Partida Rol por web

     - ¡Como usted diga señor, perdón de antemano Aslak, pero todo por aprender! .... ¡Por el clan Nivelungos y el bien de esta villa! -     Dice con tono ascendente y cada vez más irascible Brunhilda mientras que golpea repetida y rítmicamente su escudo con el palo mientras que sus cabellos pelirrojos se desordenan mientras que pareciera que bailara a su alrededor mientras que la ágil Siggy ataca con fintas y esquivas al escudo del pobre y guapo joven músico, solo entonces y sin dejar de golpear y gritar Brunhilda da un solo paso hacia atrás para tomar vuelo y cargar contra la pareja ensarsada con su escudo por delante y prepara el palo solo para terminar de derribar al chico y a Siggy si se interponía en el camino con su ataque en caso de que el escudo no lo hubiera hecho antes, quedando expuesta a ambos si reaccionaban contra ella, pero tan pronto le fuera posible recuperaría una posición defensiva temporalmente con palo y escudo

Róta aún no sabía muy bien qué hacía allí. Ella apenas sabía defenderse malamente con una daga o cuchillo, nunca la habían adiestrado para el arte de la guerra. La joven torció el gesto y se apoyó de espaldas en un rincón mientras observaba a los demás coger palos y practicar, a sabiendas de que si le tocaba no iba a saber muy bien qué hacer.

Al escuchar las palabras de Aslak, sonrió de medio lado. Sin embargo la sonrisa no le duró mucho al ver el ataque de Siggy y luego ver que le tocaba a la pelirroja. Róta suspiró resignada, rezando porque con aquellos juegos no destrozaran la otra mano del joven skald.

-Me gusta tu ímpetu guerrero, herrera-. Jorlson alabó la actitud de Brunhilda en el ataque. Aunque estuvo a punto de derribar a Aslak, no lo consiguió manteniéndose firme en el último momento. -Ya lo habéis visto. Si entráis en combate es mejor valerse de vuestra mejor baza para vencer al enemigo, que hacer florituras y morir en el intento. Recordadlo, pues Odín no recompensa a los arrogantes-. Jorlson volvió a ponerse al lado de Siggy y Brunhilda, frente a Aslak. 

-Existe un tercer ataque, más preciso, usado sobre todo contra adversarios con armadura. Este ataque debe ser preciso y minucioso pues trata de encontrar un hueco en la armadura enemiga y atravesarla. El pequeño mirlo no tiene armadura, asi que no nos sirve-. Jorlson le indicó que podía volver con los demás.

-Y estoy seguro de que para la siguiente lección-, dijo mirando a Siggy, -conozco a la persona adecuada. Róta, haznos el favor de una demostración. Atraviesa la armadura de Siggy-.​​​​​​​​​

Aslak intentó aguantar los ataques de las dos mujeres pero primero Siggy le engañó y se movió a gran velocidad alcanzándole con un golpe entre los omoplatos sin apenas verlo venir lo que casi le desequilibra. Luego se unió Brunhilda y entre las dos comenzaron a descargar lo que Aslak le parecieron innumerables golpes, los que el muchacho amortiguaba retrocediendo poco a poco sin dejar de cubrirse con el escudo. Nunca sería un gran guerrero por culpa de su mano, pero se notaba que tenía ciertas nociones en batalla.

Sin embargo, la carga de herrera le pilló por sorpresa, ambos escudos chocaron en un fuerte estruendo y el bardo que estaba preparado para recibir un golpe alto de Siggy apenas fue capaz de soportar la carga, trastabilló hacia atrás y apunto estuvo de perder el equilibrio pero una columna fortuita tras él le ayudó a apoyar y cubrirse la espalda y volver a una posición defensiva. 

Escuchar a Jorlson decir que ya no era útil ahí por no llevar armadura le sonó como la más deliciosa nana. - ¡Ya estaba bien! ¡les das unos segundos más y no lo cuento! - Dejó el escudo en su sitio y mientras volvía a su asiento le llamó la atención escuchar el nombre de Róta, ¿No pensaba sacar a ninguno de los chicos? estaba seguro que tanto Erik como Jakob se morían de ganas de demostrar lo que sabían. - Igual solo es un viejo verde. - Pensó para sí y tomó asiento, esperando expectante la actuación de la völva, fuera la que fuera.

Al escuchar su nombre, Róta abrió mucho los ojos, incluso se señaló a sí misma, creyendo haber escuchado mal. Vale que la joven era muy perceptiva, pero Siggy seguía siendo una aprendiz de guerrera, nada que ver con el entrenamiento de la hija de Urd. 

No muy convencida, la aprendiz de völva cogió una de las "armas" que más se asemejaba en peso y tamaño a una daga o cuchillo, para luego intentar atacar a su prima siguiendo las enseñanzas del viejo Jorlson, buscando dar en algún punto que la armadura no la protegiera, fuera el cuello, una axila o uno de los muslos.

-Bien, ya habéis visto que un blanco quieto es fácil, pero en cuanto se defiende cambia la cosa-. A continuación el viejo se apartó indicando a las chicas que volvieran con los demás. -A la hora del combate a distancia, se usan los mismos principios. Jakob, coge tu arco y dispara al poste-.

Jakob estaba atento a todas las indicaciones de Jorlson. Él era una leyenda en la aldea y todo lo que pudiera aprender de él sería un regalo de Odin.

Al oír su nombre, se levantó, cogió una de sus flechas, apuntó al objetivo, tenso el arco y.....

La flecha salió dispara a una velocidad muy superior a lo normal y se quedó clavada un palmo en el tablón... Había sido un tiro excelente. Jakob lo sabía.

Con una sonrisa incipiente queriendo escaparse de sus labios tomó asiento de nuevo y se quedó esperando la reacción del maestro...

-¡Por las verrugas de Urd muchacho!-. Jorlson blasfemó al ver la flecha clavada un palmo en el poste. -Con un tiro así podrías conseguir un oso para cenar-. El viejo se colocó delante de todos, y comenzó a explicar las distintas maniobras y quiebros de un contrataque, una finta y varias técnicas dudosas frente a un enemigo honorable, pero no frente a los francos.

-Y así es como se sale con vida de prácticamente cualquier situación peligrosa-. Concluyó el viejo Jorlson dejando caer el palo que usaba para las explicaciones. -Afortunadamente no hay francos aquí, pero si mucho malnacido proscrito en los bosques. Tened cuidado y que Freya os guíe. Buena caza-.

con esas últimas palabras daba por concluida la lección. Ahora ya érais hombres y mujeres de la aldea, con responsabilidades y deberes. Atrás quedaban los días de juegos y bromas, ahora la aldea os necesitaba.