-Ay Quiora, lo mataste!!- exclamó Alanis alarmada, cuando el pobre druida anticanes calló al suelo inconsciente, la muchacha avanzó rápidamente hacia el cuerpo de Genann, y comenzó a picarlo con el bastón en las costillas, la mejilla y una nalga, para cerciorarse de que no estaba muerto, cuando vio como su pecho se inflaba lentamente Alanis comprendió que no estaba muerto, luego se imaginó que un golpe de Quiora serviría para dejar inconsciente a una vaca gorda y grande.
-Vamos a dejarlos?.- preguntó Alanis poniendo ojos de cachorro regañado, mientras miraba al guapo Heian, a Dalabrac, Fedora y Sapo. -¿Quiere decir que ellos también están poseidos...podría ponerlos a dormir como lo hice con el capitán y ver si logramos exorcizarlos en algún lugar de un gran país.-musitó la muchacha con una rara entonación en sus palabras.
Alanis se cruzó de brazos mientras el barco se alejaba del grupo que antes habían sido sus compañeros, ahora poseídos por entes extraños, y pensando todavía que daba gracias al destino, que ese cuerpo destinado a ser poseído por Alarico, no fuera poseído por algún ente extraño y pervertido, que la hiciera pensar, decir y hacer cosas bochornosas y pecaminosas, luego sacudió su cabellera con desdén y comentó tristemente.
-Se nos acaban las opciones Quiora...tal vez en la ciudad pueda haber alguien que sepa algo al respecto y nos ayude a sacarles...al ente.-
Antes de tomar una decisión... ¿se algo más sobre los odem? ¿cuanto tiempo se quedan en los cuerpos? ¿si es posible tratar con ellos? ¿su objetivo? ¿si el alma está ligada a un lugar y cuando el cuerpo que ocupan lo abandona el odem se marcha? ¿si hay alguna forma que el alma de mis compañeros regresen a su cuerpo?
¿se algo más sobre los odem?
No.
¿cuanto tiempo se quedan en los cuerpos?
Pueden quedarse en los cuerpos el tiempo que los Odem quieran.
¿si es posible tratar con ellos?
Son seres inteligentes que conocen los mismos idiomas que tenía la criatura en vida, pero al ser malignos no puedes fiarte de ellos: podrían mentirte o traicionarte o atacarte en plena conversación.
¿su objetivo?
No.
¿si el alma está ligada a un lugar y cuando el cuerpo que ocupan lo abandona el odem se marcha?
No están ligados a la aldea en la que murieron, solo estaban aquí por voluntad propia. Los fantasmas como los Odem tienen visión limitada desde el plano etéreo, con lo cual necesitaban poseer un cuerpo para tener ojos humanos con los que ver el plano material. Si intentasen ir a otra aldea vecina a poseer un cuerpo, seguramente se acabarían perdiendo, ya que no ven más allá de unos cuantos pies de distancia.
¿si hay alguna forma que el alma de mis compañeros regresen a su cuerpo?
Expulsión para que huyan del cuerpo o Reprender para ordenarles que se alejen. Reprender solo sirve si tienes el doble de niveles que el espíritu que intentas ahuyentar, que es cuando te obedecen; si lo reprendes con tu nivel actual solo puedes estremecerles (-2 a las tiradas), pero no te harán caso si les ordenas que abandonen el cuerpo.
Alarico negó con la cabeza, molesto, y suspiró.
- Lo siento, Menon, pero estás en un error. Los odem, y ese es el tipo de espíritu que les posee, no están vinculados a un lugar y, por tanto, permanecerán poseyendo a nuestros aliados el tiempo que deseen, salvo que sean expulsados o obligados. Desgraciadamente mi poder no es bastante para hacerlo con lo que bajar a intentar ayudar a los apresdos es, sencillamente, una locura. Hay demasiados espíritus y lo único que vamos a lograr es que se apoderen de nosotros. Debemos, por tanto, seguir viaje. Podríamos, por supuesto, tratar de hablar con Menon, pero sería un error. El odem es inteligente y podría actuar. Creo que deberíamos encerrarlo impidiendo que vea nada, con vendas en los ojos y en una zona donde no vea nada, a fin de evitar que pueda saltar de Genan a otro cuerpo.
Jeje. Es gracioso porque dais vuestras opiniones como si fuese a tenerlas en cuenta. El tema se reduce a que el Capitán Ene Punto Timothy no quiere ser poseido, y por tanto el Virago no se va a quedar a que esos merluzos nos hagan más posesiones.
El Virago remontó el río. La playa que separaba Beltis de Valetta estaba dividida en tres zonas, que el Capitán Timothy iluminaba ocasionalmente con una linterna sorda. La zona central mostraba ocasionalmente cuerpos semienterrados por la arena, la mayoría de ellos antiguos, manos esqueléticas a las que no quedaba carne y que los huesos solo se mantenían unidos por la ropa. También había ástiles de proyectiles de balista, como troncos de árboles sin ramas.
Las zonas adyacentes a ambos puertos estaban equipadas para la batalla. Troncos formando parapetos, tablones en las trincheras que hacían de pared para que la arena no se escurriese en el agujero, atalayas de vigilancia fabricadas en madera... Había balistas y cañones, y la zona "neutral" era tan larga que sus proyectiles no eran capaces de alcanzar las filas enemigas.
Aquel campo de batalla estaba vacío, salvo por un hombre dormido junto a una linterna encendida, en lo alto de una de las atalayas del bando rebelde gundarakí de Valetta. Atracaron en la aldea sin problemas, junto a otros botes amarrados. El pueblo estaba iluminado por farolillos y decorado por guirnaldas. Había mesas grandes con restos de comida abandonados a su suerte con bancos para sentarse a comer al aire libre en plena noche. La fiesta había acabado: solo quedaban en la calle algunos hombres que dormían sobre algunos bancos, mesas o incluso tirados por los suelos de las calles. Alguno de estos humanos aún estaba abrazados a botellas de distintos alcoholes.
Valetta contaba con tres edificios bien diferenciados del resto de viviendas. Uno de ellos era una iglesia de madera con campanario. Otro era de piedra, robusto y sin ventanas. El tercero, el más grande, era una especie de lonja a las afueras, al este, con paredes de ladrillo y ventanales amplios a veinte pies del suelo. Nathan llamó la atención sobre un cuarto edificio, una especie de vivienda ligeramente más pequeña que la iglesia o el edificio de piedra e indistinguible del resto de las casas.
En alguna ocasión me he alojado en ese edificio de allí. Es más una taberna que alquila habitaciones que una verdadera posada.
Nathan Timothy saltó al muelle con un cabo, y amarró el Virago.
Ya es de noche. Aproximadamente las once de la noche.
Beltis y Valetta no están demasiado cerca, aunque "solo" haya un campo de batalla entre ellos: la distancia entre Beltis y Valetta es casi el triple que la distancia entre Karina y Beltis. Los proyectiles de balista y cañón disparados desde la zona de Valetta no llegan a Beltis, se quedan en la zona intermedia de la playa.
Alanis bajó cabizbaja tras escuchar la explicación de Alarico, se quedó pensando en el resto de sus compañeros,y en lo triste que serían sus vidas ahora, teniendo que compartir sus cuerpos con esos espíritus chocarreros.
De cierto modo ella pensaba igual que el capitan Timothy, ella también hubiera partido, después de todo, su prioridad siempre habia sido ella primero, y ella después, y no tenía intenciones de cambiar su existencia material, por ayudar a un grupo de mercenarios que recien habia conocido, finalmente todos sabian a lo que se arriesgaban al aceptar ese trabajo.
Alanis avanzó en silencio, mirando a la distancia el campo de batalla quue se extendía en medio de aquellas dos poblaciones, el sereno humedo de la noche, y la oscuridad hicieron tiritar el cuerpo frágil de la hechicera, se aferró a su bastón como si este fuera una pared que la protegía de las ráfagas de viento, y volteando a ver a sus compañeros que quedaban aun de pie les dijo.
-Es algo tarde para explorar...creo que lo mejor sería quedarnos esta noche en la taberna y continuar moviéndonos mañana...no quiero que los cadaveres del campo de batalla se levanten y nos persigan, creo que ya hemos tenido suficiente de muertos vivientes y espíritus por un día.- susurró la hechicera.
Quiora se sintió aliviada cuando Nathan confirmó que no iban a acercarse para ser poseídos por los espíritus. Ya tenían suficiente con llevar uno con ellos y las palabras del oscuro clérigo sobre que podía saltar del bosquímano para meterse en otro de los presentes, la habían inquietado.
Habría saltado ya sobre otro incauto o seguiría en el cuerpo inconsciente del druida?
Quiora empezó a tocarse todo para cerciorarse que seguía siendo ella misma, hasta se tiró un sonoro pedo con el fin de asegurarse que tenía el control absoluto sobre su cuerpo.
Todo parecía en su lugar.
Al poco tiempo de marcha, el desolador campo de batalla llamó su atención. Sin duda aquella tierra en la que habían caído estaba maldita. Deseó volver por la puerta por la que había entrado y viajar a otros lugares donde su hacha fuera más efectiva, pero por ahora estaba atrapada en aquel diminuto barco con rumbo desconocido. Al menos la compañía le agradaba. El capitán 'Ene' parecía compartir los pensamientos de la semiorca respecto a poner a salvo el propio pellejo y además un extenso conocimiento sobre las tabernas de la zona. Más que suficiente para que a la bárbara, a la que ya le había entrado el hambre al ver los cuerpos rostizados de la anterior aldea, le cayera simpático.
- Me apunto! Vayamos a la taberna!
Pronto se le había olvidado qué hacían realmente ahí o cuál era su misión, si es que seguían con intención de llevarla a cabo. Tampoco pasó por su cabeza el cuidado del bebe o el tener controlado al supuestamente poseído Gennan. Marchó pues alegremente hacia el edificio que había señalado el Capitán de la Virago.
El capitán en un alarde de su generosidad decide salir corriendo de la zona, pero por una vez no puedo discutir su criterio, no tenemos manera de luchar contra esos espíritus y liberar a los compañeros presos de momento.
Mientras navegaban por el desolado campo de batalla, Menon no pudo evitar que había llevado a esa masacre sin sentido, y se preocupó razonablemente de que un proyectil les diera de lleno y los hundiera en esas aguas repletas de muerte.
Por suerte en el pueblo vecino parecían mas pendientes de dormir que de controlar la orilla, por lo que no tuvieron problema en atracar en su puerto, por lo vista una especie de fiesta había tenido lugar y todo el mundo dormía la mona, por lo demás el lugar no tenía nada destacable, siendo sus edificios bastante normales, pero nuestro intrépido capitán conocía donde estaba la taberna local y allí se dirigió.
- Si es necesario descansar, pero también tenemos que vigilar a nuestro druida y al niño, espero que podamos encontrar un lugar donde lo cuiden y ver que ha sucedido aquí.
Tras dos horas inconsciente como resultado del puñetazo de la semiorca, Genann despertó atado al mástil de la embarcación. Ni una sola palabra le fue dirigida, ni le prestaron más atención que la que se podría dedicar a un saco de patatas. Tan solo alguna mirada de reojo de vez en cuando, cargada de hostilidad o desprecio y poco más. Y cuando finalmente llegaron a destino, el capitán puso pies en polvorosa seguido de Quiora, que dejó tras de sí el repelente rastro de su flatulencia. El resto parecía dispuesto a seguir sus pasos y al druida no le quedaba claro cuál iba a ser su destino. Si seguir maniatado allí y pasar una noche de perros o qué. Y esos eran los compañeros que había elegido para vivir aventuras. Hasta los perros que lo habían acosado durante las últimas jornadas, le habían tratado mejor.
-¿Alguien podría darme un poco de agua? Porque me imagino que no vais a soltarme, ¿verdad? Aunque lo cierto es que si tenéis intención de mantenerme así, mejor sería que me echarais del barco y que me buscara la vida por mi cuenta. Peor que con vosotros no voy a estar.
La entidad que había poseído al druida, relegando su consciencia al fondo de su mente, miraba desde los ojos de este el terreno que separaba su amada Beltis de Valetta. Ante la visión del campo de batalla, de los viejos y resecos cadáveres, aliñado por recuerdo de la masacre, de las violaciones y de la cremación que había reducido a su pueblo a cenizas en el sentido más literal de la expresión, su odio crecía de forma exponencial. Se lamentó de haberse encarnado en aquel cuerpo débil y estúpido, sin habilidades especiales y cuyo mayor valor parecía ser su capacidad para hablar con animales, algo del todo inútil como bien sabía todo el mundo.
Lo único bueno era que al menos había salido de los límites de Beltis y que ahora estaba en aquel pueblo despreciable cuya destrucción era tan segura como que los dioses les miraban con resignación esperando que el siguiente movimiento en el tablero fuera un poquito más interesante que su constante ansia de sangre y muerte.
Tironeó de las cuerdas que lo maniataban inútilmente. El mierda del druida no tenía fuerzas ni para romper un hilo de lana así que qué iba a hacer con una cuerda de verdad, salvo que esta estuviera suelta en origen. Pero dudaba que los compañeros del abrazárboles fueran tan sinsustancia y cuerpoescombro como él.
Así que en previsión de todo tenía que intentar hallar una salida. Una era poseer el cuerpo de alguien más poderoso, cosa bastante fácil de conseguir teniendo en cuenta cómo era el druida. Otra era que lo abandonaran lo cual le abriría grandes posibilidades. La tercera pasaba por esperar al nuevo día y con ello lograr que la renovación de los conjuros fuera favorable a sus intereses. Y ante todo, paciencia. Mucha paciencia.
Motivo: soltarse
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+1)=5
Ah, eso te gustaría, ¿verdad? Que te diésemos agua... ¿Acaso ves que tenga cara de idiota? ¡No te daremos agua! El perro de Corvino te vigilará mientras vamos a la taberna.
El Capitán tiró del collar del can para hacercarlo a Genann. En cuanto le soltó, el perro bajó la cola y la mirada, para a continuación alejarse hacia proa con el rabo entre las piernas. Nunca Genann había tenido tanto poder de intimidación con un perro. También es cierto que el de Corvino, lo más que llegó a hacerle al druida antes de ser poseído, fue violar su pantorrilla.
Este perro es estúpido. No pasa nada, podemos hacer como me hicisteis a mí: meterle dentro de una de mis jaulas en la bodega del Virago.
Actualizo tus stats. Has recuperado 3 puntos de daño no letal.
No consigues liberarte de las ataduras, pero puedes volver a intentarlo.
Si te desatan para llevarte a la jaula, tendrías ocasión de salir corriendo delante de todos. ¿Te resistirías o dejarías que te metiesen en la jaula?
Genann dejó caer la cabeza, desesperado ante su aciago destino, atado al mástil y con la amenaza de ser vigilado por el perro de Corvino y sin agua. Y quien hablaba de sin agua, hablaba también de sin comida. Parpadeó extrañado ante el comportamiento del perro, algo que para el druida era peor que el que intentará montar su pierna o le gruñera. Y encima, ahora las cosas pintaban peor, pues parecía claro que sus siguientes horas las pasaría enjaulado.
-Pero, ¿qué os he hecho yo? -dijo simplemente, antes de caer en un mutismo del que parecía no iba a salir a sabiendas de que nada de lo que dijera iba a servirle.
Mientras interpretaba su papel de druida agilipollado, el odem forcejeaba disimuladamente con las ataduras, en un intento vano de liberarse de ellas. Era cierto que había sentido que un nudo se aflojaba pero dudaba de que aquello bastara para liberarse de su presa. Y ahora, el maldito perro se escurría con el rabo entre piernas, evidenciando su posesión y haciendo que el capitán de la Virago lo condenara a la jaula en la bodega. Si al menos fuera la perra a la que había tomado bajo su cargo, sabia que esta no hubiera reaccionado así, acostumbrada como estaba a la infame naturaleza de su amo, Malocchio.
Así que ante él se abrían dos posibilidades. Tratar de huir en cuanto lo soltaran, lo cual implicaba salir corriendo y buscar un lugar en el que ocultarse, y de todos era sabido que lo de correr no se le daba muy bien a aquel cuerpo, o permitir que lo encerraran y en la soledad de la bodega, evaluar sus posibilidades.
Ninguna de las opciones era buena. Aunque quizá, si aprovechará el momento y saltara por la borda, podría dejarse arrastrar por las aguas hasta la orilla. Y entonces, las cosas serían distintas.
Motivo: Soltarse
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+1)=10
Intentaremos huir.
- Gennan tienes que entender que hay algo que se ha alojado en ti, lo mismo no te controla a que está esperando a rebanarnos el cuello, mira como se ha comportado el perro, esta claro que siente la presencia en tu interior. Lo más seguro es que tengamos vigilado, pero te daremos agua y comida, el capitán no decide esa tortura sobre nosotros. Seguro que pronto encontramos a alguien que sepa de posesiones y te ayude.
Ayudo a llevar a Gennan a la celda, en verdad esperaba que hubiera alguien que pudiera ayudarle.
Alarico se preocupa que Gennan tenga los ojos vendados, y las manos atadas a la espalda con alguna de los cabos del barco. Aunque no le dice nada a Gennan son las necesarias precauciones para que el odem no pueda saltar de su cuerpo a otro con facilidad. Si al menos estuviera seguro que el espíritu sigue en él... pero es lo que hay. A pesar de todo, sin hablar le da agua de beber, antes de partir en dirección a la taberna.
Sin preocuparse por supuesto por el niño. Ni tampoco por el druida o por quien podía quedarse en el lugar. Tenía, después de todo, sus propias preocupaciones.
Cuando Menon y Alarico se acercaron al prisionero para trasladarlo, Genann se puso en pie de pronto haciendo que los dos se cayesen hacia atrás. Normalmente Genann no era tan fuerte, pero el vaivén del Virago en el río dificultaba que la gente mantuviese la verticalidad. Al final resultó que Quiora no había atado muy bien al poseso...
¡No dejéis que escape!-gritó el Capitán, manteniendo las distancias y evitando hacer las cosas por él mismo cuando podían hacerlo otros.
Los primeros en reaccionar fueron los animales. El pájaro del druida alzó el vuelo, y el perro de Corvino se lanzó al tobillo mordiendo las pieles con las que Genann se vestía. Los colmillos no llegaron a perforar la carne, pero cuando el animal tiró de la pierna del humano, hizo que el druida se cayese hacia delante.
¡Hombre al agua! Siempre quise decir esa frase, la verdad.
Genann cayó por la borda, en el espacio que separaba el casco del balandro con los tablones del muelle. La corriente lo arrastró río abajo, en dirección de nuevo a la desolada aldea de Beltis.
Cuando ya había comenzado a avanzar alegremente hacia la posada indicada por el capitán Ene, la llamada de atención proveniente de la Virago la hizo detenerse abruptamente. Pero qué demonios pasaba ahora? Es que no se les podía dejar solos ni un instante?
Movida por la curiosidad regresó al barco justo para ver como Gennan se alejaba arrastrado por la corriente.
Lo observó con cierta indiferencia. Seguramente fuese mejor así, de esa forma no tendrían que preocuparse del espíritu que lo poseía. Que los dioses arborícolas se ocupasen de su discípulo (aunque claramente no le favorecían demasiado).
Venga- animó a los que quedaban- vais a venir conmigo o os vais a quedar como pasmarotes ahí todo el día? Seguro que en la posada encontramos información sobre dónde dejar al bebé, a no ser claro que alguno de vosotros quiera adoptarlo.
Viendo que Alanis estaba más preocupada por su 'pelo' que por el bebé que tenía a su cargo, Quiora se lo arrebató con más cuidado del que se podía presumir en alguien de su especie y decidió responsabilizarse de él hasta que alguien más competente se cruzase en su camino.
-Bueno, yo no pienso quedarme aquí a llorar a los que han quedado atrás. Me llevo el gusano cagón a la taberna que seguramente esté más calentito. Os veo ahí.
Inspiró profundamente y se armó del valor necesario para superar la repugnancia que le daba la criatura. En cierta forma se sentía responsable de mantenerlo con vida, ya que lo había rescatado de la aldea de las barbacoas. Que el infante llevase dentro algún espíritu como el que se le había metido al resto, no se le pasó por la cabeza ni por un instante.