Partida Rol por web

Siguiendo el ejemplo de Oona, Hellas fue hacia Compadre para coger un frasco de aceite. 

—Por qué alguien ha matado a alguien y tenemos que averiguar quién—le respondió a su amiga.

Casi parece que quieres encubrir a tu ex. Pero eso no lo dijo.

Acción de movimiento: Hellas se mueve a E8.
Acción de movimiento: Sacar aceite de las alforjas.

- ... seis! - Apretando los dientes Colibrí se adelantó unos pasos mientras golpeaba entre sí sus sables, haciendo que estos estallaran en llamas, tras lo cual atacó con las ígneas hojas al conglomerado de cangrejos, a los que empezaba a coger un profungo odio. No a su sabor, que era delicioso, sino a batirse el cobre con ellos. A él que le dieran piratas en cantidad, que a lomos de Compadre podía bregar con los que hiciera falta, con la ayuda de sus amigas, eso sí. Pero noooo, tenían que ser crustáceos sedientos de sangre lo que Umberlee pusiera en su camino continuamente... Se prometió sacar una buena mariscada a la brasa de esta situación.

- ¡Tendréis que encender vosotras el aceite, voy a estar ocupado! -

El elemental de fuego había aprendido a temer a los cangrejos Marjalinos y había huido aterrorizado de él. También estaba inexplicablemente borracho, pero la lógica eludía vuestras andanzas como el aceite al agua, y no íbamos a empezar en aquel momento a que todo tuviera una explicación verosímil. Quien no tenía miedo ni de cangrejos ni de minotauros liche montados en noctorugas era el mediano, que con sus filos llenos de llamas empezó a asar cangrejos. Que manía tenían nuestros protagonistas de churrascar cangrejos. El caso es que los cangrejos contraatacaron, cubriendo su cuerpo enjuto.

Salvo las pelotas. Las pelotas del mediano eran demasiado grandes para ser cubiertas o abarcadas. Eran tan grandes que estaban plegadas en más dimensiones de las que es lícito hablar fuera de los mitos de Cthulhu. Si estuvieran desplegadas en su totalidad la intensidad de su campo gravitatorio haría colapsar Abeir-Toril sobre sí mismo. Pero exceptuando sus cojonazos, el mediano sintió el picoteo de los cangrejos en el resto de su cuerpo.

Enjambre de cangrejos: TS Reflejos 14, éxito. Deja de estar prendido en llamas y no recibe daño este turno.

El movimiento del Enjambre de cangrejos provoca un ataque de oportunidad de Colibrí, que es un fallo. También dispara la acción preparada de Oona, que arroja el aceite a la intersección F-G/11-12. Falla y la explosión se desplaza una casilla hacia la izquierda. El aceite no prende, puesto que el Enjambre de cangrejos ya no está en llamas.

Colibrí recibe 7 puntos de daño automático. Colibrí comienza su turno en una casilla ocupada por el enjambre y deberá hacer una TS Fort CD 14 o quedar mareado durante 1 turno.

¡VUESTRO TURNO!

(25) Zanahoria: 27/27
(23) Colibrí: 15/22 (Isla de Filos)
(22) Enjambre de cangrejos: 24 daños, herido grave
(19) Aranna: 23/23
(19) Elemental de fuego: 4/13
(8) Compadre: 22/22
(6) Oona: 18/18
(5) Hellas: 18/18

¡Vamos, vamos! Aranna dio un paso atrás y sacudió las manos hacia el elemental de fuego. El calor de las llamas la estaba haciendo sudar el alcohol que todavía le quedaba en las venas, y la sobriedad era connatural a la cobardía.

El elemental no comprendió palabra alguna, pero el sudor de la mujer olía a alcohol, y eso no ayudaba para nada a que se repusiera de sus náuseas. Así que se dio media vuelta y llameó de vuelta hacia los cangrejos, asando a unos cuantos más de los pobres crustáceos.

Aranna empezó a conjurar de nuevo, una tarea lenta y pesada, ahora que la magia de su nuevo amuleto estaba agotada.

El elementalito mueve a 10F y ataca:
            Ataque 26, daño de fuego 3 (cangrejos TS Ref CD 11 para evitar arder). No tiro el daño físico.

Aranna mueve 5 pies a 7C y empieza a lanzar "convocar aliado natural II" (por frost breath).
Zanahoria protege la cocina con gran coraje.

Elemental de fuego menor modificado:
Pg: 4
Ataque: +8
Daño: 1d4 + 2 + 1d4 de fuego (TS Ref CD 11 para evitar arder).
Las criaturas que golpean a un elemental de fuego reciben 1d4 de daño de fuego y TS Ref CD 11 para evitar arder.
Fort +2.
Duración: 6 asaltos.

El cangrejo era mejor comérselo hervido con un poco de sal, o desmenuzado en una buena sopa. Eso era lo que ella tenía entendido, pero cangrejo abrasado no debía estar en el menú. Oona volvió a coger un frasco de aceite de las alforjas de Compadre y se movió para buscar un mejor ángulo de tiro.

Acc. movimiento: sacar aceite
Acc. movimiento 2: a C11

Hellas se desplazó pro la sala para poder buscar otro punto sobre el que arrojar aceite y poder rodear al cangrejo de la sustancia y dejarlo atrapado entre llamas. A ella el cangrejo a la brasa si que le gustaba. Hace tres años pasó por Marjal Salino un vendedor ambulante kozakurano que los hacía de rechupete.

Acción de movimiento: Hellas se mueve a I11.
Acción de estándar: Hellas lanza el aceite en F-G-12-13.

Los continuados picotazos y mordiscos de los cangrejos habían dejado a Colibrí con mucho en que pensar, y retrocedió un poco mientras de sus arcadas salía un torrente de fuego que prendió en la forma de un pequeño dragoncito de fuego que siseaba y lanzaba llamitas. Esperaba que fueran bastante para prender el aceite del suelo.

Los cangrejos fueron detrás de Colibrí y de sus carnes magras, para seguir pellizcándolas sin piedad. Por el camino se encontraron al ardiente elemental de Aranna, y lo mandaron a su plano natal vengativamente.

El Ascua molesta de Colibrí falla porque la casilla ya está ocupada por el Elemental de fuego de Aranna. El aceite está prendido por este último, de todas formas. Enjambre de cangrejos y Colibrí reciben 1 punto de daño por el aceite en llamas.

El movimiento del Enjambre de cangrejos provoca un ataque de oportunidad del Elemental de fuego, sin embargo, falla (ataque 15).

Elemental de fuego y Colibrí reciben 8 puntos de daño. El Enjambre de cangrejos recibe 4 puntos de daño por haber pegado al elemental con sus armas naturales. Elemental de fuego muere regresa a su plano. Enjambre de cangrejos no pasa la TS Reflejos (7, fracaso) y recibe 1 punto de daño por fuego.

Colibrí comienza su turno en una casilla ocupada por el enjambre y deberá hacer una TS Fort CD 14 o quedar mareado durante 1 turno.

Asaltos en los que el aceite está ardiendo: 1/2.

¡VUESTRO TURNO!

(25) Zanahoria: 27/27
(23) Colibrí: 6/22 (Isla de Filos)
(22) Enjambre de cangrejos: 33 daños, al borde de la muerte (en llamas 3 asaltos)
(19) Aranna: 23/23
(8) Compadre: 22/22
(6) Oona: 18/18
(5) Hellas: 18/18

El Mediano vio como su idea de dragoncito era absorbida por la presencia del elemental de fuego antes de que el grueso de los cangrejos se lanzara de nuevo sobre él para intentar comérselo. Para estar tan chupado debía tener buen sabor, porque los crustáceos no cejaban en su empeño de arrancarle diminutos trozos de carne aquí y allá. El Mediano se los sacudió de encima como mejor pudo e invocó el poder curativo de su cinturón. Así conseguía dos cosas, la primera no morir, y la segunda que los cangrejos pudieran seguir comiéndoselo a placer mientras su amigas le lanzaban fuego alegremente.

- ¡Chicas! ¡Una ayudita o qué! -

El elemental de fuego murió bajo las pinzas de muchos, aunque no tantos como antes, cangrejos. Murió y se desvaneció en una lluvia de crustáceos.

Cuando se encontró entre las llamas eternas de su plano, el elemental se sintió contento y satisfecho por haber cumplido su tarea. Sacó su reloj; eran las mil doscientos cincuenta y dos de la supratarde. Solo unos instantes más para el final de su jornada. Que no se olvidase de pasar por el mercado antes de volver a casa. Desbloqueó el móvil; dos nuevos mensajes en Tinder, de la elemental con la que tenía una cita esa infranoche.

Un parpadeo, sin embargo, y quien hubiera estado mirando al elemental se lo hubiese perdido. Un parpadeo, y fue llamado de nuevo a la acción.

El aroma era familiar. A pescado, a sal y algas, aunque no era capaz de identificarlo. Más familiar, y bien conocido, era el aroma de los cangrejos a la barbacoa. Cuando abrió los ojos, vio a los cangrejos, y al desplazar los ojos en sus llamas, vio a su invocadora. Otra vez.

El elemental de fuego suspiró, humeando, y se abalanzó de nuevo sobre los cangrejos. Por enésima vez, se arrepintió de haber aceptado ese empleo.

Aranna termina de conjurar "convocar aliado natural II".
El elementalito aparece en 10E, ataca a los cangrejos y falla.
Zanahoria se persigue la cola.

Elemental de fuego menor modificado:
Pg: 13
Ataque: +8
Daño: 1d4 + 2 + 1d4 de fuego (TS Ref CD 11 para evitar arder).
Las criaturas que golpean a un elemental de fuego reciben 1d4 de daño de fuego y TS Ref CD 11 para evitar arder.
Fort +2.
Duración: 6 asaltos.

Oona miró el aceite, no muy convencida de lo que iba a hacer. Preparó el frasco, colocándole un trozo de tela, y lo prendió con una chispa para después lanzarlo contra los cangrejos.

Hellas volvió al lado de compadre para sacar más aceite. No estaba segura de que fuera a necesitarlo, pero no se le ocurría otra cosa que hacer por el momento. Al menos estaría preparada.

Acción de movimiento: Hellas se mueve a E8.
Acción de movimiento: Sacar aceite de las alforjas.

La caterva de cangrejos se fue detrás de Colibrí. Ahora que el mediano se había curado, volvía a tener carnes que pellizcar.

El Ascua molesta de Colibrí sigue sin servir de gran cosa porque todo el aceite está prendido de todas formas. Entiendo que el fuego se extiende de manera instantánea de una casilla a otra.

Enjambre de cangrejos y Colibrí reciben 1 punto de daño por el aceite en llamas.

Enjambre de cangrejos supera la TS Ref y ya no está en llamas (20, éxito)

El movimiento del Enjambre de cangrejos provoca un ataque de oportunidad del Elemental de fuego, y le hace 3 puntos de daño (ataque 26). Supera la TS Ref y no prende (19, éxito).

Colibrí recibe 8 puntos de daño y comienza su turno en una casilla ocupada por el enjambre. Deberá hacer una TS Fort CD 14 o quedar mareado durante 1 turno. Aunque es mayormente irrelevante.

El aceite que habéis tirado antes se ha extinguido por completo en este asalto. Solo el que acaba de tirar Oona está ardiendo: 2/2.

Al enjambre le queda 1 pg. Si Aranna acierta con el elemental, está muerto. Si no, morirá al asalto siguiente por el efecto del aceite en llamas de Oona. Roleadlo, por tanto, a vuestro gusto.

(25) Zanahoria: 27/27
(23) Colibrí: 5/22 (Isla de Filos)
(22) Enjambre de cangrejos: 37 daños, al borde de la muerte
(19) Aranna: 23/23
(8) Compadre: 22/22
(6) Oona: 18/18

Colibrí estaba pinchado, mordido, pinzado y chamuscado; no estaba nada contento, no. Hizo lo único que podía ante el malestar de su estado, salir del alcance de las picaduras de los cangrejos y apoyarse en la chimenea mientras veía como las llamas iban dispersando a los crustáceos. Una vez fuera del enjambre resopló y se dio unos golpecitos en la manga, que parecía algo chamuscada. No querría volver a pasar por aquello, la verdad.

El desafortunado elemental no conseguía terminar de cocinar los cangrejos, pero por fortuna, los pocos que quedaban vivos estaban reuniendo la mejor parte del valor para dispersarse en todas las direcciones, colándose por los huecos entre los maderos podridos del suelo y las paredes. Se habían enfrentado a contrabandistas, magos, plagas de arañas y lacedones, pero sin duda, aquel día habían derrotado al más digno de sus enemigos, el cangrejo común marjalino.

¿Estás bien, Colibrí? Aranna se acercó a observar al mediano de cerca. El pobre parecía un carboncillo, pero todavía respiraba. Pensaba que el fuego no te hacía pupa... Qué decepción. Le dio una palmada en la espalda que levantó una nube de polvo y ceniza. ¿Te curo?

La druida se agachó, cogió uno de los cangrejos del suelo, le arrancó la pinza y chupó el extremo para sacar la carne. Rico, aunque no tanto como los que habían comido en la Cabra de Mimbre antes de ir a darles una tunda a los contrabandistas.

Colibrí miró a Aranna de reojo, mientras resoplaba. Aquel resoplido fue acompañado de una nubecilla que nada tenía que ver con el exterior del Mediano.

- Eso es mucho pensar para ti, Aranna.

En cuanto al asunto de la curación, lo voy a dejar a tu sabio criterio druídico. Si no lo ves apropiado, usaré la última carga de mi cinturón, porque la verdad es que aguantar ese enjambre ha sido doloroso. Y todo para provocar la decepción de mis amigas, que decepción... -

El Shoal envainó uno de sus pequeños sables, más no el de la mano derecha. Después de todo, no sabían qué más habría por allí.

Aranna era sabia contra todo pronóstico, pero de medicina sabía lo justo para entender que un tipo chamuscado, desangrado o con las tripas fuera se enfrentaba a un futuro incierto, y probablemente breve. Colibrí no parecía estar tan mal, y a pesar de ello, tocó con la varita su cabeza, como si le estuviese nombrando caballero de la orden del palitroque.

No seas refunfuñón. Agarró otro cangrejo y se lo tendió al mediano. Toma, cómete uno, a ver si te mejora el humor.

-1 carga, +1 pg por asalto hasta +11.

En cuanto cayeron los cangrejos y se dispersaron, Oona se dirigió hasta la cocina para mirar por allí.

-¿Hay alguien escondido, Aranna? -le preguntó a su madre, porque ella había sido la que había entrado antes a mirar.

Hellas se pasó la mano por la cara y pateó alguno de los cangrejos chamuscados rabiosa. Odiaba ese tipo de bichos. Los odiaba con toda su alma. Y sólo habían bastado unos pocos días para ponerlos en los primeros puestos de cosas que odiaba. La bruja pensó en examinar el cadáver del que los cangrejos habían dado cuenta. Pero la revelación de que a lo mejor había alguien en la cocina, le hizo girar sobre sí misma y dirigirse hacia allí.

Y no supo muy bien por qué, pero algo le dijo que usara sus dones de detectar magia. La sangre, la espada de Eved, el cadáver, la persona escondida... Quería asegurarse de que no hubiera magia de por medio.

Aranna se dio media vuelta con los brazos en jarras. ¡Nadie quería echarle un ojo al fiambre!

No he visto a nadie, respondió. Solo la sangre. No había peligro, se dijo, Zanahoria no sabía que los cangrejos se habían dispersado a los siete mares, y seguía vigilando la cocina.

Suspiró y anduvo entre los cangrejos asados, aún con uno de ellos mutilado en una mano y la pinza entre los dientes, hasta tener a sus pies el cadáver.