Horacio se acerca a los sirvientes excitados. Al volver la vista atrás, descubre que la olla enorme donde sus compañeros se han escondido ha desaparecido. Está solo, solo como un perro sarnoso, piensa.
Los duendes tironean de una muchacha rubia armada con una reluciente escopeta. Le quieren mostrar unos restos de papel masticado. Aún queda más o menos intacta una cabeza... equina, con un cuerno. El unicornio que hiciera Adalverto.
Se acercan cada vez más al baño, donde seguramente descubrirán al viejo de limpieza, desnudo. Y él lleva sus ropas.
Qué hará? Intentará distraer la atención? Huirá? Tu turno!
La situación estaba empeorando, el unicornio encontrado, la mujer con la escopeta en mano camino a los baños, tendría que actuar rapido y de forma eficaz. Los inutiles se habian escondido y el prometio hacerse cargo de la situación.
Se acomodo el sombrero y se acerco mas aun a la mujer, tratando de camuflarse con el resto de los gnomos, desde esa distancia podría actuar a consiciencia se la guardia entraba al baño, acabaría con ella en dos golpes o bien podía optar por una distracción, el tiempo apremiaba y no contaba con lo necesario para la distracción, por el momento se mentendria cerca y listo para atacar.
La guardia se acercó a la puerta, la entreabrió, y vió al vejete desnudo en el suelo. Un duende saltó exitado, apuntando a los restos del unicornio.
- Zoofilia! Zoofilia! Es obvio, se cogió al unicornio y lo desintegró!!
El resto de los expectadores comenzaron a discutir alegremente la idea. Incluso uno llegó a decir que el unicornio le había pedido dinero para "pasar un rato interesante", y otro afirmaba a quien quisiera oir que "el cuerno... era mágico!".
Por supuesto, Horacio mantuvo la cara de mala leche mientras la guardia revisaba el cuerpo. El viejo comenzó a moverse cuando le salpicaron con agua la cara; pronto despertaría.
El duende se encontraba ante un dilema: golpear a la muchacha de la escopeta y el bien formado trasero era una opción, pero luego los excitables duendes alrededor armarían un gran alboroto (defensa 10, la chica está distraida). O podía hacerse el distraido y sumarse al bullicio para evitar que llevaba la ropa del viejo (Embaucar, dif 12). Claro, siempre quedaba la opción de escapar por la primer puerta que encontrara, antes de que alguien lo acusara o reconociera no reconocerlo.
Tu turno!
Horario no espera que los demas duendes entraran detras de la guarda para ver que habia alli, el tener que decidir si neutralizar a la guardia o huir le hacia poner de peor humor.
Miro a la guardia y al resto de los presentes tendría que encargarse de ella y pasar desapercibido, por lo que haciendoce el torpeque se acerco a la muchacha y la empujo fuertemente contra la pared para que esta golpeara su cabeza y cayera inconciente.
-: Permiso, permiso...-dando codazos se abrio paso- oh, oh...Viejo estupido...
Fueron las palabras que pronuncio mientras con una gran agilidad la guardia de prominente trasero era impulsada contra la pared del baño.
-: oh,. oh, oh..que torpe que soy....señorita...señortia...
Se acerco a lo mujer caida para cotejar que estuviera inconsiente, de no estarlo, se encargaria de que fuera de esa manera con unas cachetadas.
Tirada: 3d10(+11)
Motivo: golpe
Resultados: 9(+11)=20, 8(+11)=19, 6(+11)=17
Tirada: 3d10(+8)
Motivo: golpe
Resultados: 10(+8)=18, 8(+8)=16, 3(+8)=11
embaucar lo tire con el modificador de personalidad + embaucar lo que me dio el (+8). si no corresponde, ya veras.
La idea es hacer las dos cosas neutralizar a la guardia y embaucar a la multitud.
Horacio golpea a la muchacha, la cual cae contra el lavabo. Su cabeza rebota contra el blanco marmol. Curiosamente, el sonido es hueco y húmedo.
Todos los demás lo observan con un cierto reparo. Evidentemente nadie te reconoce, pero duda en decírtelo. La Ley de las Masas (Finas, con dulce de leche si es posible) se presenta en la habitación: Ya otro lo dirá. Y con ese argumento comienzan a dispersarse, observando a Horacio por el rabillo del ojo...
Mientras tanto, en otro lugar...
El grueso puro se consumía en sus manos. Los dedos, impecablemente limpios y lampiños, sostenían una carpeta, el motivo de su alegría. En la tapa, una etiqueta: Reporte Financiero Anual: DOD.
- Excelente... dijo con su voz gruesa y gutural. Los dedos se acercaron a rascar la barba, pero al recordar el puro que sostenían se detuvieron a medio camino. En lugar de ello, golpearon sobre un pesado cenicero de cristal para liberar y dejar caer la ceniza.
Detrás de él una docena de monitores le mostraban su refugio, su fortaleza inexpugnable. Le mostraban los accesos principales, las puertas de seguridad, la bóveda del dinero, su minibar con bocadillos. Todos los lugares importantes. Tal vez, debería estar viendo otros lugares, tal vez más prosaicos, pero más agitados en este preciso momento...
La multitud se dispersó, mientras el Gnomo sonreía y silbaba con las manos en los bolsillos. Qué haría? Con toda la fortaleza de Santa a su disposición, qué pasillo tomaría? Qué lugar le apetecía visitar?
Tu turno!
Ya con el problema de la guardia solucionado, tome el cuerpo de la misma y lo encerre en una de los inodoros, cerrando la puerta por dentro y saliendo por debajo (cosa que no costaba mucho al enano), luego me se da prisa en ir a la cocina, ya que recordaba que los demás debian de estar allí pasando por alguna situación apremiante.
Horacio girá hacia la cocina rápidamente. Al llegar al amplio comedor frena con sus zapatillitas de gnomo (que deslizan una barbaridad, por lo que tardó como 2 metros en frenar repentinamente). Una terrible explosión sacude el lugar y una pesada puerta en la parte trasera cae con un golpe sordo. Tras ella, entre el humo, surgen como héroes de película de Tom Cruise sus compañeros.
Continuá en la otra escena.