Partida Rol por web

Tan agradable como siempre, abuelita. -Dijo con una sornisa, mirando a la anciana.- Me gustaría renovar mi armario...Aquí tengo los bocetos... -Sacó una agenda de cuero de los pliegues de su ropa.

El primero lo quiero en blanco con degradados de azul claro y el segundo en un tono amarillo pálido. Oh..y necesito un par de retoques en mi traje de montar...

Hace un par de días, tras montar a caballo, se había roto la pernera del pantalón de montar al tropezarse con una piedra, para "variar".

Hmm..me pensaré eso del rojo carmesí...Ya tengo uno en ese color, pero está algo pasado de moda.

Tras dejarle la agenda a Brândusa y despedirse se dirigió hacia su señor, pero al oír como su vestido se rajaba por detrás emitió un agudo chillido de horror.

¡Grrrrr, Encanna! -Gruñó al mirar de reojo la falda del vestido desgarrada y parte de su ropa interior ahora al descubierto, aunque después comenzó a gimotear apenada por su vestido favorito.

Sus gemidos de tristeza resonaban en el lugar distorsionados, similares a los de una banshee.

Mi prrreecioso vestidito....¡Arrrruinado!

Del tirón que le había dado el clavo en el que se había enganchado se salió de la mesa, haciendo que un hilo que había atado en él saliera disparado hacia el techo.

Ese hilo iba unido a unos engranajes que giraron rápidamente hasta hacer volcar un mugriento cubo sobre Encanna, llenándola del pestilente potaje de la señora Topocho.

En realidad esa broma que había preparado un día antes no era para ella, pero teniendo en cuenta lo que había hecho agradeció mentalmente a los dioses de la suerte que hubieran jugado en su favor.

Brândusa..¿No llevará aguja e hilo para arreglar un poco este destrozo?