Partida Rol por web

La verdad es que el resto del viaje, fue corto. Dos dias mas. Aquellos shamjim, eran rapidos. Poco más hizo en el viaje, hablar un poco con la elfa samurai, hablar mucho con Yui, poniendole al dia de cosas que faltaran de contar, y tambien algo con Scire, incluso lo intento con el elfo. El resto del viaje, entrenó ¿Como? Intento primero hacer algo de ejercicio fisico, estiramientos y algo de ejercicio para ganar fondo y resistencia, luego hacía algunas practicas de Ki, intentando acumularlo y de manera controlada, usarlo. Para terminar, meditación. Aquella última parte, parecía que algo habia mejorado. A veces, miraba a la elfa samurai, que hacia, como lo hacia... observar y más tarde imitar, no era mal ejercicio.

Cuando hubieron llegado a la ciudad, hacia un calor importante. No habia pasado 5 minutos alli, y ya se habia pasado la manga varias veces, para quitarse el sudor que le perleaba por la frente.  Triste consuelo, todos estaban padeciendo lo mismo. EL chico se habia criado en un clima mas amable, de temperaturas suaves y frescas. Alli, no estaba comodo.

-Yui, me gustaria que me acompañaras a ver a esa adivina, podria darnos respuestas... a nuestras dudas y a nuestros problemas... emmm Elenaide-dono, si pudierais coger algunas prendas para el desierto, seria de mucha utilidad.

Y quizas, podrían estar un poco solos, que durante el viaje, la intimidad había escaseado.

Eliddor desciende de la embarcacion y dice:

- Yo ire a mirar como es la ciudad, nos veremos aqui despues y sin dudar podremos llegar al templo con gran velocidad, ahora si me disculpan ire a investigar un poco en la ciudad sobre algunos asuntos que solo me atañen a mi persona

Dice esto y se encamina a la ciudad sin mirar hacia atras

Cuando al final llegamos, ordeno al cadáver hacer guardia junto a la embarcación, siguiendo los consejos de Yui. Y nada más lo hago, me encuentro con que, de nuevo, tendremos algo de tiempo libre. ¡Excelente! Hora de explorar la ciudad. Quizás encuentre algo de utilidad, nunca se sabe, aunque he de decir que este calor y esta arena flotante no son de mi agrado en absoluto.

-Bien, pues al anochecer nos encontraremos aquí entonces...voy a dejarme llevar por las calles...quizás busque a la adivina si tengo tiempo...-aunque nunca he creído que el destino esté prefijado, pero ¿quién sabe? Dicho esto, comienzo a andar enérgicamente hacia los callejones de la ciudad.

Encontrar a la adivina es sencillo, por lo que escuchan la mujer es bastante conocida, en los lugares que preguntan dentro de la ciudad, lamciudad esta muy animada y hay mucha gente lomque hace que haga bastante calor, la ciudad no esta muy limpia pero tampoco se nada en la inmundicia, los habitantes van de un lado a otro, algunos totalmente tapados mientras que otros apenas llevan ropas, puede verse que se mezclan personas ckn lujosos ropajes con esclavos los cuales parecen ser habituales. 

Tras un rato la pareja llega a una calle no demasiado ancha, una casa que en lugar de puerta tirnr una cortina semitransparente que ondea al viento, segun les dicen esa es la casa de la adivina. Cuando entran pueden notar un fuerte olor a incienso, una mesa baja y que alrededor tienr cojines para sentarse, un par de basos con te caliente estan puestos en la mesa frente a una mujer, esta al verles dice 

-Debeis ser katsu y yui, os estaba esperando 

La ciudad esta muy animada y hay mucha gente lo que hace que haga bastante calor, la ciudad no esta muy limpia pero tampoco se nada en la inmundicia, los habitantes van de un lado a otro, algunos totalmente tapados mientras que otros apenas llevan ropas, puede verse que se mezclan personas con lujosos ropajes con esclavos los cuales parecen ser habituales. 

La ciudad sin duda esta llena de comerciantes y de gentes, la cultura se ve que es mucho menos abierta que la de los Shanjim y apenas hay magos y no se usa la magia por las calles. Por lo que escucha por las calles la adivina es bastante buena y acierta todo, algunos dicen que pide unos pagos muy extraños. Sycnus puede ver como la ciudad cuenta con una biblioteca no demasiado grande pero que todo el mundo puede visitar, el palacio real, que las chicas jovenes hablan con admiracion de algo llamado la guardia de doncellas, tambien parece que los reyes a los que llaman faraones son bastante respetados en especial por los mas ancianos.

El chico no se esperaba eso, la ciudad es decir. Tenían algo de tiempo, antes de partir por la noche. Yui estaba de buen humor, y cuando ella estaba de buen humor, el estaba de buen humor. Pero aun sabiendo que se querian le costaba mucho dar pasos, su mayor osadia era pedirle la mano a la chica y caminar juntos asi. En privado, si que le hacia alguna caricia o beso. La tenía en mucha estima, pero desde su recuentro, era habitual que le dejara un poco mas de hueco. Mientras iban hacia ver la adivina, tuvo las agallas de decirle a la chica:

-Yui, ya sabes que te quiero, pero cada día estás más hermosa...

Sabiendo que habia recuperado sus memorias, el chico queria tener algun detalle con ella, si les sobraba algo de tiempo, irian de compras despues de la adivina. Y cuando llegaron al sitio de la advina, pues el sitio eran acogedor pero extraño. No se acostumbraba a Drasenloft y el calor no ayudaba.  Y el detalle del te verde, era su preferido. No podia dejar la invitacion suelta y sabia sus nombres... ¿realmente era una adivina? El se sento, y se espero que Yui hiciera lo mismo que el. Comenzaría el por hablar:

-Saludos, creo que sois la Adivina... nos han dicho que nos podriais ayudar, que teneis respuestas para muchas preguntas... pero antes de formularlas ¿que pago tendriamos que hacer?

El chico estaba preocupado por este tema... ya debia muchas cosas a mucha gente y muchas cosas que hacer...

Miré las puertas largo rato, tenía miedo que aquellos guardias echaran a perder mi objetivo estando tan cerca de él. Sin embargo no tenía demasiadas opciones.

Hastiado, desenfudé de nuevo la espada negra y la cubrí con la tela que la había tapado casi todo el viaje hasta ahora. Me encinté la espada corta que era algo más discreta y me dirigí hacia la puerta.

Esperaba pasar desapercibido, pero si me paraban ya tenía una excusa preparada: diría que era un guardia de caravanas que había quedado en verse con un mercader en la ciudad, si hacían más preguntas diría que era con August, esperaba que no fuese conocido o suficientemente conocido para que sonara verosímil, tanto daba.

Scire respiró profundo al bajar. No le había mareado el viaje, pero el aire fresco del océano de repente fue suplantado por el abrasador clima de tierra, y sentía que le costaba acostumbrarse al cambio brusco. Se frotó un poco la cara, escuchando lo que se decía, y preguntó:

-¿Y que clase de pagos entonces pide? No sería buena idea ir sin poder retribuir el precio -No es que le entusiasmara extremamente la idea, pero algo había que hacer hasta que partieran.

Yui durante el trayecto se comprotaba de buen humor, pero algo timida y cuando Katsu le dice el piropo se sonrija enormemente. Al llegar al hogar de la adivina la joven se sienta lentamente y observa, ella se sorprende de la misma forma cuando les llama por el nombre, sin embargo es el hecho de la presencia del te verde alli la que hace que se distraiga un poco, durante unos segundos mira a la mujer como evaluandola, Katsu que conocia a Yui sabia que estaba mirando mas alla de lo que alguien normal podia ver. La mujer esboza una sonrisa que apenas puede verse tras el pañuelo que le cubre su rostro, con una voz melodiosa y tranquila dice:

- No uso magia señorita Yui, mis habilidades son naturales, provienen de los mismos dioses, del destino que es el que decide que es lo que debo decir a aquellos que acuden a mi.

Tras la pregunta de Katsu niega con la cabeza y dice:

- No, la pregunta no es esa, la cuestion es, que es lo que deseas saber y que puedes intercambiar del mismo valor por ese conocimiento, para mantener el equilibrio y la continuidad por el conocimiento que posees, asi que Katsu hijo de los occidentails y de los arisianos, que deseas saber

El guardia de la puerta no presta mucha atencion al Drow cuando este entra en la ciudad, en lugar de eso le deja entrar sin apenas mirarle. El interior de la ciudad esta bastante animado, hay una gran cantidad de gente llendo de un lado para otro, le llama la atencion al drow que hay bastante guardia mas de lo habitual en las ciudades humanas, pero sin llegar a los extremos de la ciudad de los Shanjim.

Por lo que ve hay una larga avenida que lleva hasta la parte central y mas alta de la ciudad, esta zona cuenta con otra muralla interior donde tambien hay guardias, es en esta zona donde estan las casas de los nobles y los adinerados, el castillo, la torre de magos y la torre de los guardias escarlatas. Por su parte en la zona mas baja de la ciudad que esta en general bien vigilada y bastante limpia hay toda clase de casas y de comercios, mas pequeñas y de calles mas sinuosas segun se va alejando de la calle principal y se acerca a la muralla exterior.

Katsu, Yui y Sycnus ya se habian marchado, fue Elanide la que respondio:

- Segun tengo entendido depende de la persona y la pregunta, segun dicen tienes que pagar por algo que sea igual al conocimiento que te presta pero que lo que dice siempre sucede

La elfa encoge los hombros y dice:

- Todo depende de tus creencias, si crees que el destino es movible esto no es posible, pero si crees en que el destino es inamobible puede que tenga razon, personalmente prefiero forjar mi propio destino o al menos ir descubriendolo por mi misma

En los ojos de la elfa normalmente bastante frios, ausentes de emocion y extremadamente serenos puede verse un deje de tristeza muy breve que se apresura a disimular

A la hora de dar con una rata adinerada ara difícil suponer dónde encontrarla ¿Estaría en su mansión, con sus concubinas y su tierna esposa; estaría en el gremio; o estará atendiendo uno de sus muchos negocios? Consideré que lo más adecuado era darse una vuelta por el distrito del interior de la muralla. Quizás diese con su casa, o lo pillase extorsionando algún otro vendedor. Empezaba a estar harto de aquello, demasiados años había durado el entrenamiento con los asaltacaminos. Por suerte ahora tenía un arma, una buena arma, el arma de Miyu. "Tierna Miyu cuan sádica podrías llegar a ser si te conociese mejor" Pensé, recordando las palabras desconfiadas de Katsu y aún temeroso del poder que podría desembocar aquella espada.

Carraspeo un poco. Aquella mujer le ponía un poco nervioso... un poco más de lo habitual. Lo peor es que supiera cosas, y quizas cosas incomodas de el... o de Yui. El chico tenia dos preguntas en mente, primera, sobre el nuevo mal que amenazaba el mundo, o sobre Yui, como ayudarla con su tema demoniaco. Pensó un poco en silencio. El segundo tema de la chica, no era de su agrado, y seguramente, saldria en la biblioteca... o algun heraldo iluminado le quien fuera, les saldria al paso y se descubriria. La mujer era mayor que los dos, y eso siempre, era otro handicap. El mundo podia esperar, por una vez, queria ser egoista y mirar por ellos.

Mirando a la mujer seriamente, sosteniendo la mirada (que le costaba ya lo suyo), intento ganar un poco de seguridad:

- Bueno, por mi parte, tengo dos cuestiones, pero solo planteare una... y esta vez seré egoista, y miraré por mi y por Yui.. ejem, bueno me gustaria saber como... como ayudar a Yui con su tema de bueno... su sangre especial... es una cosa que nos preocupa... sobre el precio, pensaba que ayudar a salvar el mundo podría... valer algo... no sé, si tuvierais algún encargo que hacerme como pago podría hacerlo...

El chico miro a Yui despues de lo dicho. Quería su aprobación. Ella ya había sufrido mucho. Amor significaba sacrificio, se lo habían dicho hacía mucho, quizas aquel momento de comenzar a pagar...

¡Vaya! Una ciudad demasiado cálida y ajetreada para mi gusto. Demasiado tradicional. La ausencia de magia en el ambiente es un indicador de dos cosas: Que este lugar no me será útil en mis designios, y que su biblioteca no contendrá excesiva información. No obstante me interesa más la magia recogida en los libros que la supuesta clarividencia de la comidilla de la ciudad, así que, echaré un vistazo rápido a la biblioteca, y luego, si sobra tiempo, y sin darle demasiada prioridad, quizás me piense ir a ver a esa adivina, aunque fuera por mero interés investigador.

Desciendo de la embarcación aérea sumido en mis pensamientos, pero prestando una residual atención a las conversaciones de mis acompañantes. Por un instante siento deseos de presentarme ante esa adivina y preguntarle acerca de mi futuro. Si regresaré triunfal a la Casa de mi familia para reclamar justicia, si derrotaré a mi hermano, si limpiaré el honor familiar. No obstante, las palabras de Elenaide me hacen dudar. ¿Qué sucedería si su respuesta fuera negativa? Si esa adivina afirmara que jamás lo lograré, ¿tendría que abandonar tal idea? ¿Cómo podría? ¿Y como afrontaría tal empresa con el convencimiento de que es imposible? La mera perspectiva se me hace tan cuesta arriba...

Si he de lograr lo que me propongo, no será porque una adivina me lo garantice. Nadie sale victorioso de una batalla sin acudir a ella dispuesto a mancharse las manos. No puedo sino estar de acuerdo con la dama Elenaide: yo forjaré mi propio destino, para bien o para mal. Aún así, si deseas ir a verla, dama Scire, te acompañaré. -Bostezo, estirándome- Tampoco tengo nada más que hacer...