Partida Rol por web

Toso un poco, acabo de darme cuenta de que en realidad el soldado es una mujer. Estaba tan obcecado por el combate que no me había dado cuenta. Bien, no tiene sentido darle demasiadas vueltas.

- Me gustaría ver a la chica antes de irnos -le lanzo una mirada a la soldado- Creo que ella ha pasado... demasiado tiempo con los broos. No sé si me explico. Tal vez deberíais hacer que la viera un sanador.

La oficial da ordenes a sus hombres y éstos obedecen con dilifgencia militar. Aunque este hecho no llama la atención de Abdala, sí resulta algo chocante para Fiddler, que no reconoce en sus movimientos los típicos signos de la formación militar del Imperio Lunar. Sin duda están siendo formados por alguien ajeno al Imperio, a pesar de que Ronegarth está bajo su mando.
-Ya no queda nada mas que hacer aquí excepto quemar a todas estas bestias. Dejarlas podrirse podría envenenar toda la zona e infectar a animales carroñeros.
Mientras los soldados rocian con aceite y prenden fuego a los broos, algunos de los cuales parecen no estar muertos del todo, salís al exterior. El aire fresco de la noche os reconforta, a pesar de que el humo que empieza a salir de la cueva es pestilente.
La niña descansa unos metros mas afuera. Sigue inconsciente aunque su respiración es regular y no parece que su vida corra peligro.
-Es difícil determinar si estas bestias la han infectado. De haberse apareado con ella no queda mas remedio que acabar con su vida antes de que de a luz a un nuevo broo -dice Daine tajante. -Pero con tan escasa luz y sin los conocimientos adecuados es difícil determinarlo. LLevaemosla a su granja para que podamos examinarla como es debido.
Y así, emprendeis el camino de regreso a la granja Gubrana acompañados por Daine y media docena de soldados más.

Me dirijo a Fiddler de forma discreta
"-¿Han visto tus marcas de las manos? Siento haberte dejado allí. Fue una sorpresa encontrar en la cueva a estos soldados."

Oculto con un gesto las marcas mientras miro a los soldados nerviosamente. Todavía no estoy muy seguro de qué son estas cosas ni si es buena idea ir mostrándolas por ahí.

- No han visto nada, y hasta que no sepamos más de esta gente creo que será mejor que seamos discretos -muestro una sonrisa torcida al continuar- Hiciste lo que debías al largarte. Tomé mi decisión y conseguí aguantar lo suficiente, supongo.

Bajo la voz y le añado con un susurro.

- Las marcas no son ningún salvavidas, aunque parece que algo de efecto tienen en criaturas manchadas por el Caos. 

Le hago un gesto rápido para pedirle silencio y me dirijo hacia donde está la mujer soldado.

- Es reconfortante ver a gente dispuesta a mantener la ley y el orden en esta zona de frontera -intento poner mi cara más amigable; apenas una mueca desagradable- ¿Hay muchos más de dónde salieron éstos?

-Es difícil cuantificar la cantidad de broos que hay en estas tierras -comienza a explicar la guerrera. -Hace relativamente poco que nos asentamos aquí y a pesar de que tratammos de llevar un control sobre las bestias que habitan en estas tierras, no podemmos olvidar que este es su territorio. Esperemos que la pequeña victoria d ehoy les ponga sobre aviso de cuál es la frontera que no deben cruzar.

En unas pocas horas llegáis a la granja de los Gubrana. Está amaneciendo ya y la familia está esperando despierta noticias de la expedición. La madre junto con los hijos menores aguardan al lado del padre y su hermano, ambos heridos desde que los rescatásteis del agujero al que les habían arrojado los broos.
Cuando os ven llegar, corren hacia la niña que habéis rescatado y se funden en un abrazo familiar. La alegría del reencuentro contrasta con la profunda tristeza de la pérdida del hijo mayor. Pero aú así, las malas noticias no han terminado.
Daine anuncia a los padres que deberá examinar a la niña, ya que de haber sido violada por el broo, albergará en su vientre a una cria de esas criaturas. las gestaciones de broos son más rápidas que las de un humano normal y en el momento del parto, el recién nacido destroza el cuerpo de la madre, causando su muerte irremediablemente. En caso de estar infectada... Debería ser sacrificada de inmediato.
Ante vuestra mirada, Daine y la madre de la niña entran en la casa con ella para exaiminarla.
Tras unos minutos la madre reaparece con lágrimas en los ojos. La niña está infectada por el caos, y no parece haber forma de detener el proceso.
Daine se mantiene firme, pero algunos de los soldados parecen desmoralizados por la tarea que les aguarda.

Miro a Fiddler. No me creo que después de tanto esfuerzo, esto acabe así, seguro que estas marcas que tenemos en las manos pueden ayudar.
Intento escabullirme hacia la casa una vez haya buscado o hablado con Fiddler para ver si está de acuerdo conmigo.
Si nos podemos apartar creo incluso, que nos podemos llevar a la niña allí dónde vayamos para ver si pueden hacer algo por ella.

Es lo que me había temido desde que vi a la cría en el suelo de la caverna. No es la primera vez que sé de un caso así.

Niego con la cabeza al notar la mirada de Abdala. Es joven.

- Es mi responsabilidad -digo, con un suspiro cansado- Yo la saqué de ahí, yo acabaré con esto. Además, vosotros tenéis que seguir viviendo aquí.

Miro de reojo a Daine.

- Yo no.

Acaricio la empuñadura de mi daga. Un tajo rápido y todo habrá terminado.

No sería la primera vez.

-Si vais a matarla podemos llevarla al templo para ver si allí pueden hacer algo por ella. Si se complica de camino, acabaremos con su sufrimiento. Pero tenemos que salir ya.
Voy a coger a la niña para dirigirnos de nuevo a la barcaza que dejamos atrás.

La soldado no parece haberse alterado lo más mínimo ante la decisión que ba a tomar Fiddler, pero tampoco parece demasiado procupada por que os llevéis a la niña.
-No he oído nunca acerca de cura alguna para una infección caótica como la que aflije a esta niña, pero si os queréis hacer cargo de ella yo no soy nadie para impediroslo. Si sus padres están de acuerdo...
Los padres de la niña han observado la escena horrorizados y no parecen tener objeción alguna.