"El sol del medio dia iluminaba con fuerza los rostros de los pasajeros del Santa Cecilia que iban subiendo por la amplia pasarela para ocupar el navio y preparar sus camarotes para el largo viaje que daba comienzo..."
...Como tantos otros os moviais hacia el gran navio anclado en el puerto de Cadiz y, aunque vuestras elegantees ropas os hacian reconfortaros apenas podiais olvidar como hacia varios dias habiais estado tan cerca de la muerte.
Aferrados del brazo la señorita Marie vestia un imponente vestido rojo mientras que Julian habia retomado su elegante traje de eyiqueta negro terminado fielmente por una cartuchera donde pendia un reluciente smith & wesson. Martinez se habia portado como un verdadero caballero y, tras la escala en la isla de Santa Cruz de Tenerife donde apenas estuvisteis unas horas para abasteceros y obtener nueva tripulación, habiais partido con rapidez a la peninsula donde Martinez os habia puesto en contacto con su amigo.
El tal Perez Lopez no era mas que otro comerciante que veia dinero con facilidad y lo conseguia aun con mayor rapidez pero tenia un pasaje en el Santa Cecilia hacia Amércia, mas concretamente al puerto de Nueva York, donde llevaba gran parte de su mercancia europea y habia accedido a que Julian y Marie se beneficiasen de su pasaje en el barco e incluso los habia proporcionado ropas y dinero suficiente para adecentarse antes de la partida pues tal parecia ser el favor que le debia a Martinez (segun entendisteis algo sobre una carcel aunque no ahondaron en el tema).
Finalmente alli estabais, protegiendoos del sol como los "caballeros" con un pequeño parasol color rojo a juego con el vestido y saboreando un cigarro desde hacia semanas.
El Santa Cecilia os traia a la memoria recuerdos ingratos pero en la cabeza solo teniais el recuerdo de que Don Federico y sus esbirros os llevaban ya varios dias de ventaja y la necesidad de venganza recorria insaciable vuestras venas. Por que no olvidarlo y empezar denuevo? La muerte de tanta gente os hacia revolverse las entrañas pero cuando embarcasteis tambien estabais solos... e incluso huyendo...
...Subisteis la pasarela junto otro gran numero de personas, elegantes, jovenes en busca de oro y riqueza, colonos buscando un pedazo de tierra, polizones y demas escoria y desde el improvisado balcon de la cubierta visteis como la gente se arremolinaba para despedir la partida del navio con pañuelos y lagrimas en los ojos. El sol era implacable pero por una vez en mucho tiempo os sentiais felices y a gusto en vuestra nueva situacion...
-Permítame decirle, señorita, - la trata de usted por pura teatralidad - que está usted deslumbrante. Más, si cabe, de lo habitual. - termina inclinando levemente la cabeza y atusándose el orgulloso bigote.
Julián parece exultante por haberse podido enfundar de nuevo en un traje y caminar con la cabeza bien alta, luciéndose gallardo. Se le ve más relajado y sin esa especie de tensión contenida de la que le costó desembrazarse aun estando lejos ya de las Canarias y sobre la que había evitado hablar.
Una vez su atención dejó de estar centrada en vigilar su espalda, la había volcado por completo en Marie. Con el peligro lejos había puesto todo su empeño en hacer que olvidase lo ocurrido, en arrancarle una sonrisa cuando la veía seria y en robarle un beso a traición de cuando en cuando. El desparpajo y el elegante descaro con el que actuaba demostraban mucha experiencia en tales lides, pero un halo de sinceridad envolvía cada una de sus palabras, de sus miradas o de sus gestos. Y en todos esos días no hizo mención, ni una sola vez, a ninguno de los acontecimientos previos, como si quisiera fingir que jamás habían ocurrido.
-Háblame de América. - le dice cogíendola de la mano mientras esperan en cubierta a que el barco zarpe - Estoy convencido de que la visión que sobre ella tenía mi flemático y docto tutor estaba algo...distorsionada. Creo que los ingleses nunca superarán haber perdido aquellas colonias. - sonríe.
Tras la otra borda se extiende el inmenso océano que les separa del nuevo continente. Aunque ahora muestra su cara más amable, reflejando la luz en sus aguas calmadas, no se puede mirar al mar con los mismos ojos cuando la vida de uno ha estado a merced de un oleaje tan cruel y desbocado como el de aquella fatídica noche. Pero David venció a Goliat y Julián aparta desdeñoso esa visión de su cabeza.
-Cuando se lo propone es usted todo un caballero -responde continuando su teatralidad.
Desde hacía varios días y en parte gracias a la ayuda de Martínez, Marie casi había recuperado su habitual jovialidad. En alguna ocasión a su mente acudían ingratos recuerdos, pensamientos desagradables que la sumían en el silencio. A veces, mientras miraba al horizonte, incluso fruncía el ceño inconscientemente. Su subconsciente aún le juagaba alguna mala pasada cuando un ruido tras de sí, unos pasos acercándose a lo lejos conseguían que diera un respingo. Pero estaba Julián, el siempre y galán caballero. Nunca parecía perder la compostura y siempre estaba ahí para sacarle de su ensimismamiento, para arrebatarle una sonrisa o incluso para ruborizarla de vez en cuando con alguno de sus ingeniosos piropos. A veces, cuando pensaba en todo lo sucedido, no podía evitar creer que estaban ahí por algo y que en realidad todo eso tenía que pasarles para que se conocieran. Nunca había creído en el destino, pero ahora empezaba a dudar sobre ello.
-América... -dijo con un deje melancólico. casi no podía expresar lo que sentía cuando pensaba en su país. Por un lado le venían a la memoría los recuerdos de su más tierna infancia, y por otro un nubarrón oscuro, cuyo nombre era el de su exmarido, conseguía ensombrecerla-. Para vosotros, América es la tierra de las oportunidades. No os equivocáis cuando lo decís. Yo vivía en un pueblo pequeño cerca de una gran ciudad, y hasta mis oídos llegaron multitud de historias. Algunos, aventureros alocados como solía llamarles mi madre, dejaban el pueblo para ir a la gran ciudad; los que regresaban nos hablaban de grandes aglomeraciones de gente, calles cuyo final no se alcanza a ver... Habían venido gentes importantes de Europa y se estaban organizando grandes empresas. A estas alturas supongo que muchos se habrán ido a estos lugares para encontrar trabajo. Me gustaría ver esas grandes ciudades, supongo que iremos, ¿verdad?
-Claro. - responde mientras le aprieta ligeramente la mano.
De boca de ella, todo aquel panorama resulta alentador. Una tierra llena de oportunidades. Vastas extensiones de tierra por explotar y florecientes ciudades que reducirían a sus ojos a Córdoba al estatus de aldea.
Los fuertes y calidos rayos del sol se entremezclaban con la brisa marina para haceros sentir cual enamorados a punto de embarcaros en la mayor aventura dejando atras esos momentos anegados de lagrimas y dolor.
Con un estrepitoso sonido las calderas del barco se pusieron en marcha y este comenzo a alejarse del puerto con la gente a ambos lados despidiendose y deseandose suerte en sus nuevas vidas. Otro viaje comenzaba en lo que habia parecido un amargo final; quedaba un largo camino por andar pero lo recorrerian juntos, unidos, pues mucho era lo que ya habian compartido y mucho lo que parecia depararles el destino.
America era una palabra llena de sentido y sentimientos tan dispares como esperanza o venganza aunque ahora entre ellos tan solo tenia cabida una paz y quietud que daba nacimiento a calidas sensaciones.
La calma del mar y el suave mecer del barco les acompaño en la distancia, dirigiendose hacia el horizonte con tan solo la promesa de un futuro incierto...
Bueno, no se si teneis mas que añadir pero por mi parte aqui acaba todo.
Ha sido un verdadero honor y un privilegio compartir esta aventura con vosotros pues habeis demostrado que ha valido la pena y os habeis mantenido como verdaderos jugadores de los que hacen falta en este mundillo.
Lo dicho, espero coincidir en muchas mas.
Seguid asi amigos... quiza en el futuro pueda volver a reuniros para dar fin a la venganza y la intriga de aquel mapa...
Nos vemos!!