Partida Rol por web

Aun medio adormilado el barbaro avanza dispuesto a golpear al primer enemigo que se acerque a el

- ¡Venid a morir Perros! - grita Xiombar mientras gira su espadon por encima de su cabeza

Los Gnolls se dirigen hacia vosotros y la adrenalina corre por vuestro cuerpo despejándoos de los restos de sueño. Los dos bárbaros salen del círculo de protección como dos posesos, Dench incluso saca espumarajos por la boca, mientras gritan y blanden sus armas hacia sus enemigos.

Xiombarg hace un barrido a la altura del estómago del Gnoll, cortando la rudimentaria armadura de cuero y pieles y tiñendo la punta de su mandoble de sangre Gnoll. Mas allá, el ruido de la madera astillándose resuena mientras el hacha de Dench se incrusta contra el escudo de madera del Gnoll astillándolo.

Alrededor de la hoguera una débil luz se suma al resplandor de las llamas y el conjuro del enano cuando cyrus hace aparecer su cuchilla psíquica y un recital surge de una posición detrás vuestro mientras el Gnomo activa un conjuro.

Pero los Gnolls son criaturas malvadas y avanzan sin temor rodeando a Xiombarg y al semiorco para asegurarse una rápida victoria sobre ellos, mientras un pequeño grupo se concentra en el círculo defensivo.

Xiombarg es acosado por los cuatro costados. Aunque se defiende como un jabato rechazando dos ataques una espada le impacta en un costado dejándolo a merced del espadón que baja rasgando la cota de mallas y abriéndole una fea herida en un costado.

Dench tiene mejor suerte. Sus oponentes dudan al ver su rabia y solo uno de ellos ataca. El golpe es tan ridículo que el propio movimiento al impactar contra la coraza del semiorco le quita el arma al Gnoll de las manos dejándolo indefenso.

Cyrus también nota como su sangre recorre la piel debajo de su armadura. El Gnoll en un rápido giro de su hacha consiguió eludir el escudo y cortar la carne. Aunque es un simple corte se puede ver el triunfo del Gnoll en sus ojos.

Annael esquivó tanto la hoja de hierro de la espada como la flecha del Gnoll con su naturalidad élfica y cara de fastidio. Era casi como si una molestia intentara tocarle.

Borkar vio cómo el combate se desarrollaba... su mente era tan rápida como sus patas... así que pasó de la magia por el momento... su hacha debía actuar rápida, veloz y mortal... 

El enano se mueve pasando de manera inexplicablemente rápida entre el elfo y el maldito gnoll al que está batallando... Dejádme en paz nenas... no quiero bailar con vosotros...  luego llega hasta uno de los Gnolls que rodea a Xiombarg y la asesta un hachazo con todas sus fuerzas. ¡Come acero lobito!

Dench grita lleno de furia, mientras gira su hacha con mortal precisión hacia uno de los gnolls.

- ¡¡VAMOS!! ¡¡VENID A MORIR!!

Gerbo vio como los gnolls rodeaban a los bárbaros, que por otra parte se habían lanzado al combate de una forma demasiado temeraria. Ya estaba acostumbrado a ver a Xiombarg meterse siempre en mitad del combate pero esta vez parecía que los enemigos estaban tomando ventaja. Sin perder más tiempo, se deslizó por la pared de roca, avanzando hacia el sur para tener una mejor perspectiva de los gnolls que rodeaban al bárbaro.

"Justo como esperaba, han dejado un hueco en sus defensas - pensó Gerbo.- Ya sabía yo que no podía salir nada bueno de un bichejo que desciende de una hiena..."

El gnomo introdujo la mano izquierda en su organizador de pergaminos y justo el que andaba buscando se deslizo en su mano como por arte de magia. Desenrrolló el pergamino de un tirón y lo recitó con voz alta y clara. Una luz surgió de repente, concentrándose alrededor de una bola llameante que salió despedida hacia el gnoll armado con el arco. En un instante toda la escena quedó iluminada por una deflagración flamígera y explosiva y el ambiente quedó inundado por un molesto olor a chamusquina.

Xiombarg noto un gran calor a su espalda pero lo que le preocupaba estaba delante de el

- Asi que sabes usar ese arma pequeño chucho. Pues dile a tus dioses que alguien mejor que tu acabo con tu vida - y tras emitir esa sentencia descargo un enorme golpe sobre el gnoll que habia osado herirle.

Annael intenta atacar a su oponente, pero, por esta vez, solo logra desviar los ataques.

- Sucio perro baboso. Ya veremos en el siguiente lance- dijo sonriente.

Tras la gran explosión que produjo el gnomo yo me doy cuenta de que justo enfrente de mi estaba uno de esos pequeños monstruitos, nada comparable con los enemigos a los que nos hemos enfrentado, asique con prontitud le clavo mi hoja psionica en su cabeza y cuando me giro para observar el entorno después de la explosión veo que el nuevo semioorco se encontraba rodeado por lo que me dirijo hacia su posición para intentar ayudarle.

Aguanta guaperas que ya llega la caballeria - le grito al semiorco

El combate parecía que iba a ser duro tras el primer asalto. Los Gnolls habían rodeado a varios de vosotros inflingiendo heridas en varios miembros del grupo y sus agudas risas de hiena llenaban el silencio de la noche. De pronto una explosión de llamas sacudió la zona quemando vivos a varios Gnolls y provocando un chillido de agonía en ellos. Los Gnolls supervivientes, estupefactos ante tal poder mágico huyeron en estampida hacia la seguridad de los árboles sin darles una última mirada a sus compañeros caídos.

Mientras el semiorco coloca a su espalda el muro de fuego instintivamente, apenas escucha las palabras de su compañero que quedan ocultas por el rugido de las llamas.

Borkar se pone furioso al ver la estampida de los Gnolls... se pone tan nervioso que comienza a dar hachazos en el aire.. no como un clérigo de Mathammor Duin... sinó como un estúpido Bárbaro del Valle del viento helado... tal es su torpeza que el hacha sale volando por el aire.*

Tras acabar con uno de sus enemigos Xiombarg se giro hacia otro de ellos, pero lo unico que pudo hacer es intentar golpear al cobarde que escapa de la muerte segura que le esperaba a sus manos.

- ¡Vuelve aqui cobarde! -