La crisis económica que asolaba el país no estaba dejando ninguna buena imagen hacia el exterior. La primera superpotencia mundial se veía muy afectada por el paro, la delincuencia y los continuos motines por parte de ciertos sectores de la sociedad. Sumándose a las bandas ya existentes de barrios marginales, comenzaban a surgir nuevos movimientos en contra del gobierno, bandas cada vez más organizadas que lograban sus propósitos a la fuerza, y muchas de ellas organizadas por hombres con mucha influencia o con extrañas virtudes. EEUU se estaba sumiendo en el más absoluto de los caos y era algo que varios países observaban con mucho detenimiento, y porque no decirlo, con una gran sonrisa en sus rostros.
Tu, hace ya muchos años que dejaste de ser esa niña inocente que no alcanzaba a entender lo difícil que era poder tener una vida feliz junto a los tuyos. Tu infancia había sido dura y tu adolescencia la verdad es que no mejoró tu calidad de vida. En manos del Dr Green, donde tus padres te dejaron para intentar curarte del mal que te acechaba, pasaste diez largos años. Diez años de pruebas, de tratamientos, de miedo, de soledad.
Hace dos años que te fugaste de aquella “prisión”. Pero, a diferencia de lo que hubieras pensado, tu vida tampoco así ha mejorado. Pensabas que huyendo lejos de aquel hospital se acabarían tus problemas, que podrías vivir como una persona normal, pero había alguien interesado en que eso no ocurriera. Donde fueras, acababas siendo encontrada por, algunas veces la policía, otras veces el FBI, otras veces la CIA. Normalmente lograbas escapar, tus habilidades te eran muy útiles, y poco a poco las fuiste perfeccionando. Te cambiaste el nombre, el pelo y la forma de vestir y lograste pasar inadvertida durante un tiempo.
Tu extraña vida te ha llevado a Manhattan, donde has conseguido algo de paz durante un tiempo. Vives escondida en una zona industrial situada al sur de la ciudad y trabajas como repartidora de pizzas. No es un trabajo excepcional, pero te da para alimentarte mientras piensas que hacer con tu vida.
Hará un par de días volvieron a dar contigo. Te encontrabas en una entrega, cuando un coche negro de lunas tintadas comenzó a seguirte, intentaste darle esquinazo pero, con muy poco acierto, te metiste en un callejón sin salida. Dos hombres trajeados bajaron del coche y sacando a relucir sus pistolas, te pidieron que les acompañaras. Obviamente te negaste y todo se complicó cuando te viste encañonado por ellos.
No tenias objetos a tu alrededor que utilizar contra ellos, salvo las canicas, pero era peligroso intentar cualquier movimiento y no ser disparada. Sacaste poco a poco las canicas del bolsillo y comenzaste a girarlas con tus manos, pero uno de ellos se percató y solo te dio tiempo a cubrirte el rostro con las manos cuando un fuerte disparo resonó en todo el callejón, seguido de varios golpes y sonidos de pisadas. Alzaste la cabeza de nuevo y pudiste ver como un hombre golpeaba brutalmente a los federales con un palo de golf hasta dejarlos totalmente KO. Se giró hacia ti y pudiste ver, entre su máscara, una enorme sonrisa. Acto seguido, salió del callejón ayudado con una pistola lanza garfios que lo catapultó a la azotea del edificio.
Abandonaste el lugar lo más rápido que pudiste y te volviste a esconder durante varios días, pero la comida comienza de nuevo a escasear, por lo que has decidido salir a coger algo de comida. Tienes algo de dinero y, el Centro comercial que hay cerca de donde te encuentras es un lugar muy abarrotado donde podrías pasar totalmente desapercibida entre la multitud. No es la primera vez que vas y lo conoces bastante bien.
Se trata de un edificio de grandes proporciones de paredes totalmente acristaladas. Desde cualquier punto de la calle puede verse el interior del mismo, el cual se divide en cuatro plantas. En la planta inferior hay un supermercado.
Nunca sabia como la hacian para encontrarme. Algunas veces pensaba que tenia algun microchip instalado en alguna parte del cuerpo que les permitia localizarme pero dado que tardaban semanas o meses en hacerlo descarte la idea.
Muchas veces me planteaba si merecia la pena seguir escapando, en esos momentos recordabas las agujas y las pruebas interminables, de esfuerzo, de potencia, de resistencia a la privacion de sueño o incluso las de resistencia al dolor...eso era todo lo que necesitaba para tener pesadillas de por vida y salir corriendo se convertia en un impulso casi primario.
Aun asi, no queria hacer daño a nadie, nisiquiera a los tipos de traje que me miraban como un monstruo o un objeto que llevar de retorno ante su propietario y que llevaban dos años persiguiendome.
El trabajo de repartir pizza era cuando menos poco ratificante pero estaba adaptandome bien. Incluso me permitia fantasear con poder quedarme alli un tiempo y entender que era eso de tener una vida normal. De hecho yo no tenia ni idea de que era tener una vida "normal"
Mi familia se avergonzaba del monstruo que era y todo lo que conocia eran las paredes de un hospital. El mundo exterior era muy diferente a como lo recordaba, daba miedo casi todo el tiempo pero me gustaba ser libre, pese al hambre que me castigaba tantas veces.
Esa noche fui a repartir como siempre pero lo que temia sucedio. Por instinto sali corriendo hasta el callejon, con la determinacion de que antes llevarian mi cadaver al laboratorio que volver por mi propio pie, no obstante, si podia evitarlo, no queria dañar a nadie.
De la nada aparecio un tipo enmascarado que me salvo sin ninguna razon. No creo que supiera lo que yo era pero aun asi, nadie habia hecho nada asi por mi antes.
Pero eso era pasado y ahora mandaba el estomago. El centro comercial parecia el lugar mas adecuado para conseguir algo de comer. La experiencia me decia que las galletas de chocolate no podian faltar en mi lista. Eran rapidas de comer, salian muchas por poco dinero, llenaban el estomago y sabian bien.
Como un raton me deslice entre las sombras hasta el centro comercial, buscando una hora de maxima afluencia de gente y con mis canicas en el bolsillo. Tenia muy claro que queria coger y donde estaba la caja rapida.
Genial el detalle del comic ^^
Con la rapidez que te caracterizaba, aunque cortándote bastante para no llamar demasiado la atención, te dispusiste a coger lo que realmente necesitabas para pasar unos días hasta que decidieras que hacer. Gracias al dinero que cobrabas en tu trabajo y al hecho de que el alquiler que pagabas era nulo, pudiste pagar sin problemas. Tomaste la bolsa de papel que te ofreció la cajera y, sin dejar que el ayudante guardara los productos en la misma, te adelantaste a guardarlos para salir lo más rápido posible de allí.
El centro comercial estaba abarrotado de gente, hora punta, fin de semana, tenía todos los alicientes para que muchas de las familias de Manhattan se encontraran allí pasando el día. Observaste a ambos lados al salir del supermercado, siempre lo hacías por precaución, pero aquel era un lugar donde sería poco frecuente encontrarse con una emboscada.
Aunque tuviste que tragarte tus palabras cuando un estruendoso ruido, seguido de un millar de trozos de cristal cayendo del cielo, hicieron cundir el pánico en la zona central del centro comercial. Cubriste tu rostro con una mano para evitar que los pequeños trocitos del cristal hecho añicos se te metieran en los ojos, aunque no pudiste evitar el mirar hacia arriba para ver que es lo que estaba ocurriendo.
Alrededor de diez hombres de oscuros uniformes comenzaron a descender por cuerdas hacia el piso inferior mientras que, de un extraño vehículo, parecido a un avión, que permanecía levitando encima del edificio, descendían tres extraños robots metálicos ayudados por unos retropropulsores que los hacían descender a menor velocidad. En su bajada, estos prototipos, habían descolgado una de las vigas que sujetaban el techo que permanecía enganchada el resto gracias a un cable que pasaba por ella y que, claramente, no aguantaría el peso de la viga.
Segundos después, la viga, se desprendió del techo y se precipitó a una gran velocidad hacia el suelo, llevándose a su paso unas escaleras mecánicas. La gente corría de un lado para otro, sin saber muy bien hacia dónde dirigirse y, en medio de todo este caos, una niña observaba, inmóvil y aterrada, como la viga se la venia encima…
Haz una tirada de Iniciativa y dime lo que haces.
Dime algo lo antes posible, no quiero ralentizar mucho la partida.
Todo habia sido casi demasiado facil, esperaba que tal vez una patruya apareciera a la salida y me tocara correr pero eso era demasiado. Los cristales caian sobre la gente demostrando un nulo respeto por todas aquellas vidas humanas.
En un instante quise salir corriendo pero esa viga me hizo reaccionar de un modo diferente. Que a ellos no les preocupara matar inocentes no significaba que no me importara ver morir a alguien por mi culpa.
Sin pensar corri con todas mis fuerzas para apartar aquella chica del peligro de terminar aplastada por la viga.
Hago yo tu tirada de Iniciativa. Quiero continuar con la partida hoy...
Vaya tirada!!.
Tirada: 1d20(+9)
Motivo: Iniciativa
Resultado: 18(+9)=27