Partida Rol por web

Las respuestas de aquel ser dieron al drow muchas cosas en las que pensar, algo que sus compañeros pudieron ver claramente: su cabeza encapuchada seguía erguida hacia la imponente presencia feérica, pero miraba al infinito. Casi se podía oír su cerebro filtrando, organizando, memorizando y reflexionando a pasmosa velocidad. La solicitud de la ninfa de que el grupo abandonase su territorio le sacó de su ensimismamiento y habría preguntado más cosas, pero Erulissë le detuvo y le hizo notar que ya sobraban.

-Tenéis razón, prima -contestó en susurros, usando por primera vez aquel apelativo informal-. Suficientes respuestas. No abusemos de su hospitalidad. -Dedicó una reverencia a la ninfa, que estaba volviendo a su asiento elevado.- Mis dudas han sido resueltas. Habéis sido muy generosa y hospitalaria. Mil gracias, señora, y hasta siempre.

Y dicho esto, se dio la vuelta y emprendió el camino detrás de Nazglek, que refunfuñaba algo en lengua trasga. Una vez a su lado, Mwun le susurró una gracieta en su idioma, a lo que el trasgón respondió esbozando una sonrisa y lanzando un abrupto gruñido de risa. Entonces aparentemente el drow recordó algo, porque dijo al trasgón que esperase y se giró para observar el proceder de su socio tiflin.

el Semi-inernal escuchaba atento las respuestas de la Ninfa ante el interrogatorio de Mwun, con una mueca que parecía una sonrisa, apoyo su espalda contra un árbol cercano, mientras recordaba lo persuasivo que podía ser su amigo Drow en ciertas circunstancias... Pero eso no iba al caso ahora, la información que escuchaba parecía alertarle un poco, haciendo que su semblante cambie de inmediato, ahora se le veía algo taciturno y preocupado, casi meditabundo...

-Elfos que pueden llegar a ser agresivos con los invasores, ademas al parecer son nativos de esta maldita isla... bueno, solo hay una manera de saberlo..- pensaba para si mismo Kalextu, entonces con una mirada desinteresada, tomo su botín y se disponía a alejarse de ese lugar, sin embargo el comentario de la "Elfa" lo hacía llenarse nuevamente de ira, con fuerza apretaba su mandoble mientras sus ojos se inyectaban de un rojo intenso...Ahora estaba dando órdenes?, quien se creía esa bastarda, ya estaba sobrepasando los limites de el Tiefling, sin embargo con un esfuerzo casi sobrehumano logró contenerse y con un seco - Andando!, Mwun, Cirush...- Comenzó a alejarse de ese lugar a paso ligero, -Pronto llegaría la oportunidad para cortarle esa lengua a la prepotente Elfa... Ahhh si, como disfrutaría con eso - Pensaba para si mismo, intentando vanamente calmar sus impulsos.

Antes de que el bárbaro siguiese a Kalextu se dirigió a la Ninfa. -Muchas gracias por todo. -dijo refiriéndose, sobretodo, a la gran hacha que llevaba en la espalda. El hombretón estaba bastante feliz por poder tener, por fin, una arma decente para el.

Sin decir nada más siguió de cerca al tiflin mientras se acomodaba a la espalda todo el equipo que llevaba. No es que le pesase mucho pero era algo molesto por el bulto que ocupaba.

DIA 5, horas de la Noche

La Ninfa se despidió con una reverencia y se dirigió a ocupar sus propios asuntos.

El grupo, ahora con la moral algo mas alta y la confianza por las nubes, emprendió su marcha, siguiendo de cerca a Nazglek quien seguía abriéndose paso entre las espesas marañas con la ayuda de su nueva hacha de combate, parecía algo mas tranquilo y confiado utilizándola para cortar ramas y vegetación.

El día avanzó rápidamente, pero era claro que el terreno que cubrían durante la jornada fue significativamente menor al que habían cubierto las jornadas anteriores, a mas de uno le caló en la cabeza esta cuestión: Estaban huyendo, pero de que servía huir lentamente?, valía la pena una mayor protección a costa de que los perseguidores pudieran alcanzarlos?. Sin embargo nadie se atrevió a decir nada al respecto.

La noche llegó y una media luna se alzó sobre las cabezas, la moral estaba alta, y se notaba por las iguanas que había cazado el bárbaro, también recolectó unos huevos de pájaro y una flor muy particular que le daba un buen sabor al agua cuando se ponía a hervir.
Mas que confiados, el grupo izó su campamento rústico y decidieron entre todos encender un fuego, quizá no era la mejor de las ideas, pero ya estaban cansados de comer carne cruda e insectos sin tostar, en especial la semielfa.
Por algunas horas disfrutaron de lo que fue un banquete -dadas las circunstancias- y rieron y hablaron, conversaron y hasta Erulissë realizó un hermoso canto de una historia de amor entre un rey y una plebeya de los Elfos, una balada antigua pero cargada de drama, su hermosa voz conmovió incluso al duro Tiefling quien se limitó a escucharla. Jurarían incluso que algunos animales se acercaron para escucharla.

La noche entraba en su punto álgido, cuando decidieron irse a dormir, respetando los turnos de guardia como en las noches anteriores.

Mwun permanecía despierto, haciendo su habitual vigilancia sobre el manto negro de la noche, por momentos se levantaba a estirar sus piernas y a pensar en la situación actual.

De repente, el bárbaro, el clérigo y la Semielfa se incorporaron de un golpe, asustando al pobre Mwun. Escucharon un momento la oscuridad y despertaron a sus compañeros restantes.

Al inicio no se escuchó nada, pero posteriormente un zumbido se empezó a escuchar a lo lejos.

Cada vez se intensificaban mas, era evidente que se acercaban a la posición donde se encontraban!!

Mwun recobró la compostura rápidamente y empuñó con fuerza la lanza, que había convertido en su arma preferente. En dos paso se acercó al límite de la luz de la hoguera y se quedó quieto como una estatua.

-¡Chsssst! -chistó a sus ruidosos compañeros-. ¡Silencio!

Con sus ojos de drow y sus oídos de elfo, Mwun registraba atentamente la espesura en busca de la fuente del sonido.

Kalextu avanzó con paso decidido junto al grupo, siguiendo las indicaciones de nuestro "guía", a medida que pasaban las horas en aquella isla, parecía ser que mas se ablandaba el ya no tan duro Tiefling, incluso estaba tolerando más a la prepotente mujer, pues se notó evidentemente que al estar todos reunidos alrededor de la hoguera, el semi-infernal parecía deleitarse con las canciones de la "Elfa"... Así sin más había llegado la hora de descansar, Kalextu dejó su cota de mallas a un lado mientras se tendía cerca de el calor de la fogata ya extinta, con su mandodoble a la mano, pues nunca se sabe cuando sucederá un imprevisto.

Apenas lograba conciliar el sueño, cuando se despertó abruptamente ante las sacudidas que le propinaba Cirush, algo desorientado tomó el mandoble para apuntarlo ante su agresor, pero al reponerse pudo notar que todos estaban prevenidos, mientras Mwun advertía que se mantuvieran en silencio, entonces el semblante de Kal cambió, rápidamente tomo su mandoble a una mano mientras se acercaba lentamente a Mwun y oteaba en la oscuridad, oscuridad que para él apenas era incomoda... Al estar ya más cerca de el Drow, se limitó a susurrar...  - Será mejor que te apresures a buscar un escondite y observes desde mejor posición cual es nuestra situación actual, yo permaneceré aquí intentando captar su atención mientras haces lo que sabes... - 

El bárbaro despertó de golpe sobresaltado por un ruido extraño y después de poner en alerta a los demás se situó en posición de combate con la gran hacha en sus manos. No veía nada pero podía escuchar perfectamente como el ruido se hacía mas intenso. Sin intención de esconderse lo mas mínimo prestó atención, sobretodo, a lo que oía que a lo que pudiese llegar a ver entre la negra noche.

DIA 5, horas de la Noche

A lo lejos, penetrando la espesura y la oscuridad de la negra noche, el zumbido se hacía mas y mas fuerte, una horda de insectos voladores se acercaba.

Tenían el tamaño de una paloma, con un pico puntiagudo del mismo largo de su cuerpo. Sus alas se asemejaban a la de un murciélago y terminaban en unas pequeñas garras con uñas afiladas. Se hacía dificil contarlas exactamente, pero aproximadamente una decena de esas criaturas se acercaba a la posición de los náufragos.

-Urrik Grazels!!, deber correr, Urriks Chupar sangre, Urriks haber matado a mas compañeros que Gnolls!!- A Nazglek se le vaía realmente asustado, pero a la vez resignado a combatir a esas criaturas diminutas, con miedo en sus ojos preparó su hacha para combatir.

-En el continente se le conocen como Stirges, los conozco muy bien, suponian un problema en mi antiguo hogar, evidentemente se pegan al cuerpo de las criaturas y empiezan a succionar la sangre en grandes cantidades y a gran rapidez- Dijo con una serenidad espeluznante, con el tenue fuego de la fogata extinguiéndose golpeándole la capucha de la cara.

El joven clérigo se asombro a la reacción de sus compañeros, no le resultaba tan terrible la visita de unos apestosos seres infernales, bien sabía que su guía lo protegía bien desde arriba. El clérigo sonrió y cargo su escudo sobre su brazo izquierdo a la vez que tomaba con firmeza su gran maza, esta batalla sería diferente. Stark miro a sus compañeros y con una leve sonrisa exclamo con gran furia - el gran invencible nos protege bajo su manto de justicia, estos seres serán reducidos a nada - guardo silencio - en el nombre del invencible - exclamo con celeridad.

La paladina miró con buen grado a su compañero Clérigo, asintió con la cabeza -Por Heirouneus quien nos protege con su gracia- mucitó haciéndole eco a su compañero.

Tensó su brazo con la espada larga enfundada y alzó su escudo con la otra mano, se concentró en la oscuridad, espeando que algún bicho apareciera.

El drow se giró de pronto hacia el grupo con la cabeza gacha, negando, y se dirigió hacia sus compañeros.

-Demasiado cerca -añadió mirando a Kalextu-. No hay tiempo para emboscadas.

Y con calma caminó hasta el montón formado por sus cosas (su antorcha, sus jabalinas, su odre, los frascos de ácido). Entonces se agachó, sacó una jabalina y la sopesó. Luego volvió junto al tiflin, donde clavó la lanza corta en el suelo, y se preparó para atacar a la primera estirge que entrara en su privilegiado campo de infravisión.

Kalextu asintió a las palabras de Mwun, una mueca de inconformismo se dibujaba en su rostro mientras tomaba uno de las Arcos Largos que habían obtenido de el "botín" de la Fata, aunque en el fondo se alegraba de que no resultara ser el Demonio de Baator ni el Dragon buscando alimento, o esos irritantes Lagartos que les estaban dando caza... No, no era nada de eso, al menos.

El Tieflin dejo el mandoble a la mano ,mientras posaba una rodilla en el suelo, arco en mano y antes de tomar la flecha, con un rápido movimiento de su mano y unas palabras susurradas apenas entendibles, el arma se tornó de un color oscuro por unos instantes, momento en el que tensó la flecha y se mantuvo expectante, esperando a su objetivo.

-Acabemos con esto rápido, a ver si nos da algo de tiempo para dormir....- Habló el Semi-Infernal con algo de sorna, mientras sonreía maliciosamente.

Sus compañeros empiezan a moverse y a colocarse en sus sitios y Cirush adelanta un par de pasos hacia al ruido con la gran hacha levantada. Se queda inmóvil apretando fuerte la empuñadura de la hacha. Los músculos se le tensan por la batalla inminente y empieza a forzar la vista para distinguir al enemido de entre las sombras del bosque.