- Pero.... si aún conociendo que existe un remedio esos monjes no lo aplican para mantener su negocio..... ¿qué es lo que están haciéndole a don Aldano? No estoy tranquilo... si lo que dices es verdad y hasta capaces han sido de quemar el castillo... creo que deberíamos ir a buscar al señor.
Y si es verdad lo que cuenta, que algo dudo, estos frailes no se andan con chiquitas.
Jakina, bai!! -afirmo- osea, que si, que bai. Non me fio un pelo de estos monjes. Debieramos volver con nuestro señor, mas non asi en mitad de la noche. volvamos a las habitaciones et mañana saldremos con el el canto del gallo a ver si este remedio que Cesar dice poseer hace el efecto deseado en nuestro señor
-Que vos parece Don Victor? Estais deacuerdo-
Tranquilo, Munio -respondió César-. Nada malo le harán: yo he sido y soy Antoniano como ellos. Sólo que sus métodos son muy eficaces y certeros, a veces demasiado eficaces. Para un enferno del Camino, es mejor, por poner un ejemplo, perder una pierna que la vida... -ejemplificó el fraile-.
Si Victor no aparece, le tendré que PNJOTIZAR ... de nuevo.
Volvísteis pues a la posada donde os albergábais, pues no sería prudente llamar al portón del convento en mitad de la noche para reclamar al vuestro señor. ¿Acaso os abrirían los frailes? ¿Acaso habrían curado al vuestro señor? Sea como fuere, llevásteis con vosotros a César para descansar en la posada también, y tras pagar un par de monedas al tabernero por él, dejásteis que os acompañara en la habitación. Al fin y al cabo no tenía donde ir. Decidísteis pues que tras dormir unas horas (pues pronto amanecería) iríais a recoger a don Aldano (como el monje antoniano os propuso), para ver su estado y si podría continuar en el camino hacia la Ciudad Santa de Compostela.
Siento impartir decisión pero quiero darle el último empujón a la partida.
Escena cerrada.
Me parece correcto el movimiento. Yo pensaba que lo suyo sería ir a por Aldano pero con la contestación de César, mejor descansar.