Sullivan llegó a la plaza justo para la hora señalada. En uno de los bancos ve a un hombre de mediana edad sentado con expresión seria. De acuerdo con la descripción de Louis, este hombre sería el mencionado millonario. La plaza está bastante vacía debido al viento que corre y el hombre escruta a su alrededor, como esperando a alguien.
Deambulando por las calles y las plazas vacías de un Dublin sombrío el Padre Sullivan también se encontraba en su propio periplo de callejuelas en sus pensamientos, dudas, planes, ideas y locuras propias de alguien que ya había vivido demasiado para conocer las cicatrices y heridas de la ciudad; el dinero, la ponzoña del alma y del cuerpo y el iba a conseguir envenenarse hasta volver su piel morada con el dulce verde.
Alzando la vista por encima de su sombrero, encontró al objetivo, cual animal salvaje encontrando a la que iba a ser una presa, el oso de Dublin había encontrado a su propio conejo blanco al cual poder hincar el diente y desgarrar con sus garras hasta convertir aquel nevado pelaje en un rojo carmesí. Pero no había que precipitarse y él bien lo sabía. Hasta en el más delicioso panal las abejas estaban custodiando la dulce miel. Por lo que, con paso firme y aparentemente confiado, el Padre Sullivan se acercó al hombre y se sentó en el mismo banco que él.
-Hijo mio -Dijo con un tono cariñoso y casi fraternal- te ves angustiado, ¿Qué tribulaciones pasan por tu mente?. No se me escapa nadie que parezca sumido en un pozo de tristeza, melancolía y desesperación. Deja que el Padre Sullivan consuele tu alma y te ayude con lo que te está amargando el el paladar...
El hombre en el banco lo miró de reojo con cierto desagrado. Se tomó unos segundos antes de contestar. -No necesito la ayuda de Dios, caballero. -responde secamente. -Tengo problemas en el mundo real y necesito la ayuda de una persona real. Tengo una cita y no quisiera que su presencia alejara a la persona con la que debo encontrarme. De modo que, excepto que usted tenga poderes divinos para encontrar gente, le agradecería que se retirara.
-La persona con la que debe encontrarse soy yo. Hijo mío. -Con una amplia sonrisa, el Padre responde, girando levemente su cabeza para mirar a su contertulio- El joven Louis no asistirá a esta reunión. Por el contrario yo estoy aquí, dispuesto a ofrecerle mis servicios. ¿Alguien ha perdido el camino y el rumbo?.
El viejo mira a Sullivan de frente esta vez, como si sus palabras lo hubieran hecho verlo de un modo muy diferente. Despues de unos buenos segundos de silencio, el viejo comenzó a hablar. -Pues bien. No veo porqué no. Despues de todo, situaciones desesperadas...
Sin terminar la frase, el hombre se levanta de su asiento y agrega -La iíndole de mi problema hace que prefiera hablarlo más en privado. ¿me permite invitarlo un café?
Sin perder ni un solo momento, y mucho menos la oportunidad de conseguir un café gratis, el Padre Sullivan se levanta del Banco y se para al lado de aquel hombre misterioso que en verdad parecía desesperado por encontrar una solución a los problemas que e azotaban.
-Por supuesto, -sonrió el Padre- toda charla amena junto a un buen refrigerio, mejora la velada.
Y con estas palabras, el Padre Sullivan estuvo dispuesto a seguir al hombre a donde sea que haya decidido invitarle a tomar un delicioso café irlandés. Pues y aunque fuera cierto que aún no eran horas para tomar alcohol, seguía siendo un café
El hombre guía al Padre Sullivan a un café cercano. Se sientan cerca de una de las ventanas, en las mesas más alejadas de las demás. Cuando la camarera aparece, el hombre pide un café negro e indica a Sullivan que ordene lo que quiera. Una vez que la muchacha se hubo alejado después de traer la orden, parecía haber llegado el momento de las explicaciones.
-Primero que nada me presentaré. Soy Arthur Mason.
El nombre de Arthur Mason era lo suficientemente conocido como para que Sullivan lo reconociera aún sin tener relación directa con el mundo de las inversiones y los negocios. El mítico empresario era tan adinerado como misterioso. Si bien mucha gente sabía de él, ni siquiera sus más estrechos colaboradores lo habían visto jamás. El hecho de que apareciera y se presentara tan abiertamente no hacía menos que sugerir que el viejo tenía asuntos serios que tratar.
Sullivan no se impresionó en absoluto que aquel hombre fuera el Sr. Mason. A fin de cuentas, la errática y excéntrica forma de actuar de aquel hombre que ofrecía cafés a todo aquel que se sentara a su lado y trataba de contratar a ex-delincuentes conversos, no era una persona "normal" que uno se podría encontrar en el día a día, sino que tenía que ser un Millonario y a partir de ahí la lista de Ricos Excéntricos Locales la encabezaba ese hombre, el Sr. Mason.
-Me lo imaginaba más alto -dijo en broma el Padre Sullivan- Yo soy el Padre Sullivan Frazier, pero puede llamarme Sully.
Acto seguido dio un leve sorbo a su café irlandés, manchando levemente de nata su barba -ahora más- blanca.
Mason esbozó una sonrisa ante la respuesta de Sully. -Un gusto, Padre Sully.
-Usted quería saber qué mal me aqueja. Se trata de mi primo, William Mason. Hace algunas semanas, tuvo un intento de secuestro y sufrió algunos golpes en la cabeza. Afortunadamente se evitó una tragedia, pero su cerebro aún está en proceso de recuperación y tiene mareos y confusiones frecuentes. Hace 4 días, decidió salir a caminar y de algún modo se escabulló de los escoltas que puse para que lo cuidaran. No ha vuelto desde entonces. Oh, mi pobre primo... Temo por él.
Lo que cualquier persona me diría es que primero que habría que ir a la policía en estos casos. Sin embargo, debido a la gran oportunidad que es esta para cualquier secuestrador, quisiera divulgar la información lo más discretamente posible. Algunos de mis agentes lo están buscando, pero no han rendido frutos. Quizás un cambio de perspectiva sea lo más apropiado.
Sullivan se acicaló la barba lentamente mientras escuchaba aquella breve historia por parte del Sr. Mason; a fin de cuentas, parecía realmente un problema bastante serio y tenía que solventarse cuanto antes para evitar males mayores, tales como un verdadero secuestro, un accidente o que el joven termine metiéndose en algún que otro lío aún peor que el anterior.
-Bueno, si su primo no tiene un rostro muy conocido por el público en general, quizás podamos organizar unas partidas de búsqueda desde la congregación diciendo que se perdió una persona con un nombre y apellido falso. A fin de cuentas, cuantos más ojos mejor... Aunque...
Detuvo su idea para saborear el café irlandés antes de seguir continuando con la exposición de lo que tenía en la cabeza.
-Supongo que esa no es una opción... pues pese a no tener que tratar directamente con la policía, la voz se correría de que hay alguien desaparecido y no tardaría en llegar a oídos de alguien que supiera que esa persona no es quien decimos que es...
Detuvo nuevamente la exposición de sus ideas para saborear otra vez el café irlandés antes de seguir explicando lo que se encontraba ahora misma azotando su mente, cual violento mar sobre las rocas.
-¿Hace cuanto tiempo está desaparecido? ¿Tiene dinero? ¿Dónde se perdió?. ¿Qué edad tiene?. Quizás con unos mapas de la zona, podemos tratar de saber exactamente por donde ha ido, o al menos por donde pudo ir... ¿Es Zurdo o Diestro?.
Sullivan no era un experto a la hora de encontrar gente, pero sí tenía una ligera noción de a donde se dirigía la gente cuando se movía de un lugar a otro, y más aún cuando esta se encontraba desorientada y perdida, a fin de cuentas, en su trabajo había visto a más de uno así.
-Si no tiene dinero y está tan desorientado como dices, no usará transporte público y mucho menos auto-Stop. Y dado que fue una caminata normal, no creo que haya ido a más de 5Km/h, unos 1,40 metros por segundo; si sabemos el tiempo que ha pasado desde entonces y la zona donde se perdió, podemos trazar un área posible para encontrarlo, siempre y cuando se haya perdido hace como mucho 3 días...
-Por otro lado, si sabemos los relieves de la zona donde este se perdió, suponiendo que no fuera en la "gran ciudad", podremos buscar las rutas de "cuesta abajo" o "siguiendo las corrientes de los ríos", que son las rutas en la que al gente perdida y desorientada suele seguir (son las que menos resistencia le ofrecen).
-Si hubiera pasado una o dos noches, habría que buscar zonas de cobijo para poder dormir, descansar y demás, lo mismo pasa si ha llovido recientemente, pues pese a estar desorientados, no quita que no puedan tener lucidez por instinto...
Y con esto dicho, se termina el café.
-¿Empezamos?.
El Sr. Mason esboza una leve sonrisa ante toda la exposición del Padre Sully. -Veo que la suerte me ha traído una persona avezada para el caso. Primero que nada, no se trata de un jovencito. Tiene casi mi misma edad. No ha de llevar mucho dinero encima. Está acostumbrado a manejarse con deudas o a que yo solvente sus necesidades.
Hay algo más...Sus episodios de desorientación tienen una clara lucidez. Tengo motivos para creer que quizás se dirigiera a alguno de los lugares que frecuentara en su juventud.
Lamentablemente no podré unirme en su búsqueda debido a que me avocaré a ayudar a sus custodios a investigar por otros lados.
Los otros dos lugares por donde recomendaría empezar a buscar son la escuela donde él estudió en su juventud, el colegio Saint Clemens, y la universidad donde pasó los años posteriores, la Universidad estatal Sacred Heart.
Si necesita contactarme, puede llamar a este número. -dice Mason pasandole una tarjeta al Padre Sully. El hombre se levanta y deposita dinero sobre la mesa para cubrir los cafés. Mientras se disponía a ponerse el abrigo, agregó -Ah, una cosa más. Pedí ayuda también a un amigo de la familia. Su nombre es Kyle Woolf. Quizás consigan mejores resultados si trabajan en equipo. Ahora, si me disculpa, debo retirarme. Gracias una vez más, Padre Sully. Le garantizo que sus esfuerzos no serán infructuosos.
Sullivan asintió con la cabeza, al menos tenían una mínima idea de donde poder encontrarlo y no solo estaba el en la búsqueda de aquel hombre. Por lo que la posibilidad de encontrarlo se incrementaba. Pero aún quedaba lo duro del trabajo, véase, encontrarlo y traerlo a la seguridad.
-No tema por la seguridad, le aseguro que lo encontraré... al igual que usted supongo que se asegurará de que la Iglesia reciba una ayuda económica para los malos tiempos que está pasando... ¿Verdad?. -Con unos ojos brillantes el padre Sullivan asalta al Sr. Mason con una pedida de recompensa por sus servicios y discrección-. No se preocupe, puede enviarmelo a mi y yo me encargo del resto...
Con el café terminado, el Padre se levantó y saludó con la cabeza al Sr. Mason, brindándole una amplia sonrisa.
-Bueno, he de ponerme en marcha... pero antes... ¿Una fotografía de el?.
Siento la tardanza por postear, la VR me atacó violentamente y como Master de una partida tenía (con tiempos fijos) tenía que apresurarme en actualizar y presentar el desenlace de la historia de los Millonarios.
-Alabado sea el señor-dice Mason estrechando la mano de Sully. En los ojos del viejo y en su sonrisa podía verse que sospechaba el tipo de persona que Sully realmente era, o al menos que no era sólo un simple párroco.
-Lamentablemente la única foto que traía conmigo la tiene su otro colaborador, Kyle Woolf. Le daré también su número de teléfono para que pueda ponerse en contacto con él. Muchas gracias, Padre Sully. -dijo Mason antes de retirarse definitivamente.
No pasa nada. Últimamente también estoy medio atareado.
Con ya una línea de búsqueda clara, el Padre Sullivan decide poner de una vez por todas la búsqueda de ese hombre desaparecido. Saliendo del café en el que se encontraban revisó a ambos lados de la calle mientras pensaba qué dirección tomar, si el del colegio o si la de la universidad. No tardaría mucho en decidirse. El Colegio sería su primer objetivo.
Con un paso firme, se encaminó por las húmedas calles de Dublín hacia lo que sería su destino.