Partida Rol por web

Al cabo de un par de horas, con la celebración en la cabaña en plena decadencia y Abdala algo bebido, reaparecen Takeshi y Ludovica.
Los pescadores no tardan en marcharse pues por mucha alegría, al dia siguiente tienen que madrugar igual y en poco rato os quedáis solos en la cabaña.

Cuando todos los pescadores se han marchado, carraspeo un poco y empiezo:

- Ahora que ya se han ido, os contaré lo que me ha dicho un anciano del lugar. Se ve que en tiempos atrás existió una enorme estatua construida por los Dioses. Según le contaron a este buen hombre, esta estatua era capaz de juzgar que barcos podían salir al mar, y si el juicio no era favorable, los hundía en el mar usando sus descomunales brazos. La verdad es que la historia me parece curiosa, y parece no ser tan descabellada si han sacado esa cabeza del agua. El anciano también contaba que en la época de sus abuelos, aún se podían ver los pies de aquella estatua en algún lugar. Quizá si los soldados han desenterrado la cabeza, nosotros debamos buscar los pies. Es posible que en su base hubiera algo que delate si de verdad fue construida por los Dioses

En compañia de Takeshi llego a la cabaña, dejo que acabe de hablar y tomo yo la palabra.

-Yo primero iria a la ceremonia, entonces le contaria al tritonido lo que sabemos. Lo que han sacado del rio es una enorme cabeza repleta de dientes y con un solo ojo. Ellos lo llaman "El vigilante". Parece que hay muchas piezas y piensan buscarlas todas para reconstruir esa estatua. Van a venir unos hechiceros de Pavis para el evento- miro las palmas de mis manos- Me pregunto si estas runas tienen algo que ver con todo esto. Creo que debemos ir a ver al sacerdote cuanto antes.

Embotado por el alcohol y deseando de salir a fuera a despejarme, asiento a todo. Espero no haberme pasado. Pero me viene a la cabeza de repente la imagen descrita de una cabeza con un ojo y muchos dientes e intentando aguantar la carcajada pregunto, sin esperar respuesta
-¿Cómo vigilaba si solo tenía un ojo?
Una corta carcajada no impide que me pueda levantar con dificultad
-Venga cuando queráis salimos, que me hace falta. No me gustan los hechiceros de Pavis.
El alcohol me hace decir cosas un poco raras.

Hago una mueca al contemplar el estado de Abdala.

- A lo mejor deberías aprovechar el viaje para darte un chapuzón, muchacho- mascullo- Por lo demás... lo que diga la jefa.

Señalo a Ludovica y me encojo de hombros, pensando en coger un puñal y esconderlo entre las ropas. No llevar armas me hace sentir desnudo y más viejo todavía.

Todo el despliegue del rio me intriga, la aparicion de las runas en nuestras manos me preocupa y deseo ir cuanto antes a ver al sacerdote, pero lo que tengo delante me asombra. Un borracho y un soldado indiferente y sin iniciativa. Antes de marchar decido aclarar la situacion.

-Parece que os importa un comino lo que esta pasando- digo en tono cortante- A mi tampoco me gusta esta situacion. Yo no pedi naufragar y acabar en esta mugrienta cabaña. Quede claro que esto no es Pavis, si sali de alli es para cambiar de vida, aqui no tengo sirvientes, ni tengo soldados que me custodien, sois libres de hacer o decidir lo que querais. No soy la jefa de nadie- miro directamente a Fidler- -Nada ni nadie nos obliga a seguir a los demas, por lo tanto la opinion de todos cuenta, si pensais que voy a dar ordenes o voy a guiaros estais muy equivocados, no pienso ser responsable de lo que nos suceda en adelante, somos un grupo al que ha unido el destino. Sin obligaciones, ni deberes, ni responsabilidades sobre los demas.- tomo aire y doy por concluido el discurso- Yo ire a la ceremonia, haced lo que creais conveniente.

Frunzo el ceño y me mantengo sumido en un hosco silencio. Si quisiera decir algo, lo diría. 

A pesar de las tensiones que se generan dentro del grupo, parece que ir a ver al Reverendo es el único punto en común que encontráis, por lo que no tardáis en salir de la cabaña camino al templo que se encuentra junto al rio.
El templo a Zola Fel es una área abierta entre el cañizo, rodeada por cañas altas y hierbas cultivadas de forma que crean una barrera parecida a un muro; en el área del templo hay alrededor de veinte iniciados, incluyendo tritónidos, humanos y peces, que acceden al lugar a través de un pequeño canal habilitado para tal propósito. En el centro de todo ello hay una profunda charca de unos seis metros de diametro junto a la cual se alza un antiguo altar de piedra caliza, de cuyo costado emerge un pequeño pero contínuo hilillo de agua.
Una vez llega Sa'ar, los fieles toman posiciones alrededor de la charca, al parecer siguiendo algun orden jerárquico; Sa'ar os hace colocar frente a los tritónidos, lo que despierta la curiosidad de los presentes, que murmuran y cuchichean entre ellos. Pero todos guardan silencio cuando Sa'ar, un pez* y un acólito humano dan comienzo a la ceremonia. Los tres miembros destacados hablan ante la audiencia en el lenguaje local, lo que no os deja entender practicamente nada hasta que Sa'ar anuncia que va aexplicar la historia del "Purificado", en lenguaje comercial.
-El purificado escucha la Voz del Rio- Anuncia Sa'ar solemnemente.
-Nacido de la más pura perversión y manchado de por vida por la vileza, descubrió su trágico destino y desesperado, quiso destruirse a si mismo. Caminó solo y desconsolado hasta llegar al Zola Fel y sin dudarlo se arrojó a sus aguas profundas y frias para que le ahogaran. Pero milagrosamente, al tocar el arenoso fondo del Zola Fel, rodeado de oscuridad y desesperación, justo al borde de la muerte, descubrió en su interior un extraño deseo de vivir, y albergó esperanza. Su espíritu gritó y fué oído por Zola Fel, y el ahora purificado, pudo ver en la oscuridad de las aguas y pudo respirarlas como si de aire se trataran. Entonces sintió cómo alguien le tomaba de la mano y se acobardó, pues sabía que su naturaleza era corrupta y sintió que la mano que le tocaba era pura, y quiso soltarla envuelto en la verguenza y el miedo pero la mano le agarraba con firmeza y lo arrastró hasta la arenosa orilla del rio. Una vez fuera del agua se durmió, y fue el sueño de los puros e inocentes y cuando despertó, su espíritu habló con Voz. Y esa Voz le reveló secretos y búsquedas, pruebas y desafíos, de deber y sacrificio. Caminos que lo llevarían a la purificación.
Y cuando el "Purificado" se levantó, sintió que tenía una nueva fé y motivación. Y cuando miró la palma de su mano, vió en ella las runas del dios del rio y supo el origen de la Voz. Y con las runas de Zola Fel, vio también la runa de la armonía, y supo que esa marca era su prpia runa. Y con las runas en su mano, juró ser amigo del río para siempre, y servirlo en agradecimiento por los regalos que éste le había hecho: Vida y objetivos.
Y así fué como el nacido impío y ahora "Purificado" juró ser una "Voz del Rio", y servir al mismo manteniendolo siempre puro, respetandolo e impidiendo que sea ensuciado y corrompido. Y castigar a aquellos que, mostrando ser débiles de espíritu, ignoren la gran deuda que tienen con Zola Fel."

En terminar su relato, Sa'ar estira sus brazos ante él y expone las palmas de sus manos al cielo. Lentamente, y mientras entona una débil letanía, todos los fieles, sin excepción, imitan su gesto. Algunos os miran, esperando que hagàis lo mismo.

- ¿Perverso y con la vida manchada por la vileza? -murmuro con media sonrisa- ¡Por fin empiezo a ver las similitudes!

Pero al ver las miradas de los fieles, encojo ligeramente los hombros y extiendo las manos, intentando poner mi mejor cara de sectario convencido.

Imito al reverendo y extiendo mis palmas al cielo.
La historia que acaba de contar me parece asombrosa, pero las preguntas vendran despues.
Si he entendido bien se supone que somos voces del rio y esperan que sirvamos al mismo para siempre. No creo estar preparada para tal cosa, de momento me dejo llevar por los canticos con los ojos cerrados.
En cuanto acabe la ceremonia le contare al reverendo lo que sabemos.

Intento fijarme en los feligreses, si algo se sale de lo normal.
No sé por qué no nos contó esto antes. Esto tiene pinta que está levantando al pueblo contra el ocupante y quiere que seamos los estandartes. Malditas runas, esto no me gusta nada. No me gusta saber que leches es estas runas.
Ya empiezo a notar que me despejo. Creo que hay que ir a buscar los pies como dijo Takeshi.
Cuando me doy cuenta, la gente me mira, esperando que haga algo, pero no sé muy bien que es lo que quieren.
Espero a ver como sigue la ceremonia.

Takeshi observa y escucha con atención el relato de Sa'ar. Es, cuanto menos, curioso que hable también de runas en el relato y se pregunta si el Purificado sería un espíritu del río. Debían "agradecerle" esas runas a aquél espíritu? Y si fuera ese el caso, que quería de ellos? Por mucho que intentaba entender y escuchar, él no lograba recibir nada. Ni objetivos, ni pureza ni secretos. Debían lanzarse al río y dejarse ahogar? Era eso una prueba? Debían sumergirse en esa charca?

Así, ni corto ni perezoso, Takeshi observa a Sa'ar y, cuando este le devuelve la mirada, Takeshi asiente con respeto. Levanta las manos hacia el cielo mientras sus piernas se flexionan hasta sentarse en la charca, estira sus piernas y, con las palmas aún hacia el cielo, se tumba en la charca, intentando encontrar lo mismo que el "Purificado"

A excepción de Abdala, que no parece del todo convencido de la utiidad de la ceremonia, todos imitais el gesto de los fieles de Zola Fel; y justo al terminar la ultima oración, una luz azulada comienza a emanar de las runas de vuestras manos. Su intensidad es tal, que aunque tratéis de disimularla os resulta totalmente imposible; Los fieles comienzan a gritar en su lengua nativa y se abalanzan sobre vosotros intentando ver, tocar y besar vuestras manos mientras pronuncian bendiciones. Rapidamente, Dagis y Sarki reaccionan y comienzan a apartar a la multitud de vuestro lado, mientras Sa'ar os guia hacia un lugar seguro para explicaros sus conclusiones.

-Creo que finalmente vuestras runas se han manifestado como la obra divina del rio. Suponía que explicar la historia del "Purificado" arrojaría algo de luz sobre todo esto, aunque no imaginé que lo haría de una forma tan vistosa. Creo que vuestro anonimato ya ha desaparecido completamente. De todos modos no sabemos cuál es vuestro objetivo ni porqué Zola Fel os ha elegido a vosotros. Me temo que esto lo dirá el futuro.

Sa'ar queda en silencio, pensativo, hasta que prosigue repentinamente, como si hubiese tenido una gran idea.

-Existe un templo río arriba. El Santuario de Kinope, le llaman. Dicen que está construido justo donde el Purificado intentó quitarse la vida y por ello es un lugar especialmente sagrado para los fieles de ese culto. Quizás deberíais partir hacia allá, antes de que vuestra presencia aquí llame la atención de los lunares. Puedo poner un bote y al mejor barquero de la zona a vuestra disposición. Si queréis, podéis partir mañana mismo. Si deseais quedaros mas tiempo en Corflu... No os demoréis.

Y ahora se encienden estas runas y todo el mundo nos mira. Lo que faltaba. Hay que salir de aquí y borrarnos estas cosas de las manos.

Sa'ar piensa que somos elegidos, no es de extrañar despues de que aparecieran en nuestra manos las runas. El espectaculo que acabo de presenciar ha hecho algo mas que despertar mas curiosidad de la que tenia. Ahora necesito respuestas, necesito saber porque nosotros, que debemos hacer a partir de ahora y sobre todo quiero saber para que sirven las runas. Yo no he oido ninguna voz, pero sin duda hay algo espiritual en todo esto y quiero descubrir que es.
-Yo quiero ir a ese templo, necesito respuestas- miro al tritonido fijamente- Los lunares estan buscando las piezas de un antiguo dios, el vigilante lo llamaban, ya han sacado la cabeza del rio y cuando las tengan todas piensan reconstruir su estatua. Quiero saber si esto es bueno o malo, quiero saber si debemos hacer algo para impedirlo. Si en el santuario de Kinope hay algo que pueda guiarme quiero conocerlo-

Meneo la cabeza incrédulo.

- ¿Somos los elegidos de una religión que no conocemos? -seré duro de mollera, pero no es algo que normalmente hagan las religiones. Se supone que premian a los creyentes.

Miro al renacuajo con una ceja levantada.

- No me siento muy diferente, ni más fuerte, ni más alto, ni mejor nadador... y desde luego no más listo -me quedo callado un momento dándome cuenta de forma nebulosa de que he dicho algo extraño. Luego meneo la cabeza y me encojo de hombros.

- Larguémonos de aquí. Pero llevémonos ese equipo que nos disteis. Los Elegidos necesitamos protegernos, claro.

Me detengo antes de hacer el ademán de sentarme, la luz emana de las runas. Es en ese preciso momento cuando por fin noto que son reales, no unos simples tatuajes con dudoso gusto. La luz que ha salido de las runas de las palmas de las manos la ha notado tan real como el aire que respira y, por fin, empiezo a creer, de verdad, que alguien o algo nos ha convocado.

Tan pronto como Ludovica habla, asiento  y me incorporo. Tan silencioso como siempre, me dispongo a salir, como ha dicho Fiddler, a buscar mis escasas armas.