Ambos caminaban por el sendero, en una zona donde apenas habia personas, la chica iba a responder cuando algo sucede, un par de personas con unas mascaras de estilo veneciano aparecen poniendose delante, la chica parece asustada y apenas logra articular:
- Ellos, ellos son los que me atacaron
Los dos hombres llevan una espada corta y puede verse como sonrien, entonces uno de ellos dice:
- Debes abandonar a tu amo y unirte a nosotros, tus conocimientos niña son muy importantes, para nosotros que todos somos uno ganaremos mucha fuerza, si, tu union a la comunidad hara que nuestro conocimeinto aumente, te daremos la libertad pues ningun hombre ni mujer debe ser esclavo, todos somos uno y tu debes ser uno con nosotros
Interesante dato. Demasiado para que su informante se me escape tan facilmente. Segun gira la esquina me pongo a correr hacia donde ha ido. Estaba claro que sabía mucho sobre el tema, y no podía dejarla huir.
Pyaray nunca había sido de muchas palabras, y un par de tipos con espadas en las manos eran suficientes como para que el muchacho agarrara de la ropa a la chica y tirara de ella hacia atrás, dejándola a sus espaldas y sacando la pistola, en un rápido movimiento colocó el balín sobre la pólvora y levantó el percutor, no le llevaba más de cuatro segundos cargar al completo el tambor de su revólver... un solo balín no le llevaba ni dos segundos.
Guardad las espadas - La pistola apuntaba al más cercano de ellos directamente al pecho, la mano izquierda de Pyaray parecía llamar a la calma, pero lejos de ello solo tenía la palma abierta en su guardia habitual, agarrar-proyectar-luxar, no había nada más fácil para él que sujetar al contrario, pero que le atacaran con una espada... le ponía los pelos de punta, y esperaba tener los reflejos necesarios pues solo había tenido que defenderse un par de veces en su vida de un arma... y nunca sabías cuando el otro iba a ser más certero.
A Pyaray no le interesaba lo que esos tipos quisieran, la chica simplemente decía que no, y ellos se ofuscaban. Era suficiente. Uno de ellos echó un paso atrás al ver la pistola lo que animó a Pyaray a alzar la mano frente a él alargando la distancia entre ellos.
No estaba dispuesto a dejar que ninguno de los dos se acercara, ya habían echo sangrar una vez a la chica, si intentaban dar un solo paso hacia Pyaray con las espadas en sus manos le metería un tiro en el pecho.