la carrera y del barro. ¿Qué ha pasao, guapa?

Sacudiendo una bandeja de lado a lado para rebozar los buñuelos por debajo del marco de la ventana, sonríe suavemente al oírla. 

-Ahora te cuento, "nena", es que es un asunto complicado. Mejor será que vayas entrando. ¿Sabes por dónde queda mi puerta? -Se vuelve y empieza a gesticular- Mira, tienes que rodear el edificio hacia allá, entras por la puerta grande y luego, en el zaguán, tuerces a mano derecha antes de llegar a la escalera y vas hasta la puerta "B". Ya está abierta, si te das prisa puedes seguir al otro que acaba de venir antes que tú...

-Aina, perdón la demora cariño, aquí me tienes.

Interrumpe un momento su encendido regateo por una ración con el cliente al que está atendiendo para contestar:

-Ah ya has llegado, da la vuelta y entra, ya me queda poco, la puerta está entornada...No, no, dos latas de "sardines" es muy poca cosa. Tres por lo menos... Sí, ya pero esas son muy chicas. Eh espera, ¡pero si están todas abolladas, "ché"...!

 

Cuando por fin llega el turno de Alejandro,  Aina está mirando hacia abajo a algo que queda fuera de la vista y farfullando no se sabe qué con cara de preocupación antes de percatarse de su presencia. 

 

- Aquí estoy, cuéntamente qué ha pasado y en qué te puedo ayudar.

-¿¡Eh!? ¡Ah eres tú Alejandro! Menos mal, justo a tiempo. Espera un segundo -y empieza a hablar a voz en cuello por encima del hombro de Alejandro hacia la muchedumbre de detrás de él. -¡EH! ¡ATENCIÓN TODO EL MUNDO: YA NO HAY MÁS BUÑUELOS! ¡SE ME HAN ACABADO LOS "BUNYOLS" POR HOY!  ¡"NO HI HA MÉS PER HUI!" ¡VAMOS A CERRAR, VÁYANSE POR FAVOR! ¡VUELVAN OTRO DÍA! 

 

 

 

 

 

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25/02/2022, 18:02
Lucía

A ver qué dijo, recordaba Lucía, rodear el edificio, ya...ahora la puerta grande...

-Joé, qué ojcuro está el zaguán este. -A la derecha que tiró, y fue cuando escuchó eso de que no había más bunyols.

-No pue ser, por dió y la santa virgen de lo condenao, que queden uno poco pa mí -Y enfiló la última puerta a tiempo de pillar al hombre que entraba delante de ella.

-¡Eh, eh! ¡Señó! -Lucía corrió, sus botas resonaban en el piso embaldosado y algo sucio de hojas y un poco de barro, resbaló, recobró el equlibrio y no se fue al suelo de milagro -Jajaja. Qué idiota soy. Oye¿sabes lo que sucede? Aina está como mu alterá y ansiosa, ¿no? Y, joder, que no quedan lo buñuelito de calabaza. ¡Me quiero morí! Ojalá que queden uno poco.

Se miró de arriba abajo al hombretón -Eh, te conozco, tú ere el Joanó, el manita, ¿no? Te tengo visto de por ahí. Soy Lucía. Encantá. -Le tendió la mano y se acercó a darle un beso en la mejilla.

 

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25/02/2022, 19:08
Joanot Martorelli

Joanot estaba por cerrar la puerta cuando Lucía apareció corriendo.

—Ho.. hola.—Le devolvió algo rígido el saludo y el beso, sorprendido de que ella le recordara.—Un placer volver a verte. No sé qué se trae Aina, dijo que no era simple. Si te llama a ti y a mí... ¿Se estará organizando un recital clandestino? Yo podría montaros un sonido bastante aceptable. ¿Vamos pa'dentro? Si se le acabaron los buñols para vender al menos quedarán los que se reserva para ella, quizá uno nos convide.

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25/02/2022, 20:30
Director

Uno tras otro, habéis atravesado el vestíbulo rosado del bloque hasta la puerta (en efecto entornada) del bajo de Aina, teniendo cuidado de limpiaros primero los pies a conciencia en el felpudo de esparto. Es un piso corriente, pero arreglado a conciencia: en las paredes, pintadas en un tono entre gris y verdoso, no queda marca alguna de la inundación. Tras atravesar el pasillo, habéis confluido en el salón de Aina . Joanot y Miguel ya lo conocen bien de otras ocasiones que han estado aquí:

Se trata de un salón-comedor corriente, sin alharacas. En un lado, hay una mesa mediana de madera clara sobre la que todavía se pueden ver los restos de una comida copiosa, acompañada por un par de sillas y la escudilla de la perra. En el otro, un sillón bajo y un tresillo con tapicería a rayas, y una mesita camilla con sobre de cristal, encima del cual descansa un jarrón con flores blancas. El tapete que cubre las patas de la mesilla y el jarrón no parecen de valor, pero van a juego con las paredes. Boira, la perra border collie de Aina, anda por en medio sin haceros mucho caso. 

Todo está ligeramente en penumbra, las cortinas están corridas y la persiana no está terminada de levantar. Al otro lado de la pared podéis oír a Aina trasteando en la cocina, hasta que se oye un chapoteo de cacharros y un suave "A la porra". 

Después de eso llega, arrastrando los pies, y se derrumba pesadamente en el sillón. La veis bastante desmejorada. Os mira a todos y empieza a hablar con voz ligeramente pastosa: 

-Bueeeno. Pues ya estáis aquí. Imagino que querréis saber por qué os he llamado  con tanta urgencia. Perdonarme pero es que ha sido una cosa completamente inesperada. Os cuento: Vosotros sabéis que es lo que se necesita para hacer buñuelos de calabaza ¿no?-empieza a enumerar con los dedos- Calabaza, por supuesto. Harina. Levadura. Aceite. Y un poco de azúcar para rebozarlos. Pues bien: alguien me ha robado el azúcar. TODO el azúcar.

Entonces empezáis a entender el motivo de la urgencia. Hace diez, quince años, habría sido una curiosidad sin importancia, una molestia de fácil solución. Pero, ahora, en la Valencia post-Catástrofe, es un crimen comparable a desvalijar una caja fuerte, tanto en rédito como en daño. El azúcar se ha vuelto difícil de conseguir y terriblemente caro tras el derrumbe del sistema productivo. 

-Anoche, mientras cenaba-señala la mesa con el pulgar- no...no sé qué me pasó, que me empezó a entrar un sueño espantoso, y ¡plop! me quedé dormida de repente, así, sin más. Encima del plato. Y esta mañana, cuando por fin he conseguido despertarme, con un dolor de cabeza espantoso, me he encontrado: la puerta de la calle abierta con la cerradura reventada, y a ésta -señala con ira a la perra- "aspatarrada" y roncando en el pasillo justo delante como si no fuera la cosa con ella. Así que he ido corriendo a ver si me faltaba algo, ¡y me he encontrado con que se han llevado todo el azúcar que tenía guardado en la despensa! Es que mirad, es..es increíble.

Se levanta con cierta dificultad del sillón y hace que la sigáis hasta el final del pasillo, hasta el cuartito sin ventanas donde guarda como oro en paño los ingredientes. Pequeños sacos de harina, garrafas de aceite, latas de levadura y calabazas al fresco o metidas en una nevera de puerta de cristal que gruñe suavemente (¿sacada de una pastelería?) Y en un estante de la misma, un llamativo espacio vacío que señala, airada, abriendo la puerta.

-Aquí tenía yo dos, ¡dos! sacos de azúcar de cinco kilos, sin abrir. Nuevos. Una auténtica putada. 

Cierra la nevera de un portazo y se frota las sienes. 

-No sé qué voy a hacer. Me quedaba un puñado en la cocina y con eso he hecho corriendo la tanda de hoy, pero ya está completamente agotado. Y no sé cómo voy a conseguir más, porque-se frota las sienes-...no tengo nada por que cambiarlo esta vez. Incluso con lo que he conseguido hoy, no da. Apenas tengo para ir tirando una temporada, para comer yo y Boira. 

Todo porque me quedé frita y no pude echar la cadena de la puerta como siempre. ¡Me cago en la leche!

Por eso os he llamado-Se vuelve hacia vosotros y su voz se endurece, su rostro pasa de la sorpresa a la ira, al odio sarraceno, recupera la energía habitual- Sois las personas más de fiar que conozco y se que no me vais a joder más de lo que ya estoy. Quiero que recuperéis lo que es mío, porque estoy segura de que podréis. Quiero que me traigáis mi azúcar de vuelta. De donde quiera que se lo haya llevado el hijoputa, ¡o la hijaputa!, que se coló anoche. Me da igual lo que tengáis que hacer, pero traédmelo, por favor os lo pido.

Y prometo que os pagaré: Cuando tenga mi azúcar de vuelta y pueda volver a trabajar, tendréis una semana de buñuelos gratis. Cada uno.

¿Quién podría resistirse a semejante oferta?

De repente Aina se interurmpe, sus ojos se nublan, parece perder el equilibrio por un momento. Se agarra a la puerta de la nevera para sujetarse.

-Ay joder, este mareo otra vez...llevo todo el día hecha una mierda. Necesito sentarme. Irme diciendo qué os parece.- Y, tambaleante, emprende el camino de vuelta al sillón. 

Notas de juego

Huy perdonad, quería poner la explicación en dos trozos y no esperaba que contestarais tan rápido.

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26/02/2022, 12:12
Alejandro Martínez

Alejandro, junto con sus compañeros, escuchó atento a Aina. 

- Lo siento mucho, Aina. Entiendo que para ti es muy urgente recuperar lo robado. - dijo Alejandro - Pero, yo creo, que para seguir el rastro y recuperar lo que te pertenece, debemos empezar por el principio. Si te han robado de manera tan limpia, significa que te han vigilado durante los días anteriores: ¿has notado algo extraño o alguien que te estaba vigilando? ¿Qué medidas de seguridad tomas?. 

Alejandro miró a Aina y continuó :

- Tranquila, te ayudaremos y recuperarás todo tu azúcar. 

Y Alejandro le sonríe.

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26/02/2022, 19:21
Miguel Arrubal

Miguel tuvo la vista clavada al suelo durante todo el relato de Aina, mientras ella contaba lo horrible que le había sucedido, su coraje  aumentaba, el era un criminal y entendía que a veces se debían hacer cosas desagradables para poder sobrevivir, pero hacerle algo a alguien como ella... No era solo un crimen en contra de esta pobre mujer si no en contra de la comunidad entera, sus Buñuelos son una de las pocas cosas buenas en esta mierda y ahora por culpa de algún listillo estaban a punto de perder eso también. -Por mi parte no hay ningún problema, estoy dispuesto a ir a donde sea y hacer lo que sea por ti, pero debemos darnos prisa, esos insumos valen mucho y no faltaran clientes para ellos. -Miguel subió su manga de su brazo derecho, en su muñeca izquierda reposaba un pequeño reloj de plástico de la marca casio, lo consulto. 

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26/02/2022, 21:09
Joanot Martorelli

—Veo que no es tan sencillo como un mechero obstruido.

Joanot sacó su móvil y envió un mensaje a su hermana preguntando si había noticias de alguien que estuviera empezando a comerciar con dulces.

—Coincido en que hay que resolver esto rápidamente. Si mañana no hay buñuelos el clima allí afuera va a ser turbulento.

Se tomó un instante para repasar lo poco que sabían, salir a tontas y locas no era la mejor opción.

—Necesitamos algo con qué empezar. ¿Qué es lo que has comido anoche? Porque quién entró sabía que estarías dormida. Y la perra también. ¿Ella comió lo mismo que tú?

Notas de juego

Mola esto de tener móvil en la aventura.

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28/02/2022, 17:47
Lucía

-¡Madre mía! Entro en pánico. -le habían robado el azúcar a Aina. Eso reclamaba muerte y destrucción. 

-A ti tan drogao, guapa. Está cantao, seguro. Lo que dice Joanot. -y dio una palmada con ambas manos en señal de acuerdo. Después de fijó en uno de los otros dos desconocidos; y luego en el otro. El pistolero le sonaba de una tienda, puede que alguna vez le comprase algo. Y el otro...era un maleante o algo así. Mala gente. O gente que quería sobrevivir en este áspero mundo. 

Daban un poco de miedo estos dos, se dijo. Apartó la mirada y continuó escuchando la historia de Aina. 

-Eso éh. ¿Sospechas de alguien, hah visto algo raro, gente rondando tu casa? Piensa y recuerda, Aina, haz el favó. Como dicen en lah pelih de polis y gansté, cualquier detalle importa. -se la miró- Uf, qué mala cara mi alma, te preparo una manzanilla, eso son lo efecto de la porquería esa que tan metío en el cuerpo. Son uno canalla, robarte a ti. Eh como robar al barrio entero. 

Se puso a preparar la infusión.

-Mal parioh. 

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28/02/2022, 23:35
Aina

Aina os escucha, perpleja. Arrastra los pies sobre las baldosas marrón oscuro hasta el sillón. 

-Aaaah, ya sabía yo que había hecho bien en llamaros. ¿Alguien extraño o gente rondando por aquí...? Pues creo que no, eh, no que yo sepa, no he visto a nadie fuera de lo común. Ni por aquí ni por el mercado cuando voy a comprar. Me habría dado cuenta.-Niega con la cabeza suavemente-.

Y medidas de seguridad...pues tengo a Boira, el cerrojo, y una cadena también en la puerta de la calle que normalmente echo antes de irme a la cama. Además de que mi dormitorio está al lado de la despensa.-señala vagamente a la otra puerta que hay al final del pasillo-.

Ah y lo de la comida, eso sí os lo puedo decir. Anoche comí "arrós al forn". Y a la Boira también le puse una buena cantidad.-La susodicha pasa por delante lentamente antes de volver a espatarrarse en el suelo un poco más allá-  Uno de mis clientes habituales, que me pagó con un platazo. Espera, ¿drogado...? no se me había ocurrido. Jobar. 

A diferencia de Lucía, ella no parece verse afectada en lo más mínimo por estar al lado de esas gentes de violento vivir. ¿Es el aturdimiento de la droga o simple costumbre? 

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02/03/2022, 12:35
Joanot Martorelli

—Entonces tenemos un punto por donde empezar: buscar a quien le dio ese arroz a Aina.

Miró a los dos muchachos.

—Ustedes parecen la gente adecuada para convencer a alguien de hablar. No sé si me recuerdes—le dijo a Miguel, alguna vez ayudé a reparar uno de esos "juguetes" que vendes.

Pero también había otra opción.

—O tal vez podamos buscar otra aproximación, más sutil, ¿qué dicen? Lucía conoce a mucha gente. Podría acercarse a él sin llamar mucho la atención.

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02/03/2022, 15:00
Miguel Arrubal

Miguel miro a Joanot y dijo. -Tienes razón, alguien tiene que estar intentando vender esa mercancía, si presionamos a unos cuantos no debería ser problema el rastrear al ladrón.

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02/03/2022, 19:30
Director

Notas de juego

Ah, casi se me olvida: Tírame 2d6+DETERMINACIÓN para ir viendo qué sale de escribir a tu hermana. 

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02/03/2022, 19:34
Director

La casa de Aina es el típico piso donde todas las habitaciones están conectadas por un mismo pasillo poco iluminado que va retorciéndose. La puerta de la calle está al principio del pasillo, y desde ahí sucesivamente se van encontrando el salón-comedor, la cocina, el cuarto de baño, y al final un par de habitacioncitas que Aina usa como dormitorio y almacén, respectivamente. No es muy grande. 

Notas de juego

Un inciso con algo de información que se me había pasado. 

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02/03/2022, 20:36
Joanot Martorelli
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Mensaje a Isabel (deteminación)

Tirada: 2d6

Resultado: 2(+2)=4 [1, 1]

Notas de juego

Pfff. Con esa tirada al móvil se le quema la batería o algo.

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02/03/2022, 22:54
Lucía

-Ahí está el punto, Joanó. -se giró a mirar a Aina. Se puso muy cerca- A vé, saca la lengua...y eso ojo... que te mire. No se qué decí...Pero tó apunta a esa hipótesi. Te traen la cena, te queda dormía, y la perra lo mismo...Y van y te roban tó el azuca...Blanco y en botella, Aina de mi vida. 

Se rascó la nariz, mientras escuchaba a sus compis -Aina, ¿quién eh ese habitual? El nombre y lo apellío, ¿sabe dónde vive? Sí que puedo hablá con él, que seguro es compinche con más gentuza. Y si no saco ná en claro, aquí lo do machote pueden darle lo suyo pa que cante. ¿No?

Miró aquí y allá- Aina, no tendrá un cafetito, o un té, que me noto algo apalominá, no se. He pasao mala noche.