Cuando apareces frente a él, su primera reacción es de sobresalto y sorpresa. Su rostro mira para todos lados intentando entender de dónde has venido o como has aparecido. Su sorpresa solo dura unos instantes. Inmediatamente se incorpora y pone sus puños por delante, en clara posición hostil.
- ¿Quién…? –
Cuando la primera palabra sale de su boca, se sorprende aún más. No sigue hablando, puedes apreciar en las arrugas de su frente que no entiende que está pasando, pero parece estar dispuesto a prestar toda su atención sobre lo que considera una amenaza.
Tu pregunta le pilla de improviso, tanto por su contenido como por el hecho de que haya podido entenderte.
- ¿Cómo… puedo… qué… magia… esta? –
Mientras hablas, sientes que su voz es muy tosca, casi carrasposa. El joven comienza a toser. Se golpea el pecho con el puño derecho cerrado.
- Yo… no... cachorro – Mientras hablas ves como gesticula con la cabeza y el cuerpo. Como si intentara comunicarse a la vez con su antigua lengua y con la nueva – Yo… ya... hombre -
Te observa sin perderte de vista, sin atacar pero tampoco perdiendote de vista.
Así que ya no es un cachorro, sino que es un hombre. Eso significa que se había adentrado a la tormenta como rito de iniciación, bueno ya va siendo hora de que me presente ante el. Parece hostil, aunque no me ataque este es un momento delicado.
-Saludos "hombre" -digo en tono tranquilizador, mostrando una actitud relajado- Mi nombre es War. No hace falta ponerse a la defensiva.- digo dejando la lanza en el suelo- Ves, soy un amigo. Vengo a conoceros a ti y los tuyos. Cual es tu nombre?
Mahvan contempló el negativo etéreo del dominio de su belicoso hermano, el dios de la muerte contempló la cordillera fantasmal que se tendía ante él con intriga, pero tras unos segundos eternos de contemplación probó, de nuevo, contactar con Iluviere.
"Iluviere, hermano. Zyva nos convoca con urgencia a una reunión, ven a mi al mundo etéreo, debemos reunirnos con Ankhesenamun. Nuestra hermana nos pide premura."
Esperaba que la cercanía actual con su dominio le permitiera contactar con el dios del viento, Mahvan aun no se había manifestado en el plano material y, dadas las circunstancias, no le apetecía hacerlo aun.
El Bárbaro te mira extrañado y curioso y a pesar de todo sigue en tensión listo para el combate.
- ¿Nombre…? ¿Qué… es… nombre? –
Se detiene en seco agitando la cabeza, extrañado de que pueda comunicarse mediante la voz.
- Yo… miembro… de pleno… derecho –
Te muestra el corte en la mano y la marca que se hizo en el pecho con la sangre. Te señala con el dedo
- ¿Rival? -
Lanzas la llamada sin alzar la voz, grabándola en el aire y dejando que el mensaje llegue a aquel que es señor de esos vientos. Sientes como el mensaje se esparce por la tierra, el viento susurra tu llamada. Esperas unos instantes a la espera de la respuesta, pero esta nunca llega. Lanzas nuevamente el mensaje y vuelves a esperar, pero nada ocurre. Solo había un motivo para que la llamada no llegase. Tu hermano se encuentra en su forma física.
¿Qué les llevaba a tus hermanos querer adoptar forma tan simple y limitada para los primeros contactos? Esto era ahora un problema y dificultaba tu labor de encontrar a Iluviere
Parecía que no iba a obtener respuesta de sus hermanos, y se estaba empezando a cansar, no le estaba gustando hacer de recadero y mucho menos no conseguir resultado al intentar contactar con su hermano, tenia que pensar un plan para para que si estaban sus hermanos en forma física, que supieran que quieren contactar con ellos, aunque por ahora seria con Iluviere trazaría el mismo plan para cada raza.
-Esta bien hermana, no tengo más remedio que hacer esto para contactar contigo-
Se dispuso a usar su poder, si su hermana estaba en forma física tenia que estar con los segundos hijos así que les utilizaría para saber que lo reclaman, les metió a todos los bárbaros mayores de 15 años y menores de 80 la idea de construir en el medio de los picos helados una construcción a base de rocas en la misma posición en las que se encontraban en la morada celestial y en el centro una mesa de piedra, mientras que todos los que trabajaban en ello irían farfullando "Iluviere" "etéreo" "Zyva" "Arkhesenamun", estas palabras los bárbaros no la entenderían, solo las entendería su hermano. Los bárbaros descansarían cuando tuviesen la necesidad de alimentarse, descansar o cuidar de sus hijos pero invertirían el menor tiempo posible en ello.
Estoy dispuesto a gastar 3 de gracia caotica (ya que por ahora no se el baremo de dificultad que sigues xD)
Si no existe el concepto de tiempo doy a entender en edad de pubertad hacia delante y menores de muy viejos.
La idea es como el Stonehenge una serie de rocas en medio de la nada dispuesta de forma parecida a la morada celestial.
Decidido a que tu mensaje llegue a tu hermano lo antes posible, concentras tus energías en sentir a todos los segundos hijos que habitan en el reino. Es una tarea ardua pues no los conoces ni forman parte de ti, aunque el miedo que tienen a la muerte les lleva a que puedan ser fácilmente localizados.
Una vez tienes sus mentes reunidas dibujas la orden y las palabras que tienen que decir, dejas que la energía fluya a través de ti y lo sueltas sobre todos ellos. Juegas un juego peligroso y pronto te das cuenta que sobreestimaste tus posibilidades sobre unos seres que apenas conoces.
La energía se desboca y fluye violentamente sobre ellos. En todas partes, se oyen gritos de dolor y entre leves balbuceos, alguno apenas consigue articular las palabras que debían decir menos aun crear los montículos deseados.
Rápidamente cierras la conexión esperando que al menos, haya podido llamar la atención de tu hermano lo suficiente como para localizarlo.
Motivo: Afectar a todos los bárbaros
Tirada: 1d100
Dificultad: 90+
Resultado: 72 (Fracaso)
De pronto el joven se lanza al suelo llevándose las manos a la cabeza y lanza un potente alarido.
- ¡Basta… detén… esto! –
Su cuerpo se arquea y convulsiona desplomándose en el suelo. Nuevas palabras brotan de sus labios.
- ¡Iluviere! –
Su cuerpo se sacude.
- ¡Zyva!-
Un hilo de sangre desborda por su nariz.
- ¡Arkhesenamun! –
Y de pronto, cuando termina, su cuerpo queda inmóvil y el joven con la mirada inexpresiva y mirando al cielo. La vida parece haberle abandonado.
Vaya... Parecía que no había salido como esperabas, aunque aumentaría el número de almas que vendrían al plano astral, el mensaje estába indicado y su hermana ya vendría cuando se le antojase, iba tocando el volver a ver a los guardianes para continuar el plan que le estaba rondando la cabeza.
Antes de abandonar los picos helados pensó en lanzar un mensaje a sus hermanos:
--Hermanos, si a alguno os llega este mensaje, voy a seguir ayudando a las almas extraviadas de los segundos hijos, si me necesitais estaré en las fosas del humo con ellos-
y se dispuso a partir, para realizar su plan.
Salgo de picos helados y voy a las fosas del humo
Esto no es normal, la muerte de mi hijo ha sido seguramente a causa del dios de la muerte, seguramente... Quizás puede ver cosas que los demás no y conspirar contra los otros dioses, pero que ataque directamente a mis planes me mosquea mucho, no puedes interferir con mis planes. Voy a seguir adelante con todo y haré que esto no sea perdonado. Declararme la guerra a mi al dios de la guerra no es muy buena idea.
Me dirijo al asentamiento más cercano de bárbaros. Observando en busca de cualquiera que sea una mínima representación de la muerte.
Me las pagará.
Para viajar lo haces con tu forma física o vuelves a la divina?
Física