Partida Rol por web

La mañana de verano da paso a un esplendido día de julio en el que tenéis que beber abundante agua y buscar alguna sombra para descansar un rato y cuidaros del sol. Tras un par de horas de marcha, varios son los miembros del grupo que ya han eliminado los restos del alcohol de la pasada noche, aunque su dolor de cabeza y resaca les continuaran acompañando buena parte del día. Abandonáis la zona de las granjas y os internáis en un bosque, cosa que agradecéis ya que os protege del sol. Gracias al buen hacer de Brent, a lo frescas de las huellas, y a que tan solo hace unas horas que varios de vosotros habéis andado por estos caminos, lográis casi sin problemas alcanzar el lugar en el que los ladrones tenían su campamento. 

Lleváis unas horas de marcha y más de uno esta bastante cansado, así que tras examinar la zona y ver que allí no hay nadie, pero que esta pasada noche alguien se ha llevado una tienda, así como otras muchas cosas que allí había (tampoco esta la carreta que os llevasteis). Buscáis un lugar para descansar un rato mientras coméis. 

Tras el descanso examináis con detenimiento el lugar y os es muy fácil encontrar huellas que se dirigen hacia una cercana montaña. Al parecer las huellas de los goblins van hacia ese lugar, pero una vez en la montaña, seguir su rastro ya no será tan fácil. 

19 de julio, aproximadamente las 4 de la tarde de un soleado día de verano.

Vuestro turno.

Llegamos al campamento e hicimos un descanso, ya que alguno estaba cansado de la caminata. Ya no éramos jovencitos en edad de explorar mundo. ¡Y no lo decía por mi! Comimos algo rápidamente y estuvimos mirando los alrededores. Al parecer, alguien había venido y se había llevado una tienda y algunas cosas más, seguramente lo que quedaba de la banda de bandidos. Ya nos ocuparíamos de ellos más tarde, ahora teníamos otra misión entre ceja en ceja.

-"Dalfrid, el jefe de los ladrones se llama Kukol." Le respondí a la bardo.

Después de descansar, recojo de nuevo mis cosas y me pongo en vanguardia para seguir los rastros de esos zarrapastrosos goblins. Miro a los demás para ver si están listos.

-"El camino está claro, de momento. El rastro va en aquella dirección, hacia esa montaña. Debemos de ir deprisa y aprovechar las horas de sol; por la noche esas sabandijas ven mejor que nosotros. Si alguno quiere, no vendría mal que alguien fuera adelantado, oculto entre los árboles, para inspeccionar la delantera y evitar emboscadas. Yo iré en vanguardia con el que siga los rastros, para protegerle. ¿Alguna idea más?" Les comenté alegre.

Quizás muchos pudieran acusar a Finn de ser un trolero, un mentiroso, o simplemente de un aprovechado, pero... bueno, al menos no era un elfo. Así que, tratando de ser lo más cordial posible, este mostró su gran idea al resto de los presentes, y claramente lo estaba haciendo por el bien de todos... no por su propio bien.

-Si esas alimañas también tienen a sus propios vigías, es probable que estén haciendo rondas para mirar si alguien sigue las huellas que dejaron... ¡Así que alguien tiene que llevarme a caballo!. Así se pensarán que somos menos de los que somos.

Evidentemente, esto lo hacía por el bien del grupo y del plan... no porque estaba agotado.

Levanté una ceja y sonréi un poco ante la propuesta de Finn. Desde luego no le faltaba razón en eso de tratar de despistar a cualquier vigía goblin.

Cierto, "Kukol"... -añadí, pronunciando ese mismo nombre-. Sí que está claro, Karel, tal vez demasiado. Si os parece bien, preferiría ir yo a buscar algún rastro o a inspeccionar la vanguardia -añadí en alto-. No me gustaría que Kukol se hubiera aliado con esos goblins de algún modo, o los hubiera puesto en sobreaviso de nuestra partida y ahora vuelta... Laúd ya a la espalda, tomé mi arco y me coloqué en buen lugar el carcaj a un lado. Luego miré una vez más a mis compañeros.

¿Alguien viene? -pregunté al grupo, pues siempre eran mejor cuatro ojos que dos-.

Alaia dio un largo trago a su odre, se sintió tentada de sacar su otro odre de “agua” pero si comenzaban a adentrarse en territorio goblin era mejor mantenerse serena.

Miro a su compañero Finn, se notaba que los años no pasaban en balde para el mediano, a diferencia de a Brent, el cabrón estaba como un roble.

-Nah, yo me quedo en la retaguardia, aun me estoy recuperando de la resaca de anoche.

Dijo con una sonrisa.

-Además, si queréis ir en sigilo es mejor que mantenga vigilado a Buri, le escucharía un sordo a 50 millas.

Bromeo mientras reía.

-¿Finn, te importa quedarte con nosotros?, así luego puedo llevarte a caballo para que vigiles, por si a los de la vanguardia se les ha pasado algo, o si por una de esas salen a vigilar cuando ya hayan pasado ellos

Por fin llegaron al campamento de los bandidos, tras seguir el rastro que había dejado el carro de los impuestos. Aquí hay algo raro... Se han llevado varias cosas desde nuestra última visita. Nos va a tocar andar con pies de plomo, puede que la misión sea más difícil de lo que parece.

Tras realizar una concienzuda búsqueda en todo el lugar, el grupo realiza un pequeño descanso para planificar el siguiente movimiento. Brent a duras penas puede evitar soltar una carcajada cuando escucha a Finn pedir que le lleven a caballo. Condenado mediano, siempre encuentra una forma de estar cómodo en cualquier situación. 

​​​​​​El plan propuesto por Karel parece sensato, aunque quizás haya una forma de mejorarlo, y así se lo propone. Una gran idea la de enviar un grupo de avanzadilla. Yo estoy dispuesto a ir en cabeza, también. Seguro que entre Dalfrid y yo encontramos el camino correcto y cualquier sorpresa que nos puedan tener preparada. Tras estas palabras, se dirige únicamente a Karel. Lo único, Karel, que creo que deberías quedarte tú también atrás. Deberíamos ser capaces de inspeccionar la zona cuidadosamente y volver con vosotros. A ti te escucharán a dos kilómetros a la redonda, por lo que nuestra ventaja se iría al traste. 

Viendo como alguien aceptaba llevarle a caballito, este aceptó sin dudarlo, quizás demasiado rápido como para que creyera la gente que en verdad meditaría la idea para ver si eso era lo mejor para la situación en la que todos se encontraban en aquel momento: Separarse.... y no simplemente porque le ofrecía montura.

-¡Sí!. -Dijo en voz alta, tapándose levemente la boca con su mano libre al percatarse que lo dijo con demasiado entusiasmo- Quiero decir, es evidente que mi ayuda será más estimada en la retaguardia. Quien sabe si esos Goblins han sembrado el camino con trampas... no todos somos aptos para esos andares.

También podemos ir tres en la vanguardia e inspeccionar en paralelo -apunté, dado que éramos tres los que nos habíamos ofrecido-. Por mi parte, como ya pasó en el campamento, puedo adelantarme sin ser oida ni vista, a no ser que esos goblins tenga oído de elfo, claro...

No es que fuera la más fuerte del grupo, pero se me daban bien dos cosas: componer versos y avanzar en silencio.

Buri escuchaba atentamente esas frases que le gustaban tanto: “Por aquí han vuelto nuestros enemigos”, “Esto tiene pinta de ser peligroso” , etc. Era una ristra de frases que a él todas le sonaban a lo mismo, pelea.

Después de un rato registrando aquella zona, Buri tomo su segundo almuerzo del día, mientras el resto ya toma ha las decisiones oportunas para continuar, él servía para la lucha y no para la estrategia de una emboscada, ni para acercarse de la forma más sigilosa posible a cualquier lugar.

Se dice que para que Buri intente ser sigiloso, ya le pueden prometer muchas cabezas de pielesverdes y aún así tiene que concentrarse completamente en esa tarea.

Una vez puestos en marcha, y viendo que Alaia ya había tomado la decisión de que Buri tenía que ir atrás, (por propias experiencias) éste se resigna y la hace caso. No quería que la muchacha le volviese a poner la soga alrededor del cuello como si de un caballo atado en el abrevadero fuese. Eso ya fue muy humillante, y la única excusa fue que “Buri no sabe contenerse....” como si eso fuera un problema. En el fragor de la batalla no parecía importarle a nadie.

Vuelta a la misión, y visto que Brent se adelantaba con Dalfrid, Buri ya resignado a estar en la retaguardia decidió que su cometido era entretener al grupo, ya que la bardo se había adelantado, y mientras avanzaban se puso a cantar:

Eeeessstee goooobliiin yaaaa noooo tiiiene cabe-za
ya no tiene cabe-za
ya no tiene cabe-za*

Se giró al resto y les dijo:

-¡Vamos! Todos a coro!!

Y en el momento en el que iba a empezar la canción de nuevo de repente recibió un coscorrón de Karel. Una llamada de atención de lo más eficaz, ya que fue suficiente como para que se callase.

Se puso de camino con el resto, absorto en sus pensamientos sobre tortura goblin hasta que vio una escena de lo más gracioso:

“Finn subido a caballito sobre Alaia”.

A lo cual, ante tan terrible y dantesca imagen, soltó una gran carcajada, y casi sin poder controlarse dijo:

- Entiendo poco de animales... jajajajaj!!! -continuaba riéndose y no se le entendía muy bien - de... de... jajajajaja!!!! De carga!!! - dijo al fin - pero... pero... - ya dijo con un tono más sosegado y ya pasándosele la risa - nunca había visto a uno con tanto equipo!!! Y lo que menos me esperaba, que Finn consiguiera engañar a alguien con tanta facilidad. -acto seguido se giró hacia Finn y le preguntó -¿Porqué no te montas en el burro? Ya lleva parte de la carga, un poco más no creo que lo note, ooo.... ¿es que te da miedo? Eh!!! Eh!!!

Y en el momento que Finn dijo la palabra goblins y trampas, se alejó un poco del grupo de retaguardia, lo suficiente para que Alaia no le echase la bronca y avanzaba atento a la búsqueda de posibles emboscadas.

​​​​​​​

Alaia suspiro tratando de concentrarse para acumular toda la paciencia del mundo.

Por supuesto que Finn no le había engañado, pero desde pequeña le habían educado para ser amable con sus mayores, y aunque el mediano podía tener más cara que espalda, claramente lo respetaba, y si le hacía feliz ir a caballo y así poder descansar un poco, pues a ella no le suponía un gran esfuerzo.

Aguantar las puyas de Buri era más pesado que todo eso, y aun así había conseguido un punto casi zen, en el que no veía maldad en todo aquello y solo ganas de divertirse.

-Pues tendrías que ver los animales de carga de algunos “héroes”, esa gente en ocasiones ignora las capacidades máximas y los pobres animales parecen una feria ambulante.

Dijo continuando la broma.

-Tu ni caso al enano, solo está de morros porque no le hemos dejado lanzarse contra las cuevas de los goblins.

Le comento a Finn mientras lo afianzaba a la espalda, en realidad, había llevado toneles de cerveza más pesados que aquel mediano cuando trabajaba en la taberna, y siendo mucho más joven, así que no le suponía una gran molestia.

-Por cierto, si sigues cantando no solo nos van a escuchar a kilómetros a la redonda, los dioses van a enfurecerse y nos van a enviar una riada, y como las cuevas se inunden adiós a matar pieles verdes, tu veras.

Por suerte para Finn Lenguadeplata, su fiel montura Alaia Garagardo le defendió valerosamente quitándole importancia a las palabras de aquel enano demasiado avispado para su propio bien. Por lo que aquel mediano tan solo se limitó a alzar la mirada, mirando al firmamento y dar unos leves golpecitos a Alaia para que trotara.

-Hmm... -Comentó con aires de superioridad- No tengo tiempo para los viandantes.

En cuanto Buri escuchó a Finn pasar del tema y centrarse en lo suyo, pensó: “ Este mediano es un experto observador de nubes y mejor charlatán.” Y acto seguido se le dibujó una sonrisa entre la poblada barba, a la que el resto atribuyó al ingenioso comentario de Finn, pero Buri sabía que era por sus pensamientos.

No le dolieron esas palabras, lo que más le molestó fue que otra criatura, con tan pocas palabras, fuese captar toda la atención de su amiga y que ésta lo dejase un poco de lado... y lo más importante, que Buri había perdido su medio de carga privado favorito.

Decidió que no valía la pena empezar una guerra de pullas, la cuál estaba seguro que iba a perder, al mediano no le llamaban Lengua de plata por nada...

-¡Vah! Quédatela, ya se está volviendo vieja y cada vez puede con menos peso, la última vez no la cargué más de 120 libras y no alcanzó ni las 3 millas. Al final me tocó Llevar parte de la carga... - Dijo burlándose mientras apretaba el ritmo para alejarse un poco de ellos y que no le vieran la cara, en la que se le observaban los ojos vidriosos porque parecía que Alaia le estaba sustituyendo - Yo voy a adelantarme un poco por si las moscas... a parte, estamos cerca y quiero estar preparado para matar.

Sacó su cantimplora llena de su brebaje favorito, cerveza, la cuál había rellenado en la posta de manera furtiva mientras limpiaba y se centró en su tarea. 

“Quizá ya iba siendo hora de que no hiciese tanto caso a Alaia, ya que ella ahora tenía que dividir toda su atención entre dos pequeñajos y dentro de nada podré....

mataaar mataaar,

mataaar mataaaar

y mira que sean,

goblins sin fronteras,

”. - Pensó Buri mientas avanzaba y ya sin hacer caso a lo que le decían por detrás.

Tras descansar a comer y retomar fuerzas, volvéis a poneros en marcha. Brent y Dalfrid, más sigilosos que el resto se adelantan y van explorando el terreno. Mientras tanto en retaguardia, Finn se las apaña para dar un descanso a sus viejos huesos, ya que Alaia le llevará un rato a la espalda. Junto a ellos, el pobre burro y los dos enanos, más ruidosos que el resto. A lo largo de la tarde encontráis cuerpos de goblins y ladrones muertos, y que han sido recientemente desvalijados, posiblemente la pasada noche. También hay huellas de varias carretas que se dirigen a la cada vez más cercana montaña. Y que coincide con lo que sabéis, al menos dos carretas, una con impuestos y otra con prisioneros fueron robadas a los ladrones por los goblins.

Las horas van pasando en una agradable, pero calurosa y cansada tarde de verano. Y ya estáis en las faldas de la montaña, el terreno es rocoso y no se pueden distinguir caminos, siendo muy difícil hasta rastrear huellas. os encontráis muy cansados, unos más que otros, y os tomáis un descanso mientras coméis algo. 

La caída de la noche, hace que Brent y Dalfrid descubran que en la parte media alta de la montaña hay una luz, que parpadea, parece que se trata de una hoguera. Hay un buen trecho hasta la zona donde todos, mejor o peor podéis ver la luz. La noche se os viene encima, y el camino no será fácil, excepto para los enanos, que además de ser buenos en las montañas, ven bien en la oscuridad.

Día 19 de julio, aproximadamente las 22:00 h, noche templada con el cielo claro y estrellado, la luna en cuarto creciente aporta luz, pero el camino no es fácil.

Vuestro turno.

El hecho de ir cabalgando en Alaia permitío a Finn pensar en las opciones que tenían, a fin de cuentas, si no cansaba las piernas cansaría la cabeza y eso fue lo que hizo. Echando un vistazo como la noche se les hacía encima, este esbozó una mueca de desagrado a la par que su bigote se movió cosquilleando la cabeza de Alaia.

-Si encendemos un fuego es probable que nos vean llegar desde lejos y se preparen... aunque tened en cuenta que los Goblins viven en cuevas y mazmorras oscuras, lo que significa que la oscuridad tampoco les molesta... en caso de que nos encontremos con ellos es importante tener fuentes de luz... así que sacad las antorchas y tenedlas preparadas en una mano si hiciera falta; hasta entonces recomendaría que los enanos nos guiaran.

Le supo mal la reacción de Buri, no lo estaba sustituyendo, jamás podría, solo quería ser amable con aquel anciano, pero el pobre… en ocasiones aquel cabeza de chorlito era más sensible de lo que aparentaba, ya hablaría con el cuándo tuvieran ocasión.

Pensó para sí misma mientras negaba con la cabeza. “Si es que se me rifan, aunque solo para utilizarme como mula, no sé cómo tomármelo”

Alaia suspiro. La noche no era para los humanos, por la noche los humanos debían de descansar en sus casas después de haber hecho una larga jornada de trabajo.

Pero la vida de aventurero era así, y una tenía que hacer sacrificios en nombre de la justicia y todas esas cosas.

-Si… no veo tres en un burro sin luz, por muy buena vista que tenga, así que necesitare alguna antorcha cerca si esos bastardos se acercan a fastidiar mi sueño, por mi nos quedaríamos aquí, no me apetece que nos quedemos sin burro por tener prisa, y si esos bastardos tienen ventaja en la noche no tiene sentido avanzar.

Se acercó a su petate para sacar su saco y un odre de vino, dejando clara su postura, aunque faltaba que el resto estuviesen de acuerdo.

El camino fue algo arduo, dado que no había un camino practicable. Aún así, los goblins habían llevado las dos carretas hasta su guarida, montaña arriba. Las huellas nos mostraban el camino y los compañeros que iban adelantados se aseguraban de que no nos encontráramos de frente con algún tipo de problema. Al llegar la noche, casi estábamos en la ladera de la montaña, aunque aún quedaba un trecho. Una luz se veía a lo lejos, sola, indicando que allí había alguien.

-"Bueno, creo que deberíamos descansar y avanzar mañana. No hemos llegado a tiempo a su guarida y de noche no vamos a poder movernos con la facilidad de por el día. Buri y yo vemos bien en la oscuridad, pero los demás no. Eso implica encender anorchas y delatar nuestra posición. Nos verían antes de que llegáramos a su encuentro y eso sería fatal para nosotros. Aquella luz me intriga, dado que los goblins no suelen montar hogueras a la intemperie. Quizá deberíamos montar guardia aquí y descansar, yendo alguien a investigar esa fogata." Comenté al grupo.

Siendo ya noche cerrada, Dalfrid y Brent vieron a lo lejos, en mitad de la montaña, una hoguera. Probablemente, el campamento goblin. Tras regresar e informar a los demás, toca decidir el siguiente paso.

Creo que Alaia y Karel tienen razón, Finn. Puede que tú estés más descansado que los demas. Brent no puede evitar sonreír al pensar en el mago siendo llevado a caballito. Pero no tenemos visión y el fuego solo nos delatará, además de impedirnos utilizar adecuadamente las armas. Deberíamos tratar de descansar aquí y montar guardia por lo que pueda pasar. Quizás sea buena idea que Karel y Buri hagáis guardia en los momentos de mayor oscuridad. Después podemos ir Dalfrid y yo, que será difícil que no escuchemos a los goblins acercarse. Por último, antes del alba, si empieza a haber algo de luz, puede vigilar Finn.

Si esa idea de Brent del Olmo significaba que Finn Lenguadeplata iba a ser el que menos trabajara y más siguiera descansando, era algo que Finn Lenguadeplata iba a aceptar de buena gana. Ser de los primeros en dormir y tan solo hacer la última guardia parecía ser la mejor de las opciones... mucho mejor que trabajar de noche, no tenían un extra de nocturnidad.

-Me parece bien. -Se apresuró a decir- Lamento no haber recogido una de esas tiendas de campaña de los bandidos, me habrían servido bien para no dormir en la intemperie, que los huesos de uno se resienten por el frío y me da infección de orina. -Advirtió el mediano.

Observando la escarpada subida, y viendo que tenía que subir con dos mulas de carga y otro enano, musitó para sus adentros y casi sin pensarlo soltó unas magnificas palabras.

- No se si lo veis, pero por ahí bajan esos dos... yo por mi parte seguiría adelante, esas criaturas no merecen cada minuto de sus vidas. Pero... pensando un poco en el resto, nuestra mula necesita un descanso, y en la oscuridad no ve muy bien -decía mientras tenía la mirada fija en Alaia - y necesitará un poco de ésto. -sacó una cantimplora con agua y se la acercó a la mula - Pensando un poco más en el resto, se ve que Finn ha cogido agujetas de ir ahorcajadas  y necesita descansarlas, y el resto, no sé habrá sido la caminata o algo pero parece que se os ve fatigados.

Una vez dicho esto se puso a buscar un claro por los alrededores donde poder descansar todos juntos.

-Sobre las hogueras, antorchas y demás... yo creo que si tenéis frio siempre os podéis abrazar unos a otros en la noche, si no acabaremos llamando la atención demasiado... y quizás no solo de esos goblins.

​​​​​​​Transcurría el tiempo mientras montaban su campamento con todo lujo de detalles: Tenían abrevadero, donde aparcaban las mulas, camas mullidas de hojarasca y musgo, unas dulces almohadas de tocones y una noche que acompañaba a dormir.

-Las guardias, tal y como decís, yo opino de otra manera, creo que debemos hacer turnos... sí, pero Karel y yo por separado, así los dos primeros turnos siempre veremos bien en la oscuridad, por lo menos por una zona JajaJaja -sugirió Buri como apunte a lo que ya se había ofrecido con anterioridad - Pero bueno... vayamos a lo importante, Brent! Dalfrid!, ¿Habéis visto algo sobre ese fuego que se ve? Eso no tiene pinta de que lo hayan hecho los goblins, y si han sido ellos, están mejorando sus reclamos de caza. Podrían atraer a cualquier transeúnte, capturarlo y... -alguien lo interrumpió en el momento justo en el que se iba a poner a describir una horrible muerte a mano de esos pielesverdes.

Tras volver del rastreo con mi compañero Brent, escuché las palabras de mis compañeros. Lo cierto es que las palabras de Finn eran muy inteligentes. Debíamos tener suficiente luz como para defendernos de una posible emboscada, pues daba igual que los goblins advirtiesen antorchas dada su habilidad para ver en la oscuridad.

Ahora se debatía qué hacer en el comienzo de la noche.

No Buri, no hemos visto nada más que cuerpos desvalijados. Aquella luz en lo alto de la montaña parece ser algún tipo de compamento. ¿Tal vez ese Kukol? Quien sabe... El caso es que yo también comparto la idea del descanso y los turnos, puesto que si seguimos andando reventaremos al burro y... bueno, no quiero cargar con la provisiones montaña arriba. Ahora mismo debemos cuidarle como a uno de nosotros... -recomendé-. Hoy, amigos de aventura, no sacaré el laud, sino que tendré el arco bien a mano.

Y dicho ésto procuré sacar una antorcha, la única que me quedaba.