Partida Rol por web

Angrend suspiró un tanto desilusionado por no poder hacer estallar todo aquel laboratorio lleno de aberraciones. Pero cuando la puerta se cerró no había nada más que hacer salvo continuar.

Al llegar a las alcantarillas ya podían guiarse más fácilmente.

-Desde aquí ya teníamos una ruta de escape preparada. Es cuestión de seguirla y llegar a nuestro vehículo de escape. Que supongo que nos estará esperando.-

Por si acaso lo comunicó a Ok.

-El equipo del sótano ya ha salido. Usamos la ruta de escape olorosa. ¿El transporte está en su sitio o ha cambiado de posición?-

Aunque en realidad no iba a cambiar mucho la cosa, quizás sólo caminar un poco más

Era extraño ver a una persona como Stefanos demostrar su confusión. Pero así fue: estaba genuinamente confundido por el comportamiento de la que él conocía como Naadir. Quizás fuera a decir algo pero en ese momento apareció tras él Ilyana que le susurró algo al oído. El hombre a punto estuvo de lanzar un exabrupto pero se limitó a rumiar algo que sonó a '¿esta noche nada puede salir bien?' e ignorando por completo a la que iba a ser su presa siguió el camino hacia la mansión.

Los otros no se lo pensaron dos veces: apuraron el paso hacia el exterior del recinto antes de que nadie pudiera sospechar todo lo que había sucedido en aquella velada.

Ok-Sar vio como sus dos compañeros salían de la fiesta, acercó el coche y los recogió, con calma. Espero a haber doblado la esquina y comenzar a tomar velocidad para hablar con ellos. 

—¿Todo bien? Yo tengo al objetivo de oportunidad que vi metido en un maletero en el sitio donde iba a hacer el intercambio de coches. Pero un día o dos puede aguantar antes de morirse. ¿Nos reunimos con el resto y comenzamos con el archivo? Luego podemos ir a por él y ya interrogarle en otro lugar. Mejor no poner todos los huevos en la misma cesta.  

Angrend seguía caminando por las alcantarillas hasta el punto de recogida. Sin duda no era un paseo agradable, pero al menos habían logrado hacer la misión con éxito.

Ahora sólo tenían que llevar al decados hasta una casa franca. Recoger todos los cabos sueltos y llamar para que les sacaran de allí cuanto antes.
Sin duda la Araña no tardaría en averiguar lo que había pasado. En cuanto hicieran el primer cambio de guardia y vieran los muertos, para lo cual no quedaba mucho, así que tenían que moverse rápido.

-Cinco, dos y yo vamos a salir. Recógenos cuanto antes, tenemos un poco de prisa. Y las vistas no son lo que se dice agradables.

—Os paso a buscar por la salida hablada de las alcantarillas. Si venís con paquete iremos un poco apretados, pero no pasa nada. 

Sí, Ok-Sar había tomado vehículos grandes, con gran maletero. Si hubieran tenido que llevarse presa a la Araña, no valdría con algo sólo para cinco personas. Y no sabían cómo de grande era el archivo. 

El plan de escape y el uso de la información... quizá debían dejárselo a sus superiores. Ellos eran gente de acción, no analistas. El prisionero... los prisioneros y la información deberían ser delicadamente utilizados.   

Una vez estuvieron en el coche y a unas manzanas de la mansión, Silvie se permitió un sonoro resoplido seguido de una deliciosa carcajada triunfal.

-"¿Has visto la cara de memo que se le ha quedado al Lord Consejero?" -si, estaba bastante satisfecha de su actuación- "Has sido un buen compañero de función Raynor. Igual tienes un don oculto para hacer este tipo de cosas... más allá de pilotar naves como un as." -elevó los hombros y le guiñó el ojo con picardía.

Aquel fue el único momento de distensión que se dejó asi misma. El plan había salido bien, pero había que terminarlo. Apretando de nuevo el comunicador indicó su opinión:

>> "Podemos ir todos juntos, reunirnos en el otro piso franco y avisar al Señor "I". Seguro que tiene un grupo de analistas esperando la información que les vamos a dar. Eso o en cuanto nos recojamos y estemos de camino nos ponemos al habla con él por si quiere algún modo de entrega especial."

Ryan habia vuelvo a su normalidad, ahora que no tenia que interpretar un papel, empezó a quitarse el maquillaje en el auto, los pomulos elevados, y el pelo falso, dejando su incipiente calvicie al descubierto de nuevo.
Sonrio ligeramente ante el halago de Silvie.
Se encogió de hombros – Solo he sido un compañero, el verdadero merito de esta misión lo has tenido tu. Creo que colaborar con la completa lista de invitados – se señalo su propio cráneo – servirá al Ojo para ver quiénes son los aliados mas próximos a los decados y los que de seguro tienen algún asunto secreto e ilegal pendiente con ellos. Solo me resta decir que… excelente trabajo. Ahora hay que eliminar nuestras identidades, … y por supuesto Ok-Sar. Me alegro de que hayas sido tu el que haya quedado en el auto, yo no hubiera podido reducir al decados como lo habías hecho tu. Y por supuesto nuestros compañeros. Aunque me quede con ganas de lanzar un EMP …-

EPÍLOGO

—La misión ha sido un éxito. Una operación casi quirúrgica, si se me permite decirlo.— la voz de Ignatius sonaba por intercomunicador a través de una frecuencia satélite cifrada.

El emperador Alexius estaba en su Sala del Silencio, un lugar de palacio secreto completamente insonorizado al exterior al que solo podían acceder sus consejeros más próximos. Pero en ese momento estaba solo.

—Tenemos un científico que descifrará la documentación extraída y a otro de los agentes de la Iniciativa Caronte que estaba en el frente de batalla de Estigma. Nos han confirmado al menos tres ubicaciones en los Mundos Conocidos de laboratorios genéticos. Hemos filtrado una de ellas a la Inquisición y en estos momentos un destacamento de avestitas se ha desplegado en el lugar.

—Los avestitas lo quemarán todo hasta los cimientos.

—Pero su palabra será validada de forma inmediata por la Iglesia, dando la puntilla que buscábamos a la operación Caronte y a la Casa Decados.

El emperador jugaba con un emblema de oro de la Casa Hawkood que, junto al de las demás casas, estaba en una estantería presidiendo una de las paredes del local en forma de gigantescas peanas que recordasen el equilibrio de los Mundos Conocidos.

—Desde el fin de la guerra nunca antes se había producido la caída de una Casa Mayor.— el león de los Hawkwood le devolvía su reflejo en dorado mientras hablaba.

—Nunca antes una Casa Mayor había intentado liberar la plaga que suponen los simbiontes en el resto de la galaxia. En realidad, su Gracia, no vamos a hacer caer la Casa Decados. Vamos a intentar salvar a quienes no estuvieran al tanto de la Gran Traición para que el pueblo o la Iglesia los linchen. Cuando todo esto acabe nadie estará orgulloso de lucir la insignia de los Decados, ninguna Liga querrá hacer negocios con ellos. Cualquier medida que tomemos será considerada benigna con respecto a lo que la gente querrá hacerles. Y ellos lo saben.

—¿Han capturado a Seraia?

—No contábamos siquiera con lograrlo. Es de suponer que en cuanto detectó la muerte de las guardias y el robo de los documentos voló todo el laboratorio, tal como indicaron nuestros agentes. Luego desapareció. Sabemos que la acompañó Ilyana, su guardaespaldas.

—¿Y Stefanos?

—Lo encontraron en sus aposentos. Muerto. Cianuro. Al parecer no quiso afrontar el futuro que les esperaba.

—¿Cuanto tiempo tenemos antes de que se ponga en marcha la Operación Caída?

—Ya está en marcha señor. Los avestitas ya deben haber llegado a su destino. En unas horas se hará pública la filtración de información sobre la Iniciativa Caronte. Tenemos a agentes esperando para caer sobre los principales dirigentes de la Casa Decados en cada mundo conocido.

—¿Y Estigma? ¿Y los simbiontes que han pasado la zona de Exclusión?

—Esa parte aún está en juego señor. Es más complicada. Depende de militares. Con ayuda de los documentos de la Iniciativa Caronte estamos avanzando más en unos días que en décadas de combate contra esas criaturas. Y puede que en algún momento llegue un armisticio.

—Si lo aceptamos ¿En que nos diferenciaría eso de los Decados ante la opinión pública?

—Hay cartas de esta baraja que todavía no se han repartido, su Gracia. No podemos hacer apuestas hasta saber como nos viene dada la mano. Dejemos que la gente de Estigma resuelva las últimas incógnitas y entonces tomaremos la decisión.

El emperador sostuvo el pedestal que mostraba la insignia Hawkwood en sus manos. Habían pasado décadas desde la última vez que había comandado un ejército y jamás se había acostumbrado a esta nueva forma de guerra. Sin embargo lo usó para tumbar el emblema de los Decados en la estantería, como un alfil derribando al rey enemigo.

Pero eso no hizo que se sintiera mejor.