Una confortable estancia decorada con cortinas blancas y alfombras se abre ante tí. Sobre las paredes hay estanterías de madera talladas, las cuales contienen todo tipo de libros, pergaminos, frascos de pociones, instrumentos de alquimia y objetos similares. A cada lado de la habitación hay dos camas cubiertas con pieles de oso. Dos antorchas y algunos candelabros esparcidos por la sala iluminan la estancia. Al fondo hay una enorme mesa de caoba llena de libros y objetos de alquimia.
Sobre un trípode de madera cuelga un tapiz que revela un esquema dibujado en tinta de diversas partes de la anatomía humana y anatomía de los caballos. En la esquina más alejada, junto a la ventana, hay enganchado de unas cadenas un esqueleto que cuelga del techo.
Un hombre alto con tunica roja, moreno y de semblante serio se acerca a ti. - Bienvenido, soy Alanos, sacerdote de curación de Farar, yo curare tus heridas - dijo este, para después continuar.
- Actualmente, la Fortaleza de Farar se encuentra en una situación difícil. Una terrible tribu de trolls ha atacado a algunos soldados a lo largo del Paso Montañoso. Los bandidos campan a sus anchas y asaltan ferozmente las caravanas de comercio que se dirigen a Tiras Lin y a Núbelon. Farar sabe que los bandidos tienen diversos enclaves en cuevas por las faldas de Las Montañas del Troll pero su localización exacta es difícil de determinar puesto que falta personal y recursos. Casi todos los soldados han sido destinados a Tálynton para luchar contra la invasión de Shardar, el Poderoso - habla Alanos mientras cura tus heridas.
Alanos ¿podrias decirme si cabe la posivilidad de que los Trolls y los bandidos sean complices?
- Lo dudo mucho, los troll no se llevan bien con los humanos, pero en todo caso no descartaría la idea - seguidamente hace una breve pausa - Bueno ya estas curado ahora corre a reunirte con tus compañero en el gran salón, que os lo paseis bien - dice este levantando la mano en señal de despedida.
Hasta luego Alanos,y muchas gracias por curar mis heridas.