Partida Rol por web

- Solo digo que espero que no se repita. - Se limitó a responder a Brunhilda con severidad, cuando justo Jakob los mandó callar, con lo que Aslak alzó ambas manos en son de paz y acudió a seguir a aquellos que ya estaban tratando de buscar el rastro del animal herido.

Él prefirió quedarse más atrás, temeroso de que si fuera más adelante pudiera llegar a pisar alguna pista, dejando trabajar a los controlaban más en rastreo.

Las razonables palabras de Jakob bastaron para que ya no se hablara mas del tema, y os centrárais en lo que os acometía, llevar comida a la aldea.

El rastro era fresco, la sangre roja como los rubíes que una vez trajeron los incursores de vuestra aldea desde las tierras del sur, brillantes. Siggy se lanzó enseguida en su persecución convencida de que la flecha había acabado con la presa a pocos metros de distancia, pero Jakob, mas experimentado, la siguió caminando conocedor de lo cabezotas que podían ser los animales.

Pasado un tiempo la hija del Jarl desistió de su intentona y decidió volver con vosotros, que ahora si, caminabais en fila y en silencio. La marcha se alargó mas de lo esperado y la cierva había cogido bastante distancia al principio, saltando terrenos y obstáculos que a vosotros os llevaron mas tiempo, pero el rastro de sangre se acortaba y las pisadas se marcaban cada vez más, claro indicativo de que su andar se hacía lento y pesado.

Pasado el medio día encontrásteis la cierva muerta, con la flecha de Siggy clavada en el abdomen, al pie de un abedul, el cual ya comenzaba a desprender sus doradas hojas en ofrenda a Freya. El charco de sangre apenas era del tamaño de un puño, dada la cantidad de sangre dejada en el camino no era de extrañar, pero suficiente para que lobos u otros animales salvajes lo olieran pronto y decidieran acercarse a por comida fácil.

Tras varias horas de persecución por fin dieron con la cierva.

- Siggy, hay que desmembrarla para poder transportarla hasta la aldea y te corresponde elegir pieza al haber sido tu flecha la que ha dado muerte al animal. Enhorabuena por el disparo, por cierto!!!.

- Alguno de los presentes ha hecho esto alguna vez?. En caso afirmativo, que vengan. En caso negativo, que cojean un buen sitio para poder aprender. Aquí tenemos que saber todos cazar si queremos sobrevivir al invierno.

Dicho esto, Jakob cogió su afilada hacha de mano y se arrodilló junto el charco de sangre esperando la contestación de Siggy...

            - ¡Muy bien hecho Siggy!    ¡Muy bien disparo!     ¡Te mereces la parte que elijas!   Pero si me permiten una recomendación de alguien sin experiencia en esto de la cacería yo recomendaría que cortemos pronto una o dos  ramas largas y un poco gruesas que esté cerca para amarrar al animal a ellas, para que alguien me ayude a cargarla con facilidad de vuelta a la villa pronto, ya que si nosotros dimos con el rastro de sangre de este animal, muy posiblemente no hayamos sido los únicos, así que creo que lo mejor será llevarnos lo rápido al pueblo y ya allá lo desmiembran, aprendemos a hacerlo, así como aprendemos a cazar, recolectar, sembrar o lo que quieran. -      Propone Brunhilda tras haber alcanzado a los que iban adelante en la fila de vikingo, visto al animal muerto, aplaudido emocionada, levantado la mano y esperado a que le dieran oportunidad de hablar con un tono un poco inseguro

- ni se ni tengo herramientas para despedazar este animal.. - Dijo ante la propuesta de Jakob. - Pero echaré... una mano en lo que pueda y puedo cargar con la parte que me toque. - Sentándose próximo a donde se encontraba la presa. 

Al escuchar a Brunhilda asintió. - No es mala idea, somos suficientes para cargar con la pieza entre varios, incluso podríamos turnarnos si uno se cansa. ¿Sabrías atarla, sería más rápido? puedo buscar unas buenas ramas mientras lo preparáis.

La persecución de la cierva había llevado más tiempo del que Siggy hubiera imaginado en un principio. Posiblemente si no hubiera sido por la experiencia de Jakob se hubiera desesperado o incluso desistido antes de alcanzar al animal. Pero el cazador sabía que las heridas en el abdomen eran letales pero mataban lentamente, ha medida que la sangre del animal abandonaba su cuerpo.

Encontrar a la cierva al final de la larga persecución había supuesto todo un alivio para Siggy, como si se hubiera sacado una pesada carga de sus espaldas y así era, pues se sentía en parte responsable de la ausencia de Heidrun y había dado un paso al frente para demostrar que los presentes podían atender a las necesidades de la aldea, aun sin la cazadora.

- Gracias Jakob, pero no lo hubiéramos conseguido sin la ayuda de los dioses, dijo Siggy con voz queda.

Así lo sentía, desde el momento en que había lanzado su flecha con rabia para acertar a la cierva, Siggy tenía la sensación de haber sido poseída por el ansía de la caza. También cuando se había lanzado hacia adelante siguiendo el rastro del animal sin pensar, como si lo hubiera hecho durante toda su vida. 

Se volvió hacia Röta.

- Prima, ha sido como has dicho, hemos alcanzado a la cierva cuando el sol alcanzó también su zenit, dijo señalando al cielo en el que un sol de invierno pugnaba por hacer llegar algo de su calor a los jóvenes cazadores, ¿crees que Skadi se quedaría complacida si le ofrecemos el corazón de la cierva como sacrificio?, ¿podrías hacer... los honores...?

Siggy comprendía el apuro de Jakob por descuartizar el animal en piezas, pero también sabía que un líder debía honrar a los dioses, era importante para que todo el grupo sintiera que tenían su favor, además de ayudar a la confianza y a la unidad que se habían resquebrajado con los acontecimientos de los últimos días.

Sí, así lo haría, renunciaría a reclamar su parte del animal, en cambio harían un sacrificio a la diosa de la caza y del invierno para agradecerle su ayuda.

         - Me parece una excelente idea Siggy darle el corazón del ciervo como ofrenda a Skadi, solo que explico que insista que me parece mejor idea que desmembremos al animal y demos su corazón como ofrenda tras regresar a la villa o siquiera a sus límites -        Brunhilda sonríe tras dejar de escuchar pullas contra ella, lo que hace o dice, pero además le agrada que el Mírlo concuerde está ocasión con ella y recuerda haber aprendido la técnica para hacer amarres para escalar o descender en tuneles de las minas desde hace algunos años, entonces termina por decir:

          - Para evitar convertirnos en presa de bestias u otros cazadores más experimentados atraídos por el olor o los mismos rastros que seguimos para alcanzar al animal  creo que deberíamos continuar ambas tareas de regreso al pueblo, por lo que si están de acuerdo puedo intentar yo o alguien con más experiencia, amarrar las patas del animal al par de ramas más apropiadas entre las que encontramos -     Propone Brunhilda mientras que con las ramas más gruesas y las que encuentra comienza a acomodar y a amarrar una parte del cuervo a la rama

Si te das cuenta tu personaje, aunque hayas hecho la tirada, no ha ido a por las ramas, o no lo has descrito. Y se tarda un tiempo en prepararlas para que estén lisas y no hagan daño a los portadores. Y tienes que dejar que los demás jugadores expliquen que hacen sus personajes. No por postear más puedes hacer más cosas a la vez.

                 Perdón dire pero en el mensaje anterior que hice, al final claramente puse que Brunhilda ya acomodaba las ramas por las que hice la tirada previa para buscarlas:

          Propone Brunhilda mientras que con las ramas más gruesas de las que encuentra comienza a acomodar y a amarrar una parte del cuervo a la rama

Notas de juego:   La tirada de búsqueda era para encontrar ramas del tamaño, forma y grosor convenientes.

Róta no tenía idea de caza, más allá de usar algunas vísceras para rituales.

—Me temo que se escapa a mis conocimientos, Jakob— reconoció con honestidad, acercándose para aprender, hasta que Siggy dijo aquello y la völva ladeó la cabeza —. Podría hacerlo... darle las gracias a Skadi y sacrificar su corazón para que sea benevolente en futuras cacerías con el clan— declaró, aunque como bien planteó la herrera, la presa muerta podría atraer otros depredadores —. Jakob, ¿tú qué crees? Preferiría hacerlo donde cayó la cierva, pues este lugar está vinculado a ella, salvo que me digas que no podemos.

- Eso es precisamente lo que hay que hacer Róta. Descuartizaremos el cuerpo aquí mismo, repartiremos las piezas entre todos y volvemos a la aldea a tiempo para la cena. 

Dicho esto, Jakob ató las patas traseras con su cuerda e hizo un nudo ajustable. Justo a los pies del animal había un árbol con una rama a la altura perfecta para poder colgar el ciervo.

- Ahora necesito ayuda. Este animal pesará más de 100 kilos y tenemos  que colgarlo de esta rama para proceder. Tirad todos de la cuerda y yo amarro la cuerda al tronco cuando esté a la altura correcta.

De inmediato, los miembros de la expedición se pusieron manos a la obra.

Tras un par de minutos, el ciervo ya estaba colgado boca abajo y fuertemente sujeto al árbol.

- Siggy, conmigo. Tienes que sacar el corazón y entregárselo a Rota. Yo te abriré el camino. No te preocupes que sólo vas a tener que cogerlo.

- El resto, mirad y tomad nota de cómo se hace esto. 

- Brunhilda, tenemos que tener al menos a alguien que vigile si viene alguien atraído por el olor de sangre y visceras. No quiero que nos pille a todos desprevenidos y nos ataquen sin poder ofrecer resistencia.

Jakob cogió su cuchillo de caza, ese con que tantas veces había hecho este proceso, y realizó una incisión en la parte inferior del vientre, desde la espalda horizontalmente hasta el frente. Una vez cortada la zona de la caja torácica, abrió el estómago y sacó todas las tripas y vísceras dejando a la vista el corazón.

- Siggy, todo tuyo....

Siguiendo las indicaciones de Jakob el grupo colaboró para subir la cierva al árbol y poder proceder a limpiar y despiezar al animal. Cuando Jakob abrió el vientre y retiró las tripas del animal rápidamente y el fuerte olor acre inundó el aire, las moscas comenzaron a acudir al llamado. La muerte ayudaba a fortalecer y engendrar nueva vida.

Siggy avanzó con el cuchillo en la mano hacia la carcasa del animal, realizando con el agudo filo un par de pequeñas incisiones para separar el órgano de la membrana torácica y de las arterias que lo sujetaban al animal. Retiró entonces el corazón todavía tibio con ambas manos, sintiendo el peso y la dureza del músculo, mientras lo elevaba por encima de su cabeza para que todos pudieran verlo.

Después se acercó a Röta para entregarle el sangrante órgano, intentando mantener la solemnidad del momento.

- Agradezcamos a los dioses por habernos sido propicios... 

El proceso de atado del animal, colgado y vaciado os llevó un buen rato. El olor de la sangre se mezclaba con el aroma de los pinos, aún calientes del verano, que resudaban sabia a través de la corteza. Heces y vísceras cayeron al suelo amortiguados por algunas de las hojas caídas del abedul, donde colgasteis al animal. En cuanto Jakob cortó la tráquea y los pulmones cayeron al suelo, pudo verse el corazón, casi latente del animal, esperando ser cortado para su sacrificio.

Siggy tenía preparado el cuchillo en la mano, su vista estaba fija en la ofrenda y sabía que esto podía ser importante, algo que les uniera a todos y creara vínculos cercanos. Su mano se acercó firme y decidida sujetando el órgano, separándolo de su lugar original ofreciéndoselo a la mujer sagrada.

 - Agradezcamos a los dioses por habernos sido propicios... 

El inesperado aleteo de un cuervo junto a sus graznidos hizo que os sobresaltarais. El animal se posó en una rama alta, observándoos desde allí arriba, sin duda evaluando el festín que suponen las vísceras calientes de la cierva. Como el cuerno que suena anunciando la llegada de algo inusual, se oyó, a lo lejos, el triste aullido de un lobo solitario. 

Un canto emergió de las profundidades del bosque. La voz de una mujer entonaba suave y melancólicamente una dulce canción. Una canción que todos conocíais bien, pues vuestras madres y las madres de vuestras madres os la habían cantado a todos durante vuestra infancia. Una canción de cuna, suave pero al mismo tiempo melancólica y desgarradora que se aferraba a vuestro corazón, paralizándoos, transportándoos hasta los momentos previos a los recuerdos más antiguos, cuando el calor del hogar por la noche y el murmullo de las voces conocidas, amables, os hacía sentir seguros y felices. Nunca habíais oído cantar con tanta delicadeza y amor.

El viento gélido del invierno se aventuró a recorrer el bosque agitando sus ramas y hojas, como acompañando a aquella voz femenina que cantaba con tanta pasión. Un escalofrío os recorrió la piel a la vez que os recordaba que aquello era el norte, una tierra salvaje e indomable, y las nieves no tardarían en llegar. 

El canto no se oía lejos, pero tendríais que adentraros aún más en el bosque.  

El cuervo seguía mirándoos desde la altura, arrogante, esperando su oportunidad de lanzarse hacia la carroña para comenzar el festín... cuando su cabeza se giró y un ojo lechoso como la nieve te miró a ti, atravesándote. Sentiste como si un puñal se clavara en tu estómago, y supiste enseguida que el canto de mujer no era una canción inocente de cuna, sino un lamento.

Con el aprobado de Jakob, Róta ayudó con lo solicitado por el arquero hasta que Siggy le entregó el corazón. La völva tendió sus manos para aceptarlo con solemnidad cuando escuchó el sonido del cuervo, luego el aullido y finalmente la canción de cuna. 

Róta se dobló cuando el córvido la miró, sujetándose el vientre de dolor. Jadeó ante la desagradable sensación y miró a sus compañeros.

—Creo... que no deberíamos hacerlo— consideró Róta, aún con la respiración agitada, ya que el cuervo había aparecido en el mismo instante en el que Siggy le ofreciera el corazón, pero además aún sentía la hiriente sensación en su vientre —. Aunque el sacrificio correspondería a Skaði, este reclamo es sin duda inusual... un lamento, no una inocente canción para acunar a los infantes— añadió mirando hacia el bosque. Decidió envolver con unas pieles el corazón y guardarlo por si eso servía para apaciguar a lo que habitaba en el corazón del bosque.

Jakob se quedó paralizado al escuchar la nana... Era su madre?.

Por todos los Dioses que diría que sí....

- Róta, aquí no te puedo ser de ayuda. Carezco de los conocimientos necesarios para ello. Lo que sí voy a hacer es continuar con el despiece y a continuación buscar la fuente de ese canto....

Sin dar más explicaciones, desolló al animal dejando la piel colgada de la rama. Esa piel serviría de atuendo para el invierno.

Cambió de arma por su hacha y cuando tuvo ya separados los cuartos traseros, cuartos delanteros, costillas, solomillos, y por último, los lomos, lo dejó todo en montoncitos al pie del árbol. La tarea había resultado ardua y costosa y estaba sudando por todos los poros de su piel.

-  Ya lo tenemos. Listo para cargarlos y trasportarlos a la aldea. Somos 6 y hay 5 montones. Si me lo permitís, iré yo en cabeza sin carga y con el arco preparado por si viene algún problema. Ahora lo que hay que decidir es si volver a la aldea o intentar encontrar la persona que entonó la nana. 

- Yo voto adentrarnos en el bosque en busca de la mujer. ¿Y vosotros?.

No recuerdas nada que se le parezca de ninguna de las leyendas o canciones que has escuchado hasta ahora.