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El resurgir del mito - Episodio I

I - El llanto de una madre

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28/03/2014, 05:03
Zhaelín

Zhaelín no recordaba haber disparado. Para ser precisos no recordaba nada de los últimos segundos. Tenía su cuerpo tenso, estaba sudando y su corazón latía como si hubiera terminado de huir de una jauría de lobos. Sus pupilas estaban pequeñas y alteradas y ciertamente los pelos de la nuca estaban erizados. Loraed de Miyerintar....Xorlaii...No....NO! Sus sueños se hicieron presentes una vez más, y ese hombre los amenazaba con fuego. ¡NO LASTIMARAN A NÜ! Recordaba ahora la flecha salir volando, lentamente, y mientras esta avanzaba, sus sueños se hacían presentes, luego sus miedos, y luego terribles visiones del futuro.

Vió a su hermano alejarse, o más bien lo sintió, y volvió a la vida.

Lo siguió a la siguiente habitación. No se sentía con ánimos de perderle de vista.

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28/03/2014, 05:04
Zhaelín
Sólo para el director

Escuchaba todas las conversaciones. Los Xorlai, las mujeres, y el sueño de su madre. ¿Qué podría haber hecho ella? Madre...a que te referías... Y peor, ¿Qué haría Zhaelín? Que tan seguro era continuar con el grupo, si se acercaban a posibles enemigos. ¿Pero...cuanto duraremos solos? Tomar las decisiones no era fácil. Había tanto que ella desconocía, tanto que temía...Pero este es mi karma, ¿No? Hasta que Kelemvor me lleve...este es mi destino. Debía tomar una decisión...Esa noche, meditaría sobre el futuro...

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28/03/2014, 05:15
Director

En la sala principal Grasp, Jonas y los dos muchachos que Thekz había identificado como los aprendices de curanderos comenzaron con la selección y distribución de los heridos mientras Sally se encargaba de preparar todas las cuerdas para preparar redes sobre las que poder tender a los heridos más graves y Thekz iba y venía transportando las mochilas y demás equipo que estaba apilado en la sala secundaria.

El ánimo general tras unas breves palabras de su antiguo comandante subió como la espuma cuando las olas golpean los rompeolas de los grandes puertos. Caras sonrientes pese a las heridas empezaron a florecer entre los malheridos guerreros.

No hubo ninguno que rechazase el juramento de fidelidad que Thekz había realizado en nombre de cada uno de ellos, siempre habían sido un equipo y como tal seguirían.

 

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28/03/2014, 13:12
Al-Baridel

Después de unos minutos, Al se había serenado y había recobrado la compostura, dejó la lanza al lado de su amigo y le dijo -Creo que lo mejor sería ir hacia los Picos de Trueno y busquemos el tal Colmillo Oeste, quizás allí encontremos a Aywa o al menos mas pistas sobre su paradero... Confío plenamente en que la encontraremos a salvo. - Entonces recostó su espalda sobre la pared rocosa mientras observaba como salían todos para auxiliar a los moribundos -La abadía de la Espada queda de camino, así que podemos dejar allí a los heridos y su comandante que ahora es nuestro prisionero, como lo sugirió Grasp y después seguiremos avanzando hasta llegar a Castillo Alto, cerca de nuestro objetivo.... - Entonces Observó para percatarse que Thekz había salido de la habitación junto a Grasp y algunos mas, para continuar su conversación con Aldo -Hay algo que no me cuadra para nada... Cuando vi el nombre de "Loraed Amo del resucitado Miyeritar", recordé haber leido sobre el reino de Miyeritar en textos de historia antigua... No tiene sentido, fue un reino que se alzó en Faerun hace miles de años y fue destruido hace más de 10.000 años... Lo único que sé con seguridad es que a veces se encuentran ruinas de este antiguo Reino, pero nada más... "¿resucitado Miyeritar?", no logro comprender a que hace referencia con eso...- Por unos segundos el Elfo se qudo pensativo junto a su compañero, para después reaccionar.

-Creo que lo mejor será ver en que puedo ayudar para salir de este lugar lo antes posible, vamos Plumas, vigila la entrada mientras terminamos acá- Exclamó mientras avanzaba a la recamara contigua donde estaban los demás y se prestó para ayudar en lo que fuera posible, Plumas por su parte voló hasta la entrada y se posó en la rama de un árbol mientras los demás salían.

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28/03/2014, 16:27
Yenian Waveharp

Al ver caer la cabeza y el cuerpo innerte del mago el paladín respiró tranquilo, por un momento se imaginó lo que esa bola de fuego podría provocar en la cueva y no estaba dispuesto a que eso sucediese.

Una vez que todo hubo terminado, sus compañeros se preparaban para salir de aquella cueva, pero antes había que ayudar a Grasp con los heridos. Yenian se ofreció para ayudar en lo que hiciese falta, bien cambiando vendas o bien transportando a los heridos al exterior de la cueva.

Con tanto ajetreo, el paladín apenas se daba cuenta de las caras de los guerreros heridos, las cuales habían cambiado por completo, y se atisbaba en ellas felicidad y agradecimiento, algo que reconfortaba a Yenian.

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28/03/2014, 19:44

Nü se dedicaba a llevar todas las cosas que se llevaban, ayudaba con las camillas, pero una y otra vez pasaba por la celda de los "malditos", parecía que no les importaba a ninguno. Grasp atendía a los vivos y aquellas mujeres muertas eran tan lastimeras. Nü apretó su puño mientras las miraba Igual debería acabar con sus vidas... darles la paz que se merecen. Pero...¿Y de que sirve eso? Nü se quedó observándolos largo y tendido Son mujeres que han decido morir en el parto... ¿Acaso les sustrajeron los bebés de una forma cruel? Y la enfermedad esa de la que habla Thekz las hizo volver a levantarse... Quizás y sólo quizás... Nü meditaba por la estanca para acabar acercándose al curandero (Grasp) que no daba a basto con los heridos. Nü revolotea alrededor suya cual mosca...¿Que has pensado acerca de la jaula de los malditos? Realmente era una pregunta retórica Creo que podemos estudiar la enfermedad que les hace levantarse - Sugirió el monje -aunque claro no tenemos mucho tiempo - Mascullaba - Aún así en la abadía de la espada pueden estudiarla con detenimiento, ¿no crees?

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29/03/2014, 02:12
Grasp

-No sería mala idea.-Respondió el clérigo sin dejar de atender a los pacientes.-He pensado en ello, pero llevar a uno de esos seres me da muy mala espina... y puede cerrarnos muchas puertas .-Dijo cerrando un vendaje y sujetándolo con un nudo suave.-No muevas el brazo y se curará antes.-Añadió mirando al herido.

Cuando acabó, miró alrededor. Finalmente había terminado. Con el cansancio en la cara, se giró hacia los infectados.

-Poco o nada se me ocurre que hacer con ellos.-Dijo rompiendo su silencio.-Si abrimos la celda nos atacarán, creo, pero es el único modo de sacarlos. Podríamos llevarlos en las jaulas de los dracos.-Añadió a modo de idea.-Pero carecemos de un carro y no sé si arriesgarme a atarlas a la silla del caballo como un catre... O podemos destruirlos y llevarlos con nosotros. Esta noche pediré a Grumbar un conjuro para conservarlos y así no se pudrirán demasiado. No obstante, quizás con explicarles lo que ocurre ellos sepan de qué se trata y no sea necesario tanto trasiego.