Partida Rol por web

El detective privado llegó hasta la oficina del sheriff local con la esperanza de hallar alguna notícia sobre la desaparecida Robyn Adler, quien se había arriesgado de sobremanera saliendo de noche sola y en búsca de la vieja mansión Fitzgerald, empecinada en obtener alguna información sobre la misma en vistas del misterio que rodea la desaparición de su actual dueño.

Cuando entró en la oficina vió que esta era realmente pequeña, y parecía más una garita que otra cosa. Junto a un despacho que hacía las veces de recepción había una celda que en estos momentos estaba vacía. Colgado de la pared un rifle junto a varios montones de documentos y un sombrero de vaquero. En la mesa un hombre de unos 40 años, de rostro serio y con una cicatriz en la mejilla escribía en una maquina de escribir. La estrella de cinco puntas dorada y brillante de su pecho lo identificaba claramente como el sherif. En su cintura llevaba un revolver enfundado.

Cuando el detective entró tras su último cigarrillo se quitó el sombrero y el sheriff, que según la placa se llamaba Withford, alzó una mirada fría y desconfiada hacia él. - Eres ese detective que han contratado los Dodge, ¿verdad? Imaginé que tarde o temprano vendrías a fisgonear por aquí  - dijo con perspicacía y un tono seco que no daba lugar a dudas acerca del carácter desconfiado del sheriff local.

Vaya vaya, y aquí tenemos al macho alfa de la comunidad. Seguro que ha visto muchas películas de Cowboys y debe ser el típico que nos llama “huele braguetas”.

Quitándose el sombrero responde, Buenos días Sheriff Withford. Si, soy el detective que han contratado para buscar al señor Cornthwaite. Quería hacerle alguna pregunta sobre el caso, a ver si así nos podríamos ayudar mutuamente para resolver la investigación. Seguro que todo el pueblo estará contento si conseguimos encontrar a tal ilustre conciudadano. Le dedica una sonrisa.

Según me informaron, usted estuvo en la mansión buscando. Me gustaría saber si encontró algo fuera de lo normal, algún detalle, por nimio que fuera que me pueda dar una pista antes de dirigirme allí. Según tengo entendido, es usted muy bueno haciendo su trabajo.

Parece un hombre reacio a colaborar a primera vista, quizá con amables palabras y un poco de peloteo, le saque algo más.

Mike no quería darle la impresión de que hacia mal su trabajo, al revés, hacerle ver que su ayuda era importante.

El sheriff mantuvo la mirada al detective durante unos instantes que se hicieron eternos después de que este mencionara su investigación acerca de la desaparición de Arthur Cornthwaite y acerca de que se encontró en la mansión. 

- No sé que espera encontrar en esa mansión maldita... - contestó de forma hosca y resentida. - pero le diré que cuando la inspeccioné era evidente que ese Arthur Cornthwaite del que todo el mundo habla no estaba allí. No había ningún indicio de violencia ni de secuestro violento. - dijo levantandose de la mesa, hecho que permitió al detective ver el revolver que llevaba enfundado en su cinturon. - Nada, no había nada. - concluyó rodeando su mesa de despacho y apoyándose con los brazos cruzados en ella mientras no cesaba de mirar al detective. - Además despidió a todo el servicio de su hacienda una semana antes. Resulta evidente que tenía previsto irse durante una temporada. Tiene dinero como para permitirselo y no necesita el consentimiento de su abogado para hacerlo. -

- Y eso es todo cuanto le diré, señor O'Donell. Todo este asunto es rídiculo...-dijo negando con la cabeza. A juzgar por su tono hosco estaba claro que al sheriff Withford no le gustaba Arthur Cornthwaite ni la mansión, como tampoco le despertaban simpatía los forasteros como el detective irlandés.

Gracias por si información, Sheriff. Viendo su reacción, dudaba que le fuera a decir nada más. Estaba tentado por preguntarle sobre la señorita Adler, pero supuso, que de saber algo, se lo hubiera dicho nada más entrar. Además, sus compañeros le habían dicho que mejor que no le dijera nada aun sobre la señorita. Así que no dijo nada.

Pero antes de salir, le pregunto una última cosa, había un comentario que había dicho que le picaba la curiosidad. Antes de irme, tendría una última pregunta para usted Sheriff. Porqué se refiere a la mansión como “maldita”? Según he leído en la hemeroteca, ya ha habido algunos casos anteriores de matanzas en la casa y desapariciones. Todos los habitantes de la mansión han tenido la misma suerte? Sabe cuanto tiempo lleva en pie la mansión?

Cuando el detective irlandés insistió en el asunto de la mansión haciendo hincapié en porque el sheriff la había catalogado como maldita, Withford se limitó a mirarle con el ceño fruncido y una dureza que sugería que empezaba a enfadarse.

- Marchese - se limitó a contestar mientras se volvía a sentar en su mesa de trabajo, dispuesto a seguir con su máquina de escribir.

Esta bien. Volviéndose a poner el sombrero, buenos días. Sale por la puerta.