4 de Febrero de 1952
Como cualquier otro Lunes, te preparas en tu ático del centro de Barcelona, para ir a trabajar al periódico El Centinela. Recuerdas que este fin de semana ha hecho frío, a si que decides abrigarte bien. El periódico está cerca de tu casa, a si que sólo tiene que cruzar cuatro calles para llegar. Cuando sales a la calle, el sol te deslumbra y hace una temperatura bastante agradable para la fecha que estamos, ahora sientes que te sobra ropa.
Caminas unas cuantas calles hasta llegar al edificio, es un edificio de cinco plantas, todas dedicadas al periódico. Tu trabajas en la tercera planta, dedicada completamente al trabajo de campo. Desde la calle puedes observar por las ventanas, que ya hay ajetreo en las oficinas.
Subes por las escaleras hasta la tercera planta. Hoy en el periódico parece estar todo el mundo un poco más alterado y nervioso de lo normal. Te sientas en tu mesa para repasar las últimas noticias del fin de semana. No parece que haya nada nuevo, salvo la apertura de una nueva galería de arte que inauguran el jueves próximo.
Miras alrededor, todo el mundo parece estar murmurando y observándote. Algo parece que está pasando que Bella todavía no se ha enterado.
Alejandro Bernal se acerca a tu mesa. Es un chico alto, rubio, ojos azules, guapo, pero algo tímido; compañero en las noticias de campo, que tiene su mesa al lado de la tuya. - Siento lo que ha pasado, seguro que pronto aparecerá - Te dice mientras te pone la mano en el hombro.
Sin tiempo para que puedas preguntar ni decir nada, empieza a sonar el teléfono que tienes encima de la mesa.
Me quedo un poco en shock tras las palabras de Alejandro. No entiendo lo que está ocurriendo, estoy empezando a ponerme nerviosa.
Con las manos un poco temblorosas cojo el teléfono que esta sonando, y con una voz muy floja respondo: - Aquí Bella Swan, Sección 23. ¿Dígame?
Mientras tanto le hago una seña a Alejandro para que no se vaya. Deseo hablar con él para que me explique que está ocurriendo.
Al otro lado del teléfono puedes escuchar un pequeño suspiro. - Hija, soy tu madre. Tu padre ha desaparecido, no sabemos donde está. - En la voz se le nota la desesperación. - Salió anoche como muchas noches, a hacer sus escapadas nocturnas, había quedado con sus amigos del póker. Pero al parecer, anoche no llegó al salón. - La voz solloza - La policía dice que hasta pasadas 48 horas no pueden hacer nada. Y no sé que hacer. - Se escucha como se suena y un silencio prolongado.
Bella respira fuertemente y responde a su madre: - Mamá tranquila! Seguro que se entretuvo con alguna de sus amiguitas y se quedó allí a pasar la noche. Le digo a mi madre intentando autoconvencerme a mi misma.
- Para mayor tranquilidad tuya, hablaré con el inspector Coll a ver si sabe algo. Por otro lado haré un par de llamadas y haré mis propias averiguaciones. Mientras hablo con mi madre escribo una nota y se la entrego a Alejandro.
Llama a todos los amigos de mi padre y a sus "amiguitas" y averigua todo lo que puedas!
- Mamá, en cuanto sepa algo te llamo. Te quiero.
Tras colgar el teléfono me quedo pensando en lo que puedo hacer. A pesar de que no me llevo bien con mi padre, no le deseo que le pase nada y aunque pienso que seguro que se estará divirtiendo con alguna de sus amiguitas, no me gusta que mi madre este mal.
Necesito desahogarme, así que descuelgo el teléfono y marco el número del hospital donde trabaja mi amiga Anna.
Suena un tono... otro tono... - Hospital Clínico de Barcelona, ¿en que puedo ayudarle? - Dice una voz de mujer joven.
- Buenos días, soy Bella Swan . Por favor me pasa con la Dra. Morrison. Le contesto en un tono muy dulce y amable.