Tassabra frunció sus labios en una fina línea cuando Getwright criticó la pronunciabilidad de los apellidos de Jorunnarstadir, pues ella había nacido y pasado buena parte de su infancia allí. No se molestó en contestarle, empero, dado que resultaba obvio que cualquier idioma resultaba difícilmente pronunciable para alguien que no lo había estudiado.
—Nada más —dijo echándole un ceño a Ekarion, cuando este hizo hincapié en su título nobiliario—. Tenemos dos cauces de investigación claros que seguir: Evelliana Springwater y Everik Feingnángr.
Se detuvo unos instantes para pronunciar a la perfección el apellido del magistrado, evidenciando que era nativa.
—Haga esa lista de invitados, Señor Getwright, y envíela al cuartel a la atención de Tassabra Borvaldur. Le visitaremos, si necesitamos algo más de usted. Gracias por su colaboración con los Cazadores Imperiales —dijo, dedicando una elocuente mirada al abogado antes de volverla al artista—. Buenas noches.
Parecía que a alguien no le había quedado claro cuáles iban a ser los pasos a seguir por parte de los intrépidos cazadores imperiales. Era como si en una buena historia, el narrador no se hubiera enterado de las intenciones de los protagonistas de su propia historia. No obstante, eso era algo que Ruru iba a solucionar valga la terrible redundancia.
- Iremos a ver a Evelliana Springwater. - Dijo el enano - ¡Si, eso haremos! - Repitió por si aún no había quedado claro.
Getwright confirmó que la persona del cuadro era lady Evelliana Springwater, ¿quién sino iba a ser la pintora más famosa de Akraleuka? Indignado, el aristócrata abandonó su propio despacho, seguido del abogado, dejando plantados a todos los presentes.