Espero desde lo alto de la colina, con la lanza ya sacada en la mano. Mi mejor baza es realizar una carga poderosa desde lo alto, atravesar como un cohete el campo de batalla y cargar de nuevo desde su espalda, en dos rápidas y poderosas batidas. Pero con tanta gente en medio, realizar esa maniobra podía ser peligroso. Además, se las estaban apañando bien. No tenía ningún motivo para atacar. De manera que me quedo esperando algo alejado, pero empiezo a acercarme al trote, dispuesto a cargar con fuerza en cuanto vea que se despeja el camino.