Partida Rol por web

Llevo ya un rato observando por la ventana y ni rastro del grupo. Es imposible ver nada con esta lluvia y esa niebla no me deja ver más allá de la primera línea de árboles. La preocupación, poco a poco, hace que los pensamientos negativos inunden mi cabeza.

¿Y si les ha pasado algo? No Cooper, tranquilo todo irá bien, sólo vendrán calados hasta los huesos… Un rato en la chimenea y todo será recordado como un mal trago… Incluso podría subir aquí con Caroline, el calor humano es mejor que cualquier fuego.

Sigo mirando por la ventana, cada vez con menos esperanza de ver algo. Será mejor que baje, es imposible ver nada, veré como les  va al resto del grupo con el fuego.

Lanzo una última mirada y algo me llama la atención. Ehhh un momento, ese no es aquel naturista ¿Steve? ¡Y tanto! Y al parecer le sigue Mike, parece que cojea. Pero… ¿y las demás?

Salgo corriendo de la estancia y comienzo a bajar los peldaños de la escalera de dos en dos, el corazón me va a mil, los nervios aumentan por momentos. Al llegar al recibidor que comunicaba con el salón donde había dejado al resto del grupo chillo sin ni siquiera dirigir una fugaz mirada hacia ellos.

- ¡Encontré al grupo, parece que han tenido problemas!

Salgo al exterior y comienzo a correr al encuentro de los dos tipos, mojándome por completo. Siento como el corazón quiere salir de mi pecho al ver que nadie les sigue… Joder Caroline, joder. 

- ¿Dónde está Caroline?- agarro con fuerza a Steve por la camiseta, sin darle tiempo a nada. Lanzo una fugaz mirada por encima de su hombro, para cerciorarme que no aparece Caroline. Sólo veo a Mike con dificultades al andar.

- ¿Qué coño ha pasado? - vuelvo la mirada a Steve mientras la lluvia no para de caer sobre nosotros.

Mientras coloco los troncos en la chimenea para hacer el fuego veo como Cooper baja del piso superior diciendo que vienen nuestros compañeros, eso me alegra, pero de repente lo que comenta hace que un escalofrío recorra mi cuerpo. Dice que han tenido problemas, no puedo obviar pensar que quizá Gabrielle este mal.

¿Cooper, como que problemas? - salgo tras el al exterior de la casa, la lluvia no me importaba en esos momentos. Miro al grupo, y veo que Gabrielle y otra de las chicas no vienen con ellos. Rezo para que al ver la lluvia se volvieran al pueblo.

Veo como Cooper no puede parar su rabia y pregunta también por su pareja.

¿Que pasó? ¿Donde está Gabrielle? Hablad.

Entre Steve que parece un tarzán de la jungla y tú que... una más y no tienes cordura... Tienes -1... jejej yo me lo voy a pasar pipa.

Pies para que os quiero. Esa frase cobra sentido en mi cabeza hasta límites insospechados y por fin la entiendo. Esos bonitos animales iban a tener que esperar para ser acariciados, que remedio. Eso pienso al menos hasta que veo como uno de ellos se despacha con una de las mujeres.

Lobo... No, joder está comiendo más de lo necesario. Seguro que el pobre luego se empacha, aunque lo mismo es su cumpleaños. Sí seguro es por eso que desgarra con ganas. ¡Ánimo pequeño! Eso, sí, no conmigo.

Me evado mientras corro de mi propio mundo hasta que diviso una casa y voy hacia ella como un misil, pero misil no contaminante. No me da tiempo ni a asimilar lo que esos animales han terminado por hacer con ambas mujeres porque el marido de "Primer plato", o creo recordar que era su marido, me agarra y me pregunta por su esposa.

- Ni de coña, tío, ni de coña. - digo mientras aparto sus manos de mí y me dirijo hacia la casa para entrar en ella. - Prime... Digo Caroline, ha sido atacada por unos lobos que vienen hacia aquí. - y ni de coña me quedo fuera, pero eso no lo digo. - Si quieres entra y te explico o ve a buscar lo que pueda quedar de ella. - estoy alterado pero forma parte de mi naturaleza decir las cosas en crudo. Miro entonces quien puede estar en la casa y veo a mi adorable esposa. Menos mal que ella está bien. 

Apenas si pude explorar un rato, pensando en la pésima suerte la de tener tan bello bosque pero con tan pésimo clima. Eso, hasta que escuché los gritos. ¿Qué carajo esta ocurriendo?, los chicos se veían alterados, habían visto que el grupo estaba regresando, y vi que ya estaban entrando a la casa y Steve de los primeros llegó. Se notaba bien físicamente, pero se notaba que estaba muy mal.

-¡Steve!, ¿qué demonios ha ocurrido?- Grité mientras escuché a su buena distancia la explicación. ¿Lo que pueda "quedar" de ella?

No era tonta, no iba a acercarme a esa puerta en lo más mínimo: -¡Pues no sean idiotas y cierren esas puertas! ¡O vendrán a por nosotros!- Golpeé el piso con fuerza y mis pulmones se vaciaron al ordenarles que se pusieran en movimiento.

Mike vio a su pareja y corrió a su búsqueda tras los gritos de los demás.

-¡Mike, Mike! -lo abrazó, aunque no pudo evitar mirar su tobillo. ¡Estás ensangrentado!, ¡vamos, cariño, hay que curarte! 

Mike ayudó a su pareja mientras recibía la noticia tan desgarradora. Dos de sus compañeros habían fallecido. Maldito juego.

Cerrasteis la puerta una vez que todos estabais adentro. Steve y Elena se apresuraron a encender la chimenea, pues los ánimos habían decaído por completo. Cooper y Robert necesitaban apoyarse mutuamente más que nadie en aquellos momentos. Tras limpiar las habitaciones con lo que podíais, cada pareja ser repartieron una, a excepción de los dos 'viudos', pues durmieron aquella noche solos, en el silencio de la noche.