Partida Rol por web

Tom dió cama a Pip en su agujero-hobbit, el cual era un sitio bastante acogedor. Era una madriguera de tamaño normal, tenía suficientes camas para recibir bien a sus invitados y eran lo suficientemente comodas para no añorar por una noche la cama propia, sabido era por todos los hobbits que como tu propia cama no había otra.

Al día siguiente Tom y Pip se despertaron con el petate y todo listo para el viaje, cargaron los poneys con todo lo necesario y se pusieron a desayunar. Entre los dos sirvieron la mesa como era debido y pudieron disfrutar de unas buenas tostadas con miel que Pip había traido de los Campos Gladios como regalo. Curiosa miel, por cierto, la que allí fabricaban las abejas, extraida de las encinas, de color muy oscuro casi negro y olor y sabor a malta muy poco dulce. También tomaron algo de fruta y unas pasas que Tom guardaba para ocasiones especiales.

Tras desayunar, salieron de la casa, Tom cerró la redonda puerta de su agujero y ambos comenzaron el viaje subidos a lomos de sus poneys.

Comenzaron el viaje en silencio mirando atrás, en silencio, apenas se dirigieron la palabras durante la primera hora hasta que el nerviosismo se les pasó y comenzaron a reir y cantar viejas canciones, Pip incluso se atrevió a prepararse una pipa y comenzar a fumar, Tom ,en cambio ni siquiera se atraveió a sacar su pipa de las alforjas, iva muy preocupado con no caerse de su montura y no soltaba las riendas de su pony.

El día transcurría entre risas y canciones, Pip contaba sus historias y le hablaba de toda la gente que había conocido a lo largo de sus viajes....

Tom se agarraba al poney como si fuera la vida en ello, aún todavía no se atrevía a erguirse del todo y cabalgaba agazapado en el lomo del animal. Era una imagen bastante comica...

Dime Pip... Dijo sin dejar de mirar el suelo, le parecía muy lejano y duro. ¿Donde aprendiste a montar?

Aprender a montar? yo? la verdad que fue hace poco tiempo y todo se lo debo a mi buen amigo-dice sonriente el hobbit acariciando la cabeza de Orhi-la verdad es que tuve suerte de encontrarlo, el me favoreció y ayudó en muhas ocasiones, tienes que cuidar tu montura y ella cuidará de tí. Es como todo cuestión de práctica y confianza en uno mismo y en tu montura. POr cierto que no te he presentado, Tom este es Orhi-dice el hobbit señalando su montura al tiempo que el animal hace un gesto y gira su cabeza al escuchar su nombre.

Tom miró al caballo con desconfianza. ¿Confiar yo en esta bestia que puede tirarme al suelo cuando quiera? Volvió la vista para Pip y su poney. Bueno, parece que a él le funciona...

Eh..Hola Ohri.. dijo con una media sonrisa.